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Las rocas tienen la mala fama de ser durables y pueden resultar una monstruosidad en un jardín, en un proyecto de paisajismo o, simplemente, ser un estorbo. El problema, normalmente, es que la roca está firmemente incrustada o muy pesada para levantarla o rodarla fuera del camino. Al romperla, puedes disminuir el peso y retirarla de forma más segura.

Método 1
Método 1 de 3:

Usar un mazo

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  1. Si puedes mover la roca, inténtalo y colócala en una superficie plana en donde tenga pocas probabilidades de moverse una vez que la golpees unas cuantas veces.
    • Como punto de seguridad, siempre puedes intentar evitar que los pedazos sueltos de la roca rueden fuera de control, como colina abajo en donde podrían suponer un peligro para otros.
    • Antes de comenzar, también debes examinar el mazo para asegurarte de que no tenga grietas en el astil o en la cabeza. Si las tiene, existe una posibilidad de que la cabeza pueda desprenderse y volverse un peligro potencial de seguridad. [1]
  2. La clave para romper una roca con un mazo es aplicar presión repetidamente en un punto específico de la superficie para forzarla a agrietarse. Elige un punto que esté cerca y que creas que puedes golpear muchas veces seguidas.
    • En realidad no importa si el punto que elegiste es plano o redondo, siempre y cuando esté ubicado en donde estés seguro que puedes golpearlo varias veces sin mucha dificultad. [2]
  3. La cultura popular nos ha informado mal sobre cómo sostener un mazo. Asegúrate de sostener el extremo inferior con la mano no dominante y justo por debajo de la cabeza con la mano dominante. [3]
    • Esta técnica asegura la máxima seguridad y control en el balanceo. La mano dominante controla la precisión, la mano no dominante le proporciona equilibrio al balanceo y el resto del cuerpo le da poder a cada balanceo.
  4. Comienza de manera lenta, balancea el mazo por arriba de tu cabeza y bájalo sobre la roca usando los brazos y piernas para hacer el esfuerzo al levantarlo. [4] Sigue golpeando el mismo lugar una y otra vez. Con el tiempo, aparecerá una pequeña grieta en la superficie de la roca. Una vez que esto pase, quiere decir que estás cerca de partirla a la mitad.
    • Practica el balanceo algunas veces ejerciendo poca fuerza para asegurarte de que te sientes bien con el peso del mazo.
    • Ten paciencia y sé persistente, pues no existe un número exacto veces para golpearla.
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Método 2
Método 2 de 3:

Romper rocas con un martillo normal

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  1. Si la roca que deseas romper es lo suficientemente pequeña para entrar en una bolsa grande de lona o, incluso, en una funda para almohada, colócala dentro y cierra la bolsa. [5]
  2. Aplica mucha presión sobre la roca para asegurarte que la bolsa no se mueva porque podrías dañar la superficie en la que se encuentra.
    • El césped del jardín, la grava o la mayoría del suelo afuera, es ideal porque es poco probable que se dañe con el martillo.
  3. Siente dónde está la roca dentro de la bolsa y asegúrate de que puedas verla. Practica los movimientos de balanceo en la roca con poca fuerza para tener una idea de lo que harás.
  4. Deja caer el martillo cada vez más fuerte sobre la roca cubierta para romperla.
    • No te preocupes si no se hace pedazos de inmediato, es más importante que golpees sistemáticamente en el mismo punto repetidamente.
    • Si decides no usar una bolsa pesada ni una funda para almohada, asegúrate de usar un martillo diseñado especialmente para este trabajo. [6]
  5. Una vez que hayas quebrado la roca y estés satisfecho, abre la bolsa y vierte los fragmentos sobre una bandeja.
    • Respira profundo antes de abrir la bolsa. Existe una alta posibilidad de que salga polvo una vez que voltees la bolsa y deberás evitar respirarlo. [7]
    • Al terminar, lava la bolsa cuidadosamente con agua caliente si quieres reutilizarla.
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Método 3
Método 3 de 3:

Partir una roca incrustada

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  1. Con una roca incrustada en la tierra, es importante que tengas una buena idea de qué tan grande o pequeña es. Con una pala, excava toda la tierra alrededor de la roca para exponer su forma y tamaño generales. [8]
  2. Usa gafas de seguridad y perfora una serie de agujeros separados uniformemente por toda la superficie de la roca.
    • Después, usa una jeringa de succión para eliminar el exceso de polvo de los pequeños agujeros. [9]
  3. Coloca un cincel en cada agujero con dos cuñas a cada lado para ayudar a introducirlo. Usa un martillo pequeño y golpea ligeramente el cincel para asegurarte de plantarlo fuertemente en la roca. [10]
  4. Dependiendo del tamaño de la roca, usa un martillo o un mazo para golpear los cinceles en sus respectivos agujeros, alternándolos entre cada golpe. [11]
    • Después de un rato, debe aparecer una grieta grande en la roca.
  5. Usa una palanca grande, traba el extremo inclinado en una de las grietas y abre la roca para acelerar el proceso. [12]
    • La roca podría no abrirse en el primer intento. De ser necesario, intenta golpear los cinceles con un martillo un poco más para agrandar la grieta en la roca y después intenta de abrirla de nuevo.
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Advertencias

  • Usa guantes y gafas de seguridad. El equipo de seguridad apropiado es importante al tratar con objetos y herramientas pesados, especialmente porque fragmentos o polvo de la roca pueden salir volando a gran velocidad. Si alguien te observa, pídele que se retire a una distancia segura donde no haya riesgo de salir lastimado.
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Cosas que necesitarás

  • un mazo
  • cincel y cuñas
  • guantes
  • gafas de seguridad
  • una bolsa pesada o una funda de almohada
  • una palanca
  • una pala
  • un martillo

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