Descargar el PDF Descargar el PDF

Dominar el arte de la honestidad sin lastimar los sentimientos de los demás significa que puedes comunicarte con eficacia y desarrollar relaciones más sólidas con los que te rodean. Considera los sentimientos de la otra persona y ten como objetivo usar una estrategia amigable y que no sea amenazante. Usa palabras constructivas, en especial si vas a dar un consejo o si vas a pedirle a alguien que realice un cambio. Valida sus sentimientos, evita echarle la culpa y guárdate tus críticas. A medida que aprendas a disminuir tu severidad, es probable que los demás te respondan mejor y te sientas menos a la defensiva con tus comentarios.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Hacer que tus interacciones sean positivas

Descargar el PDF
  1. Si dices algo cruel, entonces luego di algo más. Es probable que comentarios crueles como “Solo estoy siendo honesto” o “Te lo digo como un amigo” se disfracen de honestidad. Fíjate en cuál es la intención de tu comentario y si solo estás diciendo algo cruel . [1]
    • Esto incluye comentarios crueles como “¡Pensé que nunca te desharías de esos jeans!” o “¡Me sorprende que hayas comido eso teniendo en cuenta tu peso!”.
    • Como dice el viejo dicho “Si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada”.
  2. Puedes decir casi cualquier cosa sin que parezcas severo, siempre y cuando te apartes emocionalmente de la situación. Esto no quiere decir que seas frío o estoico cuando le digas a alguien que no lo amas o que ha realizado un trabajo pésimo. Significa no dejar que tus emociones guíen tus interacciones para que no te comportes con crueldad, ira o rencor. [2]
    • Por ejemplo, si tienes un amigo que siempre llega tarde, no arremetas contra él si llega tarde una vez más. Por el contrario, dile “Me levanté temprano con el fin de estar listo para reunirme contigo, pero me quedé aquí parado esperándote 20 minutos. Por favor, considera mi tiempo cuando acordemos reunirnos”.
    • Si debes hablar con esa persona, pero sabes que no estás tranquilo, tómate un poco de tiempo para calmarte. Date una hora, un día o un par de días, dependiendo de lo que necesites. Dile “Estoy molesto ahora, pero me gustaría hablar contigo al respecto más adelante para que podamos comprendernos mejor”.
  3. No le digas a la otra persona algo que podría lastimarla o avergonzarla frente al resto: la mejor opción es que hables con ella a solas. Si debes hablar honestamente con ella, ten como objetivo hacerlo en las condiciones apropiadas. Escoge un lugar tranquilo y alejado de los demás y los oídos indiscretos. Elige un momento en el que ambos puedan conversar, no cuando alguno de ustedes tenga que ir apurado a hacer otra cosa.
    • Es mejor que conversen cara a cara: los ayudará a ambos a leer el lenguaje corporal del uno y del otro y a responder mejor a las señales no verbales.
  4. No te vuelvas mandón ni exigente cuando hables. Tal vez no te guste alguien que a otra persona sí le gusta y quieres que no sea así. En lugar de exigirle que cambie o que haga algo diferente, pídeselo. Esto demuestra que consideras los sentimientos de la otra persona y que no le exiges nada.
    • Por ejemplo, si alguien habla de un tema que no te interesa, pídele amablemente que hable de otra cosa. Dile “Entiendo lo que dices. Hablemos de otra cosa” o “Entiendo tu punto de vista y ya no quiero hablar de esto”.
  5. Aunque la verdad podría darte libertad, también podría lastimar los sentimientos de otra persona. Si crees que es necesario hablar con honestidad en un momento determinado, asegúrate de que esa honestidad realmente sea útil. Hay momentos en los que debes ser honesto con alguien y la verdad podría lastimar. Sin embargo, haz todo lo posible por que esa honestidad sea constructiva y no destructiva.
    • Encuentra maneras de hablarles con amabilidad a los demás y de brindarles tu ayuda. Por ejemplo, di “He notado que se te han pasado algunos plazos. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte a terminar estas tareas a tiempo?”. [3]
    • Pregúntate “¿Esto podría lastimar los sentimientos de la otra persona?” o “¿Puedo decirlo de una forma más amable y constructiva?”.
  6. Tal vez tengas fuertes convicciones que deseas que los demás vean como verdad. Quizás seas demasiado correcto o tengas valores muy altos en tu comportamiento, pero no puedes obligar a otra persona. Si ha dejado en claro que no quiere hablar al respecto, deja la conversación.
    • Por ejemplo, posiblemente tengas valores religiosos o creencias morales sólidas. No trates de convertir a alguien a tu verdad y respeta su decisión de no conversar al respecto, aunque sepas que tus palabras son ciertas.
    • Por lo general, las conversaciones forzadas desaniman a las personas en lugar de permitirles apreciar tu perspectiva.
    Anuncio
Parte 2
Parte 2 de 3:

Ser considerado con la otra persona

Descargar el PDF
  1. No te concentres solo en ti. Escucha a la otra persona y considera sus sentimientos. Si suena incómoda o impresionada, modifica tus palabras para que sean más suaves y amables. Sé consciente de su comunicación y de cómo puede interpretar tus palabras.
    • No solo escuches sus palabras: también presta atención a su lenguaje corporal. Si evita el contacto visual, cruza los brazos o parece que quiere dejar la conversación lo más pronto posible, considera cambiar de tono de voz.
  2. Sé consciente de cómo se siente (o podría sentirse) la otra persona mientras le hablas. La forma en que se comporte o reaccione es válida. Si se siente ofendida o molesta, comprende que está bien que reaccione así, aunque no te guste. Hazle saber que comprendes y eres consciente de sus sentimientos. [4]
    • Olvídate de decir “Debes…”, como “Debes hacer esto” o “Más bien debes hacer esto”. Esto invalida a la otra persona y hace que parezca que tú eres el experto.
    • Por ejemplo, di “Puedo ver que estás molesto por lo que dije y eso es comprensible. Quiero que te des cuenta de algo, pero no quiero lastimarte”.
  3. Tal vez sueles tener una actitud crítica en tu vida. Aunque esta puede ser una habilidad útil, normalmente es menos útil cuando lidias con los demás. No te concentres solamente en lo que no te gusta de una persona o lo que hace mal. Equilibra tu pensamiento negativo con cosas positivas que haga o diga. Cuando hables con ella de algo que no te gusta, menciona algunas cosas que sí te gusten. [5]
    • Por ejemplo, a un amigo excéntrico, puedes decirle “Eres un amigo excelente y me encanta salir contigo, pero también me frustro cuando cancelas los planes a última hora”.
  4. Decir la verdad no quiere decir que tengas la libertad de compartir tus críticas con esa persona. Quizás no te sientas feliz con las decisiones que tome. No le digas lo que hace mal y, más bien, concéntrate en tu preocupación. Sé exigente en lo que abordes y en cómo lo abordes. [6]
    • Por ejemplo, si tienes un amigo que se droga, no le digas “Las drogas son malas para ti, no puedo creer que las consumas”. Por el contrario, dile “Me preocupas, ya que has empezado a drogarte. He notado algunos cambios en tu comportamiento y me preocupa que las cosas no estén marchando bien para ti”.
    Anuncio
Parte 3
Parte 3 de 3:

Mejorar tus habilidades

Descargar el PDF
  1. Es posible que trabajes con otra persona y no cumplan con un plazo. En lugar de echarle la culpa, encuentra formas de trabajar juntos. Quizás alguien metió la pata, pero si trabajan juntos, eso significa buscar soluciones juntos. [7]
    • Si te das cuenta de que dices “Bueno, alguien tenía que decírtelo” como una forma de expresar ira por alguien, es probable que uses tu honestidad como una forma de echarles la culpa a los demás.
  2. Usa un tono accesible . Hay una diferencia en el tono de voz cuando le gritas a alguien o cuando le hablas a alguien de forma casual. Debes tener como objetivo usar un tono de voz casual o profesional cuando hables con alguien. La severidad puede salir por el tono de voz. Por eso, evita responder muy rápido, usar palabras o un discurso muy cruel, o hablar en voz alta.
    • Por ejemplo, habla con un tono más suave para evitar sonar agresivo.
  3. Tal vez un amigo tenga un mal hábito que te vuelva loco. No pierdas la calma. Más bien, usa el buen humor para abordar el tema con amabilidad. Esto te permite decir lo que debes decir, pero sin hacer un escándalo. [8] Humor can also help to diffuse tense or difficult situations.
    • Haz una broma pequeña o di algo tonto para hacerte entender.
  4. Tal vez alguien te formule una pregunta que haga que te sientas incómodo al dar una respuesta. Por ejemplo, podrían preguntarte “¿Te agrada mi novio?” o “¿Qué te parecen estos pantalones?”. Aunque tal vez quieras responder con honestidad, tu respuesta también podría lastimar los sentimientos de la otra persona. Esto te permite ser honesto, pero aun así amable e inofensivo.
    • Por ejemplo, si alguien te pregunta si te gusta su comida horrible, dile “¡Tiene un sabor único que nunca he probado antes!” o “Mi parte favorita de la comida son las papas”.
    Anuncio

Consejos

  • En pocas palabras, no seas grosero . Hay otras formas de decirle algo a alguien sin directamente lastimar sus sentimientos.
Anuncio

Acerca de este wikiHow

Esta página ha recibido 28 073 visitas.

¿Te ayudó este artículo?

Anuncio