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Eliminar las manchas de sangre de la tela es lo más sencillo si están húmedas, pero aun así podrás hacerlo si esta ya está seca. La clave es actuar con rapidez y no lavar ni secar la tela hasta que hayas eliminado la mancha por completo.

Método 1
Método 1 de 5:

Frotar con agua y jabón

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  1. Este método no requiere el uso de ningún producto especial, pero es necesario frotar durante bastante tiempo. Es especialmente eficaz para tratar fibras naturales como el lino y el algodón. Para limpiar telas con relieve y prendas desgastadas en las que se hayan formado "bolitas", tendrás que pasar más tiempo frotando. Entre este tipo de telas se encuentran la lana y la mayoría de las fibras sintéticas.
  2. En esta posición, el agua atravesará la mancha, arrastrando la sangre seca hacia fuera. Es más eficaz enjuagar la prenda en esta posición que poner la cara manchada de la prenda directamente bajo el grifo. [1]
    • Tal vez tengas que poner la prenda del revés.
  3. Aunque la mancha sea antigua, lo más probable es que no haya penetrado totalmente en la tela, así que empieza eliminando las partículas más superficiales. Pon la prenda por la cara opuesta a la de la mancha bajo el grifo abierto con agua fría para que atraviese la mancha y arrastre la sangre hacia fuera. Mantén la tela bajo el agua fría durante varios minutos y la mancha se atenuará, al menos ligeramente.
    • Advertencia: nunca limpies manchas de sangre con agua caliente o templada, ya que el calor puede hacer que la sangre penetre en las fibras de la tela de forma permanente. [2]
  4. Dale la vuelta a la prenda de forma que la mancha quede hacia arriba. Frota una pastilla de jabón sobre la mancha, dejando una capa gruesa de producto sobre la tela. Puedes utilizar cualquier jabón, pero las pastillas de jabón tradicional para la ropa suelen formar más espuma y son más eficaces que el jabón suave para las manos.
  5. Frota una zona de la tela manchada contra otra; hazlo por las dos caras de la tela. Agarra cada parte con una mano para agarrar bien la tela y frotar con fuerza.
  6. Agarra bien la zona manchada con las dos manos, de forma que quede dividida en dos, con una parte frente a la otra. Frota vigorosamente una parte contra la otra; si la tela es delicada, hazlo suave pero rápidamente. La fricción generada hará que las partículas de sangre vayan desprendiéndose poco a poco, quedando atrapadas en la espuma en lugar de volver a penetrar en la tela.
    • Puedes usar guantes para proteger la piel de la abrasión y evitar que se formen ampollas. Probablemente, los guantes de látex o de nitrilo sean los más cómodos para agarrar la tela y frotar con habilidad.
  7. Si la tela empieza a secarse o la espuma desaparece, enjuágala con agua fría y aplica más jabón. Sigue frotando la zona manchada de esta forma hasta que la sangre desaparezca. Si no ves ninguna mejora después de cinco minutos, prueba a frotar con más energía o cambia de método.
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Método 2
Método 2 de 5:

Utilizar ablandador de carne

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  1. El ablandador de carne en polvo, un producto que podrás encontrar en cualquier supermercado, destruye las proteínas de la sangre. Aunque muchos expertos lo recomiendan, este producto puede llegar a estropear las fibras de las telas más delicadas como la seda y la lana. [3] Primero prueba este método en un pequeño rincón de estas telas para ver si se produce algún daño.
  2. Echa unos 15 ml (1 cucharada sopera) de ablandador de carne sin especias en un bol pequeño. Ve añadiendo agua poco a poco sin parar de remover la mezcla hasta formar una pasta espesa.
    • No utilices ningún ablandador de carne que lleve especias, ya que podrías manchar más la tela si lo haces.
  3. Extiende la pasta sobre la mancha de sangre seca con los dedos. Deja que se asiente durante una hora aproximadamente.
  4. Una vez que haya pasado una hora, enjuaga la tela con agua fría. Lava la prenda de forma normal, pero deja que se seque al aire libre en lugar de utilizar la secadora, ya que el calor puede hacer que cualquier resto de la mancha penetre en la tela de forma permanente.
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Método 3
Método 3 de 5:

Utilizar un producto de limpieza enzimático

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  1. Los productos de limpieza con enzimas destruyen las proteínas que forman las manchas. Dado que las manchas de sangre se adhieren a la tela utilizando las proteínas, los limpiadores enzimáticos pueden ser altamente eficaces para eliminarlas. Sin embargo, dado que las fibras de seda y de lana se componen de proteínas, estas telas se pueden estropear al entrar en contacto con cualquier producto enzimático. [4]
  2. Si no encuentras fácilmente un producto de limpieza etiquetado como "enzimático" o como "limpiador enzimático", prueba con un detergente o un producto de prelavado que se venda como "natural" o como "respetuoso con el medio ambiente"; estos limpiadores suelen contener enzimas biodegradables. [5]
    • En Estados Unidos, dos ejemplos de productos de limpieza que entran en esta categoría son Nature's Miracle y Seventh Generation .
  3. Sacude la prenda con las manos para que se desprendan las partículas incrustadas, o raspa la mancha con un cuchillo desafilado.
  4. Diluye unos 120 ml (1/2 taza) de limpiador en un bol con agua fría y después deja la prenda manchada a remojo. El tiempo de remojo variará dependiendo de lo reciente o antigua que sea la mancha de sangre seca y de la efectividad del producto de limpieza. Deja la prenda a remojo durante una hora como mínimo, y durante ocho como máximo.
    • Otra opción es aplicar el producto de limpieza sobre la mancha y frotar con un cepillo de dientes viejo antes de dejar la prenda a remojo.
  5. Lava la prenda como lo harías de costumbre, pero no la metas en la secadora, ya que el calor puede hacer que la sangre se asiente permanentemente en la tela. Deja que se seque al aire libre y después comprueba si la mancha ha desaparecido o sigue ahí.
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Método 4
Método 4 de 5:

Utilizar zumo de limón y luz solar

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  1. Este método requiere el uso de ingredientes corrientes, pero es necesario que haya suficiente luz solar para finalizar el proceso con éxito. También tendrás que esperar a que la prenda se seque al aire libre antes de saber si la mancha ha desaparecido, lo cual hace de este método una solución más lenta que la mayoría.
    • Advertencia: el zumo de limón y el sol pueden dañar las telas delicadas (especialmente la seda).
  2. Deja la prenda a remojo en agua fría durante unos minutos. Mientras esté a remojo, reúne los otros materiales que necesitarás. Entre estos se incluyen el zumo de limón, la sal y una bolsa de plástico con cierre hermético suficientemente grande para que quepa la prenda dentro. [6]
  3. Retuerce la prenda para eliminar el exceso de agua. Extiéndela y métela en una bolsa grande con cierre hermético.
  4. Vierte unos 500 ml (2 tazas) de zumo de limón y 120 ml (1/2 taza) de sal dentro de la bolsa de plástico y ciérrala.
  5. Con la bolsa cerrada, aprieta y masajea el contenido con las manos, insistiendo en las zonas manchadas, para que el zumo de limón penetre en la tela. Parte de la sal se disolverá, ayudando a asentar el zumo de limón en la tela e incluso a arrastrar las partículas de sangre.
  6. Deja la prenda dentro de la bolsa durante diez minutos, dejando que los ingredientes se asienten en la tela. Sácala de la bolsa y escurre el exceso de zumo de limón.
  7. Cuelga la tela en un tendedero o extiéndela sobre una superficie plana y deja que se seque. Hazlo en un lugar soleado, no frente a la estufa. Es posible que la tela quede rígida después de secarse, pero recuperará su suavidad una vez que la laves de forma corriente.
  8. Si la mancha de sangre ha desaparecido, lava la prenda con agua para eliminar cualquier resto de la solución de limón y sal. Si la mancha de sangre sigue ahí, moja la prenda y deja que se seque al sol de nuevo.
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Método 5
Método 5 de 5:

Probar métodos más agresivos

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  1. Las sustancias utilizadas en esta sección poseen un gran poder para eliminar manchas. Sin embargo, dado que son bastante agresivas, pueden desteñir la tela o causar daños permanentes en las fibras. Estos métodos son más seguros para las prendas blancas de telas resistentes, aunque también se pueden utilizar como último recurso en el caso de que los demás métodos no hayan surtido efecto.
  2. Una vez que hayas conseguido alguna de las soluciones enumeradas a continuación, utiliza una bola de algodón o un trozo de papel absorbente para aplicar un poco de producto sobre una esquina u otra zona escondida de la prenda. Deja que se asiente durante 5 a 10 minutos para ver si destiñe, mancha o estropea la tela.
  3. El vinagre no es tan eficaz ni agresivo como las siguientes opciones que sugeriremos, pero puede dañar ciertos telas. Sumerge la prenda manchada en vinagre blanco durante unos treinta minutos y después frota la mancha con los dedos mientras la enjuagas con agua fría. [7] Repite la operación si la mancha se ha atenuado notablemente pero no ha desaparecido.
  4. Puedes verter una solución de peróxido de hidrógeno al 3 % (la concentración a la que suele encontrarse este producto en las tiendas) directamente sobre la mancha o aplicarla con una bola de algodón. Ten en cuenta que es muy probable que este producto destiña las telas de color. Debes dejar la prenda en un lugar oscuro durante 5 a 10 minutos, ya que la luz destruye el peróxido de hidrógeno. Después seca la prenda con una esponja o con un trapo. [8]
  5. Para empezar, prueba con amoniaco para uso doméstico o con hidróxido de amoniaco, sustancias que se venden como productos de limpieza. Diluye el producto en agua a partes iguales y deja que actúe sobre la mancha durante quince minutos antes de secarlo con una esponja o un paño y enjuagarlo. Si ves algún signo de deterioro en la zona de prueba de la tela debido al uso de amoníaco, puedes sumergir la prenda en una solución mucho más débil; por ejemplo, en 1 L (1 cuarto de galón) de agua con 15 ml (1 cucharada sopera) de amoniaco para uso doméstico y una gota de jabón de manos líquido. [9]
    • Advertencia: el amoniaco puede destruir las proteínas que forman las fibras de la seda y de la lana.
    • El amoniaco de uso doméstico equivale aproximadamente a una solución con un 5 a 10 % de amoniaco y un 90 a 95 % de agua. [10] Las soluciones más concentradas de amoniaco son altamente corrosivas y se deben diluir en una cantidad aún mayor de agua.
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Consejos

  • Prueba cualquier solución que vayas a utilizar sobre una zona poco visible de la prenda, para asegurarte de que no destiña ni dañe las fibras de la tela.
  • Algunos de los métodos mencionados en este artículo se pueden utilizar también para tratar manchas de sangre seca en alfombras y tapizados. Sin embargo, deberás frotar la mancha con una esponja ligeramente húmeda en lugar de empapada, ya que el exceso de agua puede dañar este tipo de telas.
  • Si mezclas 1/4 de peróxido de hidrógeno con 3/4 de agua, esto no desteñirá la ropa.
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Advertencias

  • Ponte guantes de protección siempre que tengas que limpiar sangre que no sea tuya. Esto eliminará el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sanguínea.
  • No metas la prenda en la secadora hasta que la mancha no haya desaparecido por completo. El calor de la secadora puede hacer que la mancha se asiente en la tela de forma permanente.
  • Nunca mezcles amoniaco con lejía, ya que se formarían vapores extremadamente peligrosos.
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Cosas que necesitarás

Una o varias de las siguientes:

  • jabón (preferiblemente pastilla sólida para la ropa)
  • amoniaco para uso doméstico y jabón lavavajillas
  • detergente para la ropa o detergente de prelavado con enzimas
  • zumo de limón, sal y bolsa de plástico con cierre hermético
  • peróxido de hidrógeno y bola de algodón
  • ablandador de carne en polvo (sin especias)
  • vinagre blanco

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