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Los gatos, como los seres humanos, tienen fiebre cuando están enfermos. Lamentablemente, los métodos utilizados en las personas para detectarla no funcionan con estos felinos. Poner tu mano sobre la frente del gato no es un método confiable, la única manera segura de medirle la temperatura en casa es con un termómetro insertado en el recto o en la oreja. Como podrás comprender, tu peludo amigo no disfrutará de este procedimiento ni de ser retenido en contra de su voluntad. A fin de determinar si tienes que tomarle la temperatura, es aconsejable que busques síntomas específicos y que luego se la tomes generándole la menor cantidad de estrés que te resulte posible. Por último, si la temperatura de tu gato es superior a los 39,50 grados Celsius (103 grados Fahrenheit), tendrás que llevarlo al veterinario.

Método 1
Método 1 de 4:

Reconocer los síntomas de que tu gato tiene fiebre

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  1. Si habitualmente tu gato es activo y juguetón y en general amigable, el aislamiento podría ser una señal de que está enfermo. Si comienza a acomodarse debajo de la cama, el sillón, la mesa o cualquier otro lugar inusual fuera de tu alcance, esto también podría ser una señal de que algo está mal. Los gatos son criaturas precavidas por instinto, aunque suelan ser juguetonamente curiosos en muchas ocasiones. Si tu mascota está enferma, seguramente querrá reducir su vulnerabilidad escondiéndose de ti. [1]
  2. Si tu gato está acostumbrado a comer a una hora específica o normalmente come una cierta cantidad de comida al día, una enfermedad podría alterar esta conducta. Revisa el plato de comida de tu mascota durante el día a fin de ver si ha comido.
    • Si descubres que no ha comido, intenta tentarlo con opciones de alimentos levemente más "excitantes". Hasta considera la posibilidad de llevarle el plato de comida hasta donde se encuentre escondido. Si se está ocultando porque no se siente bien, tal vez no se sienta lo suficientemente a salvo como para aventurarse hasta el lugar en el que come siempre. Si colocas su plato en su zona de seguridad, tal vez se sienta más inclinado a comer. [2]
  3. Muchas enfermedades felinas, desde los resfriados hasta los problemas o las enfermedades más graves, producen fiebre, pero también podrían generar otros síntomas, como vómitos y diarrea. Revisa la caja de arena de tu gato. En algunos casos, el minino podría intentar enterrar las heces. Si tienes un gato que pasa gran parte de su tiempo al aire libre, intenta seguirlo. Revisa las áreas en las que vaya al baño en busca de tierra cavada si suele enterrar sus desechos. [3]
  4. Este es un síntoma difícil de identificar porque los gatos son criaturas notoriamente perezosas. Si el minino se niega a levantarse cuando sacudes una bolsa de golosinas, podría estar aletargado. Si a tu gato normalmente le gusta seguirte de una habitación a otra, pero se contenta con dormir todo el día lejos de ti, podría estar aletargado. Asegúrate de informarle al veterinario de este síntoma si piensas que tu mascota muestra señales de conductas perezosas. [4]
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Método 2
Método 2 de 4:

Tomar la temperatura rectal de tu gato

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  1. Sacude bien el termómetro si utilizarás uno que contenga mercurio. También puedes usar un termómetro digital que, además, generalmente te dará un resultado más rápido. Es recomendable que uses una cubierta protectora desechable sobre el termómetro digital. [5]
  2. Las marcas KY Jelly y la Vaseline funcionan bien. Tu meta es hacer que este proceso esté tan libre de estrés para el gato como sea posible. Usar un lubricante ayuda a disminuir los riesgos de abrasión, rasgaduras y perforaciones. [6]
  3. Sostén al minino debajo de un brazo, como si fuera un balón de fútbol, con su cola hacia el frente de tu cuerpo. Asegúrate de que sus patas estén apoyadas sobre una superficie sólida, como por ejemplo una mesa. Hacerlo reducirá las posibilidades de que te arañe.
    • Probablemente sea aconsejable que, de ser posible, un amigo te ayude a sostener al gato. Algunos felinos son inquietos y podría resultar difícil mantenerlos quietos. Pídele a tu ayudante que acomode el gato de manera tal que puedas insertar el termómetro en su recto con facilidad.
    • También podrías agarrar y sostener el cogote de tu gato (la piel extra en la parte posterior de su cuello). Dado que muchos gatos asocian esto con la protección de su madre, sostenerlo de esta manera podría tener un efecto calmante. [7]
  4. Asegúrate de insertar el termómetro solo unos 2,54 centímetros (1 pulgada). Nunca lo insertes a más de 3 centímetros (2 pulgadas) de profundidad. Sostén el termómetro en un ángulo de 90 grados a fin de que entre derecho en el recto de tu gato. No lo penetres a ningún otro ángulo, ya que esto aumentará las posibilidades de que el gato sienta incomodidad y dolor. [8]
  5. Un termómetro de mercurio podría requerir de un poco más de tiempo para tomar una lectura precisa. Si estás usando un termómetro digital, sostenlo en su lugar hasta que te indique que ha terminado de tomar la temperatura. La mayoría de estos últimos sonarán cuando el procedimiento haya terminado. [9]
    • Sostén a tu gato firmemente durante este proceso. Ten en cuenta que podría retorcerse, arañarte o morderte. Haz todo lo que puedas por mantenerlo quieto a fin de evitar que tu gato o tú se lesionen.
  6. Una temperatura de 38,50 grados Celsius (101,40 grados Fahrenheit) es ideal para el gato, pero la temperatura también puede oscilar entre los 37,50 y los 38,80 grados Celsius (100 y 102,50 grados Fahrenheit) y ser considerada como normal. [10]
    • Si la temperatura de tu gato está por debajo de los 37,22 grados Celsius (99 grados Fahrenheit) o sobre los 40 grados Celsius (104 grados Fahrenheit), debes buscar atención médica de inmediato.
    • Si la temperatura de tu gato se acerca a los 39,44 grados Celsius (103 grados Fahrenheit) o más y tu mascota actúa como si no estuviese bien, acude con un veterinario.
  7. Usa agua caliente con jabón o alcohol isopropílico para enjuagar y limpiar el termómetro. Si usaste una cubierta protectora, retírala y lava el termómetro como ya se explicó. [11] Asegúrate de que esté completamente esterilizado antes de guardarlo.
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Método 3
Método 3 de 4:

Tomar la temperatura del oído de tu gato

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  1. Estos tienen una sonda o bulbo más largo que alcanza mejor el canal auditivo de la mascota. Las tiendas de mascotas y los consultorios de algunos veterinarios tienen a la venta este tipo de termómetros. En general, estos no son tan efectivos como los rectales. [12] Si tu gato es combativo, podría sentarse y permanecer quieto para que le tomes la temperatura del oído pero no permitirte que le tomes la rectal.
  2. Sostén su cuerpo firmemente con sus patas apoyadas sobre una superficie sólida, intenta que sea el piso. Asegúrate de sostener firmemente su cabeza con tu brazo, porque no querrás que tu gato la sacuda o la mueva mientras le estés tomando la temperatura. Pídele a un amigo que te ayude con esto si tienes esa opción. [13]
  3. Sigue las instrucciones del fabricante a fin de determinar el momento en el que la lectura se haya completado. Los termómetros para el oído requieren de aproximadamente la misma cantidad de tiempo que los rectales para registrar la temperatura, se tomarán un par de minutos.
  4. De la misma manera que con cualquier otro termómetro, querrás limpiarlo cuidadosamente con agua y jabón o con alcohol isopropílico después de cada uso. Una vez que lo hayas hecho, guarda el termómetro en su lugar designado. [14]
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Método 4
Método 4 de 4:

Visitar al veterinario

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  1. Visita al veterinario si tu gato tiene una temperatura menor a los 37,20 grados Celsius (99 grados Fahrenheit) o mayor a los 39,10 grados Celsius (102,50 grados Fahrenheit). En muchos casos, tu minino podrá superar la fiebre por sí mismo, pero siempre es recomendable consultar al veterinario. Si tu gato está enfermo por varios días y sospechas que padece de un problema crónico, es todavía más importante que visites al veterinario. [15]
  2. Además de decirle que tu gato tiene fiebre, asegúrate de explicarle cualquier otro síntoma que hayas detectado. Esta es información importante que el veterinario podrá utilizar para determinar un diagnóstico.
  3. Dependiendo del diagnóstico, tal vez simplemente tengas que mantener a tu gato hidratado y cómodo. Si el veterinario sospecha de una infección o de alguna otra cosa, tal vez tengas que darle alguna medicina. [16]
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Advertencias

  • No intentes administrarle a tu gato un medicamento para bajarle la fiebre o un baño de esponja con el mismo fin. Siempre consulta a un veterinario antes de intentar tratar a un gato enfermo.
  • Es recomendable que tomes tanto la temperatura rectal como la del oído las primeras veces, a fin de asegurarte de la precisión del termómetro para el oído.
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