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No es asunto de nadie si o cuándo te vas a casar. No obstante, algunas personas creen que tienen el derecho de meterse en nuestra vida personal, lo cual puede enojarnos, sentirse inapropiado o algo aún peor. Puedes optar por evadir la pregunta con algo de humor o ser más serio al respecto. Tómate un tiempo para reconocer tus sentimientos y recordar todas las buenas cualidades que tienes, ya sea que quieras o no casarte.

Método 1
Método 1 de 3:

Responder educadamente a las preguntas invasivas

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  1. Algunas veces, una dosis de realidad detendrá las preguntas metiches. Si alguien te pregunta sobre tus planes de matrimonio, estás en tu derecho de decirle la verdad sin disculparte o explicarle. Puedes decir lo siguiente: [1]
    • “En verdad no lo sé”.
    • “No estoy seguro de si quiera”.
    • “No creo que esté preparado”.
  2. Si tienes una relación, es posible que quieras defenderla. Puedes hacerlo sin ceder ante la presión del matrimonio. Piensa en respuestas como las siguientes: [2]
    • “Todavía nos estamos conociendo”.
    • “Nuestra relación es fuerte y no queremos apresurarnos o presionarnos”.
    • “Nos estamos enfocando en otras cosas en este momento, como empezar mi negocio”.
  3. Las preguntas sobre cuándo te vas a casar pueden ser muy invasivas. Incluso si un familiar o un amigo cercano te lo pregunta, siéntete con la libertad de decirle que no se meta en tus asuntos (¡educadamente!): [3]
    • “Esa es una pregunta muy personal. ¿Podrías no preguntarme sobre eso ahora, por favor?”.
    • “Preferiría no hablar al respecto en este momento”.
  4. Si prefieres, puedes cambiar el tema de la conversación de forma sutil. Evita responder directamente su pegunta y pregúntale sobre algo más. De esta forma, el tema de la conversación cambiará de manera natural. Intenta responderle de la siguiente manera:
    • “Ah, hablemos mejor de las festividades. ¿Vas a hacer un pastel o preparar pavo este año?”.
    • “Hablando de fechas, acabo de recordar que la graduación de María es la próxima semana. ¿Está emocionada?”.
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Método 2
Método 2 de 3:

Responder con algo gracioso

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  1. Que las personas se metan en tu vida personal con preguntas sobre el matrimonio puede causar que te sientas de varias formas, lo que puede hacerte pensar que estás incompleto o que eres insuficiente de alguna manera. Sin embargo, no tiene que ser tan serio. Una buena forma de responderle a la gente metiche es menospreciándote un poco. Puedes decirle lo siguiente: [4]
    • “Oh, ya me lo han preguntado tres veces, pero siempre digo que no. ¡Qué torpeza de mi parte!”.
    • “Quiero tener hijos primero”.
    • “Mi doctor dice que no estoy apto para casarme”.
  2. Puedes sentir que es una carga para ti que la gente te moleste constantemente con preguntas sobre el matrimonio. No obstante, recuerda que no es asunto de nadie, así que aleja esa carga. Intenta sorprender a las personas o mofarte de ellas como una forma de lidiar con las cosas al responderles cosas como: [5]
    • “Oh, ¡vaya! ¿Me estás preguntando que me case contigo? ¡Sí! ¡Acepto!”.
    • “¿Casarme? Bueno, me gustaría seguir teniendo sexo, así que...”.
    • “Ya me casé, solo que no te envié una invitación”.
  3. Si tienes una relación, es posible que la gente solo te moleste a ti con preguntas sobre el matrimonio, lo cual no es muy justo. Para ser divertido y evadir estas preguntas, intenta responderle con algo como “Oh, ¿cuándo nos vamos a casar? Sabes tanto como yo. ¿Por qué no se lo preguntas a mi pareja?”. [6]
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Método 3
Método 3 de 3:

Lidiar con el estrés

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  1. Mientras que algunas personas que te molestan preguntándote sobre cuándo te vas a casar son metiches, otras en verdad se preocupan por ti y ven el matrimonio como parte de un éxito en la vida. Ya sea que estés de acuerdo o no con ellas, puedes reconocer si sus intenciones son buenas, sin cambiar quién eres. [7]
  2. Si te molesta que la gente te pregunte sobre el matrimonio, no tienes que ignorar cómo te hace sentir. Admite que las preguntas te molestan, pero no dejes que ese sentimiento controle quién eres. [8]
    • A algunas personas les gusta meterse un poco. Si tu tía no deja de preguntarte sobre el matrimonio en un día festivo, pasa un fin de semana a solas viendo televisión y comiendo un poco helado. Tal vez te sientas mejor después.
    • Otras personas se sentirán mejor saliendo y manteniéndose activas.
  3. Ya sea que casarte esté o no en tus planes, hacerlo no determina todo lo que vales. Tienes fortalezas, talentos y metas que te pertenecen. Evaluar todo esto puede ayudarte cuando te sientas deprimido o cuando solo necesites volver a centrarte.
    • Intenta hacer una lista de las cosas que más te enorgullecen de ti mismo.
    • Puedes hacer otra lista de las cualidades que otras personas podrían admirar de ti.
  4. Dependiendo de cada persona, el matrimonio puede ser una meta grande o algo que no interesa. De cualquier forma, vivir una vida de soltero o sin estar casado tiene también sus beneficios. Recuérdalo cada vez que te molesten las preguntas sobre el matrimonio. [9]
    • Ser soltero o no estar casado puede significar ser independiente: más tiempo para hacer lo que quieras y cuando quieras.
    • Sal con varios tipos de amigos (aquellos que están solteros, que tienen una relación y que están casado). Esto puede darte otra perspectiva.
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