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¡Las personas que intentan controlar a las demás son, dicho de manera sencilla, desagradables e irrespetuosas! Además, son egocéntricas e inmaduras. Si sueles estar cerca de ellas, lo más probable es que restrinjan tu progreso hacia una vida plena e independiente. Si quieres involucrarte lo menos posible con una persona controladora o darte cuenta de que ella es la que tiene el problema y no tú, en este artículo encontrarás algunos métodos comprobados que pueden ayudarte a reconocer a este tipo de persona y a reaccionar según corresponda.

Método 1
Método 1 de 3:

Evaluar su comportamiento

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  1. ¿Tienes alguna relación que te haga sentir sofocado, dominado, confundido o angustiado, o sencillamente estás harto de que te digan qué hacer todo el tiempo (y te sientes culpable por seguir cediendo)? ¿Hay alguien en tu vida que te haga sentir que debes ser cauteloso y sumamente cuidadoso para tranquilizarlo o simplemente no enfadarlo? ¿Conoces a una persona que parezca tener “interruptores” para enfadarse contigo por las cosas más simples que digas o hagas, y generalmente sin razón alguna? Si crees que cualquiera de estas situaciones te parece familiar, es posible que estés frente a una persona controladora. [1]
    • Las personas controladoras pueden ser hombres o mujeres o bien pueden estar afuera del binario de género. Asimismo, las relaciones controladoras pueden ser románticas o platónicas. Solo ten cuidado con algún amigo celoso que deteste a la persona que amas y que te ama, sobre todo si no está feliz con sus propios romances.
    • Solo porque alguien tenga una personalidad convincente no significa que sea una persona controladora. Hazte la siguiente pregunta: ¿Esta persona te permite ser tú mismo o ejerce una enorme influencia en tu comportamiento?
    • Diferencia a las personas que tienen serios problemas de límites de aquellas controladoras al poner a prueba sus reacciones ante otros temas. Si alguien siempre se enfada cada vez que lo toman por sorpresa, pero no reacciona de una manera controladora cuando usas otro peinado o modificas tu peso, etc., se trata de un problema de límites. Las elecciones personales de otras personas tales como cambiar de religión, iniciar una dieta, acicalarse o hacer ejercicio también son problemas de límites. Aun cuando creas que estás en lo correcto y la otra persona, en un error, alguien que es susceptible a cualquiera de estos temas tiene un límite cuando se trata de lo que hace con su vida y con la manera en que lo tratan los demás. Esta persona se torna controladora cuando comienza a decirte quién eres, qué debes vestir, pensar, sentir y hacer.
    • No te sientas tan mal si descubres que, en ocasiones, eres controlador con otras personas de tu vida, sobre todo si alguno de tus padres lo fue. En un nivel más profundo, todo aquello con lo que hayas crecido parecerá “normal” y te costará dejar de tratar a los demás de la manera en que te trataron a ti. Esta es una parte importante que te permitirá acabar con los patrones en tu comportamiento. Si te das cuenta de tu conducta a tiempo, podrías resarcirte y disculparte con la persona cuyos límites cruzaste. Esto puede ayudarte a conservar amistades y relaciones más saludables en tu vida.
  2. Los cambios de humor son una señal que delata a una persona controladora. Las personas malhumoradas tienden a pensar mucho en las heridas e injusticias que les hayan ocurrido, y buscan solucionar su dolor interno y mejorar su situación al controlar a los demás. [2] ¿Qué mejor que tener a alguien a tu entera disposición y que se culpe o tenga miedo cuando no quieras profundizar aún más para solucionar las causas de tu propio sufrimiento?
    • Las personas malhumoradas tienden a ponerse de mal humor o proyectar un manto de tristeza justo a mitad de un momento de felicidad.
    • Por lo general, estas personas harán una rabieta cuando se les preste la atención inadecuada a ellas y a sus necesidades. Esta es una forma de control manipuladora que puede ser difícil de rechazar debido a que la persona normalmente dirá que está dolida, molesta o algo similar con la finalidad de hacer que los demás se sientan mal por ella.
  3. Los frecuentes estallidos de mal humor, sobre todo aquellos que están acompañados de bullying (el cobarde que intenta controlar a los demás) o amenazas (es más fácil tratar de lastimarte con las palabras que investigar sus propios sufrimientos internos), son una señal de una persona controladora. [3] Los estallidos de mal humor suelen surgir cuando no estás de acuerdo con la otra persona (aun cuando sea de una manera alegre o amable) o no haces exactamente lo que ella quiere (lo que puede ser difícil de determinar, pues muchas personas controladoras esperan que puedas “leerles la mente”). En la mente de una persona controladora, al no estar de acuerdo con ella o no satisfacer sus deseos, desafías su autoridad hacia ti. [4]
    • En combinación con el mal humor, una persona colérica puede ser realmente problemática debido a que nunca sabes lo piensa de ti. Por desgracia, su incapacidad para controlar su ira o resentimiento puede expresarse en forma de abuso físico, verbal, emocional o sexual. Nunca soportes a una persona que te hace daño y ten en cuenta que no es culpa tuya que esté sufriendo en el interior. Lamentablemente, es muy probable que, durante sus años de juventud, alguien más se haya comportado con ella de la misma forma, lo que la lleva a perpetuar un círculo vicioso.
  4. Las preguntas pueden revelar varias cosas de una persona controladora cuando responde de una manera frustrada o condescendiente: [5]
    • Como ya se ha hecho mención, una persona controladora cree que puedes leerle la mente. Si haces preguntas básicas sobre lo que podrían hacer juntos, a dónde ir, qué hacer, etc., la otra persona puede frustrarse con facilidad debido a que espera que ya hayas considerado todas sus necesidades y las hayas priorizado por encima de las tuyas. Las preguntas significan que sigue siendo necesario tomar una decisión, pese a que la persona controladora crea que ya ha sido tomada de una manera beneficiosa para ella.
    • Las personas controladoras suelen asumir que entienden tu manera de pensar, aun cuando en realidad no lo hagan. Podrían frustrarse debido a que la imagen que tienen de ti no concuerda con lo que dices. [6]
    • Las preguntas pueden irritar a una persona controladora debido a que preferiría estar bajo control del interrogatorio en lugar de que alguien más lo esté.
    • Las preguntas pueden darle a entender a una persona controladora que el interrogador necesita orientación y control debido a que no conoce la respuesta. En realidad, esto puede empeorar con el tiempo a causa de que el controlador desea lograr que la persona controlada deduzca sus propias capacidades para la toma de decisiones.
  5. Las personas controladoras pueden tratar de controlarte al hacerte sentir que eres “todo” para ellas. [7] Podrían halagarte, aun cuando dichos halagos sean superficiales o inexactos. No obstante, a menudo, las personas controladoras se volverán denigrantes o crueles de un momento a otro, sobre todo si creen que has hecho algo malo. [8] Si sueles sentirte menospreciado, avergonzado, humillado o triste después de hablar con esta persona, es posible que sea controladora.
    • Por ejemplo, María utiliza a Lucía como el mejor medio para sentirse mejor y le gusta darle órdenes. Por lo tanto, María suele decirle que es una buena amiga pero nunca está de acuerdo con considerarla su mejor amiga aun cuando Lucía suela darle esta distinción a ella. De esta forma, María conserva la posibilidad, pero nunca lo confirma, lo que le da el control.
    • Una persona controladora puede menospreciarte o hacerte sentir tonto con la finalidad de que creas que la necesitas. Por ejemplo, Juan le dice a su novia que tiene exceso de peso y que nunca podría conseguir otro novio. Le dice que tiene suerte de que él salga con ella. Este es un comportamiento controlador y abusivo, y nunca es necesario que lo soportes.
    • Las personas controladoras suelen menospreciar o criticar a los demás como una forma de reforzar su propia conducta, y parecer superiores y en control. De hecho, es fácil detectar a una persona controladora a causa del monólogo constante sobre lo despreciables, tontos, ridículos, molestos, etc. que son todos los demás (presuntamente, ella nunca es así).
  6. [9] Esta persona probablemente insistirá hasta hartarte y hacerte ceder, cambiando tu rotundo “no” a un débil “sí”, lo que te dejará con una sensación de culpa y vergüenza. Recuerda que tienes derecho a tomar decisiones, incluso aquellas que sean negativas y que contradigan a lo que esta persona te pide.
    • Un tipo de control común en las relaciones románticas es la presión para tener sexo. [10] Si tu pareja intenta presionarte o hacerte sentir culpable para que tengas sexo aun cuando no quieras hacerlo, significa que está tratando de controlar tu comportamiento para salirse con la suya. Recuerda que tienes todo el derecho a negarte.
  7. ¿Sueles notar que alteras tu propia personalidad, planes o puntos de vista para adaptarte a los de alguien más aun cuando sueles ser una persona fuerte? [11] En ese caso, es posible que estés lidiando con una persona controladora. A continuación, estas son algunas señales de advertencia:
    • ¿Esta persona ignora, subestima o invalida tu propia experiencia o expresión de tus sentimientos? Las personas controladoras intentan definir tu realidad . Si dices que estás cansado y la otra persona dice que no lo estás, es muy posible que sea controladora. Si dices que estás molesto y la otra persona lo ignora, también es posible que sea controladora.
    • ¿A menudo estás a la expectativa de cambiar tus planes por esta persona? Supongamos que has planificado todo tu día, luego recibiste la llamada de un amigo y le comentaste tus planes. Esta persona quiere unirse a tus actividades, con la excepción de que tu tiempo no encaja bien con el suyo o quizás no quiere ir al mismo lugar que tú. Lo siguiente que sabes es que tus planeas han cambiado por completo. Así, terminas viendo una película que ni siquiera habías deseado a una hora que no tenías planeada.
  8. Presta atención a la manera en que esta persona considera las situaciones difíciles, la toma de decisiones mutuas o los temas concernientes a la responsabilidad. Es en estos aspectos que puedes detectar realmente a una persona controladora en su máxima expresión. A diferencia de una persona demasiado obstinada (quien puede ser muy molesta por sí misma pero que no busca controlar, sino expresar únicamente sus opiniones), una que es controladora carecer de la capacidad para tolerar o aceptar las diferencias entre ambos. De hecho, una persona controladora siempre busca formas de cambiar una parte de tus rasgos fundamentales o personalidad, remodelándote como parte de su débil intento por controlar el mundo que la rodea. Si bien se podría decir que las relaciones no son democracias, ninguna de ellas es una dictadura. Es importante encontrar un equilibrio con el que te sientas a gusto dentro de una relación teniendo la capacidad de comprometerte, tolerar, ser flexible, y ser capaz de dar y recibir, con la finalidad de mantener una relación saludable. [12]
    • La mayoría de las personas controladoras siempre incluyen las frases “Tú eres el problema” o “Tienes un problema” durante las discusiones. Nunca nada es tu culpa.
    • las personas controladoras suelen tener dificultades para lidiar con los problemas de una manera objetiva y manipularán la conversación para culpar a los demás cada vez que sus propios errores salgan a la luz. Cuando esto ocurra, termina la conversación sin permitirle a la otra persona redirigir su culpa hacia ti o adjudicarte la responsabilidad a ti o a los demás.
    • Si en verdad quieres a esta persona, el “vínculo” que tienes con ella puede ser incluso más difícil de ver y evitar debido a que el amor te impide excusar su comportamiento.
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Método 2
Método 2 de 3:

Prestar atención a las interacciones

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  1. Si la persona controladora se encuentra alrededor de tus amigos y allegados, ten cuidado. Por lo general, esta persona intentará causar problemas entre tú y tus amigos, esparciendo rumores, tratando de crear divisiones (divide y vencerás) e incluso contando mentiras (exageraciones, para ser más amables) sobre ti o ellos con la finalidad de romper tu vínculo existente entre ustedes. [13]
    • El principal objetivo es aislarte de los demás con la finalidad de dominarte por completo, dentro de la realidad que intenta crear para ti. No obstante, mantente alerta, pues tratar de expulsar o degradar a tus amigos o allegados es una señal de advertencia. [14]
    • Las personas controladoras suelen ser irracionalmente celosas. Esto es más que el simple hecho de detestar cuando otra persona te mira a los ojos. Por lo general, una persona controladora se comportará como si le pertenecieras y tuviera el derecho a determinar con quién puedes pasar tu tiempo, qué debes hacer, a dónde puedes ir y cuándo puedes llegar a casa. [15] Esto no es algo lindo o una señal de su afecto hacia ti; se trata de algo meramente controlador.
  2. [16] Las personas controladoras no suelen tener amigos cercanos y rara vez tienen amistades que sean más atractivas, inteligentes o agradables que ellas. Estas personas tienden a sentir celos de la gente popular y exitosa, y criticarán a las que se hayan ganado la estima de los demás. Una carencia de amigos cercanos podría ser una señal más de su incapacidad para tolerar a los demás y su necesidad de controlar las relaciones con severidad.
    • Las relaciones y amistades no se basan en quién tiene el control. Se tratan de interacciones mutuas basadas en dar y recibir, buscando siempre el equilibrio.
  3. Una persona controladora tiende a mantener las conexiones sociales y legales por cualquier medio necesario, incluso utilizando amenazas de litigio, divorcio, manipulación de un matrimonio, contractos de arrendamiento para compañeros de cuarto, planes telefónicos compartidos, uso incorrecto del crédito compartido y contratos similares. Incluso en las redes sociales, es posible bloquear y desbloquear a una persona en lugar de eliminar la conexión como otro intento por controlar una relación difícil o fallida. Esto se debe a que las personas controladoras y abusivas están desesperadas por obtener poder.
    • Ten cuidado con la generosidad excesiva por parte de una persona controladora como un intento de impresionarte y controlarte. Si una persona aparenta darte una gran cantidad de cosas de modo que siempre sientes que obtienes alguna clase de beneficio, terminarás sintiendo que le debes algo, quizás incluso a largo plazo. Luego, esta persona utilizará esa obligación que sientes para controlarte. [17]
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Método 3
Método 3 de 3:

Liberarte de una persona controladora

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  1. Confía en tus instintos e intenta ser honesto contigo mismo . Si observas estos síntomas en otra persona y te sientes despreciable cuando estás cerca de ella, es momento de hacerle frente para así sacarla de tu vida o lidiar con ella de una manera diferente. Asimismo, no olvides ser amable contigo mismo. Este no es un momento para regañarte por ser lo suficientemente tonto como para enamorarte de las excentricidades de una persona controladora. De hecho, una relación controladora puede atraparte por sorpresa, encubrirse dentro de un interés inicial y una aparente preocupación por ti que luego se aparta de toda la dulzura para convertirse solamente en manipulación una vez que la persona controladora se da cuenta de que te tiene “atrapado”. [18]
    • Mientras más fuerte seas, más difícil le resultará a una persona controladora poder rebajarte. Es una cuestión de ego. En otras palabras, este es un halago indirecto hacia tu fuerza y solidaridad, algo que busca una persona intrigante, la cual aspira a tener tus características, pero carece del valor para hacerlo.
    • No tengas miedo de recurrir a personas de confianza cuando tengas necesidades emocionales. Esto te permitirá obtener una perspectiva más saludable de tu vida, así como la fortaleza para buscar tu propia individualidad e independencia lejos de esta persona. No es necesario que le expliques tu necesidad de estos cambios, pues eso solo hará que intente controlarte aún más debido a que sabrá lo que tramas, y mantendrá sus actitudes manipuladoras. Solo realiza los cambios planeados.
  2. Lo más probable es que la persona controladora intente presionarte o culparte para que hagas lo que quiera. Incluso podría tratar de recurrir a la manipulación, como al decir “Sin duda, deberías estar de acuerdo con...” o “Si me quieres, entonces…”. [19] Asimismo, podría utilizar una fuerza contundente, como al decir “Si me dejas, entonces…”, “Necesitas….”, etc. Cuando escuches estas palabras, no permitas que tus límites flaqueen. [20]
    • Sé firme y realiza afirmaciones claras y directas, tales como “No toleraré que supervises mi uso de Internet”. Si vamos a estar juntos, necesitaré privacidad”.
    • No te dejes sorprender por las malas reacciones de esta persona por alejarte de su carácter controlador. Cuando una persona controladora siente una pérdida de control, podría inducir de manera psicológica problemas físicos tales como dolor de espalda o de estómago, dolor de cabeza, pena o llanto, desmayos, o urticaria. Esta es simplemente una forma de retomar el control de la situación al buscar atención, simpatía y preocupación por los demás. Si estás preocupado, haz todo lo posible por llevar a esta persona al médico (una buena manera de indicarle sus tendencias hipocondriacas), pero no lo hagas como una forma de seguir satisfaciendo sus órdenes.
    • Las personas controladoras son muy manipuladoras , independientemente de la razón que impulse su necesidad de control. No les agradará que defiendas algo que es importante para ti. Procura mantener siempre la calma durante las conversaciones conflictivas y no pierdas el control. Ten en cuenta que probablemente lo harán porque desafías su control. Si la conversación comienza a tornarse verbalmente violenta, ponle fin al irte o despedirte y colgar el teléfono.
  3. Sabes que esta persona tiene necesidades controladoras, pero no sientas la obligación de “cambiarla”. No solo es imposible cambiar a una persona a menos que desee hacerlo, pues dar explicaciones solo dará lugar a más manipulación. [21] Recuerda en todo momento que el problema del control es suyo y no tuyo. Ocúpate de tus propios comportamientos y asuntos, pero no asumas que puedes “cambiar” a la persona controladora, porque no lo lograrás.
  4. Sé digno de confianza (justo y honesto), pero mantén tus puntos de vista al margen de esta persona manipuladora que suele interferir con los hechos y crea discordancia. Por lo general, esta persona tiene como objetivo obligarte a dar voluntariamente información personal o responder preguntas sobre asuntos menos importantes que parecen escogidas con la finalidad de resaltar tus malas experiencias, debilidades o fracasos. [22] Lo más probable es que esta información sirva para persuadirte o jugarte juegos mentales más adelante (estas personas tienen muy buena memoria para la información descubierta de esta forma).
    • Si alguien que acabas de conocer ya está investigando información íntima o sumamente personal, sospecha de esa persona. Es posible que sea controladora.
  5. [23] Haz lo posible por evitar a la persona que consideres controladora. Incluso puedes tomar la decisión de sacarla de tu vida, pero será imposible si se trata de un familiar, ser querido o compañero de trabajo. A continuación, verás algunas estrategias de afrontamiento:
    • Mantén todas las interacciones a un nivel breve y dulce.
    • Evita relacionar, mezclar o confundir los derechos y elecciones individuales, o fomentar de manera irracional su tendencia a ejercer control sobre ti. La persona controladora pretende desviar tus decisiones en la dirección contraria a tus propios deseos concernientes a tus estudios, estilo de vida, objetivos profesionales, etc. Esta persona niega tu personalidad al no aceptar ni apreciar tus puntos de vista a menos que estés completamente de acuerdo con ella. Cambia este hecho al simplemente señalar que aprecias su opinión pero esta es la manera en que serán las cosas para ti. Sigue adelante y haz las cosas que desees.
  6. [24] Si bien es importante ser compasivo, también lo es distanciarte y dejar de lado las actitudes, asuntos y problemas de esta persona. Su carga no es tuya y no es necesario que la lleves sobre tus hombros ni tampoco mereces hacerlo. El papel de todos los seres humanos es aprender a resaltar nuestras mejores actitudes, por lo que excusar la conducta controladora de una persona por el simple hecho de que tuvo una vida difícil solo seguirá permitiendo que lo que básicamente se denomina un comportamiento muy malo que la lastima a ella tanto como a ti. Por medio del distanciamiento compasivo, podrás preocuparte por esa persona sin involucrar tus propias emociones ni dejarte atrapar en su red.
    • Por medio del distanciamiento compasivo, puedes preocuparte por esta persona y al mismo tiempo reconoces que su comportamiento es incorrecto y que no puedes tolerarlo. No apoyes su comportamiento ni permitas que continúe en tu vida. [25] Por ejemplo, si tu amigo intenta controlar a tus amistades, puedes decirle lo siguiente: “Te valoro mucho, pero no puedo ser amigo de alguien que intenta apartarme de alguien más. Si puedes ser más accesible y honesto conmigo, podremos seguir siendo amigos. Por otro lado, si sigues así, nuestra amistad se acabará aquí”.
    • Esto no es algo que puedas aprender de un momento a otro, y fracasarás muchas veces en el camino. No obstante, también lo aprenderás con la práctica. Asimismo, mientras más te distancies de esta persona, mayor será la libertad que descubras y aprenderás a dejarla ir sin tratar de rescatarla, salvarla o apoyarla. Si bien no es algo sencillo, será más fácil que convertirte en un esclavo emocional de alguien más.
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Consejos

  • Si eres una persona fuerte y segura, con el tiempo podrías comenzar a sentirte un poco extraño con el hecho de que nunca podrás tener la razón en nada relacionado con esta persona, sobre todo si se trata de un tema en cuyos conocimientos confía. Escucha a estos sentimientos, pues están ahí para orientarte. Si no los escuchas en este momento, en una década podrían convertirse en una sombra de la persona que supuestamente debías ser. No permitas que eso te suceda.
  • Evita que una persona controladora te acorrale o te haga sentir impotente. Sin importar lo mala que pueda ser tu situación económica o tu vida al alejarte de ella, ¡la CALIDAD de tu vida valdrá la pena el precio!
  • Nunca les cuentes a las personas controladoras ninguna de tus experiencias extrañas ni tus pensamientos profundos o de ira, pues pueden utilizarlos en tu contra con la finalidad de controlarte. Lo más probable es que estos pensamientos se utilicen para aislarte de los demás, haciendo que te ganes el desprecio o desconfianza de las personas. Ya sea diciendo cosas en tu presencia o hablando a tus espaldas, la persona controladora probablemente quiera arrinconarte (manejarte como si fueras una marioneta) con la finalidad de convertirse en tu única “amiga” (tu “mente maestra”) al ser tu titiritera.
  • Recuerda que no puedes controlar a otras personas, pero sí puedes controlar tu reacción consciente a ellas. Asegúrate de manejar las cosas de la manera que creas y de no reaccionar a ellas de la forman en que ellas reaccionan a ti con la finalidad de superarlas o recuperarlas. Eso no te llevará a ningún lado.
  • Si esa persona te aísla o te obliga a pasar el tiempo solo con su familia y amigos, puede ser una señal de que no respeta tus sentimientos o deseos.
  • Una persona controladora en una posición de poder podría utilizar a otros en un intento de controlarte. Podría hacer que otros te pregunten cómo te sientes con respecto a ella. Tienes la sensación de que algo no está bien. Si sospechas que te están usando para este propósito, no te dejes involucrar en conversaciones específicas con una persona externa, y cíñete a los temas banales y de interés general.
  • La verdadera dependencia atrae la codependencia. Si estás incapacitado, o tienes un problema económico crónico o algún otro problema importante que requiera ayuda, inevitablemente deberás depender de algunas personas controladoras con tal de sobrevivir. Librarte de ellas en caso de que controlen tus beneficios o cuidados médicos puede requerir un gran esfuerzo. Lleva un registro de todo y busca los mismos servicios o ayuda de personas más saludables. Existen algunas organizaciones de apoyo que pueden intervenir en caso de que los trabajadores sociales, personal médico o cuidadores a domicilio estén controlando y limitando tu vida más allá de lo que tus problemas originales ameritan.
  • Es necesario tomar en cuenta a la discapacidad. Algunas personas discapacitadas siempre pueden cambiar sus planes o ser incapaces de continuar con las cosas que quieres hacer. Si te niegan muchas cosas y te sugieren otras que podrían no ser agradables, presta atención a las razones. Pon a prueba la amistad al sacar a colación temas que son claramente tus propias elecciones (cabello, ropa, opiniones que no tengan nada que ver). Muchas personas tienen alergias químicas a varios aromas y perfumes. Si alguien te pide que no utilices un determinado champú o ningún perfume cuando le hagas una visita, se trata de un límite físico en lugar de una opinión de tu perfume. Desde luego, no hay problema con esto a menos que te diga que DEBES utilizar un determinado perfume de su elección.
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Advertencias

  • Al momento de lidiar con una persona controladora, fija límites firmes de lo que es aceptable y lo que no, pues intentará sobrepasarlos con el fin de ponerte a prueba. Mantente firme y no cedas.
  • Mantente atento a las personas que intentan jugar con tu lado emocional para ganar tu confianza en las primeras etapas de la amistad. Pueden confesarte cosas tales como lo dura que fue su vida a causa del bullying que sufrieron hace seis años, pero luego decirte que eres el único en quien pueden confiar mientras intentan hacer que les cuentes tus malas experiencias. Luego, después de averiguar lo que los demás han dicho o hecho para lastimarte, sacará a colación continuamente preguntas como “¿Cómo te sentiste cuando te engañaron? ¿No crees que hiciste algo para merecerlo?”. Al principio, pueden parecer sinceras y solidarias, pero luego mencionan el tema y lo utilizan para insultarte sutilmente hasta que estés de acuerdo con ellas. Este es un tipo de juego mental en el que te lleva a pensar en ti de la manera en que desean. Por lo general, te sentirás molesto y desmoralizado después de una conversación, y luego tratarán de persuadirte para que hagas otras cosas que sabe que no son de tu agrado. Puedes determinar la diferencia entre esto y una conversación saludable porque, después de compartir mutuamente experiencias dolorosas, ambas personas generalmente terminan sintiéndose mejor y con una idea de haber sido comprendidas. Si eso no sucede, presta atención a los juegos mentales de la persona controladora.
  • Si observas que cambias tus intereses por los de la otra persona o renuncias a tus viejos pasatiempos o amigos, probablemente te encuentres en una relación controladora.
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