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Si alguna vez has tenido esa urgencia de soltarte un gas (flatulencia) pero estabas en público, entonces lee este artículo y quizás te pueda ayudar cuando vuelva a ocurrir aquel momento especial.
Pasos
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Intenta ponerte de pie y dirigirte a un punto específico del aula, y mientras haces mucha bulla, intenta soltarte un gas lo más silencioso que puedas. Tan pronto como te sueltes el gas, asegúrate de alejarte rápido para que no se impregne en tus prendas. Asegúrate también de que el olor no te siga.
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Consigue siempre una silla con una superficie suave "acolchada". No uses una silla de madera sino una como tu sofá. Usar este tipo de asientos reducirá en gran medida el riesgo de un gas sonoro. Si no puedes conseguir un asiento así, siéntate sobre tu suéter o casaca.
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Coloca tu peso sobre una de tus nalgas e inclínate en la misma dirección de la nalga (por ejemplo, coloca tu peso sobre tu nalga derecha e inclínate hacia la derecha). Esto separará tus nalgas y hará que el gas sea silencioso. También podrías dejar que tu lápiz se caiga al suelo y estírate para recogerlo, de modo que no te veas ridículo inclinándote hacia la derecha o izquierda en tu silla. CUIDADO: el olor irá al lado opuesto al que te inclinas, así que apunta tus gases hacia una zona vacía.
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Pide permiso para ir al baño. ¡El profesor podría darte permiso y entonces podrías hacerlo en el baño!
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Bota un libro u otro objeto pesado para hacer un ruido fuerte. Libera tu gas en el momento preciso en que el objeto entre en contacto con el suelo, ya que esto cancelará efectivamente el ruido (cuidado: asegúrate de sincronizar bien tu gas). Si lo sueltas muy pronto, el ruido se oirá. Si sueltas el gas luego de que el libro se haya caído, el libro atraerá la atención hacia ti y tu gas será más evidente.
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Compra un dispositivo bloqueador de ruidos y colócalo en una buena posición entre la hendidura en la parte de abajo y el lugar de pantalones. Asegúrate de que tenga un sensor de ruido, que se active al producirse un sonido. Debe ser capaz de cubrir efectivamente cualquier ruido liberado por tu gas. Nota: no ayuda necesariamente con el olor, así que ten cuidado. Además, practica varias veces en casa antes de usarlo en la escuela, en caso de algo no funcione bien.
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Sincronízate bien. El tiempo es crítico en este caso.
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Asegúrate de emitir únicamente pequeños ruidos a medida que el ascensor llega a diferentes pisos y el indicador electrónico emite su típico sonido. También podrías hacer uso del tiempo durante el cual las puertas se abren y se cierran, dependiendo de las condiciones del ascensor y de cuán sonoro podría ser.
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Asegúrate de expresar señales sutiles de disgusto, como si las personas que han entrado en el ascensor fueran las que emiten ese olor desagradable. Sin embargo, hazlo solamente si tú puedes oler tu gas.
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Si todo lo demás falla, sal del ascensor y usa las escaleras.
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Si tienes que soltarte un gas en la piscina, sal de la piscina y ve a los baños o vestidores.
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Chapotea para ocultar las burbujas que surjan. Hazlo así en el caso de que te sueltes un gas dentro de la piscina.
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Bucea hasta el fondo (o cerca del fondo) del extremo más profundo y luego nada lejos antes de que las burbujas salgan a la superficie.
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Ve rápidamente al jacuzzi. Ahí podrás soltarte un gas sin que lo noten debido a las burbujas que ya están ahí.
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¡Salta a la piscina y, tan pronto como estés en el agua, suéltate uno! Todas las burbujas que te rodeen cubrirán tu gas. ¡Además nadie podrá oler tu gas bajo el agua!
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Ve a un pasillo de libros donde no haya nadie. Si puedes hacerlo, la gente tendrá menos probabilidades de notarlo.
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En una situación en la que hay gente en todas partes, intenta soltar discretamente partes de tus toxinas mientras caminas.
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Ve hacia el escritorio del bibliotecario y suelta un gas. Si te oyen, apunta hacia la persona detrás del escritorio. Ellos observarán desorientados, lo cual podría salvarte de pasar una terrible vergüenza.
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Enciérrate en una caseta de baño para hacer tus cosas.
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Espera hasta que empieces a correr para soltarte un gas. Mientras corres libera pequeñas cantidades de tus toxinas. Si tus gases son muy sonoros, actúa como si no hubieras sido tú quien los soltó.
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Durante un deporte, corre hacia un lugar donde no haya nadie y suéltate uno. Reza porque sea uno silencioso.
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Mientras conversas, eleva tu voz como para enfatizar una idea. Mientras elevas la voz, suelta tu gas. Si esto produce un mal olor, pregunta antes que nadie "¿Quién fue?".
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Espera hasta que todos se estén riendo mucho y suéltate uno. Tu gas pasará desapercibido si es que no ocasiona más risas.
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Si puedes hacer sonar tu axila como si fuera un gas, aléjate del grupo lo más que puedas diciendo "Necesito soltarme un gas" como si fueras a hacer algo increíble. No les des la espalda, haz un gas falso con tu axila (sin hacerla sonar) y tírate un gas al mismo tiempo, estando aún a vista de todos. Si es un gas silencioso, haz como si no te hubiera salido el sonido de la axila y regresa diciendo: “Vaya, no me salió”. Si suena muy realista, ríete y di: “¡Les apuesto a que no pueden hacer uno tan bueno como ese !”. ¡Podrías dar comienzo a un concurso de gases de axila!
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Puedes hacer una broma con un gas: sientes la necesidad de soltarte un gas pero te aguantas. Entonces dirígete hacia alguien durante una fiesta de pijamas (elige cautelosamente, por favor), usa una expresión triste o tensa y camina hacia esa persona. Detente y lentamente extiende tu brazo con tu dedo índice apuntando hacia la víctima y, con una voz lamentable di: “Por favor, tira de mi dedo” o lo que creas convincente. La víctima sospechará y tomará tu dedo de mala gana mirándote a los ojos. Con un preciso sentido de sincronización expulsarás un gran gas sonoro. La víctima estará tan sorprendida que saltará hacia atrás gritando, todos se empezarán a reír e incluso la víctima podría reírse también.
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Cuando estés en la cama a punto de dormir, intenta soltar el gas silenciosamente sin ser detectado. Si la persona en cuya casa estés quedándote a dormir tiene un perro, asegúrate de tenerlo a tu lado. Rápidamente podrás echarle la culpa al pobre y desprevenido animal. Si la persona no tiene un perro, intenta aguantarte hasta que todos estén dormidos o silenciosamente pide permiso para ir al baño.
Consejos
- Si te sueltas el gas cuando estás sentado, asegúrate de inclinarte hacia tu silla. Si te encorvas mucho, harás un fuerte ruido de chasquido que todos detectarán en la zona inmediata y sabrán de donde vino.
- Las personas serán groseras y se reirán, ¡pero todos lo hacen!
- Relájate. La tensión es lo que hace que muchos gases salgan horribles. Respira profundamente y espera. Tú sabrás cuándo será el momento adecuado.
- Otro consejo es que si necesitas soltarte un gas, intenta hacer algo que haga mucho ruido y suéltalo en ese momento.
- Si estás al lado de un grupo de personas que están hablando en voz alta y que aparentemente no te están prestando atención, siéntete libre de soltarte un gas, pero asegúrate de abandonar la zona después o de lo contrario la gente sospechará.
- A veces, cuando te lo contienes y lo sueltas poco después, podría salir silenciosamente.
- Puede producirse una vibración si las nalgas están presionadas muy firmemente contra una superficie inflexible y las partículas generalmente retumbarán por ello, dejando una sensación agradable para la persona que se suelta un gas, aunque el ruido y olor no serán tan agradables.
- Asegúrate siempre de que cuando vayas a soltarte un gas, lo liberes prolongada y silenciosamente.
- ¡Ve con él! Si estás a punto de soltarte uno y sabes que será escandaloso, que no podrás controlarlo y que no hay ningún lugar a donde ir, intenta sacarlo lo más escandalosamente posible y reírte mientras lo haces. Todos se reirán contigo, no de ti.
Advertencias
- Nunca fuerces un gas a salir si estás sentado en un escritorio en la escuela. El sonido no solo producirá eco por la silla, sino que resonará a través del lugar de almacenamiento bajo la silla, como si fuera un bombo, garantizando que todos en la sala lo oigan.
- Si te vas a soltar un gas y SABES que le vas a echar la culpa a alguien, no culpes a tus mascotas, ya que eso molestará a otras personas.
- En poquísimas ocasiones te soltarás un gas y no podrás controlarlo. Solo confía en que será uno discreto.
- El peor tipo de gas que puedes soltarte es cuando estás sentado en una silla y sueltas uno muy rápidamente. Será escandaloso y molesto, y la gente se REIRÁ de ti. SIEMPRE asegúrate de liberar un gas silenciosamente y de manera tan prolongada como puedas.