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Algunas personas no dejan sus matrimonios infelices por muchas razones. Si eres una de ellas, quizá creas que no puedes ser feliz. Sin embargo, puedes buscar tu propio camino a la felicidad, incluso en una mala situación, practicando hábitos que lleven a la felicidad. Si lo haces, incluso podrías salvar tu matrimonio y ser una pareja feliz.

Método 1
Método 1 de 3:

Aprender a ser feliz

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  1. No siempre es fácil ser agradecido, en especial en medio de una mala relación. Sin embargo, la gratitud puede ayudarte mucho a soportar una mala relación, además puede ayudarte a ser más feliz. [1]
    • Tómate el tiempo todos los días de descubrir aquello por lo que estás agradecido. Puedes tratar de escribir cosas por lo que estés agradecido cada día en un diario. También puedes hacerlo posteando en las redes sociales. Generalmente, aunque la situación sea mala, se pueden encontrar cosas por las que podemos estar agradecidos.
    • Por ejemplo, quizá no te guste cómo te trate tu pareja, pero puedes sentirte agradecido por la estabilidad económica que gozas en este momento. Si no, quizá estés agradecido de que tu pareja siga siendo un buen padre o madre para tus hijos.
  2. Estas experiencias son aquellas en donde nos perdemos por estar completamente absorbidos por ellas. Si eres artista, escritor o incluso corredor, quizá ya entiendas de qué se trata este tipo de experiencia. Es el momento en que el mundo deja de ser y tú solo experimentas o disfrutas lo que haces. Los estudios han demostrado que entre más momentos como estos se tengan, se es más feliz en general. [2]
    • Escoge una actividad que te desafíe un poco, pero que aun así te sea familiar para que puedas perderte en ella. Por ejemplo, si disfrutas pintar paisajes, quizá te guste pintar un tema nuevo como un retrato o un bodegón.
  3. Es decir, si ves que siempre pelean por las mismas cosas, quizá sea hora de dejar ese tema de lado. Tienes que decidir que no vas a discutir porque no estás de acuerdo o si no procura llegar a un acuerdo que sea bueno para ambos. [3]
    • Por ejemplo, si tiendes a discutir por política, podrías establecer la política como un tema prohibido. O, si suelen discutir por qué película van a ver los viernes por la noche, pueden tomarse turnos para decidir qué película ver.
  4. Si tu matrimonio no es lo que te gustaría que fuera, quizá sea hora de encontrar plenitud fuera de él, y no nos referimos a un amante. Tener tus propios pasatiempos e intereses te ayudará a ser independiente y a mantenerte alegre y en contacto con el mundo. De hecho, desarrollar tus propios intereses es recomendable aunque tengas un matrimonio excelente. [4]
    • Considera la posibilidad de explorar tus intereses en la biblioteca, unirte a clubes locales de pasatiempos, ir a clases de cocina o cualquier otra clase en los centros de educación superior cercanos.
  5. Tener un sentido de propósito en la vida y buenas conexiones sociales también es excelente para sentirse feliz. [5] Como el voluntariado puede darle propósito a tu vida y te permite interactuar con otras personas que piensan como tú, puede ayudarte a ser más feliz.
    • Procura buscar una organización en la que te gustaría contribuir, como un refugio de animales o banco de alimentos, y postula para ser voluntario. Incluso puedes preguntarle a tu cónyuge si le gustaría ser voluntario contigo. Puede ser una buena actividad de integración para ambos.
  6. Muchos estudios indican que las relaciones son la clave de la felicidad. [6] Si tu relación principal es infeliz, quizá no veas cómo cambiar tu situación. Pero tu cónyuge no tiene que ser tu fuente principal de sociabilización. Puedes tener relaciones satisfactorias con amigos y los miembros de tu familia.
    • Prueba salir a comer con tus amigos una noche por semana o reunirte con uno de tus hermanos o primos para un día de compras.
    • Si no tienes muchos amigos, trata de reunirte con más personas que compartan tus intereses. Por ejemplo, puedes unirte a una liga de bolos, tomar una clase de arte o buscar un círculo de tejido.
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Método 2
Método 2 de 3:

Lograr un mejor matrimonio

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  1. Hacerse de tiempo para el otro es excelente para decirse que están comprometidos. Por ejemplo, pueden pasar juntos cierto periodo de tiempo cada semana, pero cúmplanlo. También les dará la oportunidad de conocerse otra vez. [7]
  2. Cuando estuvieron juntos por primera vez, quizá se sentían parcialmente atraídos por sus diferencias. Por ejemplo, quizá te envigorizaba su impulsividad y te encantaba su espontaneidad. Ahora, quizá detestes eso. La clave es tratar de recordar por qué te gustaba eso al principio y decidir disfrutarlo otra vez. [8]
    • Por ejemplo, quizá te vuelva loco que tu cónyuge quiera dejar todo a último momento y quiera ir a las montañas de viaje. Por otro lado, eso evita que tu vida sea demasiado aburrida. Procura encontrar un equilibrio, y disfruta lo que puedas.
  3. Es importante reconocer qué va bien en la relación y también lo que se ha vuelto difícil. Incluso hasta pueden hacer juntos una lista de sus fortalezas y dificultades. Asegúrate de incluir cosas en la lista que evitan hablar por temor a terminar peleando. [9]
    • Procura escoger un momento para hablar sobre sus fortalezas y dificultades donde ambos estén tranquilos y centrados. Eviten hablarlo al final de un día largo o en otros momentos estresantes. [10]
    • Di oraciones con “yo” en vez de oraciones con “tú”. En otras palabras, procura hablar de lo que sientes y lo que crees que está mal sin culpar al otro. Por ejemplo, decir: “Me enfado cuando no pasamos mucho tiempo juntos” es mejor que “Nunca estás conmigo”. La segunda oración pondrá a tu cónyuge a la defensiva, mientras que la primera ayudará a iniciar una conversación. [11]
    • Pasa tiempo hablándole y escuchándole. Es decir, no te limites a decir lo que crees que está mal. También tienes que dedicarte a escuchar activamente lo que tiene que decir. Muéstrale que le prestas atención haciendo breves resúmenes de lo que dijo o haciéndole preguntas relacionadas a la conversación. [12]
  4. Cuando ya hayan analizado juntos qué problemas tiene su matrimonio, será hora de crear algunas soluciones. Incluso puedes valerte de algunas de tus fortalezas para ayudarte a desarrollar soluciones a los problemas de tu relación.
    • Para llegar a un acuerdo, deben hablar de sus deseos y necesidades, lo cual les ayudará a decidir qué es lo más importante para cada uno. [13] En otras palabras, para llegar a un acuerdo, debes estar dispuesto a dejar que la otra persona gane cuando se trate de sus necesidades y dar paso cuando entre en conflicto con tus deseos. Lo mismo debe suceder con el otro.
  5. A veces, se necesita de ayuda profesional para superar los problemas. Un consejero matrimonial puede ayudarte a solucionar más problemas de lo que imaginas, y de hecho, casi la mitad de los que recurren a consejeros matrimoniales dicen que estos especialistas les han podido ayudar a solucionar los principales problemas de su matrimonio. [14]
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Método 3
Método 3 de 3:

Tomar en cuenta las alternativas

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  1. La separación legal te dará un tiempo lejos de tu cónyuge para que puedas encontrar una solución a tus problemas. Es diferente a un divorcio, porque seguirán casados. El beneficio de la separación es que te brindará una manera legal de solucionar las cuestiones de custodia, manutención de alimentación y la división de bienes mientras están separados. Sin embargo, si solucionas los problemas, puedes volver a tu matrimonio normal. [15]
  2. Si bien un divorcio es una terrible conmoción, quedarse en un matrimonio perjudicial puede afectar la autoestima y la salud mental. Algunos estudios han demostrado que es mejor salir de una relación tóxica y tratar de mejorar la salud mental en vez de quedarse en una así. [16]
    • Comprende que un matrimonio infeliz puede conllevar a la depresión. Cierto estudio, que recogió información de 5.000 adultos, mostró que la calidad de la relación más importante es un buen indicador del desarrollo de la depresión. En otras palabras, si una de tus relaciones más cercanas, incluida la matrimonial, está en mal estado, entonces te pondrá en riesgo de sufrir depresión. [17]
  3. Quizá tengas una buena razón para divorciarte. Si eres infeliz en tu matrimonio, es probable que seas una persona más feliz cuando salgas de esa relación. [18]
    • Puedes considerar el divorcio si tu cónyuge tiene un amorío. Si bien algunas parejas superan la infidelidad, otras nunca se recuperan. Si ves que no puedes perdonar a tu cónyuge por lo que hizo incluso después de meses o años, quizá quieras considerar la idea del divorcio. [19]
    • Si han tomado caminos separados. A veces, cuando dos adultos crecen juntos hasta desarrollarse plenamente, toman direcciones diferentes. Si descubres que tu cónyuge no está de acuerdo en mucho de lo que dices porque eres demasiado diferente, quizá lo mejor sea divorciarse. [20]
    • Si tu pareja es malo con la economía y no quiere cambiar. Desde luego que todos tomamos malas decisiones financieras de vez en cuando. Sin embargo, si tu pareja es terrible y es un motivo de estrés en tu matrimonio o está llevando tu familia a la quiebra, quizá tengas que salir de esa relación, en especial si le has hecho saber tu preocupación pero se rehúsa a cambiar. [21]
    • Piensa en los niños. Muchas parejas infelizmente casadas siguen juntos por los hijos. El divorcio es duro para los niños, pero también es cierto que estar infelizmente casado puede también ser duro para ellos. Ellos saben que eres infeliz y si siempre pelean, también estarán estresándolos. [22]
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Advertencias

  • Si tu matrimonio es abusivo de alguna manera, tienes que huir. Si no sabes dónde encontrar ayuda, llama a la policía si tu problema es peligroso.
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