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La soldadura es el proceso que consiste en utilizar una corriente eléctrica para sobrecalentar y fundir el metal con la finalidad de unir dos piezas metálicas. Existen varias formas de soldar, pero las dos más populares de hacerlo en casa son la soldadura a gas y arco metálico (también conocida como MIG, por sus siglas en inglés) y la soldadura por arco (conocida como soldadura con electrodos). Si bien este proceso puede ser intimidante al principio, en realidad es algo muy sencillo de hacer una vez que tomes todas las medidas de seguridad adecuadas y practiques con el soldador.

Método 1
Método 1 de 4:

Tomar las medidas de seguridad

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  1. Las chispas y la luz que emite la soldadura son extremadamente brillantes y pueden dañarte los ojos. Asimismo, existe la posibilidad de que restos metálicos o chispas salgan volando directo hacia tu cara. Por ello, es necesario que compres un casco de soldador con oscurecimiento automático ya sea en Internet o en una ferretería. De esta manera, podrás protegerte los ojos y la cara de las chispas y del calor generado al soldar. [1]
  2. Puedes adquirirlos en Internet o en una ferretería. Por lo general, estos guantes están hechos de piel de vaca o de cerdo y te protegerán las manos de las descargas eléctricos, el calor y la radiación. Siempre póntelos cada vez que quieras soldar algo. [2]
  3. Esto evitará que las chispas del soldador entren en contacto con tu ropa o que puedan quemarte. Consigue uno duradero y no inflamable ya sea en Internet o en una ferretería. [3]
  4. El proceso de soldadura contamina el aire con vapores y gases nocivos si se inhalan. Por ello, lo mejor es que trabajes en un espacio abierto que tenga puertas y ventanas abiertas. [4]
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Método 2
Método 2 de 4:

Preparar el objeto de metal para soldarlo

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  1. Para ello, pasa una lija de grano 80 o un esmeril angular con un disco plano sobre la superficie de metal pintada. Puedes comprar la lija o alquilar un esmeril angular en una ferretería o en Internet. Sigue lijando la pintura y el óxido hasta que la superficie tenga una apariencia metálica y brillante. [5]
    • La pintura y el óxido pueden reducir la conexión eléctrica creada por el soldador.
  2. Asegúrate de limpiar cualquier rastro de polvo, suciedad o restos, ya que estos materiales pueden reducir la capacidad de realizar una buena soldadura. Para ello, sumerge un paño en acetona y pásalo sobre toda la superficie de metal. La acetona debe eliminar todos los contaminantes que puedan mermar tu capacidad para soldar. [6]
  3. Frota la superficie de metal para asegurarte de limpiar cualquier resto de acetona que quede en ella. Luego, deja que se seque por completo antes de comenzar a soldar.
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Método 3
Método 3 de 4:

Utilizar un soldador MIG

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  1. Asegúrate de que tenga un cable en el carrete. Observa la punta de la pistola soldadora para ver si está correctamente colocada. Asimismo, asegúrate de que los contenedores de gas estén correctamente colocados y de que el soldador funcione correctamente. [7]
  2. El soldador MIG debe tener un terminal de tierra que deberás fijar a la mesa. Esto evitará que recibas una descarga eléctrica en caso de que toques la mesa. [8]
  3. Apoya una mano en la mesa sobre la que trabajarás y utilízala para controlar la dirección de la pistola mientras sueldas. Utiliza la otra mano para sujetar la pistola mientras tu índice permanece listo para presionar el gatillo. [9]
    • No olvides usar guantes cuando manipules el soldador.
  4. Colocarla en un ángulo de 20 grados contra el objeto de metal te ayudará a penetrar el metal mientras sueldas. A esto se le conoce comúnmente como posición de empuje. [10]
  5. Ponte el casco de soldador y presiona el gatillo de la pistola. Al hacerlo, se producirá una chispa brillante en la punta. Mantén la cara alejada para que no te lastimes o inhales los gases tóxicos.
  6. Presiona la punta de la pistola contra la superficie de metal, lo cual comenzará a emitir chispas. Mantén la pistola sobre un solo punto durante uno o dos segundos y luego comienza a moverla a lo largo de la superficie de metal. [11]
  7. Realiza círculos pequeños mientras mueves la pistola soldadora por la superficie de metal. Mientras lo haces, comenzarás a ver que el metal caliente comienza a acumularse detrás de la pinta de la pistola. Una vez que llegues al final de la línea de soldadura, suelta el gatillo y apaga el soldador.
    • Si mueves la pistola soldadora muy lentamente, podrías dejar agujeros en la superficie de metal.
    • Por el contrario, si mueves la pistola soldadora con demasiada rapidez, es posible que no logres calentar el metal lo suficiente como para derretirlo, lo que hará que la soldadura sea muy delgada.
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Método 4
Método 4 de 4:

Utilizar un soldador con electrodos

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  1. La polaridad en el soldador determinará si debes utilizar una corriente alterna (CA) o corriente continua (DC, por sus siglas en inglés). La configuración de DC en el soldador tendrá una polaridad negativa y otra positiva. Esta última proporciona una gran potencia de penetración y es la configuración recomendable si eres principiante en soldadura. [12]
    • La configuración de CA se utiliza cuando la fuente de alimentación solo tiene una salida de CA.
    • La polaridad negativa de DC proporciona menos penetración y se utiliza para soldar láminas de metal delgadas.
  2. Consulta las instrucciones o el empaque de la “varilla” o electrodo que planeas utilizar para soldar. Allí verás un amperaje recomendado con base en el material con el que se haya fabricado. Utiliza la perilla del soldador para configurar el amperaje recomendado en el empaque del electrodo. [13]
    • Los electrodos más comunes para acero son 6010, 6011 y 6013.
  3. Engancha el terminal de tierra en la mesa sobre la que vas a soldar con la finalidad de evitar una descarga eléctrica.
  4. Algunos soldadores con electrodos tienen una abrazadera, mientras que otros tienen una pistola de aspecto más tradicional. Coloca la varilla en la punta de la pistola y ajusta la punta para mantenerla fija en su lugar. Si tienes abrazaderas, coloca la varilla entre ellas y ciérralas. [14]
  5. De esta manera, mejorarás tu precisión y podrás soldar en líneas más rectas. Envuelve tu mano dominante sobre la parte superior de la pistola soldadura y utiliza la otra para brindarle apoyo desde abajo. [15]
  6. Apoya la punta de la varilla ligeramente sobre el metal, lo cual debe comenzar a provocar chispas. La varilla actuará como un fósforo, y deberás ejercer fricción para que pueda producirse un arco. Cuando veas y escuchas las chispas, habrás comenzado a soldar con éxito. [16]
  7. Mueve lentamente la varilla a lo largo de la lámina de metal. A medida que avanzas en una línea, el metal derretido debe comenzar a acumularse detrás de la varilla. Dicha línea tendrá el mismo tamaño que la soldadura. Lo ideal es que tenga un grosor de aproximadamente 1,3 cm (1/2 pulgada).
  8. Si levantas la varilla, dejará de generar chispas. Por ello, es recomendable que la mantengas en contacto durante uno o dos segundos sobre un pedazo de metal para así crear rápidamente una soldadura completa. Este método es útil cuando necesitas crear soldaduras rápidas en algunas piezas de metal. [17]
  9. Al terminar de soldar, el metal se acumulará en la parte superior como si fuera un cascarón. A este material se le conoce como escoria y es sumamente caliente. Golpea la escoria suavemente con un martillo hasta que se desprenda en hojas. [18]
    • No la golpees con mucha fuerza, pues los restos de metal pueden salir volando.
  10. Pasa de un lado a otro un cepillo de alambre sobre la soldadura. Limpia los restos de escoria y asegúrate de que no queden residuos metálicos en la soldadura. [19]
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Cosas que necesitarás

  • casco de soldador
  • guantes para soldar
  • delantal de cuero
  • lija de grano 80 o esmeril angular con un disco plano
  • soldador MIG o con electrodos
  • martillo
  • cepillo de alambre

Acerca de este wikiHow

Resumen del artículo X

Antes de intentar soldar, compra unos guantes de soldadura resistentes y un casco de soldadura con oscurecimiento automático para protegerte de las chispas y los restos de metal. Raspa la pintura y el óxido del metal usando una amoladora o una lija, y luego limpia el metal con acetona. Si usas una soldadora MIG, conecta el terminal de tierra a la mesa sobre la que trabajas y sujeta la pistola soldadora con ambas manos en un ángulo de 20 grados con relación al metal que vas a soldar. Presiona el gatillo para encender la soldadora y muévela lentamente sobre el metal, haciendo movimientos circulares. ¡Sigue leyendo para aprender a usar una soldadora con electrodos!

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