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Abandonar algo, o rendirse es visto como un anatema en muchas culturas, ya que se ve como una señal de debilidad, falta de tenacidad, y de tirar la toalla, cuando intentar algo una y otra vez es la avenida del heroísmo. Sin embargo, los mitos alrededor de “nunca rendirse”, injustamente nos mantienen en senderos en la vida que no nos llevan a ningún lado rápidamente y que pueden convertir nuestras vidas en una rutina monótona. No solo se puede uno rendir con gracia, pero a veces es algo esencial.

  1. ¿De qué se trata la situación que te hace sentir como que quieres rendirte? ¿Es un problema de largo tiempo o simplemente uno que acaba de surgir? La duración del reto en tu vida es importante para determinar la validez de apegarse a él. La razón por la que has hecho algo durante mucho tiempo y el hecho de que esa inversión de tiempo te lleva a apegarte hasta que lo superas puede ser una carga en tu espalda. Puede atarte a algo que, en última instancia, no te será satisfactorio e incluso podría resultar mal.
    • No te apegues a algo solo porque lo has estado haciendo por mucho tiempo. El hecho de haber estado haciéndolo por muchos años no es una razón para seguir con eso. Tu razón para continuar debe ser más fuerte. Rendirte antes de realmente comenzar con algo no siempre está mal; incluso si estás en un avión, todavía puedes decidir no saltar en paracaídas. Existen momentos en los que escuchar a nuestros instintos tiene sentido para nuestro propio tipo de personalidad.
  2. Algunas veces, tu visión acerca del camino de una carrera que escoges difiere de la realidad. Después de algunos años, si te das cuenta que la cantidad de trabajo normalmente excede el precio que puedes cobrar razonablemente por cada trabajo y luego llegar a darte cuenta que el pago no compensa el esfuerzo que debes invertir, es la clave. Darte cuenta no significa que estas rindiéndote en el sentido negativo. Es una evaluación honesta e implacable de tu situación.
    • Incluso Donald Trump aconseja a los emprendedores a “no enamorarse tanto de sus propias ideas hasta el punto de no saber cuándo reducir sus pérdidas, renunciar y seguir adelante”. Aconseja salir antes de que esas ideas te arrastren y te hagan perder todo. En otras palabras, si trabajas para obtener cacahuates, agotándote por poca remuneración, y decides dar por terminada esta empresa de modo que puedas probar algo que sea más gratificante a nivel personal y financiero, es simplemente deshacerte de algo no rentable y liberarte para seguir un mejor camino. Esto no debe considerarse como simplemente renunciar debido a que algo es muy difícil. Lo mismo pasa con tu vida personal, si tu relación se trata de que tú des todo, todo el tiempo, siempre dejando que se aleje lo que tú quieres, y que nunca regrese a ti (dar y recibir), ríndete. Rompe la relación y encuentra a alguien más que sea más compatible con tus deseos.
  3. Aunque sea por una mala derrota, tal vez no sea tan mala después de todo. Cuando algo en la vida nos derrota (alguna relación, estudios, un proyecto, el trabajo, una amistad, etc.), no es el fin del mundo. Tal vez te duela mucho, tal vez te frustres, y tal vez cause que vuelvas a pensar en todo lo que has vivido, pero es realmente importante ver esto como una fase en tu vida, como un tiempo que experimentaste y en el que aprendiste.
    • La próxima etapa de tu vida será diferente, ya que estarás más informado de lo que puede pasar y de lo que tuviste que dejar atrás para moverte hacia adelante. Toma esta perspectiva positiva pensando que el final de algo es el proceso de aprendizaje para llegar a hacer un nuevo camino hacia delante.
  4. Si no pueden darte alguna razón real y convincente por lo que tengas que seguir adelante con algo que simplemente no funciona en tu vida, y lo único que te pueden decir es que “rendirse es de cobardes”, no te están dando un buen consejo. Socialmente, nos alimentan la idea de que solo se debe rendirse como último recurso y no es bueno en ningún caso. En la vida real, rendirse es una parte esencial de moverse hacia delante y de hacer las cosas correctamente la próxima vez.
  5. La manera en la que expreses tu decisión de rendirte debido a lo que te estanca, si importa. Si caminas con los hombros caídos, la espalda encorvada, los labios temblorosos y con una actitud tan frágil como el cristal, te arriesgarás a que otras personas amplifiquen la “mala” decisión que has tomado de rendirte. Por otro lado, si mantienes un ritmo en tu paso a pesar de tu reserva y tienes respuestas claras y razonadas a los escrúpulos de las personas sobre tu decisión, te irá mucho mejor.
    • La gente responde positivamente si te expresas positivamente de las cosas que fueron duras porque inevitablemente se ponen en tus zapatos y tratan de imaginarse cómo reaccionarían si les hubiera pasado a ellos; además, muchas personas ponen atención a tu decisión para informarse y tomar decisiones en sus propias vidas. Por consiguiente, dales algo positivo y constructivo que rescatar de tu experiencia con tus explicaciones optimistas sobre la razón por la que tu decisión fue la correcta. Incluso podrían tener un refuerzo positivo o una idea excelente que agregar una vez que les hayas contado tu decisión de renunciar.
  6. Esto es algo muy natural. Sin embargo, igualmente debes estar listo para contraatacar la duda inmediatamente con todas las razones por las cuales el rendirte fue tan esencial e importante en tu vida en este punto.
  7. En otras palabras, estás haciendo lo que tienes que hacer y no significa que rendirte sea una característica de tu personalidad. Darte cuenta que ésta no era “la montaña en la que querías morir” significa que has aprendido a discernir lo suficiente como para saber si algo vale la pena y si es algo en lo que realmente crees y tienes la oportunidad de que funcione bien. El análisis realista de tu situación siempre es fundamental para tomar una decisión sensible sobre renunciar. En última instancia, ten en cuenta que renunciar en cualquier caso es sobre la situación particular en ti vida, no una forma de ser para toda tu vida.
    • En ocasiones, cuando haces frente a las tribulaciones, en tu debilidad piensas en renunciar. Siempre menospreciamos a los que se rinden o renuncian fácilmente solo porque se frustran con los problemas. No obstante, en ocasiones, cuando renuncies, te sentirás relajado y menos ansioso. Debido a que podrías tener un objetivo más grande con el que te sientas más conectado de lo que has estado buscando hasta el momento. Rendirte no significa un único final, sino más bien un final que conduce a un nuevo comienzo.
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Consejos

  • No solo te riendas porque estás “aburrido”. Encuentra la manera de energizarte y de emocionarte, y busca las oportunidades para hacer que tu trabajo o tú esfuerzo se sienta vital y lleno de vida.
  • Cuando las cosas se ponen difíciles, si estás abrumado, pide ayuda antes de considerar rendirte.
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Advertencias

  • Si te das cuenta de que te riendas o empiezas de nuevo repetidamente, ganarás la reputación de ser un debilucho, y tal vez sea cierto. Saber cuándo debes rendirte y hacerlo de una manera considerada es la clave para moverse hacia adelante en la vida. Simplemente rendirte cuando las cosas se ponen duras realmente es algo cobarde y solo te moverás en círculos sin progresar. ¡Debes ponerte firme!
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