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Todo el mundo necesita un día ocasional de ocio o de un descanso de salud mental. Por desgracia, es probable que tu lugar de trabajo no aprecie tu espontaneidad, y con mucha razón. Por suerte, hay algo que puedes hacer en esta situación exacta: reportarte enfermo. Obviamente, esta no es una técnica que puedas usar con demasiada frecuencia, pero te puede dar ese descanso que tanto necesitas. Con el fin de reportarte enfermo, tienes que convencer a tus colegas de que realmente te sentías enfermo el día anterior y hacer una llamada a tu jefe que haga parecer que realmente lamentas quedarte en casa para tratar tu enfermedad sin exagerar demasiado.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Hacer la llamada

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  1. No te retrases. Cuanto antes se lo digas a tu jefe, mejor. Además, tendrás una voz más gruesa después de despertar, lo cual le dará más credibilidad a tu enfermedad. Asimismo, si llamas temprano, hay más posibilidades de que te comuniques con el correo de voz de tu jefe o te conteste cuando está fuera de turno. Si llamas muy tarde, entonces parecerá que no consideraste los sentimientos de tu jefe.
    • Mantén la conversación corta. Si bien conocer tu enfermedad a fondo te puede ayudar a sentirte preparado, debes recordar que por lo general los mentirosos tienden a “embellecer” las historias. No entres en muchos detales, simplemente di que no te sientes bien y no irás a trabajar. Proporciona la suficiente información para que tu jefe te crea, como “Estuve despierto toda la noche” o “Tengo problemas estomacales terribles”.
    • También puedes decir algo como “Sabía que debí haber dicho algo al final de la jornada laboral de ayer, pero esperaba sentirme mejor hoy”. Sin ser demasiado obvio al respecto, trata de demostrar cuánto te hubiese gustado ir a trabajar.
  2. Si bien no debes exagerar cuando llames a tu jefe, no te hará daño sonar un poco enfermo. Además de tener una voz gruesa por llamar temprano en la mañana, puedes quejarte o toser de vez en cuando sin tener que exagerar para que tu jefe piense que estás enfermo. También puedes hablar un poco más lento o suave para demostrar que no tienes toda tu fuerza. Practica este acto en voz alta para que suene convincente.
    • Si quieres hacer que tu voz suene ronca, puedes gritar tapándote con una almohada durante 10 segundos más o menos antes de hacer la llamada. Sin embargo, esto hará que te duela la garganta, así que asegúrate de que valga la pena.
    • También puedes intentar sonar un poco fuera de ti y desorientado. Si suenas alegre y eres rápido para responder cualquier pregunta que te haga tu jefe, es posible que no seas muy convincente.
  3. ¿Tu jefe es el tipo de persona entrometida? Trata de imaginar qué tipo de preguntas te podría hacer. Por ejemplo, si trabajas en un servicio de alimentos, tu jefe podría preguntarte qué tan contagiosa es tu enfermedad. Es posible que también te pregunte si has hecho todo lo posible para sentirte lo suficientemente bien como para ir a trabajar. Lo mejor es decir que crees que la enfermedad es contagiosa y que has probado todos los remedios posibles (analgésicos, antiácidos, más líquidos, etc.) pero todo fue en vano.
    • Menciona casualmente que has llamado a la oficina de tu doctor y que estás esperado que te separe una cita. Durante las temporadas de resfriados y gripe, es posible que tome varios días conseguir una cita con tu médico. Si tu jefe te exige un descanso médico cuando regreses, le puedes decir que la cita no es hasta dentro de unos días. Te dará tiempo para visitar al médico.
  4. Cuando termines de hablar con tu jefe, trata de dejar una impresión positiva tanto como puedas. Dile que harás todo lo posible para recuperarte e ir a trabajar el día siguiente y que estás agradecido de que sea tan comprensivo. Demuestra cuán comprometido estás con el trabajo y que estás impaciente por regresar a tus responsabilidades sin exagerar. Haz que tu jefe sienta que realmente estás arrepentido de tomarte un día de descanso en lugar de que sienta que no puedes esperar a ver la televisión y escaparte de tus deberes.
    • Incluso puedes decirle a tu jefe que cuente contigo si piensas que realmente necesita tu ayuda. Si estás dispuesto a que te “molesten” en tu día libre, puedes decirle a tu jefe “Voy a estar en la cama todo el día, así que llámame si me necesitas”. Sin embargo, hazlo solo si crees que tu jefe realmente estaría perdido sin ti.
    • Termina la conversación agradeciéndole a tu jefe por ser tan considerado.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Acabar lo que empezaste

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  1. No vayas a tu trabajo con un aspecto perfectamente saludable después de faltar. Actúa como si todavía te sintieras mal por tu enfermedad. Suénate la nariz un par de veces o tose suavemente. No tienes que sobreactuar y parecer un mártir por regresar al trabajo. No menciones tu enfermedad y deja que las demás personas se pregunten cómo se sienten. Debes restarle importancia para ser más auténtico. Por ejemplo, puedes decir algo como “En realidad ya no me siento tan mal” o “Solo necesito una noche más de sueño y estaré bien”.
    • Si quieres parecer más auténtico, no duermas mucho la noche anterior para llegar al trabajo con un aspecto demacrado y exhausto. Esto realza tu credibilidad la próxima vez que te reportes enfermo (y te da una excusa para quedarte despierto hasta tarde).
    • Actúa un poco más reservado ese día. No seas demasiado amable o conversador con tus compañeros de trabajo y rechaza cualquier invitación. Recuerda que todavía tienes que guardar fuerzas.
  2. Tal vez crees que eres cercano a tus compañeros de trabajo y que jamás te delatarían, pero aun así debes tener cuidado de no anunciar que fingiste estar enfermo. Tus compañeros de trabajo no se sentirán bien y pensarán que eres irresponsable o simplemente molesto. Además, si solo un compañero de trabajo repite lo que dijiste y esto llega a oídos de tu jefe, no solo te meterás en problemas, sino que no serás capaz de fingir una enfermedad de nuevo.
    • Por otra parte, el hecho de que te llamen la atención por fingir estar enfermo también hará que tu jefe sospeche de ti la próxima vez que realmente estés enfermo. No querrás defenderte el resto del tiempo en tu trabajo.
    • Todos necesitamos tomarnos un día libre del trabajo de vez en cuando sin que nos juzguen. Sin embargo, esto no significa que debes presumir de ello o de lo contrario demostrarás que no te tomas tu trabajo en serio.
  3. Después de hacerte el enfermo, debes ser amable con tu jefe cuando regreses a trabajar. No tienes que mencionar tu enfermedad o darle las gracias por ser tan comprensivo, pero debes esforzarte en tener una buena actitud y enviarle vibras positivas a tu jefe. Haz que recuerde el tipo de empleado que eres y no dejes ninguna sombra de duda en su mente de que has estado fingiendo.
    • No tienes que exagerar tu amabilidad o hacer comentarios sobre cuánto amas tu trabajo y lo mucho que significa en tu vida.
  4. Cuando regreses de hacerte el enfermo, debes intentar hacer tu mejor esfuerzo. Este no es el día para llegar una hora tarde o pasar dos horas en el teléfono haciendo llamadas telefónicas personales o reservando tus próximas vacaciones. En su lugar, debes permanecer trabajando todo el tiempo que necesites estar allí, contribuir en las reuniones, responder los correos electrónicos sin demora y hacer cualquier otra cosa que puedas para asegurarte de dejar una buena impresión.
    • Tal vez quieras quejarte con tus compañeros de trabajo cuando regreses a trabajar, pero debes ser más comprensible y un poco más positivo después de tu regreso. No querrás que tu jefe te escuche quejarte después de haberte tomado un día libre.
    • Está bien hacerte el enfermo de vez en cuando, pero si entras en el hábito de holgazanear en general, entonces es posible que tu trabajo esté en riesgo. Haz un esfuerzo para silbar mientras trabajas tanto como sea posible cuando regreses.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Prepararte para hacer la llamada

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  1. Tal vez pienses que cada día es un buen día para hacerte el enfermo, pero si realmente estás decidido a fingir tu enfermedad, entonces debes esforzarte un poco más para pensar el día exacto. Si eliges el día equivocado para hacerte el enfermo, entonces será mucho más difícil crear una situación convincente. En su lugar, asegúrate de que las probabilidades estén a tu favor antes de ejecutar tu plan maestro. Aquí hay algunas cosas que debes tener en cuenta:
    • Prepárate para ser muy convincente si haces la llamada un lunes o un viernes. Será más difícil que tu jefe crea que realmente te sientes enfermo durante un largo fin de semana.
    • Asegúrate de que no haber estado enfermo recientemente o haberte tomado una gran cantidad de tiempo libre.
    • No te hagas el enfermo justo después de haber tenido un altercado en el trabajo o después de haber recibido un montón de quejas. No querrás que tu jefe crea que tu “enfermedad” es producto de una ofensa. Tu enfermedad será mucho más convincente si todo estaba bien y excelente la última vez que fuiste a trabajar.
    • Trata de no faltar de manera conveniente en un día desagradable de trabajo. Si tu jefe sabe que odias las reuniones mensuales, entonces no debes hacerte el enfermo ese día en particular sin importar cuán bien se sienta.
    • Intenta fingir la cara de enfermo cuando algún compañero de trabajo lo esté o cuando sea temporada de resfriados. De esa manera, tu jefe no sospechará, ya que todos estarán enfermos.
  2. Si planeas reportarte enfermo, entonces debes hacer un esfuerzo para lucir enfermo el día anterior sin ser demasiado obvio. No finjas una tos a lo largo del día, pero actúa un poco afectado por el clima e incluso quéjate un poco. Esto hará que tus compañeros de trabajo te pregunten si te sientes enfermo y a su vez los quitará del camino. Actúa como si estuvieras enfermo, pero niégalo, así tus compañeros de trabajo no sospecharán que estás fingiendo. Construir esta evidencia el día anterior hará que sea más convincente el hecho de tomarte el día siguiente libre.
    • Asimismo, actúa más reservado ese día. Si estás muy enérgico un día y el siguiente te enfermas, las personas se sorprenderán. Rechaza las invitaciones para el almuerzo o los descansos un día antes de reportarte enfermo.
    • Trata de tomarte una pastilla de manera sutil alrededor de tus compañeros de trabajo.
    • Suénate la nariz un poco más de lo normal.
    • Si tienes un almuerzo con tus compañeros, no comas toda tu comida, así parecerá que no tienes mucho apetito.
    • Luce un poco descuidado ese día. Desordena tu cabello un poco, no uses tu mejor traje y luce un poco cansado a través de tus ojos.
  3. Si bien es posible que tu jefe no te haga demasiadas preguntas, es importante saber de qué estas enfermo antes de llamar. En lugar de simplemente decir que no te sientes bien, decir que tienes una migraña, gripe estomacal o un resfriado común, puede ayudar a que tu argumento sea más convincente. Debes estar preparado para responder a cualquier pregunta que tu jefe te haga, como “¿Cuándo empezaste a sentirte enfermo?”, “¿Cuándo estarás de regreso?” o “¿Verás a un doctor?”. No debes sonar incierto o de lo contrario tu jefe sospecharás que estás fingiendo.
    • Si quieres ausentarte durante varios días, escoge una buena enfermedad. Una migraña o un caso grave de gastroenteritis pueden darte unos dos días más, ya que pueden durar un largo tiempo y aparecer en cualquier momento. La conjuntivitis y la faringitis también se pueden prolongar por más tiempo. Elijas lo que elijas, realiza una investigación a fondo para que puedas hablar de los síntomas con claridad.
    • Incluso puedes ensayar la conversación con un amigo para asegurarte de poder sonar convincente. Lo más probable es que tu jefe no quiera entrar en detalles acerca de lo que está pasando con tu estómago o garganta, pero es mejor estar preparado.
  4. No te hagas el enfermo y luego vayas de excursión con tu esposa o a una fiesta salvaje con tus amigos. Si te haces el enfermo y actúas súper social, tu jefe se enterará. En su lugar, debes hacerte el enfermo cuando realmente tengas ganas de estar en tu cama, divertirte dentro de tu casa y tomarlo con calma. Haz más o menos lo que harías si en realidad estuvieses enfermo.
    • Además, si pasas tu día al aire libre y regresas al trabajo con un bronceado, se verá bastante sospechoso.
    • Mientras disfrutes de tu día, es una buena idea cerrar tu sesión en cualquier sitio de redes sociales que tal vez tengas la tentación de visitar. De esta manera, tu jefe no se encontrará con fotos de ti haciendo senderismo en medio de tu supuesta enfermedad o con comentarios que levanten sospechas de buena salud.
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Consejos

  • No te sientas culpable. Un aparente 40 % de los estadounidenses se han reportado enfermos para disfrutar de un día de verano, lo que se conoce como “síndrome de ausencia temporal”. [1]
  • Tener una excelente reputación por cumplir fielmente con tu trabajo ayudará a que tu jefe o tus colegas no tengan ninguna duda sobre ti. Si eres el tipo de persona perezosa que intenta escapar constantemente de cualquier trabajo, es posible que no puedas hacerlo tan fácilmente.
  • Si realmente estás enfermo y necesitas obtener un descanso médico para presentarle a tu jefe, pídele al doctor que te dé más días de los que necesitas. Luego, ve al trabajo días antes de los que el descanso médico indica. Esto te hará ver como un empleado dedicado que no pasa enfermo más tiempo del necesario. Además, proporciona documentación que puedes señalar en tu expediente de empleos si alguna vez te cuestionan acerca de tu ausencia por estar enfermo. Ten en cuenta que algunas empresas no te permiten volver al trabajo sin haber cumplido tus días de descanso médico. Si intentas volver a trabajar antes de la fecha indicada, es posible que tu empleador te envié de vuelta a casa.
  • Desarrolla una reputación. Ve a trabajar cuando realmente estés enfermo, así tu jefe no pensará que estás fingiendo cuando decidas hacerte el enfermo para evitar trabajar. Una vez que te hayan visto un par de veces enfermo en el trabajo, tu jefe estará agradecido cuando te reportes enfermo y creerá que finalmente hiciste caso a los consejos de las demás personas de quedarte en casa.
  • Si tienes que hacerte cargo de un asunto urgente, pero aun así quieres un día libre, preséntate al trabajo en la mañana. Haz lo que necesites hacer y permanece tranquilo. Si alguien te pregunta qué hay de nuevo, solo di que no te sientes bien. Cuando decidas irte, simplemente acércate a tu jefe y dile que estás enfermo y que te irás a casa. No se lo preguntes, díselo. Explícale que ya te encargaste del trabajo urgente de hoy día. De esta manera, no habrá nada que tu jefe pueda hacer para decirte que no.
  • No “programes” un día para hacerte el enfermo con antelación. Si tu jefe descubre que les dijiste a tus compañeros de trabajo hace dos semanas que ibas a faltar hoy, podrías perder tu trabajo.
  • Asegúrate de no decirle a nadie que vas a fingir estar enfermo; de lo contrario, ¡se lo podrían decir a tu jefe y estarás en problemas!
  • Trata de no hacerte el enfermo muchos lunes o viernes, ya que los fines de semana largos tienden a levantar sospechas entre los jefes y los compañeros de trabajo. Reportarte enfermo un martes es más creíble. Asimismo, no hagas un hábito el tomarte un descanso los días importantes, como el día en que el equipo tiene que trabajar más tiempo para cumplir con la fecha límite. Esto pone en riesgo las relaciones con tus colegas, sobre todo si alguno de ellos sospecha que estás fingiendo.
  • Si vas a la playa en tu día libre, no te olvides del protector solar. Presentarte a trabajar al día siguiente con el aspecto de una langosta puede ser vergonzoso, por no decir incriminatorio.
  • Si tienes hijos, ellos pueden ser una excusa muy útil para evitar un día de trabajo. Por otra parte, es posible que te lamentes no tener el permiso para quedarte en casa cuando estén enfermos, así que ten cuidado con esto.
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Advertencias

  • Tomarte un tiempo libre en tu trabajo afecta a tus colegas. Piensa con cuidado antes de acumular el trabajo a tus otros compañeros y dejar a alguien en problemas.
  • No es buena idea hacerlo ya que puede ejercer un estrés innecesario en tus compañeros de trabajo por el simple hecho de que estás mintiendo. Si hay algún problema en el trabajo, habla en privado con tu jefe y él te ayudará a solucionarlo.
  • En definitiva, si necesitas faltar al trabajo más veces de las que puedes contar, reevalúa en el trabajo en el que estás. Es posible que no soportes lo que haces y que en realidad arruines tu salud mediante la preocupación, la ansiedad y el resentimiento. En este caso, necesitas pensar bastante acerca de cambiar de trabajo o incluso de carrera.
  • No utilices la excusa de que alguien en tu familia murió, ya que tu jefe se puede enterar fácilmente de que es una mentira. Esto te hará menos creíble ante tu jefe cuando alguien realmente muera.
  • En los Estados Unidos, según la ley federal, los empleadores con más de 50 personas tienen que llenar la Ley de Ausencia Familiar y Médica (FMLA). Si reclamas un día FMLA y te sorprenden abusando de la licencia, es posible que te despidan al instante.
  • La mayoría de los empleadores tiene un programa de ausencia. Consulta con el departamento de recursos humanos de tu empresa para ver tu situación. Bajo un programa de ausencia, te penalizarán ya sea que tengas un descanso médico o no, así que ten cuidado de no faltar. Es posible que tu trabajo dependa de ello.
  • Si te reportaste enfermo para faltar al trabajo, no se te ocura publicar fotos ese mismo día en tus redes sociales yéndote de fiesta o consumiendo licor hasta embriagarte. Tu jefe podría verlas y te llamara la atención e incluso podrías darle motivos para que te despida y aparte de eso harás que nadie te crea ni confíen en ti.
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