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En ocasiones, todos necesitamos una ayuda y aprender a brindar un poco más de la tuya te permitirá desarrollar una reputación de persona útil y confiable. Aprende a anticipar las necesidades de los demás escuchándolos detenidamente lo que dicen y a compartir tu tiempo de la forma más servicial posible.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Sé útil

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  1. Antes de hacer algo e intentar ayudar, detente y evalúa la situación desde perspectivas diferentes para encontrar formas diferentes en las que podrías ayudar y para determinar si tu ayuda es necesaria. Analiza más. ¿Cuál es la raíz del problema? El tipo de ayuda que puedes brindar a la persona depende de forma significativa de la situación y de si existen causas subyacentes.
    • Por ejemplo, si el pago del auto de un amigo ha vencido y están a punto de embargárselo si no paga, puedes prestarle el dinero como una solución temporal, pero ¿cuán posible es que tengas que hacer lo mismo en los próximos meses?
    • En lugar de ello, ayuda a tu amigo a fijar un presupuesto o a solicitar un préstamo. Ayuda a las personas a ayudarse a sí mismas.
  2. Una actitud calmada puede ser igual de útil, e incluso más, que ofrecerle a alguien dinero o consejos. Permanecer calmado también es una parte esencial del pensamiento lúcido y de la serenidad, te permite considerar los diferentes tipos de soluciones y ayuda, y elegir entre ellos de forma sincera y objetiva.
    • Interpreta la situación y determina que perspectiva debe representarse para equilibrar las cosas. Si sueles preocuparte mucho, por instinto podrías decirle a un amigo que se siente nervioso por un gran evento que tú también estás preocupado, ¿pero eso sería de ayuda? En lugar de ello, equilibra las cosas. Sé la persona calmada en esa situación.
    • Por otro lado, si tu amigo está considerando recorrer el país solo pidiendo aventones en las carreteras, llevando solo un par de zapatos y nada de dinero, quizás tu preocupación natural será de ayuda.
  3. El pensamiento positivo es una de las cosas más útiles que puedes brindarle a los demás. Motivar a las personas ayuda a inspirar confianza, y decir cosas positivas hace que se sientan mejor consigo mismas. Trata de ser la persona que realiza un esfuerzo adicional para mantenerse positiva, incluso si la situación parece difícil, y así los demás valorarán tu presencia como un factor útil que contribuye con el grupo. Motívalos.
    • Sin embargo, no temas a estar en desacuerdo si la ocasión lo requiere. En algunos casos, es posible que el pensamiento positivo deba aligerarse con algunas verdades fuertes. No temas ser la persona que las diga.
  4. Estar cerca es uno de los requisitos infravalorados para ser una persona servicial. Si quieres ser servicial con tus amigos y familiares, debes estar presente para ser de ayuda y darles el regalo de tu tiempo. Para ser lo más servicial posible, trata de reservar algo de tiempo para las personas importantes de tu vida y de estar dispuesto a hacer cosas que normalmente no harías.
    • Tal vez para ti no sea ideal pasar un sábado ayudando a tu abuela a limpiar el sótano, pero si reservas algo de tiempo para visitarla, al menos puedes reducir este tiempo para adaptarlo a tu horario y evitar perderte una reunión con tus amigos por ayudarla, cuando preferirías salir con ellos.
    • Si quieres ser servicial, no tienes que sentarte en casa y quedarte de brazos cruzados a esperar que alguien llame. Vive tu propia vida, pero considera reservar algo de tiempo para las personas importantes de tu vida a quienes te gustaría ayudar, para que puedas hacerlo cuando sea necesario.
  5. En algún momento, encontrarás un problema que será un gran peso para ti. Esto puede tomarse en el sentido literal si alguien te pide ayuda para mudarse, o en el sentido figurado, si te piden ayuda para hacer que alguien deje de beber o supere una separación. De cualquier modo, esto requerirá cierto esfuerzo o compromiso de tu parte. Si estás decidido a ayudar, es posible que tengas que abrir tu billetera, tu hogar, tu corazón o tu mente. Nada de ello es fácil, pero podría ser totalmente necesario.
    • Si bien para algunos puede parecer obvio, también es esencial ayudarte a ti mismo antes que a los demás. Si no te encargas de tus propios problemas, esto reducirá tu capacidad de ayudar a los demás.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Escucha a los demás

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  1. ¿Quieres saber si puedes ayudar de algún modo? Pregúntalo. La mejor forma de determinar de forma rápida y eficiente si puedes ayudar es preguntándolo directamente. ¿Tu papá tiene dificultades con la podadora? Pregúntale “hey papá, ¿necesitas una mano?”. ¿Tu amigo luce desanimado después de que lo avergonzaron en la clase de gimnasia? Dile “hey amigo, lo siento mucho. ¿Quieres conversar sobre ello?”.
    • En ocasiones, brindar tu ayuda sin que te la pidan puede lastimar los sentimientos de alguien, si se sentía confiado de que podía hacerlo solo.
  2. Presta atención a las señales que te dan las personas para saber cómo ayudar sin que te lo pidan. Piensa en las formas en las que podrías pedir ayuda, luego aplica eso en las otras personas. Por ejemplo, cuando estás cocinando, es bueno contar con alguien que corte los vegetales mientras la otra persona prepara la salsa, lo que hace que toda la operación sea más rápida.
    • Si ves a un amigo resolver problemas de matemáticas con tarjetas educativas, tómale una prueba.
    • Si ves que alguien tiene dificultades para cargar muchas bolsas, es probable que no tengas que preguntarle si necesita ayuda.
    • Si ves que tu compañero de apartamento está limpiando, ayúdalo para que ambos puedan relajarse más rápido.
  3. Aleja tu teléfono y dale toda tu atención a la persona a la que vas a ayudar. Escucha de verdad a la persona y evalúa la situación con la mayor objetividad posible. Indagar, hacer preguntas y prestar atención a los problemas de la persona hará que seas lo más servicial posible. No brindes la ayuda fácil, brinda la ayuda verdadera.
    • No brindes consejos antes de preguntarle a la persona cómo se siente o cómo quiere responder a una situación.
    • Unas de las mejores preguntas que puedes hacerle a alguien que acude a ti por ayuda es qué piensa de la situación y qué cree que es lo mejor que puede hacer. Luego brinda tu opinión sin molestarte si no acepta tu consejo.
  4. Esto suena fácil, pero es un reto para la mayoría de las personas que quieren interrumpir a alguien cuando habla para ofrecerle un consejo u ofrecerlo muy rápido. Brindar un oído receptivo siendo paciente y sin juzgar es más de lo que las personas esperan y es lo que en realidad necesitan. Deja que descarguen su frustración mientras piensas en buenos consejos y medidas a tomar, y de esta forma las estarás ayudando mucho.
  5. Por lo general, la ayuda que ofreces puede ser simple, como llevar a alguien a un lugar. Pero también puede ser difícil, como ayudar a un amigo a conseguir un diploma de educación general básica (GED) o un trabajo. Sin embargo, la persona a la que estás tratando de ayudar, puede no tener idea alguna de lo que necesita y podría estar confundida, lo que significa que puedes ayudar escuchándola detenidamente e indicándole las diferencias.
    • Por ejemplo, tu amiga puede pensar que actualmente el mayor problema del mundo es que no puede conseguir el dinero suficiente para comprar un par de zapatillas, pero quizás el verdadero problema es su incapacidad de permanecer en un trabajo por más de una semana. ¿Cómo podrías brindar la mejor ayuda posible en esta situación?
  6. Ayudar no significa necesariamente brindarle un consejo, tu opinión ni tratar de resolver el problema con una buena solución. En ocasiones, las personas solo necesitan a alguien que las escuche y que simpatice con ellas. No es necesario resolver las cosas para ser de ayuda. Solo escucha y puedes ofrecer mucho más de tu tiempo.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Comparte tu tiempo

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  1. Algunas personas se creen superhéroes que quieren intervenir y ayudar a todos sin importar la circunstancia. En realidad, hay muchas cosas que prácticamente no podrás hacer por tu cuenta. En esta circunstancia, lo mejor es determinar si puedes ayudarlas encontrando a alguien que las ayude mejor. Luego podrás ver resultados que son mejores que los que habrían obtenido si tú las hubieras ayudado por tu cuenta y sabrás que fuiste tú quien las encaminó en la dirección correcta.
    • Si tu amigo te llama desde un lugar que está a tres horas de distancia porque tiene un problema con su auto y te pide que lo recojas, puedes subirte a tu auto y perder las próximas 6 horas de tu vida o podrías buscar talleres en esa área, o amigos que estén cerca y que puedan brindarle una mejor ayuda, o que estén más dispuestos a hacerlo.
  2. En ocasiones, la mejor medida a adoptar es intervenir y empezar a ayudar. No esperes que te lo pidan, hazlo voluntariamente. Esto aplica en especial para los trabajos grandes, como limpiezas de garaje o trabajos en el patio, cosas que nadie quiere hacer, pero que deben hacerse. En lugar de esperar y darle vueltas al asunto, ofrécete de voluntario y empieza a hacerlo.
    • Tu disposición para el trabajo podría inspirar a los demás a participar y sin dudar sobre qué hacer. Sé un líder.
  3. En ocasiones, recibir ayuda puede ser un poco vergonzoso, así que trata de ponerte en los zapatos de la persona que vas a ayudar y de no gritarlo a los cuatro vientos. Esto se da a menudo si vas a prestar dinero o ayudar a alguien a resolver un problema que podría ser algo vergonzoso.
    • No subestimes lo que podría ser vergonzoso para algunas personas. Si tu amigo necesita ayuda para cambiar un neumático porque no sabe cómo hacerlo, podría ser un poco humillante mencionarlo en frente de todos sus amigos. Si él se ofrece a contar la historia con humor, participa, pero no reveles la información por tu cuenta.
  4. Si en verdad quieres ser servicial con los demás, tienes que actuar de buen corazón, no porque quieres algo a cambio. Esto solo generará decepción, resentimiento y una conducta manipuladora, lo cual al final te volverá un amargado. Actuar con segundas intenciones solo hará que al final seas de menos ayuda.
    • No fuerces a los demás a aceptar tu ayuda. Si alguien está decidido a hacer algo solo, no tienes que forzarlo a aceptar tu ayuda. Puedes estar dispuesto a ayudarlo si cambia de opinión.
  5. Hay personas que se aprovecharán de tu generosidad. La alegría que obtendrás al ayudar a un amigo hace que el riesgo valga la pena, pero este riesgo debe reducirse siempre que sea posible. Usa el sentido común. Comprende tus propias limitaciones y siéntete orgullo de ayudar.
    • Ten cuidado con los que quieren aprovecharse. Aprende a diferenciar quienes verdaderamente necesitan ayuda y quienes podrían estar timándote o engañándote. No dejes que ninguna persona manipule tus sentimientos para que hagas demasiado por ella.
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Consejos

  • Entabla amistad con las personas porque te agradan , nunca por lo que tengan. Si te relacionas con alguien porque te agrada su forma de ser, esa amistad será grandiosa y a esa persona también le agradarás de verdad. Pero si te relacionas con alguien porque es popular o porque usa ropa que es lo último de la moda, no funcionará.
  • Si alguien te pide que hagas algo, hazlo, ya que esa persona podría ayudarte algún día.
  • No tienes que olvidarte de ti mismo , pero tienes que preocuparte por los sentimientos de los demás. Pedir su opinión sobre algo no es malo, quizás quieren opinar, pero no tienen el valor de hacerlo. Debes ayudar a todas las personas.
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