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Tener discusiones es normal, pero es algo frustrante en la mayoría de los matrimonios. Si terminas teniendo una discusión con tu esposa, es importante mantener la calma y resolver el problema rápidamente. Cuando se dé, hablen con respeto, aprendan sobre los valores de la otra persona y sigan adelante después de la pelea.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Comunicarte con respeto

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  1. Por lo general, las discusiones son el resultado de tensiones subyacentes en una relación. Si quieres resolver una discusión con eficacia, debes estar dispuesto a comunicarte con tu esposa. Esto significa mantenerte en el presente y evitar discutir sobre conflictos que se dieron en el pasado.
    • Es posible que te sientas tentando a mencionar algo del pasado cuando discutan. Tal vez trates de probar un punto o expresar cómo cierto comportamiento es parte de un patrón. No obstante, no es bueno mencionarlo en una discusión, ya que desvía la atención del problema y puede hacer que tu esposa se sienta atacada o juzgada.
    • Si quieres mencionar un problema del pasado, puede ser porque nunca ha sido resuelto para empezar. Ten en mente que seguir adelante significa abordar los problemas del presente y dejar ir el pasado.
  2. La forma en que dices las cosas durante una discusión importa. Los enunciados en primera persona se enfocan en cómo te sientes respecto a una situación determinada. Esto hace que el marco de referencia sea subjetivo y desenfatiza la culpa.
    • Un enunciado en primera persona aborda cómo te sientes cuando algo pasa. No se enfoca en una opinión objetiva de la situación, sino en una reacción personal.
    • Por ejemplo, en lugar de decir “Es muy irrespetuoso cuando haces que lleguemos tarde a las reuniones familiares”, intenta decir “Siento que no me respetas cuando no estás lista para ir a las reuniones familiares a tiempo”.
  3. El lenguaje es importante en una discusión. Incluso si estás molesto y enojado, trata de ser respetuoso. No podrás resolver ninguna discusión si haces que alguien se sienta ofendido.
    • No insultes. Insultar a tu esposa o decir blasfemias puede doler. Incluso si estás muy molesto, evita insultar o decir blasfemias cuando discutan.
    • Gritar también es una mala idea. Gritar puede ser subjetivo. Tal vez no creas que estás gritando o levantando la voz, pero puede parecer eso fácilmente para tu esposa. Si te pide que bajes la voz, respira profundamente y continúa con la conversación con calma.
  4. Es importante escuchar activamente para comunicarte con eficacia. Asegúrate de prestar atención a lo que dice y demostrar que la escuchas cuando limen sus asperezas.
    • Usa señales verbales y no verbales para demostrar que la escuchas. Asiente, y di algo como “Ajá” y “Mmm”. Trata de entender más de lo que intentas ser entendido. Pídele que te aclare algo cuando termine de hablar si no has entendido nada. Resume lo que dice después de haber terminado. [1]
    • No la critiques. Deja que experimente sus emociones, incluso si no estás de acuerdo con ellas. Permítele expresar sus sentimientos sin necesidad de justificarlos. [2]
  5. La gente suele tener un comportamiento pasivo-agresivo cuando está frustrada. Esto es algo tóxico y solo empeorará la discusión. Habla abiertamente y con honestidad, pero siendo respetuoso.
    • Por lo general, una persona se comporta así para evitar expresar enojo. La gente cree que enojarse es algo negativo. En lugar de decir directamente “Estoy enojado contigo” o “Me molestas”, las personas atacan con sarcasmo, silencio, mal humor o diciendo chismes. [3]
    • Existe una forma de expresar enojo de forma saludable. Explícale que estás enojado y por qué lo estás con enunciados en primera persona para enfatizar tus sentimientos sobre los hechos objetivos. Gritar, insultar o usar un lenguaje despectivo no es una manera saludable de expresar enojo. Trata de mantener la calma mientras le explicas cómo te sientes. [4]
  6. Si la discusión empeora, no podrán resolverlo. Si te das cuenta de que te cuesta mantener la compostura, tómate un descanso. Retírate por unos minutos y respira profundamente un par de veces. Asegúrate de explicarle a tu esposa que necesitas un par de minutos para relajarte. Luego, regresa cuando te sientas lista para hablar con eficacia. Si bien varias personas dicen que “Nunca se debe dormir estando enojados”, ten en cuenta que está bien ir a dormir y hablar al día siguiente si ambos están extremadamente cansados.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Tener otra perspectiva

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  1. A veces, las discusiones abordan más que solo los problemas superficiales. Trata de entender la perspectiva de tu esposa durante la pelea al tener en cuenta sus valores.
    • Si bien la mayoría de las parejas que tienen éxito comparte varios valores fundamentales, es inevitable que no discrepe en algunas áreas. Las discusiones a veces son necesarias si tienen relación con ciertos valores que son diferentes. Esta es una oportunidad para esclarecer las cosas y conversar. Trata de pensar con mayor profundidad en una discusión. ¿Por qué están peleando en realidad?
    • Por ejemplo, si tu esposa es un poco más religiosa que tú y le molesta que quieras que tomen unas vacaciones románticas en Semana Santa, tal vez no se trate verdaderamente sobre las vacaciones en sí, sino de sus diferentes creencias religiosas. Quizás tu esposa sea del tipo de persona que se avergüence de la idea de perder una ceremonia, sobre todo en un día festivo importante. En este caso, es posible que sienta que no respetas lo que quiere y necesita con respecto a su fe. [5]
  2. Una discusión puede ser una oportunidad para reorganizarse y reenfocarse. Si hay ciertos valores que nunca compartirán, ¿qué pueden hacer al respecto? ¿Cómo pueden seguir adelante como pareja?
    • Trata de ver una discusión como una oportunidad para crecer. Si existe un problema subyacente, enfócate en limar las asperezas. Tal vez debas tener una expectativa diferente de tu esposa y de tu matrimonio.
    • Regresa al ejemplo anterior por un momento. Tal vez tu esposa no sienta que su religión es una prioridad suficiente. Quizás tengas que aceptar que ella nunca querrá tomar unas vacaciones durante un día festivo religioso o dormir hasta tarde los domingos. Incluso si te frustra, es posible que debas reconsiderar qué esperas y aceptar a tu esposa tal y como es. [6]
  3. La risa a veces puede ayudar a mejorar una situación acalorada. Las parejas suelen unirse más cuando comparten momentos graciosos. El humor puede ayudarles a recordar la pasión y el amor que sienten el uno por el otro. Trata de hacer un chiste o mencionar un recuerdo divertido cuando la discusión empiece a calmarse. Esto puede ayudar a que regresen a un estado de normalidad. [7]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Seguir adelante

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  1. Un aspecto importante de un matrimonio es entender lo que la otra persona quiere. Después de una discusión, trabajen en aprender sobre estas necesidades. Esto puede ayudar a evitar discusiones en el futuro.
    • Hablen sobre sus metas personales y profesionales. ¿Qué quiere lograr con respecto a su carrera y familia? ¿Qué es lo que quieres tú? ¿Por qué? Conversen sobre esto de forma regular. Las necesidades son dinámicas y pueden cambiar con el tiempo y con las circunstancias. Manténganse actualizados sobre los cambios. [8]
    • Entender las necesidades de la otra persona puede ser de ayuda en las próximas discusiones. Es más probable que se entiendan mejor, lo cual puede ayudarlos a escuchar mejor, a mantenerse enfocados y a encontrar una solución satisfactoria para ambos. [9]
  2. Apoyar es importante en una relación. Querrás lo mejor para tu esposa si tienen un matrimonio saludable. Traten de apoyar de forma positiva a la otra persona al alcanzar sus objetivos. Esto puede evitar que discutan en el futuro. [10]
  3. Las discusiones suelen repetirse porque la gente procede bajo diferentes suposiciones y estándares. Ser claros sobre a qué se refieren y sobre lo que quieren puede ayudar a evitar que vuelvan a darse las mismas peleas.
    • Vuelve al último ejemplo. Si la familia de tu esposa toma la hora de una reunión familiar como una sugerencia, llegar a tiempo puede verse como llegar demasiado temprano, antes de que otras personas lo hayan hecho. En tu familia tal vez se considera muy grosero llegar 5 o 10 minutos tarde.
    • Para resolver esto, dile algo como “Me siento incómodo cuando no somos puntuales o no llegamos temprano a una reunión. ¿Podemos tratar de ir un poco más temprano?”. De esta forma, estarás enfatizando tus sentimientos por sobre una definición objetiva de tardanza. Esto le esclarecerá qué quieres decir con “ser puntual”.
  4. Si discuten con mucha frecuencia, es posible que no se estén comunicando con eficacia. Ir a terapia de parejas puede ayudarles a limar las asperezas y a aprender cómo hablar respetuosa y productivamente. Pueden encontrar a un terapeuta al ir a su aseguradora o pedirle alguna referencia al médico de la familia. [11]
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Consejos

  • Si necesitas calmarte, hazlo. Realizar técnicas de meditación o respiración profunda puede ayudarte a mantener la calma y a resolver una discusión con eficacia.
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