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Recoger a un gato puede parecer fácil pero existe una manera adecuada de hacerlo para que el gato se sienta cómodo y no salga lastimado. Asegúrate de que se sienta seguro y cómodo en tu presencia antes de que trates de recogerlo. Algunos gatos requieren de un método más “delicado”, sobre todo los que tienen miedo a los humanos o los que tienen trastornos médicos como artritis. Después de establecer una relación con el gato, podrás recogerlo sosteniendo su cuerpo correctamente.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Hacer que el gato se calme

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  1. Si quieres recogerlo, entonces primero debes acercarte de una manera que le permita saber que estás cerca. Esto significa hablar con él suavemente, dejar que te vea o simplemente hacer que note tu presencia de alguna manera.
    • Si recoges al gato por la espalda sin hacerle saber que estás cerca, es muy probable que se asuste y que sienta pánico e inseguridad.
    • Algunos expertos dicen que es mejor que te acerques por la izquierda o la derecha, pues si te acercas de frente puede pensar que eres una gran amenaza. [1]
    • Nunca trates de recoger a un gato que encuentres en la calle sin examinar cuidadosamente su comportamiento. Puede ser salvaje y potencialmente peligroso. Lo mejor es tratar de recogerlo solo si lo conoces un poco.
  2. Puede tomar tiempo para que un gato se acostumbre a ti, aunque sea tuyo. Una vez que sepa que te aproximas, debes ser amable y afectuoso con el fin de que esté preparado para que lo cargues. La mayoría de los gatos se presentan a otros gatos acariciando sus caras, así que debes hacer lo mismo y enfocarte en acariciarlo suavemente en las mejillas, la frente y el área que está detrás de las orejas o debajo de la barbilla, si te sientes cómodo.
    • Esta caricia delicada puede ayudar a que se sienta seguro, querido y dispuesto a que lo recojas.
    • Si se siente un poco nervioso, esto también puede ayudar a que se calme. Puede tomar un poco de tiempo hacer que se sienta tranquilo.
  3. La mayoría de los gatos pueden dar una señal clara de que no desea que los recojan. Si bien puedes calmar poco a poco a un gato doméstico y ganarte su confianza acariciando su cabeza, no debes tratar de recogerlo si está molesto o si simplemente no desea que lo recojas. Si trata de escapar de ti, si te muerde o te araña, o si te ataca, entonces quizás sea mejor que trates de recogerlo en otro momento. [2]
    • Es muy importante que les enseñes estas señales de advertencia a los niños que quieran recoger al gato. Debes asegurarte de que solo recojan a un gato que se sienta tranquilo y relajado, y que confíe en ellos. No deseas que un niño termine con los arañazos de un gato que no desea que lo carguen.
    • Evita dejar a un niño sin supervisión junto con un gato o permitir que cargue al animal. Deja al gato sobre su regazo para que pueda acariciarlo.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Cargar al gato de manera correcta

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  1. Si estás seguro de que al gato no le molesta que lo recojas, coloca una mano debajo de su cuerpo, detrás de sus patas delanteras. Mueve con cuidado la mano debajo del cuerpo del gato y colócala detrás de sus patas delanteras, para que tengas el soporte que necesitas cuando lo recojas. Quizás ponga resistencia o quizás no le guste en ese momento, así que debes proseguir y usar la segunda mano poco después. [3]
    • En realidad, no importa si usas la mano dominante para sostener al gato por debajo de las patas delanteras o de las traseras. Todo depende de qué es lo que te hace sentir más cómodo.
    • Algunas personas juntan las patas delanteras y colocan la mano debajo de estas en vez de detrás.
  2. Ahora coloca la segunda mano debajo de las patas traseras del gato para darle bastante soporte a las patas y a la parte inferior del cuerpo. Puedes hacer como si mecieras al gato con una de las manos. Una vez que tengas las manos en posición, puedes prepararte para recoger al gato. [4]
  3. Ahora que sostienes al gato con ambas manos, levántalo suavemente y ponlo contra tu pecho. Trata de ponerlo en contacto con el resto de tu cuerpo tan pronto como puedas al levantarlo. De este modo, el gato se sentirá más seguro al principio del proceso. Si es demasiado pesado como para levantarlo del suelo, es mejor que lo levantes de una mesa o de una plataforma elevada. [5]
  4. Una vez que lo hayas levantado mientras lo sostienes con ambas manos, puedes ponerlo contra tu pecho, de manera que su cuerpo toque el tuyo. La parte posterior o lateral de la cabeza del gato también puede estar apoyada en tu pecho.
    • En general, la postura del gato debe ser recta y no debes dejar que se hunda contra tu pecho, con la cabeza y el cuello contraídos hacia abajo. Esta postura es incómoda para el gato y puede hacer que se resista y te arañe.
    • Siempre debes recoger al gato con la cabeza sobre el cuerpo. Nunca lo recojas boca abajo.
    • Por supuesto, a algunos gatos les gusta que los carguen de otra manera, sobre todo si es tu gato y se siente más cómodo contigo cerca. A algunos no les molesta para nada que los mezan como si fueran bebés, mientras que a otros les gusta incluso poner las patas traseras sobre los hombros de las personas.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Bajar a un gato de forma segura

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  1. Cuando el gato empiece a cambiar de posición, a moverse o incluso a maullar o intentar escapar de tus manos, es el momento de bajarlo. No debes cargarlo contra su voluntad, pues eso hará que se ponga cada vez más incómodo y también que se sienta amenazado.
    • A algunos gatos no les gusta que los carguen durante mucho tiempo, así que si sientes que el gato no está contento en tus brazos, es hora de soltarlo.
  2. No lo tires apenas sientas que está incómodo. Esto puede hacer que el gato pierda el equilibrio o que aterrice mal. En vez de eso, bájalo hasta que tenga las cuatro patas en el suelo antes de soltarlo cómodamente.
    • Por supuesto, algunos gatos simplemente se te escaparán de las manos, así que prepárate también para eso.
  3. Aunque las gatas carguen a sus cachorros del pescuezo, trata de no levantar a un gato de esta manera, sobre todo después de los tres meses. En este punto, el gato habrá crecido demasiado y cargarlo así puede lastimarlo y causarle daño muscular, pues tendrá un tamaño muy grande como para cargarlo del pescuezo. [6]
    • Aunque tú o un veterinario deban levantar del pescuezo al gato para darle sus medicamentos o cortarle las uñas, nunca deben mantenerlo levantado de esta manera sobre la mesa del consultorio.
  4. A los niños les encanta recoger a los gatos, pero si quieren hacerlo, debes guiarlos en cada paso del proceso. Pero lo más importante es asegurarte de que el niño sea lo suficientemente grande como para recoger al gato cómodamente. Si el niño es muy pequeño, es mejor que lo cargue mientras está sentado.
    • Una vez que el niño recoja al gato, asegúrate de vigilarlo para que puedas decirle en qué momento el gato desea que lo suelte. Esto evitará que tanto el niño como el gato salgan lastimados.
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Consejos

  • A algunos gatos simplemente no les gusta que los recojan. No fuerces a tu gato. Si este es el caso, solo recógelo cuando sea necesario, como cuando debas llevarlo al veterinario y quizás una ves a la semana para que no asocie la acción con las visitas al veterinario.
  • Recoge a los gatos suavemente con los brazos. No los levantes con un solo brazo del estómago, pues puede ser incómodo y hacer que el gato trate de bajar.
  • No recojas a un gato si es posible que te arañe o te muerda. Sin embargo, si es necesario recogerlo (por ejemplo, cuando visitas al veterinario) usa una camisa de manga larga para que los arañazos o las mordeduras no dañen tu piel ni la corten. Si el gato te araña o te muerde muy fuerte, es posible que debas considerar la posibilidad de usar guantes para evitar que te arañe en las manos.
  • Asegúrate de acercarte al gato tranquilamente y de no hacer movimientos repentinos o, de lo contrario, puedes espantarlo.
  • Acércate al gato tranquila y lentamente sin hacer movimientos repentinos. Luego agáchate poco a poco y deja que el gato te huela o te estudie. Si el gato piensa que no eres una amenaza se acercará.
  • Asegúrate de poner la mano derecha detrás de sus patas delanteras.
  • Asegúrate de que el gato desee que lo cargues. Si empieza a sisear o a dar golpes, no lo recojas hasta que se sienta lo suficientemente cómodo con respecto a que lo carguen.
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Advertencias

  • Se recomienda encarecidamente no levantar a un gato del pescuezo. Si no lo levantas apropiadamente puede salir muy lastimado y también tú, pues esta posición le da al gato mucho espacio para voltearse y morderte o arañarte.
  • Si el gato te araña, lávate con agua y jabón, y usa un antibiótico tópico. Si te muerde, haz lo mismo y visita a un médico, pues las mordeduras del gato pueden conducir rápidamente a infección graves.
  • No cargues al gato boca arriba como sostienes a un bebé a menos que sepas que no le incomoda esta posición. Esto hace que se sienta inseguro y atrapado, lo cual puede hacer que entre en pánico y que acabe arañándote. Siempre cárgalo en posición recta contra tu cuerpo para que puedas sujetarlo con más seguridad.
  • Siempre recuerda los peligros de las mordeduras y de los arañazos.
  • No levantes al gato sin conocerlo un poco antes y nunca recojas a un gato callejero o salvaje.
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