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Los desgarros musculares, también llamados tirones, ocurren cuando las fibras pequeñas dentro de un músculo se estiran más allá de sus límites, lo que da como resultado una rasgadura parcial o completa (ruptura). Todos los desgarros musculares se categorizan ya sea como grado I (rasgadura de unas cuantas fibras), grado II (daño más considerable a las fibras) o grado III (ruptura completa). [1] La mayoría de los desgarros musculares leves a moderados sanan en unas cuantas semanas, aunque tu recuperación podría ser más rápida y completa si utilizas algunos remedios caseros comprobados o buscas un tratamiento profesional.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Recupérate de un desgarro muscular en casa

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  1. La mayoría de los desgarros musculares ocurren ya sea por levantar demasiado peso, hacer algo con demasiada frecuencia (repetición), moverte torpemente o experimentar traumatismos (accidentes automovilísticos, lesiones deportivas). [2] El primer paso con cualquier desgarro muscular (y la mayoría de las lesiones musculoesqueléticas en general) es descansar. Esto podría requerir tomarte unos días libres en el trabajo o lejos del equipo, pero los músculos se recuperan más rápido si se les da el tiempo apropiado para descansar. Si tu desgarro muscular tarda más de unas cuantas semanas en recuperarse, entonces se ha desgarrado una proporción significativa de fibras musculares o están involucrados una articulación y ligamentos relacionados.
    • El dolor sordo y doloroso usualmente es un indicativo de un desgarro muscular, mientras que un dolor agudo o punzante con el movimiento a menudo es causado por esguinces de articulaciones o ligamentos.
    • Un desgarro muscular moderado a grave usualmente hace que se forme un moretón rápidamente, lo que indica que algunos vasos sanguíneos que alimentan al músculo están dañados y goteando.
  2. Si tu desgarro muscular es agudo (de hace unos cuantos días), entonces la inflamación probablemente es un problema que debe abordarse. [3] Cuando las fibras musculares se desgarran, el sistema inmune tiende a reaccionar exageradamente enviando mucho fluido con glóbulos blancos. Esta es una buena idea para matar bacterias si hay una herida abierta, pero no es tan beneficioso para un desgarro, ya que la inflamación crea presión, lo que causa más dolor. Como tal, debes aplicar la terapia fría (hielo o una bolsa de gel congelado envuelto en una toalla delgada) para desgarros musculares lo más pronto posible ya que estrangula los vasos sanguíneos locales y reduce la respuesta inflamatoria. [4]
    • La terapia fría debe aplicarse por 10 a 20 minutos cada hora (mientras más grande o profundo sea el músculo afectado, por más tiempo debe aplicarse), luego reduce la frecuencia a medida que el dolor y la inflamación disminuyan.
    • Comprimir el hielo contra el desgarro muscular con la ayuda de un vendaje elástico ayudará a retrasar más la inflamación, al igual que elevar el área afectada.
  3. Si tu desgarro muscular ha persistido y se ha vuelto crónico (por más de un mes), entonces el control de la inflamación no es un problema tan urgente. En su lugar, el músculo probablemente esté debilitado, demasiado tenso y carezca del flujo sanguíneo normal, lo que se traduce en nutrientes inadecuados (oxígeno, glucosa, minerales). La aplicación de calor húmedo puede disminuir la tensión y el espasmo muscular, aumentar el flujo sanguíneo y promover la curación en tejido muscular crónicamente desgarrado. [5]
    • Usa una bolsa de hierbas y aplícala en tu(s) músculo(s) adolorido(s) por 15 a 20 minutos a la vez, 3 a 5 veces al día, hasta que la tensión y la rigidez se disipen. Las bolsas de hierbas usualmente contienen bulgur o arroz, así como hierbas relajantes o aceites esenciales como lavanda.
    • También puedes remojar el músculo crónicamente desgarrado en un baño tibio de sal de Epsom por 20 a 30 minutos ya que puede reducir significativamente el dolor y la inflamación en músculos. [6] El magnesio en la sal ayuda a relajar las fibras musculares y el agua tibia promueve la circulación.
    • No uses calor seco, como compresas calientes, en los músculos crónicamente desgarrados ya que te arriesgas a deshidratarlos y empeorar el problema.
  4. Como se menciona, la inflamación es un problema grave con las lesiones musculoesqueléticas agudas tales como desgarros, así que tomar píldoras antiinflamatorias de venta libre durante las etapas iniciales de la lesión también es una buena estrategia. [7] Los antiinflamatorios comunes incluyen ibuprofeno (Advil, Motrin), naproxeno (Aleve) y aspirina, pero tienden a ser fuertes para el estómago, así que limita tu uso a menos de 2 semanas. Los antiinflamatorios solo son para el alivio sintomático y no estimulan la curación, pero definitivamente pueden permitirte reanudar tu trabajo u otras actividades (cuando sea apropiado) con más comodidad.
    • El ibuprofeno no es apropiado para niños pequeños, así que siempre consulta con tu doctor antes de tomar cualquier medicamento o dárselo a tus hijos.
    • Para problemas musculares más crónicos, considera tomar un relajante muscular (como ciclobenzaprina) para reducir la rigidez o los espasmos musculares. Sin embargo, nunca tomes antiinflamatorios y relajantes musculares simultáneamente.
  5. Se considera que el estiramiento muscular es principalmente una estrategia para la prevención de lesiones, pero también puede utilizarse durante lesiones (aunque con cuidado y sentido común). [8] Una vez que el dolor inicial de la lesión aguda se calme después de unos cuantos días, considera hacer algunos estiramientos suaves solo para mantener el músculo flexible y evitar espasmos. Comienza con 2 a 3 veces al día y mantén los estiramientos por 15 a 20 segundos mientras respiras profundamente. Es posible que los desgarros musculares crónicos necesiten aún más estiramientos, así que aumenta a 3 a 5 veces al día y mantenlos por 30 segundos aproximadamente hasta que la incomodidad se disipe.
    • Si te estiras apropiadamente, no deberías tener más dolor muscular al día siguiente. Si lo tienes, entonces podría ser una indicación de que te estiraste demasiado y necesitas ser menos duro reduciendo la intensidad de los estiramientos.
    • Una causa común del “estiramiento excesivo” es hacer estiramientos mientras los músculos están fríos. Por lo tanto, asegúrate de hacer fluir tu sangre o aplicar calor húmedo a cualquier músculo antes de intentar estirarlo.
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Parte 2
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Busca ayuda con la recuperación

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  1. Si tus remedios caseros no parecen afectar a tu recuperación tan bien como esperabas o si simplemente quieres aumentar lo que estás haciendo, entonces considera ver a un masajista profesional para un masaje profundo de tejidos. Un masaje profundo es útil para desgarros leves a moderados ya que reduce los espasmos musculares, combate la inflamación y promueve la relajación. [9] Comienza con una sesión de 30 minutos y permite al masajista ir lo más profundo que puedas tolerar sin doblarte de dolor. También es posible que tu terapeuta realice una terapia de puntos desencadenantes que se centre en las fibras musculares lesionadas.
    • Siempre mantente bien hidratado después de un masaje para purgar los subproductos inflamatorios y el ácido láctico de tu cuerpo. Si no lo haces, podrías experimentar dolores de cabeza leves o náuseas.
    • Si tu presupuesto no permite terapias de masajes profesionales, entonces considera usar una pelota de tenis o un rodillo de espuma como sustituto. Dependiendo de dónde esté el desgarro, usa tu peso corporal para rodar sobre la pelota de tenis o el rodillo de espuma hasta que sientas que la tensión y el dolor comienzan a disiparse.
  2. Las máquinas de ultrasonido terapéuticas producen ondas sonoras de alta frecuencia (inaudibles para las personas) al vibrar el material de cristal, que luego tiene un impacto terapéutico en el tejido suave y los huesos. Aunque ha sido utilizado por más de 50 años por médicos, fisioterapeutas y quiroprácticos para una variedad de lesiones musculoesqueléticas, aún no se comprenden por completo las formas exactas en las que afecta al tejido. Produce un efecto térmico (calor) en ciertos ajustes, lo que es beneficioso para los desgarros musculares crónicos, pero también parece reducir la inflamación y promueve la curación en ajustes completamente diferentes (pulsados), lo que puede ayudar con las lesiones agudas. [10] Se puede alterar la frecuencia de ultrasonido de tal manera que penetre el cuerpo ya sea superficialmente (en la superficie) o mucho más profundo, lo que es muy bueno para desgarros en el hombro y la parte baja de la espalda.
    • El tratamiento por ultrasonidos es indoloro y dura de 3 a 10 minutos dependiendo de la ubicación y si la lesión es aguda o crónica. Los tratamientos podrían repetirse 1 a 2 veces al día para lesiones agudas o con menos frecuencia en casos crónicos.
    • Aunque un solo tratamiento por ultrasonidos a veces puede proporcionar un alivio sustancial a un músculo desgarrado, lo más probable es que se requiera 3 a 5 tratamientos para notar resultados significativos.
  3. Otro tipo de tratamiento que puede ser efectivo para desgarros musculares tanto agudos como crónicos es la estimulación muscular electrónica. [11] La estimulación muscular electrónica involucra la colocación de electrodos sobre el tejido muscular lesionado para transmitir corrientes eléctricas y causar contracciones. Para desgarros agudos, los dispositivos de estimulación muscular (dependiendo de los ajustes) pueden ayudar a extraer la inflamación, reducir el dolor e insensibilizar las fibras nerviosas. Para desgarros crónicos, la estimulación muscular electrónica también tiene la habilidad de fortalecer el músculo y “reeducar” a las fibras (les permite contraerse al unísono con más eficiencia).
    • Los profesionales de la salud con más probabilidades de usar la estimulación muscular electrónica incluyen fisioterapeutas, quiroprácticos y médicos deportivos.
    • Los dispositivos de estimulación muscular electrónica pueden comprarse fácilmente en tiendas de suministros médicos y rehabilitación, así como en línea. Son mucho más económicos que los dispositivos de ultrasonido, pero solo deben utilizarse bajo la supervisión o el asesoramiento de un profesional de la salud.
  4. La radiación infrarroja también se encuentra en el reino de la terapia de frecuencia. El uso de ondas de luz de baja energía (infrarrojo) es capaz de acelerar la curación de heridas, reducir el dolor y disminuir la inflamación, particularmente en lesiones crónicas. [12] Se cree que el uso de la terapia infrarroja (mediante un dispositivo portátil o dentro de un sauna que emite luz infrarroja) penetra profundamente en el cuerpo y mejora la circulación puesto que crea calor y dilata los vasos sanguíneos. Los tiempos del tratamiento varían de 10 a 45 minutos dependiendo de la lesión y si es aguda o crónica.
    • En algunos casos, la reducción significativa del dolor ocurre horas después del primer tratamiento infrarrojo, pero tus resultados podrían variar.
    • La reducción del dolor normalmente es duradera; semanas o a veces meses.
    • Los profesionales de la salud con más probabilidades de usar la terapia infrarroja incluyen quiroprácticos, osteópatas, fisioterapeutas y masajistas.
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Consejos

  • Para ayudar a evitar desgarros musculares, establece una rutina de calentamiento antes de dedicarte a cualquier ejercicio físico extenuante.
  • El mal acondicionamiento puede dejar tus músculos débiles y más propensos a desgarros.
  • Es más probable que los músculos fatigados por el ejercicio intenso sucumban a lesiones.
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