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La hemorragia interna puede ser un trastorno muy grave, así como uno difícil de detectar. Aunque es muy poco común que una lesión cause una hemorragia interna, es importante conocer los síntomas para poder recibir ayuda lo antes posible. Las náuseas, el dolor intenso o los problemas para respirar después de una lesión pueden sugerir que tienes una hemorragia interna.

Método 1
Método 1 de 2:

Detectar los síntomas posibles de una hemorragia interna

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  1. Si bien la mayoría de las hemorragias internas provienen del traumatismo que ha producido un objeto contundente, hay muchas otras causas posibles. Los traumatismos por desaceleración, el embarazo, el abuso del alcohol, los traumatismos posoperatorios, las fracturas e incluso algunos medicamentos pueden provocar hemorragias internas. No te preocupes de que alguna lesión pueda causar una hemorragia interna, pero identifica las causas para ayudar a diagnosticarla. [1]
    • Los medicamentos que diluyen la sangre, los antiinflamatorios y algunos analgésicos, como aspirina e ibuprofeno, pueden causar una hemorragia interna repentina. Asegúrate de seguir las instrucciones de dosificación cuidadosamente para reducir las probabilidades.
    • Si tienes un trastorno hemorrágico hereditario, como anemia de células falciformes o hemofilia, puedes tener un mayor riesgo de sufrir una hemorragia interna a causa de actividades cotidianas.
    • El traumatismo por desaceleración se produce por un movimiento repentino o una sacudida que puede desplazar los órganos de su lugar correcto o presionar el cerebro contra el cráneo. Cualquiera de estos casos puede causar una hemorragia interna muy grave.
    • Si tomas un medicamento anticoagulante, ten cuidado y haz lo posible por evitar las lesiones. Aléjate de los deportes intensos o de las actividades en las que se produzcan habitualmente lesiones.
    • Si te caes o te golpeas la cabeza, ve al hospital inmediatamente, ya que puedes tener una hemorragia interna, aunque no veas la sangre.
  2. La mayoría de los casos de hemorragia interna se producen después de un traumatismo o una lesión que puede causar una hemorragia. Ubica el área en la que te has lesionado y busca cualquier hematoma instantáneo u oscuro en la misma. Esto, sumado al dolor intenso, puede ser un signo de una hemorragia interna muy grave. [2]
    • Si el dolor es más intenso de lo que puedes prever en lesiones visibles, hay una probabilidad de que haya una lesión más grave que no puedas ver. Siempre es mejor asumir que algo más ocurre que pensar que le das demasiada importancia a una lesión.
    • El dolor significativo en un área también puede ser un signo de un hueso roto o de otra afección. Siempre debes buscar ayuda si tienes mucho dolor, lo cual no se debe necesariamente a una hemorragia interna.
    • Si tomas un anticoagulante, puedes tener un mayor riesgo de sufrir hematomas y hemorragias internas.
  3. Presta atención al hormigueo o la parálisis en la cara, los brazos o las piernas, pues todos estos pueden ser signos de una hemorragia cerebral. Si notas estos síntomas, llama inmediatamente al número de emergencias de tu país a fin de que no sufras ninguna lesión cerebral. [3]
    • Otros síntomas pueden incluir problemas para hablar, pérdida de la coordinación, y dolor de cabeza intenso y repentino.
  4. Si te has golpeado el estómago o si experimentas algún otro traumatismo que haya producido un objeto contundente, una hemorragia interna puede alterar la manera en que sientes el abdomen. Presiónate ligeramente el estómago alrededor del área en la que te has lesionado. Si la sientes hinchada, adolorida, rígida, llena o más tensa de lo normal, es posible que tengas una hemorragia interna. [4]
    • En algunos casos, incluso es posible que veas la sangre desplazándose en dirección a la piel del abdomen. Si notas esto, llama a una ambulancia de inmediato.
    • La sangre en el abdomen puede ser un signo de que tienes un desgarro en uno de los órganos internos, lo cual puede ser muy peligroso si no recibes tratamiento de inmediato.
  5. Dependiendo de la causa de la hemorragia interna, la pérdida de sangre en sí o incluso el dolor de la lesión puede producir náuseas o vómitos. Si te sientes mal o si tienes náuseas, o si empiezas a vomitar, eso puede ser un signo de una hemorragia interna y de que necesitas asistencia médica. [5]
    • Si ves sangre en el vómito o si solo vomitas sangre, llama a una ambulancia inmediatamente.
    • Hay muchas otras causas de las náuseas y los vómitos, sobre todo si te golpeas o te lesionas en el estómago. En sí misma, la náusea no es un signo evidente de hemorragia interna, pero puede ser un síntoma significativo en conjunto con otros.
  6. La pérdida de sangre a causa de una hemorragia interna puede conducir a la debilidad, la sudoración y la palidez. Aunque debes ser capaz de determinar si sudas profusamente con facilidad, examina o pide a otra persona que examine tu piel para ver si está pálida o húmeda, ya que son otros signos de una posible hemorragia interna. [6]
    • Estos síntomas pueden volverse más graves y más evidentes si tratas de ponerte de pie o si te mueves demasiado.
  7. Si bien la lesión puede causar un poco de disnea a corto plazo, la pérdida de sangre asociada a una hemorragia interna puede dificultar la respiración una vez que el choque de la lesión haya desaparecido. Procura respirar con regularidad y mantener la calma para evitar la hiperventilación. Si notas que tienes problemas para respirar, busca asistencia médica. [7]
    • Si no puedes respirar fácilmente, busca a alguien que pueda mantenerte calmado, ayudarte a respirar y cuidarte mientras esperas a que llegue la ayuda. Los problemas para respirar pueden ser muy peligrosos si no se resuelven rápidamente.
    • Dependiendo de la forma en que te hayas lesionado, puedes haberte quedado sin aliento. Mantén la calma y es posible que la respiración vuelva a la normalidad poco después.
  8. La sangre de una lesión interna en cualquier parte del sistema digestivo suele ser visible en la orina o las heces. Si sospechas que tienes una hemorragia interna, fíjate si hay algún enrojecimiento en el agua, la orina o las heces cuando uses el baño. Si notas algún rastro de sangre, busca ayuda médica inmediatamente. [8]
    • Las heces de color marrón oscuro o negro, y la diarrea también pueden ser signos de hemorragia interna en el tracto gastrointestinal superior.
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Método 2
Método 2 de 2:

Tratar la hemorragia interna

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  1. Una hemorragia interna puede ser muy grave y debe tratarse lo más pronto posible. Si sospechas que sangras internamente, ponte en contacto con los servicios de emergencia y llama a una ambulancia de inmediato. De manera alternativa, pídele específicamente a alguien que llame a una ambulancia si sientes que no puedes hacerlo por tu cuenta. [9]
    • Siempre debes pedirle a alguien específico que llame a una ambulancia y no hacer una petición general. Esta medida anula la probabilidad de que muchas personas asuman que alguien lo hará o de saturar a los socorristas con muchas llamadas por el mismo incidente.
    • En Estados Unidos, Canadá, México y muchos otros países, el número de emergencia es 911. En el Reino Unido, es 999, pero llamar al 112 servirá tanto en el Reino Unido como en la mayoría de los países de Europa. Asegúrate de saber el número telefónico de emergencia del país en el que te encuentres.
    • Dile al operador telefónico que experimentas hemorragia interna para que pueda responderte apropiadamente. El operador también puede orientarte o darte instrucciones sobre cómo proceder con mayor seguridad en tu situación específica.
  2. Tratar de ponerte de pie y de moverte demasiado exacerbará probablemente la hemorragia interna, agravándola. Busca algún lugar plano y seguro en el que puedas acostarte boca arriba mientras esperas a que llegue la ambulancia. Trata de mantener las piernas ligeramente elevadas por encima del pecho para facilitar la circulación. [10]
    • Si te has lesionado en un accidente y te has caído, asegúrate de que el área en la que hayas ido a parar sea segura. Si hay algún peligro, como cristales rotos o un suelo inestable, trasládate a un lugar seguro tan pronto como puedas.
  3. Muchos de los síntomas de una hemorragia interna pueden tener consecuencias graves si no se monitorean. Busca a alguien que pueda monitorear tu respiración y asegúrate de permanecer consciente y de mantener las vías respiratorias abiertas hasta que llegue una ambulancia. [11]
    • No temas pedirle a un desconocido que te vigile mientras esperas a una ambulancia. Es muy importante que alguien pueda vigilarte hasta que recibas tratamiento médico.
  4. La pérdida de sangre a causa de una hemorragia interna puede hacer que sientas frío y que empieces a tiritar, lo cual solo exacerbará el problema. Cúbrete con una manta para permanecer abrigado mientras esperas a que llegue una ambulancia. [12]
    • Solo cúbrete con la manta, no te envuelvas. Envolverte con la manta puede hacer que tu circulación se altere o que el tratamiento sea más complicado para los paramédicos cuando lleguen.
  5. No hay una forma sencilla de saber qué daños se han producido en tu interior antes de recibir atención médica. Pare reducir las probabilidades de complicar cualquier cirugía que puedas necesitar o de causar problemas internos adicionales, no comas ni bebas nada hasta que llegue la asistencia médica. [13]
    • Si te has desgarrado un órgano interno, cualquier cosa que consumas puede acabar en un lugar en el que no deba estar, lo cual solo empeorará las cosas. Espera a que llegue la ambulancia antes de comer o beber algo.
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Advertencias

  • Una hemorragia interna puede ser muy peligrosa y potencialmente fatal si no se trata rápida y apropiadamente. Si sospechas que sangras internamente, siempre es mejor llamar a una ambulancia de inmediato.
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