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Tu viaje de curación puede ayudarte a atenuar un trauma y prepararte para seguir adelante con tu vida. Cuida de ti mismo al lidiar con tus emociones y al curar tu cuerpo. Empieza algunas prácticas nuevas para ayudarte a mantener la calma en tu cuerpo. Ese será un buen momento para contar con el apoyo de otras personas; por lo tanto, ponte en contacto con amigos y familiares. Muchas personas acuden a un terapeuta o se unen a un grupo de apoyo como parte de la curación.

Método 1
Método 1 de 3:

Lidiar con tus sentimientos

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  1. Podría ser más fácil alejar tus emociones o fingir que no existen. Incluso podrías pensar que eres fuerte para no involucrarte con tus emociones. Sin embargo, es importante que sientas lo que tienes que sentir con respecto a tu trauma. Tus sentimientos son válidos, así que permítete expresarlos. [1]
    • Por ejemplo, si hay algo que hace que te sientas enojado, expresa esa ira. Si te sientes abrumado por la tristeza, no temas llorar.
    • Es posible que desees hablar sobre tus sentimientos con un amigo o terapeuta, o que desees escribirlos en un diario. Haz lo que te ayude a expresar tus emociones.
    • Los sentimientos negativos no se irán de inmediato, y podrían aparecer y desaparecer durante un tiempo; no obstante, esto es normal y saludable. Podrías alternar entre períodos de felicidad, tristeza, ira, miedo, culpa u otros. Aceptar las emociones negativas puede ayudarte a comprenderlas y a superarlas con más rapidez. Asimismo, cuando te sientas bien, ¡disfrútalo! ¡Te lo habrás ganado!
  2. Muchos sobrevivientes de traumas consideran terapéutico contar y repetir sus historias. Hablar sobre el trauma puede servir para expresar el dolor y además te puede ayudar a recuperar el poder. También puede ayudarte a eliminar los terribles sentimientos que están asociados con el suceso. Esto podría significar hablar al respecto en un grupo de apoyo o en la clínica del terapeuta o con amigos y familiares. [2]
    • Si hablar de tu historia te provoca ansiedad extrema, consulta con un profesional de la salud mental que se especialice en traumas para que te asesore de tal modo que evites traumatizarte mucho más en el proceso. Si no estás seguro, pero tienes ganas de intentarlo, empieza con breves divulgaciones y luego evalúa cómo te sientes.
    • Si no deseas contar tu historia, algunas veces puede ser útil brindar apoyo a otra persona que lo necesita.
    • Si bien a muchas personas les resulta útil hablar, es posible que desees expresar tus sentimientos a través de la escritura, canto o baile.
  3. Algunas personas recurren a la religión o espiritualidad como una forma de curarse y superar el trauma. Tus creencias te podrían ayudar a navegar por el significado y propósito de tus experiencias negativas o ayudarte a conectarte con algo fuera de ti. Podrías tener refugio y consuelo en tus creencias de un plan mayor o poder superior. [3]
    • Ser parte de una comunidad espiritual podría ayudarte a reunirte con otras personas de ideas afines que están listas para ayudarte y apoyarte.
    • Únete a una comunidad espiritual o participa en prácticas espirituales por tu cuenta. Empieza por meditar o leer textos sagrados.
  4. No dejes que toda tu vida gire en torno a tu trauma. Pensar de forma constante en el trauma puede ser agotador y te puede alejar del resto de la vida. Parte de la curación es tener cosas y experiencias en tu vida que no involucren el trauma. Disfruta de algunas actividades sociales, como reunirte con amigos, jugar bolos o asistir a conciertos. Trata de experimentar un momento “normal”. [4]
    • Si te invitan a pasar tiempo con amigos, haz tu mejor esfuerzo por ir, incluso si no tienes ganas.
    • Pasar tiempo haciendo cosas “normales” puede ayudarte a sentir que avanzas hacia una vida más normal una vez más.
    • Por otro lado, no es necesario que trates de hacer muchas cosas al punto de no tener tiempo para pensar en tu trauma. Podrías tratar de designar un momento específico para pensar en ello, procesar emociones y afligirte. Con el tiempo, puedes aprender a “guardar” las emociones o los pensamientos que surgen a lo largo del día para que puedas repasarlas durante el tiempo designado.
    • Incluso cuando participes en actividades, toma medidas para sentirte seguro. Por ejemplo, acércate a otras personas de tu confianza, permanece en áreas públicas bien iluminadas y permítete retirarte si alguna vez te sientes inseguro.
  5. Si te automedicas con drogas y alcohol, podrías sentirte bien en el momento; sin embargo, no harás que el trauma desaparezca ni te ayudará en tu proceso de curación. Consumir drogas y alcohol tiende a enmascarar tus problemas de forma momentánea; no obstante, puede llevarte a la adicción y a otros problemas mentales o emocionales. Enfrenta tus sentimientos de una manera saludable y no recurras a sustancias adictivas con el fin de lograr una solución rápida. [5]
    • Recuerda que los comportamientos adictivos no se limitan a las drogas, sino que pueden incluir comer en exceso, gastar, apostar o usar la tecnología. Practica la moderación a fin de evitar estos extremos.
    • Si consideras que podrías tener una adicción, busca tratamiento y realiza actividades que no giren en torno a sustancias adictivas.
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Método 2
Método 2 de 3:

Curar tu cuerpo

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  1. Debido a que el trauma con frecuencia provoca un estado de alerta y vigilancia en exceso, es posible que desees practicar la relajación todos los días durante 30 minutos a fin de hacer frente a los factores estresantes diarios. Esto puede ayudarte a lidiar con los factores estresantes a medida que ocurran sin dejar que se acumulen. La relajación también puede ayudarte con la ansiedad y depresión y a estabilizar tu estado de ánimo. [6]
    • Programa un horario diario constante para estas actividades en vez de tratar de hacerlas cuando consideres que las necesitas. Al formar estos buenos hábitos, será más probable que las practiques incluso cuando no tengas ganas o tengas un mal día, momentos que son cuando necesitas relajarte más.
    • Si no sabes por dónde empezar, practica yoga , qigong o meditación. También puedes escuchar música relajante, escribir en un diario o dar un paseo diario con tu perro.
    • Ten a la mano actividades de “relajación breve” que puedas hacer cuando te sientas ansioso y no estés en casa. Por ejemplo, lleva aceites esenciales, una pelota antiestrés, un libro que disfrutes o un juego antiestrés que puedas usar en cualquier lugar.
  2. Conéctate con el momento presente a través de tus sentidos, en especial si te sientes amenazado. La conciencia plena implica tener una conciencia enfocada y sin prejuicios en cuanto a tu experiencia. Entrar en un estado tranquilo y no reactivo puede ser útil para una mente o cuerpo en peligro. Si sientes que algo puede desencadenar tu problema, participa en algunas prácticas de conciencia plena para llevarte de vuelta al momento presente. [7]
    • Hay muchas formas de practicar la conciencia plena. Puedes enfocarte en un sentido a la vez (por ejemplo, escuchar con atención o echar un vistazo a la habitación en detalle) o concentrarte en tu respiración.
    • La conciencia plena al principio puede ser un desafío; no obstante, será mucho más fácil con la práctica. Nadie es experto en esta técnica cuando recién empieza, ¡así que no te desanimes ni te rindas! Considera intentar meditaciones guiadas a fin de familiarizarte con ellas, ya sea en una clase o desde varios recursos en línea.
  3. Si bien el trauma es en gran medida psicológico, algunas intervenciones físicas te pueden ayudar a “despegarte”. Haz algo que requiera movimientos de todo el cuerpo, como caminar, correr, nadar o bailar. Ten en cuenta las sensaciones en tu cuerpo a medida que te mueves y pon todo tu enfoque y conciencia en tu cuerpo. [8]
    • Algunos deportes a probar que involucran todo tu cuerpo y que requieren concentración incluyen el boxeo, la escalada en roca y las artes marciales.
  4. Mientras te estés curando, asegúrate de cuidar tu cuerpo. Duerme lo suficiente (7 a 9 horas cada noche), come alimentos saludables y vive un estilo de vida saludable. Mantener un control de tu salud física puede ayudarte a lidiar con el estrés, y también con los sentimientos de ansiedad y depresión. [9]
    • Mantente alejado del alcohol y de las drogas como una forma de enfrentarlos. Prioriza tu curación al mantenerte comprometido con hábitos de vida saludables.
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Método 3
Método 3 de 3:

Conseguir apoyo

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  1. Cuando te recuperes de un trauma, es imprescindible tener un lugar en el que te sientas seguro. Tu cuerpo podría estar en alerta máxima cuando estés fuera de casa, así que ten un lugar en el que te sientas completamente seguro. Podría ser tu habitación, un restaurante o la casa de un padre o amigo. Lo importante es que te sientas seguro y no amenazado. [10]
    • Es posible que también desees tener en cuenta actividades que te hagan sentir seguro en tu lugar seguro. Puedes cantar, bailar, hablar con alguien o escribir en un diario.
  2. No tienes que hablar sobre el trauma, sino que debes rodearte de personas que te aman y apoyan. Si tienes ganas de hablar, comparte tus sentimientos con alguien, preferiblemente cara a cara. Si no tienes ganas de hablar, rodéate de personas que te hagan sentir apoyado y con quienes puedas hablar si lo deseas. [11]
    • Apóyate en las personas que te escuchan y que se preocupan por ti. Si hay amigos que con frecuencia te incomodan, aléjate un tiempo y enfócate en estar con las personas que contribuyen positivamente en tu vida.
    • Algunas personas podrían tratar de decirte “Supéralo” o, de otra forma, empujarte a seguir adelante antes de estar listo. Si bien estas personas por lo general tienen buenas intenciones o pueden tratar de lidiar con su propia incomodidad ante la situación, estar con ellos mucho tiempo puede ser perjudicial para tu recuperación.
  3. Un terapeuta puede ayudarte a pasar por la curación de un trauma. Puede ayudarte a darle sentido a tus sentimientos, desarrollar un plan de seguridad y crear algunas habilidades de afrontamiento para enfrentar el estrés. Muchos terapeutas utilizan la terapia de comportamiento cognitivo (TCC) o la TCC enfocada en el trauma como método de tratamiento principal. Visita a un terapeuta que se especialice en tratar a personas con traumas. [12]
    • Encuentra un terapeuta al llamar a tu proveedor de seguros o al llamar a tu clínica local de salud mental. También puedes conseguir una recomendación de un médico o amigo.
    • La curación puede tomar un tiempo; no obstante, la terapia puede ayudarte a comprender la forma de manejarla, además de aprender a progresar.
  4. La DRMO es un tipo de terapia que utiliza movimientos oculares para reprocesar y superar un trauma. Ayuda a “descongelar” los traumas que pueden estar atascados. Es especialmente eficaz para tratar el trauma y ayudar a los sobrevivientes a superar sus experiencias. [13]
    • Encuentra un terapeuta de DRMO al buscar en línea. Asegúrate de que esté calificado para dar la terapia de DRMO.
  5. Los medicamentos no pueden curar tu trauma, pero podrían hacer que determinados síntomas sean más fáciles de tratar. Los medicamentos son los más efectivos cuando se toman mientras también vas a terapia. [14]
  6. Podría ser reconfortante encontrarte con otras personas que también han experimentado un trauma. Unirte a un grupo de apoyo te puede ayudar a sentirte menos solo al experimentar el dolor que acompaña a un trauma. También puede ser un lugar para dar y recibir apoyo, hacer preguntas, compartir tu historia y conseguir consejo. [15]
    • Encuentra un grupo de apoyo de trauma en tu comunidad local o únete a un grupo en línea.
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