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El oficio del traductor es uno de los más demandados en México, un país cada vez más en contacto con las distintas culturas del orbe. De las grandes obras literarias hasta los complejos manuales de mecánica automotriz, existe un amplio campo de trabajo que exige una preparación integral, además del dominio de un idioma.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Elegir una lengua

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  1. Aprender otra lengua presenta una serie de ventajas sociales y profesionales, pero hacerlo solo por esas razones es tan contradictorio como bailar a la fuerza. Su sonoridad es tan buena razón como cualquiera.
  2. ¿Es un idioma que se asocia con las revoluciones del arte o más bien con el desarrollo tecnológico y económico? ¿Sus hablantes tienen fama de alegres o solemnes? Descubrirlo te ayudará a tender puentes entre ese aprendizaje y otros de tus intereses.
  3. Determina cuál es el idioma que más te gusta pero que a la vez te proporcione oportunidades para crecer. En la sección de consejos abajo verás algunos idiomas y sus ventajas y desventajas.
  4. Ir al extranjero le da a un traductor la oportunidad de observar una lengua en movimiento. Existen muchas posibilidades de intercambio académico o programas de empleo temporal a las que puedes aspirar, según la lengua que conozcas.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Seguir un método de aprendizaje

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  1. Si tienes el tiempo y el gusto por una lengua, una licenciatura o una maestría son la mejor manera de habitarla por completo. No solo recibirás valiosas nociones de teoría de la traducción, sino que podrás zambullirte en su gramática, su literatura, sus giros cultos o coloquiales.
  2. La oferta de instituciones educativas para la enseñanza de las lenguas más habituales es muy amplia. Además, el programa de estudios es más breve y directo: la opción ideal si una segunda lengua es un complemento a tu formación y no el objeto central de ella.
  3. Si tienes un horario apretado, la flexibilidad y la atención personalizada de un profesor son una buena alternativa. Avanzarás a tu propio ritmo y el costo, dependiendo del maestro, puede ser menor al de las instituciones establecidas.
  4. La libertad de aprender es tuya por completo, lo mismo que la necesidad de asumir una disciplina de estudio. En la red hay una enorme cantidad de páginas que te ofrecen un programa dinámico de estudios, e incluso aplicaciones para tu celular que te ayudarán a estudiar por tu cuenta de manera diaria.
  5. Si tu maestro o la escuela de idiomas donde estudiaste no incluían estas nociones en tu programa, busca la manera de suplir esta carencia. La combinación de los conceptos teóricos y tu propia práctica te ayudará a evitar errores comunes y a diseñar un sistema de trabajo más eficiente.
  6. Una cosa es entender y hablar otra lengua y otra muy distinta llevar sus expresiones de ida y vuelta al español. Si no puedes expresarte con propiedad en tu propia lengua, o no le prestas atención a su gramática y su vocabulario, será muy difícil que logres buenas traducciones.
    • Sé consciente del peso de las palabras. De manera natural, un hispanohablante sabe cuándo un vocablo es apropiado o no para cierto contexto, cuándo tiene connotaciones negativas o positivas. Toma nota de ello, para que puedas encontrar expresiones equivalentes en otros idiomas.
    • Lee. Leer es una actividad obligada para un traductor. Lograrás más que ampliar tu vocabulario o mejorar tu ortografía: ganarás esa sensibilidad especial que se requiere para entender cómo se organizas las ideas en una oración en español y cómo lo hacen en otro idioma.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Obtener una certificación

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  1. En México no requieres de un título o documento especial para laborar como traductor, pero la mayoría de los trabajos en el área, tanto aquí como en los promovidos desde el extranjero, exigen un documento que certifique tus conocimientos.
    • En el caso del inglés americano, ese documento es el TOEFL , que tiene vigencia de dos años y un costo de 175 dólares (en 2015). La versión internacional es la solicitada es la mayoría de los trabajos e intercambios, pero existen otros formatos que quizá satisfagan tus requerimientos. [1]
    • En el caso del francés, el examen de certificación se llama DELF y no pierde vigencia. En el del chino, existen las titulaciones HSK , HSKK y BCT , para el idioma escrito, el idioma oral y el del ámbito comercial, respectivamente. Para el alemán, existe el TestDAF . [2] [3]
    • Los requisitos y vigencia para acreditar otros idiomas varían; lo importante es que certifican tu conocimiento internacionalmente.
  2. En cualquier trabajo, es más importante demostrar tus capacidades que lo que diga un papel, pero también es necesario un documento que te avale durante los trámites. En estos casos, a veces basta una acreditación institucional, como los exámenes que aplican las universidades o los certificados de las escuelas de idiomas.
  3. Dominar un idioma no te vuelve de inmediato un traductor: hay un conjunto de técnicas y principios que puedes conocer inscribiéndote en un diplomado como los que ofrece el Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras de la UNAM o instituciones similares. [4]
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Buscar un trabajo

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  1. El autoempleo o la labor a destajo, como también se le conoce, es tu trabajo ideal si prefieres trabajar a tu propio ritmo en vez de seguir un horario de oficina. Un traductor freelance trabaja desde casa y gracias a las redes puede incursionar tanto en el mercado nacional como en el internacional.
    • Hallar trabajo en el mercado nacional depende mucho de las relaciones que tengas. Te arriesgas a no obtener nada si solo pones un anuncio y esperas que alguien te llame.
    • Una opción más lucrativa es el mercado internacional, donde las traducciones se pagan en dólares. Regístrate en sitios de internet que promueven el trabajo de freelancers y cobran una pequeña comisión por cada trabajo que obtienes.
  2. Si prefieres una mayor seguridad y regularidad laboral, no es mala idea postular para un puesto en una agencia de traductores. Algunas de ellas ofrecen muy buenos sueldos, pero ojo: como en todo, hay algunas que buscarán explotarte por mucho menos de lo que vale realmente tu trabajo.
  3. Los tecnicismos del lenguaje jurídico, médico o informático plantean un aprendizaje aparte. Manejarlos con soltura te dará entrada a un mercado con menos competencia y mayores ganancias. Instituciones como la Organización Mexicana de Traductores ofrecen diversas posibilidades de especialización. [5]
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Consejos

  • Practica traduciendo canciones, poemas, diálogos de tus películas favoritas. Podrás acceder así a registros del lenguaje que muchas veces las instituciones no enseñan.
  • Usa un software de apoyo. La tecnología no ha sustituido al traductor, por el contrario: ha facilitado su trabajo. Existen programas como los diccionarios contextuales, que te dan ejemplos extraídos de Internet sobre cómo se ha traducido una palabra en distintas ocasiones. [6]
  • Si te interesa la traducción de obras literarias o humanísticas, acércate al mundo editorial y académico. Si te inclinas más hacia el mundo comercial, deja tu tarjeta en algunas empresas o pídele a tus conocidos allí que las hagan circular.
  • Si optas por trabajar freelance esmérate en crear un perfil profesional y en pasar las pruebas que esos mismos sitios han diseñado para comprobar tus habilidades. Obtener trabajo así puede ser cuestión de paciencia, pero es más fácil de lo crees.
  • Al elegir la lengua que deseas traducir ten en cuenta lo siguiente:
    • El inglés es la lengua franca de hoy: hay mucha demanda, pero mucha competencia. Del mismo modo, en los trabajos freelance en línea, hay que enfrentar la oferta de traductores de otros países hispanohablantes.
    • El francés , el italiano y el portugués son idiomas que muchos aprenden, pero pocos dominan. El flujo entre ellos y el español es algo continuo, debido a razones históricas y geográficas, por lo que son buenas opciones si buscas ampliar tus horizontes lingüísticos.
    • Aprender alemán abre puertas únicas en el ámbito comercial. En la Riviera Maya, los hoteles pagan un bono a los empleados que atienden clientes alemanes en su propia lengua. También considera que hay importantes compañías germanas en territorio mexicano.
    • También el chino y el japonés dan acceso a buenas oportunidades laborales. Cierto, su gramática y alfabeto son una dificultad añadida para un hispanohablante, pero el exotismo y la cosmovisión que las rodea compensan ese reto.
    • Existen lenguas fuera de las rutas habituales, como el griego o el árabe . Esto no quiere decir que no haya campo laboral para su traducción al español y viceversa: quizá era así en el mundo de hace cincuenta años, no en la era súper conectada de hoy.
    • Aprender una lengua indígena no es solo cosa de eruditos. El volumen de publicaciones en náhuatl o maya ha aumentado en México en los últimos años, así como las oportunidades de trabajo, y aprender una lengua indígena te permitirá conocer mejor tu propia cultura.
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Advertencias

  • No malbarates tu trabajo. Un buen parámetro es recibir entre 3 y 4 centavos de dólar por palabra traducida. A menos que estés comenzando o en verdad necesites el dinero, no cobres menos que eso: te afectas a ti y a tus compañeros de oficio. Si tienes dudas sobre cuánto cobrar por un proyecto concreto, entra a los foros de traductores que hay en línea y revisa lo que otros traductores han hecho.
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