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El trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un trastorno conductual que afecta a un pequeño porcentaje de los niños y adultos en el mundo entero. Las principales características son: dificultades para concentrarse, exceso de actividad y conducta impulsiva. [1] Las personas que sufren de TDAH se concentran de forma distinta a las personas que no lo padecen y al igual que muchos trastornos neurológicos, dichas personas tienden a procesar e interactuar con el mundo que los rodea de formas muy particulares. A pesar de que el TDAH probablemente ha existido durante siglos (un autor incluso sugiere que el TDAH es una adaptación evolutiva del estilo de vida del hombre "cazador-recolector") [2] ), la sociedad multitarea y dinámica de la actualidad a menudo pone a las personas con TDAH en una desventaja mayor a la que se daba en el pasado. También se cree que el TDAH es más común en personas con ancestros de países como Noruega y Finlandia que tienen horas diurnas inusuales, haciendo que las personas estén distraídas debido al horario diurno alterado.

En la mayoría de lugares no existe un examen regular para detectar el TDAH. Por lo tanto, para recibir un diagnóstico y tratamiento primero debes sospechar acerca del trastorno y luego acudir a un doctor con el fin de recibir un diagnóstico formal. Si crees que tú o alguien que conoces podría padecer de TDAH, puede ser útil conocer los síntomas para facilitarle la tarea a tu doctor.

  1. Muchas personas solo conocen los estereotipos de la conducta originada a causa del TDAH, pero no se dan cuenta de que existen muchos síntomas imperceptibles, sobre todo en las niñas y los adultos. Busca en internet o en tu biblioteca local libros, artículos y páginas web que expliquen el TDAH de forma clara para ti.
  2. Las personas con TDAH pueden mostrar una variedad de síntomas que forman tres tipos de TDAH: tipo con predominio del déficit de atención, tipo con predominio hiperactivo-impulsivo y tipo combinado. El tipo con predominio del déficit de atención se caracteriza por la distracción, soñar despierto, perder cosas y problemas para terminar una tarea. El tipo con predominio hiperactivo-impulsivo se caracteriza por la falta de organización, exceso de actividad, toma de decisiones impulsiva y movimiento constante. El tipo combinado normalmente es una mezcla de los síntomas de los dos tipos anteriores.
  3. La mayoría de herramientas genéricas de evaluación apuntan a los niños y uno de los requerimientos para diagnosticar el TDAH es la presencia de síntomas antes de los 7 años de edad. Aunque ahora seas un adulto, saber y reconocer los síntomas de la niñez puede ayudarte a determinar si eres apto para un diagnóstico de TDAH o si tus síntomas son más recientes (y por lo tanto, no se trataría de un TDAH). La Asociación Americana de Psiquiatría usa el siguiente cuestionario para evaluar el TDAH en la niñez. La sección A son los síntomas indicativos del tipo con predominio del déficit de atención y la sección B son los síntomas indicativos del tipo con predominio hiperactivo-impulsivo.
  4. Aunque todos los adultos que padecen del TDAH deben haber mostrado los síntomas en la niñez, estas conductas podrían no haber sido lo suficientemente problemáticas como para un diagnóstico. Además, los síntomas evolucionan con la edad hasta reflejar cambios conductuales o ambientales. Es más probable que los adultos con TDAH presenten los siguientes síntomas [3] :

  5. Hay muchas tendencias en los síntomas del TDAH, por ejemplo los niños son más propensos a presentar el tipo con predominio hiperactivo-impulsivo y los adultos y las niñas tienden a mostrar más síntomas de déficit de atención que los síntomas de hiperactividad. Sin embargo, los síntomas varían de persona a persona, al igual que el grado de interferencia que provocan dichos síntomas. Para algunas personas este trastorno no representa un problema en la niñez, pero puede volverse más perjudicial con el aumento de la carga de trabajo (como cuando la persona empieza la universidad, entra en el mundo laboral o tiene hijos). Algunas personas pasan toda su vida sin que el TDAH represente un verdadero problema.
  6. Más allá de los síntomas que lo definen, el TDAH puede tener un gran impacto en el estilo de vida y la conducta. Las niñas con TDAH a menudo luchan para relacionarse con sus compañeros y por ende, tienen problemas para hacer amigos y mantener la amistad. Los adultos pueden desanimarse debido a una aparente incapacidad para completar las tareas o seguir el ritmo de sus colegas y a muchas mujeres les diagnostican erróneamente depresión o trastorno bipolar cuando en realidad la causa de sus síntomas es el TDAH. Cada vez más están surgiendo investigaciones que relacionan el TDAH con los problemas de sueño, la fatiga del mediodía y el agotamiento, además de los hábitos alimenticios como darse atracones.
  7. Algunos estudios sugieren que los factores ambientales como la ingesta de azúcar y de aditivos alimentarios pueden tener efectos desfavorables en la atención y que la eliminación o regulación de su consumo puede reducir la severidad de los síntomas de TDAH. Las relaciones con una niñera también pueden causar un impacto profundo en las capacidades de atención de un niño, lo cual puede estar vinculado a una ocurrencia mayor de los síntomas de TDAH en niños de acogida temporal y víctimas de abuso infantil.
  8. Muchos medicamentos para combatir el TDAH son muy conocidos (como el Ritalin y el Adderall), pero los medicamentos son solo una pequeña pieza en el tratamiento efectivo del TDAH y no es recomendable en todos los casos. Los medicamentos pueden aumentar la capacidad de concentración y calmar algunos de los síntomas de hiperactividad, pero los cambios conductuales e incluso alimenticios pueden ser importantes para controlar los síntomas. Hay muchas páginas web sobre TDAH que proporcionan ideas útiles, pero el mejor recurso es recurrir a un psicólogo o terapeuta con experiencia en el manejo de trastornos de atención.
  9. Habla con tu doctor acerca de la posibilidad de que te diagnostiquen TDAH. A menudo un médico de cabecera (médico de familia) puede hacer una prueba básica de TDAH usando el cuestionario mencionado anteriormente y luego prescribir medicamentos, pero lo mejor es hacer que te deriven a un psicólogo o neurólogo. Estos pueden proporcionarte una evaluación más detallada a través de entrevistas y cuestionarios conductuales. Algunos incluso pueden llevar a cabo una prueba integral de discapacidad de aprendizaje que mide cuantitativamente la actividad cerebral y proporciona evaluaciones del oído, la visión, el habla y el lenguaje. Estas pruebas son muy profundas y pueden localizar las dificultades de aprendizaje ocultas que a menudo van de la mano con el TDAH, como los trastornos de integración sensorial.
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Consejos

  • Hay muchas condiciones que deben descartarse antes de llegar a un diagnóstico concluyente de TDAH. Algunas de estas condiciones pueden parecerse al TDAH. Estas incluyen: hipotiroidismo, anemia, envenenamiento por plomo, enfermedades crónicas, discapacidad visual o auditiva, abuso de sustancias, efectos adversos de los medicamentos, dificultades para dormir y abuso infantil.
  • Los educadores podrían sospechar de la presencia de un TDAH y recomendar que un médico o psicólogo realice una evaluación.
  • Podría desarrollarse un programa educativo individualizado (PEI) para asistir a un niño con TDAH en su proceso de aprendizaje. Los padres y los maestros pueden trabajar juntos para desarrollar un PEI adecuado para cada niño.
  • Si sospechas que tú o tu hijo sufre de TDAH, acude a un especialista para recibir un diagnóstico. Consulta la posibilidad de seguir un tratamiento sin fármacos, ya que muchos de los medicamentos contra el TDAH pueden tener efectos secundarios duraderos.
  • Los niños diagnosticados de TDAH podrían calificar para obtener asistencia educativa a través del programa de recursos escolares.
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Advertencias

  • El autodiagnóstico es peligroso si la persona padece de cualquier condición. Aunque estos síntomas pueden indicar la presencia de un TDAH, hay muchas otras condiciones y factores que deben descartarse antes de realizarse un diagnóstico y tratamiento.
  • De igual manera, ¡nunca te automediques! Los medicamentos comunes contra el TDAH son sustancias controladas de la lista II (de la ley de sustancias controladas) en los Estados Unidos, lo que significa que estos tienen un alto riesgo de provocar dependencia y abuso. Además, es ilegal tenerlos sin una prescripción médica. Asimismo, estos fármacos estimulantes tienen una variedad de efectos secundarios (desde pérdida del apetito hasta presión sanguínea elevada y arritmias cardiacas) que pueden ser muy graves si ya tienes otras condiciones.
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