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Debido a la alta competitividad del mercado laboral de hoy en día, muchos trabajadores sienten la necesidad de ir a trabajar aun cuando están enfermos, un fenómeno conocido como “presentismo”. Aunque al mismo tiempo, un tercio de los trabajadores estadounidenses admiten tomarse un día libre por enfermedad sin estar enfermos. [1] Ya sea que realmente te sientas mal o que solo necesites un día de descanso, sigue algunos procedimientos razonables para determinar cuándo y cómo reportarte enfermo. Así mantendrás contentos a tu jefe y tus colegas.

Método 1
Método 1 de 3:

Decidir si estás enfermo y debes quedarte en casa

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  1. Aún si no eres muy buen amigo de todos tus colegas, de seguro no hay nadie a quien quieras ver enfermo. Como mínimo, piensa en las dificultades que tendrás que enfrentar si la mitad de la oficina se enferma y se ausenta o es improductiva por causa tuya.
    • Quédate en casa si eres contagioso. Si toses, estornudas, tienes la nariz mocosa o una herida abierta, no vayas a trabajar. [2] Piensa en cómo te sientes cuando estás sano y la persona del cubículo de al lado tose todo el día y estornuda sobre la fotocopiadora.
    • Sin embargo, no confundas los síntomas del resfriado con las alergias estacionales, ya que no son contagiosas y (bajo circunstancias normales) no ameritan un día libre por enfermedad. Ambas enfermedades implican estornudar y tener la nariz mocosa o tapada, pero las alergias no deben provocar fiebre o dolores corporales, entre otras diferencias. Consulta con tu doctor si aparentemente tienes un resfriado prolongado en la misma época del año, ya que podría tratarse de una alergia. [3]
    • Sobre todo sé consciente de tus colegas que corren mayor riesgo de enfermarse o contraer una infección. Por ejemplo, las colegas embarazadas, los colegas con inmunodeficiencias o que se someten a tratamientos contra el cáncer son más propensos a enfermarse y a sufrir graves complicaciones. [4]
    • No te sientas culpable por darles a todos un poco de trabajo adicional en tu ausencia. Les haces un favor al mantener tus gérmenes en casa.
  2. Si no puedes pararte, ver claramente, mantenerte despierto o pasar diez minutos sin ir al baño, ¿qué tan útil vas a ser en el trabajo?
    • Tal vez a tu jefe no le agrade que te tomes un día libre por enfermedad, pero tampoco estará contento si no eres de utilidad todo el día. Te conviene más (y a tu jefe) ser productivo cuando estás presente y que te quedes en casa cuando no lo eres. [5]
    • Por lo tanto, si te reportaras enfermo cada vez que sientes que no estás al 100 %, casi nunca irías a trabajar. Determina si puedes trabajar un día entero (aunque no necesariamente sea algo excepcional).
  3. En la actualidad, muchos de nosotros ya realizamos gran parte de nuestro trabajo desde casa o podemos hacerlo si es necesario. Piensa en si necesitas un día de trabajo desde casa o un día sin trabajar.
    • Ofrécete a trabajar desde casa si tus funciones laborales lo permiten y si eres contagioso, pero no estás incapacitado.
    • Sin embargo, no te ofrezcas a trabajar desde casa si estás muy enfermo como para trabajar. En este caso, el descanso es esencial para recuperarte. [6]
    • Si temes reportarte enfermo o hacerlo sin ofrecerte a trabajar desde casa debido a la presión de tu supervisor, busca formas de apoyar políticas más favorables respecto a los días de licencia por enfermedad en tu trabajo. Habla con tus colegas sobre la creación de un frente unido que busque cómo los días pagados por enfermedad pueden mejorar la productividad y la moral de los trabajadores. [7]
  4. Si trabajas como parte de un “equipo” o eres un supervisor, podrías dudar más en tomarte un día libre por enfermedad cuando realmente debes hacerlo, debido al temor de arruinar el día laboral de los demás.
    • Si empiezas a sentirte mal durante un día de trabajo y sospechas que el día siguiente podrías estar enfermo, crea una lista de tareas o actividades que deben hacer tus colegas o subordinados en tu ausencia. Márcala con claridad y colócala en tu escritorio para que la encuentren con facilidad al día siguiente si no estás presente.
    • En general, es una buena idea tener este lista preparada, actualizada y accesible para cuando estés ausente. Así puedes dirigir y guiar a tus colegas incluso en tu ausencia. [8]
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Método 2
Método 2 de 3:

Seguir las reglas de ausencia por enfermedad

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  1. ¿Se pone furioso si alguien se reporta enfermo por algo que no sea mortal? ¿Se queja de recibir este tipo de notificaciones por mensaje de texto o correo electrónico en vez de una llamada telefónica? Usa dichas observaciones para ayudarte a determinar cuándo y cómo reportarte enfermo. [9]
    • El temor de molestar al jefe con un aviso de enfermedad es una de las razones por las que el trabajador estadounidense promedio solo se toma cinco días libres por enfermedad al año, aunque tenga derecho a ocho o nueve días. [10]
    • En el mejor de los casos, aliviarás tus temores si tu jefe responde de manera razonable a tu demanda legítima de tomarte un día libre por enfermedad.
    • En el peor de los casos, tendrás que ser insistente y persistente para obtener tu día libre por enfermedad, incluso cuando realmente lo necesitas.
  2. Si tienes suerte, a tu jefe le bastará con recibir un mensaje de texto o un correo electrónico para concederte un día libre por enfermedad. Aunque siendo realistas, lo más probable es que tengas que conversar con él por teléfono.
    • En la mayoría de los casos, llamar para avisar que estás enfermo le da un mayor respeto, seriedad y legitimidad a tu demanda. [11]
    • También es importante decidir cuándo llamar. No debes llamar muy temprano, puesto que podrías despertar a tu jefe o darle la impresión de que ni siquiera has considerado la posibilidad de ir a trabajar. Sin embargo, llamar muy tarde podría considerarse irrespetuoso ya que dejarías plantados a todos con tu ausencia de último minuto.
    • El mejor momento para llamar es entre la hora en que te levantas normalmente y la hora en que te vas a trabajar. Esto les envía el siguiente mensaje: “He tratado, pero lo cierto es que no estoy en condiciones de ir a trabajar hoy”.
  3. De seguro tu jefe querrá asegurarse de que realmente estás enfermo, pero no necesita que le brindes detalles de la mañana que has pasado en el baño. Sé claro, directo y conciso a la hora de explicar el por qué necesitas quedarte en casa. [12]
    • Si conoces a tu jefe y cómo reacciona a las demandas de días libres por enfermedad, tendrás una mejor idea de cuánto detalle necesitas proporcionar respecto a tu enfermedad, síntomas, etc.
    • A menos que estés seguro de tus habilidades para actuar por teléfono, fingir o exagerar los síntomas para convencer a tu jefe no es una buena idea. Lo más probable es que despiertes sospechas que simpatía si tu “voz rasposa” o “tos persistente” suena fingida, aunque de verdad tengas dichos síntomas pero de forma más leve.
    • Discúlpate por el inconveniente, pero no te sientas culpable si realmente estás enfermo y no puedes ir a trabajar. Recuerda que en realidad les estás haciendo un favor a los demás. [13]
  4. No es necesario darles a todos detalles explícitos de lo enfermo que estabas o hacer notar tus síntomas remanentes para justificar tu estadía en casa el día anterior. (Por otro lado, tampoco debes actuar como si te sintieras mejor que nunca). En vez de eso, sé un poco más amable.
    • Aprecia los esfuerzos de tus colegas por compensar tu ausencia y discúlpate por cualquier inconveniente que hayas causado.
    • Asimismo, demuestra tu preocupación por la salud de tus colegas practicando una higiene ejemplar tras tu regreso. [14] Lávate las manos como si fueras un cirujano a punto de entrar en la sala de operaciones y usa ese desinfectante de manos que guardas en tu escritorio hasta que esté vacío. Declárale la guerra a cualquier contagio que aún puedas tener.
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Método 3
Método 3 de 3:

Reportarte enfermo cuando no lo estás

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  1. Si estás decidido a reportarte enfermo, debes echarle un vistazo a tu calendario con anticipación para asegurarte de que el día que elijas no resalte como el día perfecto para ausentarse del trabajo. Estas son algunas formas de elegir el día adecuado:
    • Reconoce que si eliges un viernes o un lunes, debes ser muy convincente porque darás las impresión de que intentas obtener un fin de semana largo de tres días. [15]
    • Asegúrate de no haberte tomado muchos días libres últimamente, sin importar que haya sido por una verdadera enfermedad o no. No querrás quedar como la persona que siempre anda buscando un día libre. Asegúrate de haber ido a trabajar todos los días al menos por dos meses antes de decidir tomarte un día libre.
    • No elijas un día especialmente importante o molesto, como el día de una reunión a la que todos le temen o el día en que vendrá un cliente con el que todos saben que no te llevas bien. Esto pondrá en evidencia que intentas evitar estar en el trabajo ese día en particular.
    • No elijas un día en el que se lleve a cabo un evento deportivo importante en tu ciudad. Si todos saben que eres hincha de cierto equipo y que te mueres por ir a ver un día de juego, tu excusa no servirá.
    • No elijas un lunes después de la final de un campeonato importante en tu país. Esta es una fecha en la que muchas personas acostumbran a festejar mucho y será muy obvio que te estás reportando enfermo debido a la resaca del domingo, no por estar enfermo.
  2. Una vez que hayas elegido el día ideal para ausentarte por enfermedad, debes dar signos de que estás empezando a enfermarte el día anterior. Se verá sospechoso si trabajas más duro que nunca o te matas de risa en la sala de café un día y luego te reportas enfermo de una afección debilitante al día siguiente. Por lo tanto, exagerar tu falsa enfermedad puede dejarte en evidencia ante el jefe y los colegas, así que muestra signos leves. [16]
    • Tose o sórbete la nariz de vez en cuando.
    • Durante el almuerzo, menciona de forma casual que no tienes apetito.
    • Luce ligeramente descuidado. Si eres hombre, despeina tu cabello o no te metas por completo la camisa dentro del pantalón. Si eres mujer, ponte menos maquillaje que de costumbre y no te laves el cabello para darte un aspecto algo cansado. No lleves esto demasiado lejos; recuerda que debes dar la impresión de que estás enfermo, no de una persona dejada.
    • No seas muy obvio sobre tu enfermedad. Una vez que las personas te escuchen toser o sorberte la nariz, te preguntarán cómo te sientes. Trata de restarle importancia. Solo di "No, estoy muy bien" o "Solo estoy un poco cansado hoy".
    • Si acostumbras a tomar mucho café, mejor toma té.
    • Agárrate la cabeza con las manos, como si tuvieras dolor de cabeza.
    • Toma un analgésico durante tu día laboral. Lleva un frasco lleno de pastillas al trabajo para que todos puedan escuchar el sonido del frasco al sacar una pastilla. También puedes fingir que tomas las pastillas, pero tienes que ser muy convincente.
    • Sé más reservado ese día. No te esfuerces por complacer a los demás ni seas amigable con todos.
    • Si tus colegas te invitan a tomar unos tragos o a salir a almorzar, agradéceles pero diles que no tienes ganas.
    • Si es un viernes y planeas faltar el lunes, menciona que no te sientes bien al final del día, pero que te recuperarás durmiendo el fin de semana. Luego cuando te reportes enfermo el lunes, podrás mencionar que empezaste a sentirte terrible durante el fin de semana y que te sientes un poco mejor, pero que no estás recuperado.
  3. Una vez que hayas puesto en marcha tu plan de faltar al trabajo por enfermedad, debes preparar tu llamada cuando llegues a casa. Debes estar listo para cualquier cosa que pueda surgir durante la llamada, de modo que no te tomen por sorpresa.
    • Conoce bien tu enfermedad. ¿Se trata de una migraña, un resfriado o algo más? Una migraña o un resfriado son buenas excusas. No elijas una enfermedad muy complicada que sea difícil describir o algo que requiera varios días para recuperarte, como faringitis o intoxicación por alimentos.
    • Conoce tu enfermedad, pero no des muchos detalles. La llamada debe ser breve y agradable. [17] Si el jefe te hace preguntas al respecto, puedes responderle.
    • Prepárate para las preguntas que podría hacerte el jefe, de modo que suenes honesto. Debes saber cuándo empezó tu enfermedad, cómo crees que te sentirás al día siguiente y qué harás ese día para recuperarte.
    • Ensaya la conversación. Incluso puedes llamar a un amigo cercano para practicar con él. Trata de escribir lo que vas a decir para ayudarte a ensayar, pero no leas el papel cuando hagas la llamada real.
  4. Este es el momento de la verdad para obtener tu día libre por enfermedad. Haz una llamada convincente y estarás libre de quedarte en casa. Pero si lo haces mal, en el mejor de los casos, pondrás furioso a tu jefe y en el peor de los casos, perderás tu trabajo. Llama en el momento adecuado y de la forma adecuada para mejorar tus probabilidades de éxito.
    • Haz la llamada temprano. Después de haberte preparado para la llamada, debes llamar a tu jefe temprano, pero no tanto como para despertarlo y convertirte en una molestia. Llámalo cerca de la hora en que acostumbras a levantarte para ir a trabajar. De este modo, parecerá que quisiste ir a trabajar y te diste cuenta de que no te sentías lo suficientemente bien como para ir al trabajo.
    • Debes sonar enfermo durante la llamada. Ya sea que dejes un mensaje de voz o que hables directamente con tu jefe, es importante que suenes convincente sobre estar enfermo. Estos son algunos consejos que puedes poner en práctica para sonar como si estuvieras enfermándote:
    • Tose o sórbete la nariz de vez en cuando durante la llamada. No exageres porque las toses falsas son muy obvias, pero toser o sorberse la nariz en el momento adecuado puede ser útil.
    • Haz que tu voz suene ronca. Puedes lograrlo gritando en una almohada para asegurarte de que la garganta te duela un poco o no tomes agua antes de la llamada.
    • También puedes llamar mientras estás acostado y tienes la cabeza colgando boca abajo (para sonar congestionado), pero asegúrate de que esto no te desoriente y te haga olvidar lo que tienes que decir con exactitud.
  5. Sería sospechoso si te presentas al trabajo con un aspecto bien descansado y entusiasmado. En vez de eso, debes actuar como si te sintieras mejor después de tu resfriado, pero aún muestra signos de esa molesta enfermedad. No olvides practicar una buena higiene para mantener la simpatía de los demás. [18]
    • No te arregles tan bien como de costumbre. Nuevamente, no debes verte como una persona descuidada, pero tu cabello, rostro y ropa deben verse un poquito desarreglados.
    • Sé más reservado que de costumbre.
    • Suénate la nariz o tose de vez en cuando.
    • Pide disculpas por haber perdido un día de trabajo.
    • No aparezcas con un lindo bronceado o un traje nuevo. De lo contrario, será obvio que pasaste el día en el sol o de compras.
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Consejos

  • No le digas a nadie del trabajo que has mentido sobre tu enfermedad o que vas a fingir estar enfermo. Aunque sean amigos cercanos, esto podría llegar a oídos de tu jefe y estarás en serios problemas.
  • Si te reportas enfermo con frecuencia, tu jefe desconfiará de todas las llamadas por enfermedad y se pondrá más estricto con los demás.
  • Recuerda que los encargados del personal y la gerencia controlan las ausencias por enfermedad, incluyendo la duración y la frecuencia de dichas ausencias, además de sus patrones.
  • No te muestres mucho en público durante tu día libre por enfermedad. Puedes ir al supermercado con tus pantalones para correr, pero no debes toparte con tu jefe en un bar.
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Advertencias

  • Si quieres reportarte enfermo cuando no lo estás, debes ejecutar el plan a la perfección. Si haces mal tu papel de enfermo, tu jefe perderá la confianza en ti y pensará que eres un trabajador poco fiable. Además, puedes correr el riesgo de perder tu trabajo.
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