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Ser malo e intimidante todo el tiempo podría ser muy agotador y no te ayudará a hacer ninguna amistad. Sin embargo, hay momentos en los que es absolutamente necesario asustar a las personas un poco para imponerte. Si necesitas ser malo e intimidante con alguien, tendrás que tener una actitud que refleje: “No me importa lo que diga la gente”, además de una dosis sana de confianza y las palabras adecuadas que te respalden. Si quieres aprender a ser malo e intimidante cuando es necesario, lee el paso 1 para que estés en el camino correcto.
Pasos
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Deberás saber cuándo tendrás que defenderte. Lo primero que deberás saber es cuándo tienes que ser malo e intimidante. No podrás serlo todo el tiempo, sino perderá su valor y perderás a tus amigos. Pero, si alguien ha estado tratando de hacerte sentir mal, como si fueras una persona insignificante o simplemente no reconociéndote justamente, podría ser hora de hacer uso del factor malo e intimidante. Si sientes que hay ciertas personas en tu vida que te faltan el respeto constantemente y ya trataste de ser amable, pero no ha funcionado, podría ser hora de explorar tu lado malvado.
- Si constantemente te faltan el respeto o te desprecian, podría ser hora de actuar. Desafortunadamente, ser un caballero o una dama todo el tiempo no siempre funcionará a tu favor.
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Asegúrate de que tus motivaciones sean puras. No deberás ser malo e intimidante para herir los sentimientos de alguien, para pavonearte o para sentirte mejor. Si esto es lo que quieres, podrías terminar siendo malo e intimidante todo el tiempo. Sólo deberás hacerlo si sientes que realmente no te han prestado atención y necesitas mantenerte firme o si hay otras personas en tu vida que simplemente te pisotean y no te toman en serio. Recuerda que deberás usar tus poderes para bien y no para mal.
- Y con esto no pretendemos decir que combatir el fuego con fuego sea infalible; si alguien es malo contigo, entonces la solución no será necesariamente ser malo con él. Pero, si ya has intentado todo lo demás, entonces podría ser hora de imponerte.
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No lo hagas demasiado. Si estás leyendo este artículo, es muy probable que te hayas visto en una situación extrema en donde sentías que no tenías otra opción aparte de ser un poco amenazante. Si este es el caso, está bien, pero no deberás tratar de que esta sea tu nueva personalidad permanente. Piénsalo bien antes de enfrentarte y no te crees el hábito de ser malo e intimidante con demasiadas personas, sino podrías adaptar permanentemente tu nueva personalidad.
- Asegúrate de cuidarte. Si te sientes demasiado bien siendo malo e intimidante, entonces es hora de detenerte.
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Asegúrate de no cambiar completamente. Existen muchos trucos para parecer malo e intimidante y definitivamente podrás adoptar algunos de ellos. Sin embargo, no deberás sufrir una transformación total en donde tu personalidad original se haya quedado en el camino. Si te comportas como nunca lo haces con la gente que te conoce, entonces pensarán que estás haciendo un numerito y hasta podrían considerarlo gracioso. Busca una manera de integrar los elementos de maldad y intimidación a tu personalidad verdadera.
- No deberás pasarte de la mano. Si eres normalmente tímido, manso y empiezas a comportarte como el chico de la seguridad de la discoteca más popular de Miami, es probable que no te tomen en serio.
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No temas decir “no”. Los que son malos e intimidantes no ceden ante otros ni se dejan pisotear. Tendrás que estar preparado para imponerte y decir “no” a quienes te dejan demasiado trabajo, te piden favores absurdos o sólo te presionan más de la cuenta. Los que son verdaderamente intimidantes están más interesados en lograr que los demás hagan lo que quieran que en procurar satisfacer las necesidades de los demás.
- Si algo te parece absurdo o imposible de hacer entonces niégate a hacerlo. Este es tu nuevo yo, ¿recuerdas?
- Es una cuestión de obtener el respeto que mereces. Los demás no te respetarán si saben que siempre aceptas hacer lo que te pidan.
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No te conformes con menos de lo que mereces. Si quieres tener la actitud correcta, entonces tendrás que recordar que mereces todo aquello que deseas y que no tienes necesariamente que pasarte toda la vida conformándote con las cosas de segunda categoría. Podrías querer ascender en tu carrera o que los chicos pesados de la escuela te dejen en paz. Sea cual sea tu deseo, escríbelo y ve que realmente te mereces lo mejor. No dejes que alguien te diga lo contrario.
- Si quieres afirmarte, deberás conocer realmente lo que quieres saber. Tómate algún tiempo para pensar en aquello que quieras de la vida y lo que esperas lograr siendo malo e intimidante.
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Siéntete a gusto haciendo cosas solo. Los que son malos e intimidantes tienen sus propias ideas sobre cómo se debería vivir la vida y no ceden ni se amoldan a las nociones de éxito o de lo correcto que piensan los demás. Si bien esto no quiere decir que debas incendiar tu casa, sí quiere decir que deberás ser fiel a tus creencias y no deberá importarte mucho la opinión de los demás. Si quieres ir a un concierto que a nadie le gusta, ve solo. Si entras a un salón de clases, no conoces a nadie y no tienes ganas de ser sociable, siéntate y haz lo que quieras.
- Deja el intento desesperado de tratar de encajar en un grupo y deja de rodearte de personas que no te interesan sólo porque te hacen ver “genial”.
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Piensa que te vas a comer el mundo. Deja de pensar en aquello que el mundo no te ha dado o lo que te ha impedido hacer, en su lugar míralo como algo que puedes abrazar e incluso conquistar. Cuando entres a alguna habitación no te refugies en ti mismo, preocupándote que no te comportarás de la manera correcta o que no conocerás a nadie; en vez de ello, piensa en los momentos asombrosos que tendrás, pues toda la noche estará bajo tu control.
- Es una cuestión de actitud. Si piensas que te sucederán un millón de cosas buenas y te emociona obtener lo que quieres, es mucho más probable que todo ello suceda en vez de acurrucarte en posición fetal en la esquina y exclamar llorando: “Nunca me pasa nada nada bueno, nuuuuuunca”.
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Deja que tu confirmación venga de tu interior. No esperes a que los demás te digan lo maravilloso que eres, lo bien que se te ve o lo mucho que vales. Si bien es lindo recibir halagos y reconocimiento, nada de ello servirá si piensas que no vales nada y que nada bueno te pasará. En lugar de ello, distánciate un poco para recordar lo maravilloso que eres y deja que los demás vean que te sientes tan cómodo contigo mismo que no te importa lo que piensen de ti; eso sí que es intimidante.
- Esto no quiere decir que debas creer que eres perfecto, quiere decir que deberás darte cuenta de que eres una persona valiosa, pese a tus defectos.
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Deberás saber exactamente lo que quieres. Otra manera de intimidar a los demás e incluso parecer un poco malo consiste en saber exactamente lo que buscas. Tal vez quieras pasar por los pasillos sin hablarle a aquellos que te tratan mal; tal vez sepas que quieres graduarte de la universidad en tres años. Sea cual sea tu deseo, deberás tener una visión firme del futuro que quisieras lograr, deberá ser tan firme que todos a tu alrededor piensen: “Vaya, no hay nada que lo detenga”.
- Mira de frente en vez de mirar al suelo. Haz que los demás vean que siempre estás mirando hacia el futuro.
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Ten opiniones firmes. Los que son malos e intimidantes no andan preguntándoles a los demás sobre lo que deberían hacer o están cuestionando constantemente sus creencias. Si bien es evidente que deberás cuestionar tus creencias para encontrar la solución correcta, deberás evitar verte como alguien inseguro que siempre recurre a los demás para encontrar una solución. No sólo deberás ser capaz de manifestar tu opinión sobre cierto problema o situación, sino que también tendrás que tener pruebas concretas que lo respalden.
- Si bien todos tienen derecho a tener su propia opinión, no deberás estar soltando un rollo de opiniones sin fundamento, hirientes o molestas; esto no hará que los demás te respeten. Ten creencias firmes, pero asegúrate de que estén basadas en la realidad.
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Ten el control. Aquellos que son malos e intimidantes controlan sus emociones, sus cuerpos y sus palabras. Habla de manera calmada y mesurada y, si te ves en una situación social difícil, no te muestres como si estuvieras a punto de explotar. Si ves que estás alterándote o levantando la voz, retrocede y di que necesitas tomarte un respiro. Si quieres intimidar a los demás, entonces deberás hacerles creer lo siguiente: “Vaya, realmente hablaba en serio cuando dijo eso…”.
- Si quieres sonar como una persona con convicción para que te tomen en serio, entonces tendrás que controlar tus palabras y tus emociones.
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Exuda autoconfianza. No podrás ser malo e intimidante con una planta de interior si no tienes la confianza para respaldarlo. Deberás actuar y mostrarte como si te amaras a ti mismo, como si supieras a dónde te diriges y como si supieras lo que haces. Habla con convicción, haz contacto visual, ten una buena postura y no juegues con algo ni mires demasiado a los lados, sino te verás inseguro de ti mismo. No tienes que ser arrogante y perfecto, pero si muestras demasiada debilidad, entonces nadie podrá tomarte en serio.
- Actúa como si tuvieras esa confianza, porque en algún momento la tendrás. Si dominas el lenguaje corporal y el control de la voz, será mucho más probable que te sientas confiado.
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Mantén tu posición. Pase lo que pase, no retrocedas. Aun si alguien dice algo que trae tu opinión por los suelos, sigue respaldando lo que piensas y sigue diciendo exactamente eso. No digas: “Sí, supongo que tienes razón, socio, soy de lo peor” y ese tipo de cosas. Aunque pierdas, esto les mostrará a los demás que no retrocederás y que te mantendrás fiel a tus ideas. Solo asegúrate de no dar la impresión de ser muy terco.
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Sé reservado. Esto es algo que podrás lograr mediante el control de tus expresiones faciales y tu lenguaje verbal. Sigue siendo cortés a tu manera, pero, al mismo tiempo, no des demasiada información de ti mismo. Encontrarás que podría ser útil para mantener la conversación breve y centrada en los hechos, sin caer en detalles personales. Crearás, de esta forma, un aire de misterio e incertidumbre para los demás, cuando interactúes con ellos.
- Recuerda también no parecer temeroso o intimidado. De lo contrario, no lograrás el efecto deseado.
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Muestra carencia de emociones positivas. Esto incluye evitar comportamientos tales como: reír, sonreír y hacer bromas, aun cuando este sea tu comportamiento típico hacia los demás. Si encuentras que es muy difícil actuar así, tratar de ser lo más falto de emociones que puedas (dentro de la situación específica en que tratas de aparecer intimidante) podría ayudarte. Sin embargo, expresar emociones negativas, tales como, estallidos de ira o irritabilidad, es válido, ya que esto intimidará a las personas que lo reciban.
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Usa un tono de voz apropiado cuando hables. Asegúrate de sonar confiado, duro y seguro de ti mismo. No hables tan bajo que las personas no puedan oírte. Habla sólo un poco más alto de lo habitual para asegurarte de que te oigan. Esto también callará a los demás. No digas nada que provoque una argumentación o que pueda ponerte en problemas, pero asegúrate de decir lo que piensas de una manera ligeramente más severa de lo habitual.
- Recuerda que tienes la opción de grabarte a ti mismo en casa para ver cómo te sale.
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Sé tajante cuando expreses tus opiniones a los demás. Si alguien ha tomado una mala decisión o de alguna manera no se ve bien, acércate a él y sé honesto, pero sin diplomacia, de lo contrario, si lo haces, no darás la impresión de que eres malo. Probablemente logres el efecto que estás buscando si eres un poco sarcástico en tus comentarios.
- Esto es excelente para mostrar que no te importa lo que los demás piensen, lo cual es un rasgo intimidante.
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Entra en todo lugar como si te sintieras el dueño. Los que son malos e intimidantes saben lo que buscan y entran a un lugar como si fuera de ellos. Es una vibra que tienen que dice: “¡Sal de mi camino!”. Esto definitivamente asusta a los demás un poco y los hace pensar: “Esa persona sabe a dónde va”. Si quieres ser malo e intimidante, entonces no deberás entrar a un lugar como si no supieras a dónde vas o cuando llegarás. Deberás ser firme e imponer tu dominio lo más pronto que puedas.
- No busques nerviosamente a alguien para hablar. Si te ves como si supieras a dónde te vas, intimidarás a los demás inmediatamente.
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No te rías demasiado . Si bien es cierto que la más mala e intimidante de las personas tiene su lado sensible, no asustarás a mucha gente si te matas de risa cada dos segundos. El humor es excelente para aliviar el estrés y ayudarte a conectar con los demás, pero si estás con alguien a quien quieres intimidar, entonces entre menos bromas, mejor. No deberás hacerle ver que eres fácil de tratar, divertido o demasiado relajado, sino podría aprovecharse de ti.
- Por supuesto que si sólo estás con un grupo de gente que no quiere ser mala contigo, ¡entonces ríete todo lo que quieras!
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Deja que tus logros hablen por sí solos. No tienes necesariamente que alardear para poder intimidar o ser malo con los demás. Si hablas lo maravilloso que eres jugando fútbol, en la escuela o por comenzar tu propia empresa, entonces es menos probable que los demás te respeten o se sientan intimidados que si se hubieran enterado de ello por su propia cuenta. Si de verdad eres tan maravilloso, entonces los demás se darán cuenta de ello rápidamente; si tienes que decírselos, no les importará mucho.
- No te dediques tanto a alardear y a demostrar a los demás lo asombroso que eres con el fin de asustarlos. Si lo haces, te hará ver como alguien desesperado por tener la aprobación de los otros, lo cual es lo opuesto a ser malo e intimidante.
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No seas lisonjero. No halagues a alguien cuando en realidad no es un halago sincero, no ruegues tener la aceptación de nadie ni te comportes como un adulador común. Este comportamiento hará que los demás piensen que obtienes toda tu afirmación de otros y que en realidad no sabes lo que quieres o que no crees que tienes la capacidad de lograrlo solo. Es cierto, si eres lisonjero con tus profesores, los chicos populares o con tus jefes, perderás el respeto que te tienen los demás porque estarás haciéndoles entender que no te respetas a ti mismo.
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Ten en cuenta tu aspecto físico. Si quieres ser malo e intimidante, entonces tendrás que verte seguro. No tienes necesariamente que vestirte de tiros largos o como si hubieras salido de la pasarela, pero deberás ponerte ropa bonita, limpia y sin arrugas, bañarte periódicamente y hacer todo lo necesario para verte como alguien que en realidad le interesa su aspecto físico. Esto mostrará un nivel básico de autorespeto, lo cual sugerirá que los demás deberán respetarte también.
- No permitas que los demás te vean mirando tu reflejo, arreglándote la ropa o retocándote el maquillaje en público, porque hará que te veas un poco inseguro.
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No muestres tu debilidad. Este no es momento para que los demás vean lo inseguro, temeroso o indeciso que eres. Si quieres intimidar a los demás, entonces tendrás que hacerles creer que te sientes cómodo con tu persona, que eres seguro de ti mismo y que no tienes 8000 defectos expuestos al público en todo momento. Si muestras demasiada debilidad, los otros podrían valerse de ella y verán que pueden ser malos contigo también.
- No tiene nada de malo abrirte con tus amigos sobre tus debilidades e inseguridades. Pero, a la hora de estar en público y tratar de asustar a los otros, ¡sé reservado!
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Consejos
- Si se trata de alguien que conoces y siempre ha sido malo contigo, quizá te deje en paz si le demuestras quién manda.
- Usa tus músculos faciales, junta las cejas para crear una imagen intensa y severa cuando estás expresando tus argumentos.
- ¡Siempre ten la cabeza erguida y no hacia el suelo!
- Si estás pensando en hacerlo, no te lances con un ataque de ira. Una cosa es expresar tu enojo mediante palabras y expresiones faciales y otra es amenazar a alguien con golpearle. Evítalo a toda costa, sino te meterás en problemas y probablemente termines dañado de todos modos.
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Advertencias
- Si realmente no te gusta la idea de ofender potencialmente o ganarte posibles enemigos, este artículo probablemente no sea para ti.
- Probar estas técnicas podría, aun así, meterte en un problema o llevarte a una riña, así que sé cuidadoso con la elección de tus palabras y tus acciones con las personas específicas. Usa tu mejor sentido de juicio en cuanto a la probabilidad de trabajar sin llegar a situaciones muy problemáticas.
- Al seguir estos pasos es muy poco probable que tu popularidad mejore. A la gente no le gusta los que tienen el hábito de ser malos e intimidantes.
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