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Algunos en tono de broma dicen que son “adictos” al ejercicio cuando la pasan de maravilla ejercitándose. Si bien una rutina de ejercicio personalizada es parte de un estilo de vida sano y en equilibrio, es importante recordar que uno en realidad puede volverse “adicto” al ejercicio, al igual que al alcohol u otras drogas, pero no es perjudicial para la salud. La clave para evitar la adicción durante la actividad física regular se logra trazando metas alcanzables y no dejando que el ejercicio se vuelva una obsesión. El ejercicio es parte esencial de un estilo de vida sano, pero demasiado puede ocasionar graves efectos secundarios negativos.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Motivarte para hacer ejercicios

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  1. Hacer actividades físicas que disfrutes convertirá el ejercicio en un pasatiempo en vez de una mera sesión de quema de calorías. Todos tienen intereses diferentes en cuanto a la intensidad de la rutina. Buscar algo adecuado y ameno para ti te ayudará a seguir ejercitándote y a establecer una relación sana con el ejercicio.
    • Si disfrutas sociabilizando con tu comunidad y levantar pesas, el gimnasio puede ser perfecto para ti.
    • Si te gusta más lo solitario, el ejercicio aeróbico, prueba caminar o hacer jogging. Este pasatiempo es fácil de complementar con otro, como el avistamiento de aves.
    • La danza es excelente para ejercitarse. Si te gusta bailar, inscríbete en una clase de danza aeróbica que se reúna regularmente.
  2. Muchos adolescentes y adultos usan el ejercicio como un escape saludable del estrés diario. Aunque todavía estés en proceso de aclimatar tu mente y cuerpo al ejercicio, prueba no centrarte en el hecho de quemar calorías. Corre en la caminadora o en la calle con un dispositivo portátil de música, o mira televisión mientras te ejercitas en casa.
    • Algunas aplicaciones, como Zombies Run, ofrecen tramas de inmersión de audio diseñadas para correr o caminar y mantenerse entretenido al mismo tiempo.
  3. Escoger un ejercicio a tu propio ritmo puede ayudarte a estar más cómodo con tu rutina sin la presión extra de los compañeros o los entrenadores. Asegúrate de exigirte para aprovechar al máximo tu rutina. Incrementar el ritmo cardíaco tiene más beneficios para la salud que ejercitar solamente a un nivel sin exigencia, pero solo asegúrate de no exigirte en exceso.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Establecer una rutina de ejercicio

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  1. El ejercicio debe ser ameno. Gana control de tu rutina y piensa en lo que quieres sacar de ella. Decide lo que quieres lograr a corto plazo y toma en cuenta el panorama general. Las metas te ayudarán a centrarte en un cambio de estilo de vida saludable.
    • Trázate metas con la técnica S.M.A.R.T : solo específico (S), medible (M), alcanzable (A), relevante (R) y con un tiempo limitado (T). Por ejemplo: “Voy a correr una 5K en 2 meses caminando, haciendo footing o corriendo 3 veces a la semana”.
    • Una meta a corto plazo puede ser determinar si puedes hacer algo sencillo como caminar 2 km (1 milla). Si no, entonces es una buena meta alcanzable. [1]
    • Las metas a largo plazo deben ser algo que esperes hacer después de unos meses de dedicación. Siguiendo el ejemplo previo de la caminata de 2 km, puedes considerar subirlo al doble para ir a la tienda y regresar. También puedes preguntarle a tu doctor si tu cuerpo es capaz de ejercitarse para llegar a correr esos 2 km.
  2. Este simple paso tiene muchos beneficios. Primero, así te aseguras de tener un plan para hacer el ejercicio suficiente. Segundo, limita tu sesión de ejercicios, lo cual, ayuda a regresar a los demás aspectos importantes de la vida. Fijarse un horario para el ejercicio y las demás obligaciones es parte de una vida sana y equilibrada.
    • Programa una “cita” contigo mismo para ejercitarte. Ponlo en tu calendario, como con las citas al dentista. Recuerda: ¡es salud preventiva!
  3. Así parecerá más una cita social con otra persona la cual hay que cumplir. Estarán animándose entre sí para continuar la rutina después de que pase la novedad. Esto también les ayudará a controlarse entre sí por si aparecen signos de adicción al ejercicio.
    • Si tu compañero se vuelve deshonesto o reservado sobre su rutina de ejercicios, se enfada si no puede ir a ejercitarse o lleva sus rutinas a niveles no recreativos, podría estar desarrollarse una adicción al ejecicio. Debes estar atento a cualquier cambio como estos en ti.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Mantener un equilibrio saludable

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  1. Todos son propensos a ser adictos al ejercicio, desde los atletas avanzados a los oficinistas. Si un cambio en tu vida te da más tiempo para ejercitarte, asegúrate de limitar la cantidad de tiempo y energía que le dedicas. Hacer un plan de ejercicios nuevo te permitirá dedicarte también a tus demás intereses.
  2. Tener expectativas innecesariamente altas en cuanto al gasto calórico o la duración de las sesiones son signos de una adicción al ejercicio. Es natural querer incrementar la intensidad de la rutina, pero hay un límite máximo que el cuerpo soporta. Procura centrarte más en las demás áreas de tu vida después de completar tu sesión diaria fácil y despreocupadamente.
  3. El ejercicio libera dopamina en el cerebro, el mismo químico que el organismo libera cuando satisface una adicción. Ir a correr es bueno para escapar del antojo de un cigarrillo, pero quizá estés reemplazado una dependencia por otra. Debes hacer suficiente ejercicio, pero busca ayuda para dejar tu adicción previa antes de empezar o extender un nuevo régimen de ejercicios.
  4. Si descubres que les mientes a tus seres cercanos sobre la cantidad de ejercicio que haces, podrías tener una adicción. Si tienes una personalidad obsesiva, procura contarle tu régimen de ejercicios a un amigo de vez en cuando. Así, tendrás la garantía de estar cómodo con la cantidad de ejercicio que hagas.
  5. Es importante planificar una rutina de ejercicios que te mantenga en forma. Sin embargo, debes tener un equilibrio sano de intereses que cubran todos los aspectos de tu vida. Si pasas varias horas al día con tu rutina de ejercicios, podrías tener una adicción. Procura pasar más tiempo con tus seres queridos o vuelve a empezar un pasatiempo que hayas dejado de hacer.
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Consejos

  • El ejercicio no reemplaza una mala dieta. Asegúrate de comer sano: 80 % de lo que comemos afecta nuestro cuerpo y 20 % es ejercicio.
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