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Si has recibido un plan de mejora de rendimiento (PMP) de tu jefe en el trabajo, puedes verlo como una simple lista de razones por las que pronto te despedirá. Algunos jefes usan el PMP de esta manera, así que empieza a buscar un empleo nuevo si tu jefe no muestra interés en ayudarte a mejorar en función del PMP. Sin embargo, este documento suele usarse como una guía para empezar desde cero y dejar una nueva y mejor impresión en las funciones actuales. Para sacar el máximo provecho, responde al PMP con calma y racionalmente, estúdialo con cuidado, pide las aclaraciones que sean necesarias y haz los cambios necesarios para lograr las metas establecidas para ti.

Método 1
Método 1 de 3:

Controlar la reacción inicial

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  1. Reprime el impulso de responder al PMP de inmediato. Estarás alterado, asustado y posiblemente enfadado, por lo que tu reacción solo empeorará las cosas. Espera hasta el día siguiente o incluso después del fin de semana para dar una respuesta completa al PMP en presencia del jefe. [1]
    • Si recibes el PMP, limítate a una respuesta simple como “Entiendo. Voy a revisarlo cuidadosamente esta noche. ¿Podemos programar una reunión mañana para hablar al respecto más detalladamente?”.
    • Si ya has dado una respuesta inmediata que ha sido negativa u hostil, discúlpate lo más pronto posible. Di algo como "Lamento que mi decepción me haya ganado, Alejandro. ¿Puedo tomarme algo de tiempo para revisar el documento y así poder tener una conversación más fructífera mañana?".
  2. Además de tomarte el tiempo para calmarte, asegúrate de examinar el PMP con mucho cuidado. Un buen PMP debe estar lleno de detalles específicos y de metas factibles. En vez de hojearlo, toma notas para que puedas conversar detalladamente del documento con el jefe. [2]
    • Trata de mantener bajo control las emociones a medida que lees el PMP. Detente y toma algunas respiraciones profundas según sea necesario. A nadie le gusta leer una retroalimentación negativa, pero es importante mantener una perspectiva racional.
  3. Si es necesario, repítete la línea clásica de El padrino : “No es personal, son solo negocios”. Un PMP es una herramienta empresarial estándar para evaluar el rendimiento laboral, no un ataque a tu reputación. No te resientas; pero no lo ignores ni dejes que te abrume. En vez de eso, encáralo. [3]
    • Si te sirve, imagina que lees el PMP de otra persona. Desconéctalo de ti y lee el contenido específico.
  4. No importa que tanto trates de mantener la calma y ser racional, vas a tener ganas de refutar partes del PMP. Sin embargo, decir cosas como “Eso no es mi culpa” o “Esta información no es precisa” no te ayudará. Acepta que esta es la manera en que el jefe percibe tu rendimiento, ya sea que creas que es justo o no. [4]
    • Si simplemente no puedes aceptar las conclusiones del PMP, es probable que sea mejor que empieces a elaborar una estrategia de salida.
  5. Cuando estés listo para reunirte con el jefe para hablar sobre el PMP, no seas contencioso ni te excuses. Mantén la calma, sé serio, directo y profesional. Hazle saber claramente que aceptas el PMP y que quieres proseguir a partir de ese punto. [5]
    • No importa que tan directo y claro sea el PMP, lo más probable es que desees que el jefe te aclare algunas cosas. Haz esta solicitud de la misma manera profesional. Di algo como “Sr. Martínez, he leído el PMP cuidadosamente y acepto las conclusiones. Sin embargo, hay algunas partes que me gustaría que me aclare un poco más. ¿Podemos hablar de estas?”.
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Método 2
Método 2 de 3:

Enfocarte en mejorar

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  1. Reducido a su esencia, el PMP se debe leer de la siguiente manera: “No has estado a la altura en las áreas A, B y C, y debes hacer D, E y F para mantener tu empleo”. Si estos elementos no son claros y factibles como están escritos en el PMP, busca la retroalimentación del jefe hasta que lo sean. [6]
    • Por ejemplo, un PMP no debe decir que debes ser “mejor”, “más rápido”, etc. En vez de eso, debe decir que debes “mejorar las cifras de tus ventas en un 30 %” o “aumentar tu productividad en 4 unidades a la semana”. Asegúrate de entender estas especificaciones para que sepas exactamente qué es lo que debes hacer.
  2. Una vez que las especificaciones estén claramente definidas, pregúntate lo siguiente: “¿Estoy dispuesto y soy capaz de hacer lo que el PMP requiere?”. Si las metas del PMP no son posibles o si simplemente no valen la pena, entonces es momento de empezar a buscar un empleo nuevo. [7]
    • Algunas veces, un PMP simplemente es la confirmación que necesitas de que ese empleo no es el adecuado para ti. En este caso, tómalo como una oportunidad para encontrar algo mejor.
    • Si respondes un “sí” rotundo a la pregunta de la disposición y la capacidad para cumplir con las metas del PMP, pon manos a la obra.
  3. Puedes usar el PMP como una motivación para buscar un empleo nuevo o para presionar el “botón de reinicio” en tu empleo actual. En el último caso, usa el PMP como un plan de juego para empezar de nuevo con un enfoque y unas metas nuevos. [8]
    • Esencialmente, imagina que el día siguiente después del PMP es el primer día en el empleo (excepto por la parte de tener que aprenderte el nombre de todos). En vez de conservar los viejos hábitos, adopta un enfoque nuevo en el trabajo basado en los parámetros del PMP.
    • Si aceptas este nuevo comienzo y lo llevas a cabo, el jefe puede dejar de lado sus preocupaciones previas y ver solo a la “versión nueva” de ti en el trabajo.
  4. Esto va de la mano con olvidar los viejos hábitos y con volver a comenzar en el trabajo. El PMP debe decirte exactamente lo que se espera de ti y cómo lograrlo. Por lo tanto, la mejor oportunidad que tienes de impresionar al jefe y de salvar tu empleo es seguirlo al pie de la letra. [9]
    • Por ejemplo, si “mejorar los índices de satisfacción de los clientes en un 25 %” es parte del PMP, reenfoca el tiempo y la energía según sea necesario para que eso suceda. Si el PMP brinda un consejo específico sobre cómo hacerlo, tómalo.
  5. Si este periodo dura 1 mes, por ejemplo, fíjate si puedes programar una reunión semanal con el jefe. Durante estas reuniones, habla sobre tus esfuerzos para hacer cambios basados en el PMP y sigue pidiéndole aclaraciones y retroalimentación. Demuéstrale que estás decidido a triunfar. [10]
    • Aunque este esfuerzo no sea suficiente para salvar tu empleo, al final del periodo del PMP, le dejarás una impresión positiva al jefe. Esto será útil si, por ejemplo, necesitas una referencia para un empleo nuevo.
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Método 3
Método 3 de 3:

Planificar la estrategia de salida

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  1. Para algunos jefes y algunas empresas, los PMP no son más que justificaciones documentadas para despedir a la gente. Si los PMP han conducido inevitablemente a despidos en tu entorno laboral en el pasado, es razonable suponer que ocurrirá lo mismo en tu caso. [11]
    • También toma en cuenta cómo aborda el jefe el PMP. Si muestra poco interés en ayudarte a mejorar, es posible que haya decidido despedirte después del periodo del PMP. Por ejemplo, si pides ayuda para "mejorar las ventas mediante llamadas no solicitadas en un 30 %" como dice en el PMP y el jefe te dice algo como "Ya sabrás cómo hacerlo", no esperes quedarte por mucho tiempo.
  2. Como dice el viejo refrán “Espera lo mejor, prepárate para lo peor”. Empieza a actualizar tu currículum, a buscar empleos nuevos y a hacer contactos en tu campo, sin ser muy obvio en el empleo actual. [12]
    • Si estás seguro de que no puedes salvar el empleo actual y eso te impide buscar un empleo nuevo, habla con el jefe sobre la posibilidad de renunciar.
  3. Si estás seguro de que te van a despedir, es posible también que puedas salir bajo tus propios términos. Hay una gran probabilidad de que el jefe quiera evitar despedirte explícitamente de cualquier manera, así que habla con él sobre la posibilidad de renunciar de manera discreta. [13]
    • Sé educado y respetuoso, pero directo, diciendo algo como “Srta. López, valoro el esfuerzo que ha hecho para elaborar el PMP, pero creo que es mejor que busque una oportunidad en algún otro sitio. Por favor, tome esto como mi preaviso con dos semanas de anticipación”.
  4. Busca un jefe mentor en vez de uno que dependa de los PMP. Si bien los PMP se usan aún ampliamente, cada vez más personas en el mundo de los negocios los ven como reliquias del pasado. En vez de infundir miedo a través de la amenaza de los PMP, dicen los detractores, los jefes deben centrarse en involucrar, animar, recompensar y (sobre todo) guiar a los empleados. [14]
    • Cuando te entrevisten para un empleo nuevo, evalúa a los jefes potenciales. ¿Te parecen mentores y líderes? ¿Crees que se esforzarán para lograr que triunfes?
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