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Cuando intentas cuidar bien de tus plantas, es fácil regarlas en exceso. Por lo general, esto le ocurre a las plantas en macetas, puesto que el agua no puede drenarse de las raíces. Por desgracia, el riego excesivo puede ahogar las plantas y matarlas. Afortunadamente, es posible salvar las plantas con exceso de riego antes que sea demasiado tarde secando las raíces.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Reconocer una planta con exceso de riego

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  1. Cuando una planta se ha regado en exceso, el color de las hojas empieza a cambiar. Observa si las hojas están dejando de ser verdes y volviéndose de color verde pálido o amarillo. También puedes notar manchas amarillas en las hojas. [1]

    Nota: esto ocurre debido a que los procesos normales de fotosíntesis de la planta no pueden llevarse a cabo si está muy húmeda. Eso significa que la planta no puede nutrirse.

  2. Cuando las raíces se ahogan en el agua, no pueden proporcionar agua a las partes superiores de la planta. Además, la planta no puede recibir nutrientes de la tierra. Eso significa que empezará a marchitarse y morir. Verifica si la planta está luchando para producir tallos u hojas nuevas o si tiene follaje que está muriendo. [2]
    • Dado que la planta también puede morir cuando no se riega lo suficiente, es posible que no sepas diferenciar si ha recibido un riego excesivo o insuficiente. Si sabes que has estado regando la planta, pero sigue muriéndose, es muy probable que el riego excesivo sea el causante.
  3. Cuando hay mucha agua en la maceta, puedes ver algas verdes o moho negro o blanco que empieza a crecer en la superficie de la tierra o la base del tallo. Este un indicador de que has regado en exceso la planta. [3]
    • Es posible que veas manchas diminutas de moho o algas o manchas muy extendidas. Cualquier presencia de moho o algas es motivo de preocupación.
  4. Si el agua se asienta en las raíces por mucho tiempo, empezará a pudrirlas. Cuando esto ocurre, las raíces desprenden un olor a descomposición. Acerca la nariz a la superficie de la tierra para ver si detectas un olor. [4]
    • Es posible que no llegues a oler la pudrición de las raíces si está en una etapa inicial o si la tierra es muy profunda.
  5. Si la maceta no tiene agujeros en el fondo que permitan el drenaje, es probable que la planta esté muy regada. Eso se debe a que el agua queda atrapada en el fondo de la maceta. Es mejor retirar la planta de la maceta para verificar la pudrición de las raíces. Luego, crea agujeros en la maceta o traslada la planta a una maceta con agujeros. [5]
    • Puedes hacer agujeros en una maceta de plástico con un cuchillo o un destornillador. Utiliza el instrumento para perforar el fondo de la maceta.
    • Si la maceta es de cerámica o arcilla, es mejor no intentar hacer agujeros. Romperás o dañarás la maceta.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Secar las raíces

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  1. Si crees que la planta ha recibido un exceso de riego, deja de regarla. De lo contrario, el problema seguirá empeorando. No añadas más agua a la maceta hasta estar seguro de que las raíces y la tierra están secas. [6]
    • Esto puede tardar varios días, así que no te preocupes si hay un lapso amplio entre cada riego.
  2. Cuando una planta se ha regado en exceso, tiene problemas para transportar agua a sus extremidades superiores. Esto significa que la parte superior de la planta es vulnerable a secarse si se deja en el sol. Para conservar la planta, llévala a la sombra si aún no lo has hecho. [7]
    • Puedes volver a colocar la planta bajo el sol una vez que se haya estabilizado.
  3. Utiliza la mano o una pala pequeña para golpetear con suavidad los lados de la maceta. Hazlo varias veces en distintos lados para soltar la tierra y las raíces. El objetivo es crear bolsas de aire para ayudar a que las raíces se sequen. [8]
    • Además, golpetear los lados de la maceta facilitará la tarea de retirar la planta de la maceta.
  4. Aunque no es necesario retirar la planta de la maceta, es mejor hacerlo. Esto ayuda a que la planta se seque más rápido y te permite replantarla en una maceta con mejor drenaje. Para retirarla con facilidad, utiliza una mano para sostener la base de la planta justo por encima de la tierra. Luego, voltea lentamente la planta y sacude la maceta con la otra mano hasta que salga el cepellón. [9]
    • Debes sostener la planta boca abajo en la mano.
  5. Rompe con suavidad la tierra de modo que se desprenda de las raíces. Cepíllala ligeramente con los dedos para evitar dañar las raíces. [10]
    • Si la tierra se ve mohosa o verde a causa de las algas, tírala porque contaminará la planta si la reutilizas. Asimismo, tírala si huele a descomposición, debido a que es probable que contenga raíces podridas.
    • Si la tierra se ve fresca y limpia, puedes reutilizarla. Sin embargo, es mejor utilizar tierra para macetas fresca para estar seguro.
  6. Las raíces saludables son blancas y firmes, mientras que las raíces podridas serán suaves y se verán marrones o blancas. Corta la mayor cantidad posible de raíces podridas con tijeras de podar o tijeras comunes para salvar las raíces saludables. [11]
    • Si la mayoría o todas las raíces se ven podridas, es posible que no puedas salvar la planta. Sin embargo, puedes intentar podarla hasta la base de las raíces y luego replantarla.

    ¿Lo sabías? Las raíces podridas se transforman en material de composta, así que olerán a materia muerta y en descomposición. Si no cortas dichas raíces, la planta seguirá muriendo.

  7. Primero corta los tallos y las hojas marrones y secas. Si cortaste gran parte del sistema radicular, también necesitarás podar parte de la zona saludable de la planta. Empieza a podar en la parte superior y retira suficientes hojas y tallos de modo que la planta no sea más de dos veces más grande que su sistema radicular. [12]
    • Si no sabes cuánto cortar de la planta, poda la misma cantidad de la planta que cortaste de las raíces.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Cambiar de maceta la planta

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  1. Busca una maceta con agujeros pequeños en el fondo de modo que el exceso de agua pueda drenarse de la planta. Esto evita que el agua se asiente alrededor del cepellón y lo pudra. Coloca una bandeja debajo de la maceta si no viene con una. La bandeja atrapará el exceso de agua para no manchar la superficie debajo de la maceta. [13]
    • Algunas macetas tienen una bandeja adherida. Si este es el caso de tu maceta, revisa si hay agujeros de drenaje en su interior, puesto que no podrás retirar la bandeja.

    Consejo: si la maceta que utilizabas antes tiene agujeros de drenaje, está bien regresar la planta a ella. Sin embargo, primero lava bien la maceta con un detergente suave para retirar cualquier resto de pudrición, material de composta, moho y algas. [14]

  2. Aunque esto es opcional, ayudará a evitar el exceso de riego en el futuro. Coloca el mantillo en el fondo de la maceta, estimando una capa de 2,5 a 5 cm (1 a 2 pulgadas). Déjalo suelto en vez de compactarlo. [15]
    • El mantillo ayudará a que el agua se drene de la maceta más rápido de modo que no ahogue las raíces.
  3. Si sacaste tierra cubierta de algas o moho o la nueva maceta es más grande, deberás añadir tierra para macetas fresca. Vierte la nueva tierra alrededor de las raíces de la planta. Luego, llena el resto de la maceta hasta alcanzar la base de la planta. Aplana ligeramente la superficie de la tierra para asegurarte de que la planta se mantenga en su sitio. [16]
    • Si es necesario, añade un poco más de tierra para macetas después de aplanar la tierra alrededor de la planta. No debes ver raíces expuestas.
  4. Cuando le cambies de maceta a la planta por primera vez, vierte agua sobre la tierra para humedecerla. Luego, revisa la tierra antes de volver a regar la planta para asegurarte de que la tierra se sienta seca, lo que significa que la planta necesita agua. Al momento de regarla, vierte el agua directamente sobre la tierra de modo que llegue a las raíces. [17]
    • El mejor momento para regar la planta es la mañana, de modo que la luz del sol ayude a secarla más rápido.
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Consejos

  • Lee las instrucciones de cuidados de tu planta para asegurarte de brindarle la cantidad adecuada de agua. Algunas plantas no requieren tanta agua, así que es fácil regarlas en exceso.
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Cosas que necesitarás

  • una zona con sombra
  • una maceta con agujeros de drenaje
  • una bandeja para colocar debajo de una maceta
  • nueva tierra para macetas
  • una rejilla para hornear de malla
  • una botella de espray
  • tijeras de podar pequeñas o tijeras comunes
  • una pala pequeña o una paleta de albañil (opcional)
  • mantillo (opcional)
  • agua

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