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Tener piel clara y brillante puede aumentar tu confianza, pero no siempre ocurre naturalmente. Seguir un régimen estricto por una semana (incluyendo la limpieza e hidratación de tu rostro) te ayudará a lograr ese brillo tan deseado, pero el cuidado adecuado de la piel es mucho más que el simple hecho de lavarte el rostro. Tener una piel brillante y mantenerla así implica gran parte de tus hábitos diarios y mantenerlos bajo control te permitirá conservar una piel radiante por mucho tiempo.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Determinar cuál es tu tipo de piel

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  1. Existen 5 tipos distintos de piel: seca, grasa, mixta, normal y sensible. Es importante que sepas cuál es el tuyo antes de empezar a tratar tu piel. Cada tipo de piel se trata de forma distinta, así que aprender a tratar el tuyo te dará el brillo más radiante.
  2. Para probar tu piel y determinar cuál es tu tipo, es necesario limpiarla con un limpiador suave para eliminar el exceso de suciedad. Luego, sécate dando toquecitos con una toalla, pero no te frotes porque irritarás la piel.
  3. Una vez que hayas limpiado y secado tu piel, espera unos minutos y luego prueba la piel de la zona T. Toma un pañuelo desechable o una servilleta y presiónala suavemente en la zona T, asegurándote de que toda la zona entre en contacto con el pañuelo.
    • La zona T abarca la frente y la nariz. Imagina una T, cuya barra superior está por encima de las cejas y la barra vertical a lo largo de la nariz.
  4. Retíralo de tu rostro y examina la suciedad y el aceite que deja la piel en él para determinar tu tipo de piel. Estas son algunas observaciones que podrías notar:
    • Piel seca: la piel se siente elástica y tirante, hay signos de piel escamosa y muerta después de lavarte el rostro y los poros son pequeños. Con este tipo de piel, debes tener mucho cuidado al hidratarla.
    • Piel grasa: el rostro es brillante, hay aceite en el pañuelo y los poros son bien abiertos. Para darle brillo a este rostro, debes mantener baja la producción de aceite usando productos más ligeros. El brillo de tu rostro no debe provenir del aceite.
    • Piel mixta: el pañuelo estará aceitoso debido a la zona T, pero las mejillas y las demás partes del rostro estarán secas. Es un tipo de piel muy común y puede tratarse con facilidad.
    • Piel normal: el pañuelo tendrá poco aceite y no habrán escamas de piel. Esto significa que tu rostro es saludable y produce la cantidad adecuada de aceite: ni mucho, ni muy poco. Aun así debes tratar tu rostro a diario para mantener su normalidad.
    • Piel sensible: esto no necesariamente se muestra en el pañuelo, pero sí puede mostrarse en tu rostro después de haberte quitado el pañuelo. ¿Tu rostro se ve rojo e irritado? ¿Con frecuencia sientes ardor en tu rostro después de usar productos de cuidado facial? Si es así, lo más probable es que tengas piel sensible y necesitas tener mucho cuidado a la hora de limpiarte el rostro para asegurarte de no usar productos muy fuertes para tu piel.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Seguir una rutina de limpieza, tonificación e hidratación

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  1. Es importante seguir esta rutina todos los días, debido a que le brinda a tu piel la humedad y limpieza que necesita. Hacerlo en la mañana te ayudará a empezar bien el día dándote un rostro fresco y limpio, pero también puedes realizarlo en la noche. [1]
    • Las personas de piel más sensible o seca solo deben realizar dicha rutina una vez al día, puesto que limpiar en exceso la piel puede secarla e irritarla aún más. Si tienes piel seca, sigue esta rutina en la mañana y luego hidrata tu rostro en la noche antes de irte a dormir.
    • Recuerda que la exfoliación también es importante. Utiliza un exfoliante normal o a base de enzimas dos a tres veces a la semana si tienes las piel normal o aceitosa, y una a dos veces a la semana si tienes la piel seca o sensible.
  2. Compra un limpiador suave para lavar tu rostro cada día. Primero enjuaga tu rostro con agua tibia para levantar la suciedad de la piel y luego usa el limpiador para eliminar el aceite y limpiar el rostro. Vierte el producto en la yema de tus dedos y frótalo suavemente en el rostro. Después, enjuágate con agua tibia y sécate dando toquecitos con una toalla, asegurándote de no frotarte o irritarás tu rostro. [2]
    • Asegúrate de obtener un limpiador adecuado para tu tipo de piel. A la hora de comprar uno, con frecuencia encontrarás información en la botella que indica para qué tipo de piel es bueno usarlo. También puedes usar limpiadores faciales naturales que probablemente serán menos irritantes con tu rostro.
    • Un limpiador en crema es más hidratante, de modo que te producirá una sensación más refrescante en tu rostro y es mejor para la piel seca. Sin embargo, también puedes usar un limpiador en gel si tienes piel más grasa o quieres quitarte el maquillaje.
    • Siempre debes quitarte el maquillaje antes de irte a dormir, aún si normalmente limpias tu rostro en la mañana. Dormir con el maquillaje en el rostro lo dejará con una sensación más grasosa en la mañana y tapará los poros. Puedes usar un desmaquillante o toallitas limpiadoras para quitar rápidamente cualquier maquillaje de ojos o para el rostro.
  3. Toma una motita de algodón y mójala en el tonificante o viértelo por encima y luego pásala por tu zona T y otras zonas afectadas. Si tienes piel grasa, el tonificante es excelente para tratar dichas zonas problemáticas. [3]
    • Si tu piel es seca o sensible, ten cuidado al usar el tonificante para que no seque tu piel aún más y siempre prueba el producto en una zona pequeña para ver cómo reacciona tu piel. Algunos tonificantes son más fuertes que otros, así que debes leer la botella e investigar sobre cuál es más adecuado para la piel seca o sensible.
  4. Una vez que hayas limpiado tu rostro, aplica el hidratante para mantenerlo hidratado y saludable. Los hidratantes vienen en distintos tipos, así que no será difícil encontrar el adecuado para tu piel. Aún si tienes piel grasa, debes hidratarla, pero compra un producto más ligero y específicamente diseñado para piel grasa. Compra un hidratante con FPS para evitar el daño del sol durante el día.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Para lograr una piel humectada, usa un humectante seguida de una base humectante y un hidratante con color.

    Laura Martin

    Cosmetóloga con licencia
    Laura Martin es una cosmetóloga con licencia en Georgia. Es estilista desde 2007 y profesora de cosmetología desde 2013.
    Laura Martin
    Cosmetóloga con licencia
  5. Dado que la zona por debajo del ojo es la parte más delgada de la piel, carece de mucha humedad. Masaje una cantidad pequeña (del tamaño de una arveja) de esta crema por debajo del ojo y déjala penetrar en la piel. Esto también te servirá si tienes ojeras, arrugas o bolsas debajo de los ojos. [4]
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Controlar tus hábitos de estilo de vida

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  1. ¿Te sientes agobiada, saturada de trabajo o estresada por algo? El estrés puede provocar un brote de acné, así que controla esas cosas que te hacen sentir agobiada y trata de encontrar una forma de eliminarlas de tu vida o reduce su impacto para mejorar tu salud.
    • Cuando te estresas, el cuerpo libera hormonas del estrés (incluyendo el cortisol) que desencadenan un aumento de la producción de aceite de tu piel, lo que aumenta el acné. [5]
    • Dormir lo suficiente también disminuye los niveles de estrés. Cuando pierdes una hora de sueño, el riesgo de estrés psicológico aumenta en un 14 %. Imagina perder cuatro horas de sueño en una noche; ¡eso aumenta tus probabilidades en más de un 50 %! Trata de dormir 7 horas por noche, para que no corras el riesgo de desarrollar acné a causa del estrés relacionado con un descanso inadecuado. [6]
  2. Tu dieta es una de las partes más importantes para mantener tu piel limpia. Si comes muchos alimentos grasosos o comida chatarra, tu piel reaccionará a dicha comida y será propensa a más brotes. Presta atención al tipo de comida que has estado consumiendo y observa si se relaciona con los brotes en tu rostro.
    • Una dieta rica en azúcares refinados (también conocida como una dieta de alto índice glucémico) también puede provocar brotes, así que lee la información nutricional de los alimentos y trata de evitar los que son ricos en dichos azúcares. [7]
  3. Aunque existen muchos alimentos que empeoran la condición de tu piel, también hay muchos que son beneficiosos para la piel, puesto que aportan los nutrientes necesarios para mantenerla hidratada y saludable. Estos son algunos nutrientes que debes tener en cuenta a la hora de elegir alimentos para tu dieta: [8]
    • Selenio: es un mineral que ayuda a proteger la piel de los radicales libres que producen arrugas, sequedad y ciertas enfermedades. Puedes encontrarlo en alimentos como nueces de Brasil, camarón, cordero, atún, salmón, pasta integral, pavo ligero y res cocida.
    • Antioxidantes: estos también evitan la entrada de los radicales libres en el organismo. Las frutas y verduras de colores como bayas, tomates, espinaca, remolacha, calabacín y camotes tienen antioxidantes.
    • Coenzima Q10: es un antioxidante esencial que disminuye en tu organismo a medida que envejeces. Está presente en el salmón, atún, aves de corral, hígado y granos enteros. Algunos productos para el cuidado de la piel también lo contienen para evitar las arrugas.
    • Vitamina A: evita la piel seca y escamosa. Se encuentra en las zanahorias, melones y naranjas, además de las verduras de hoja, huevos y los productos lácteos bajos en grasa. También puedes comprar productos para el acné con prescripción médica que contengan retinoides (derivados de la vitamina A), los que combaten las arrugas y las manchas marrones.
    • Vitamina C: te protege contra el daño del sol. Esta vitamina se encuentra en las frutas cítricas, pimentones rojos, papayas, kiwis, brócoli y coles de Bruselas.
    • Vitamina E: se trata de otro antioxidante que protege tu piel del daño del sol y evita la inflamación. Consume alimentos como frutos secos, semillas, aceites vegetales, aceitunas, espinaca, espárrago y verduras de hoja para obtener dicha vitamina.
    • Grasas saludables: sí, algunas grasas son buenas para ti. Busca grasas omega 3 y omega 6 para ayudar a crear la barrera de aceite natural de tu piel, lo que mantiene alejada la sequedad y las manchas, al mismo tiempo que le da a tu piel un aspecto más joven y más suave. Estos ácidos grasos están presentes en los aceites de oliva y canola, la linaza, las nueces y pescados de agua fría como salmón, sardinas y caballa.
    • Té verde: se considera como una "poción mágica" para la piel porque detiene la inflamación, reduce el daño en el ADN y evita el daño del sol.
  4. El agua es muy importante para la salud por muchas razones. Además, tomar suficiente agua durante el día le dará a tu piel ese brillo hidratado. Aumenta tu consumo de agua a 8 vasos por día para ayudar a tu organismo y piel a eliminar las toxinas. [9]
    • Al igual que cualquier órgano del cuerpo, la piel está compuesta de células que sin agua no funcionan de forma adecuada. La piel es uno de los últimos órganos en recibir el agua que tomas, así que asegúrate de tomar lo suficiente para hidratar tu piel. [10]
  5. Ejercitarse regularmente no solo ayuda a reducir los niveles de estrés, sino también aumenta la circulación sanguínea, lo que permite enviar más oxígeno a las células cutáneas y eliminar los desechos celulares. Ten en cuenta que el sudor puede provocar brotes, así que asegúrate de practicar una higiene adecuada después de tu rutina de ejercicios. [11]
  6. Nunca está demás decirlo. Una de las mayores formas de dañar la piel es mediante la exposición excesiva al sol. Tal vez creas que obtienes ese "brillo natural" bronceándote, pero la exposición al sol sin proteger la piel aumenta el riesgo de cáncer de piel y te deja manchas de sol en la piel, además de empeorar el acné por medio de la inflamación que produce una quemadura de sol. [12]
    • Debes ponerte protector solar cada vez que salgas al exterior. Los protectores solares también están hechos para distintos tipos de piel. Así que si tienes piel grasa, busca un protector solar más ligero con ingredientes como avobenzona, oxibenzona, metoxicinamato, octocrileno y óxido de zinc. También puedes buscar que la etiqueta mencione que el producto es no comedogénico, lo que significa que no tapará los poros. [13]
  7. Tal vez parezca tonto, pero el acné puede surgir a causa de los aceites de las manos. Presta atención dónde colocas las manos a lo largo del día. ¿Sueles apoyar tu mentón o mejilla en la palma de tu mano? ¿Todo el tiempo andas tocándote las manchas de tu rostro o pasando un mechón de cabello por tu rostro? Todas estas cosas contribuyen al aceite en el rostro, lo que en exceso da lugar a más acné.
    • El celular también tiene muchos gérmenes y aceites que pueden adherirse fácilmente al rostro. El calor que produce el celular puede multiplicar las bacterias y cuando lo acercas a tu rostro para hablar por teléfono, te expones a gran parte de dichas bacterias. Adopta el hábito de limpiar tu celular con una toallita o un desinfectante de manos una vez al día. [14]
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Usar maquillaje

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  1. Muchas personas tienen la piel decolorada o con manchas. Por lo tanto, nivelar el tono de tu piel para eliminar el enrojecimiento es un paso importante para lograr un brillo saludable. Aplica un hidratante con color y difumínalo de forma homogénea sobre la piel. Asegúrate de usar uno que se asemeje a tu tono de piel (no debes usar uno color bronce si tienes piel marfil) y no te eches demasiado. Busca un hidratante corrector del tono que sea relativamente transparente. [15]
    • Si tu tono de piel se encuentra entre dos tonos, elige el tono un poco más claro que el de tu piel.
  2. Esto ayudará a cubrir cualquier mancha, enrojecimiento u ojera por debajo de los ojos. Aplica una cantidad pequeña en las zonas problemáticas y difumínala ligeramente con el dedo. Aplicar el corrector debajo de los ojos para aclararlos y cubrir cualquier bolsa u ojera también es un buen uso para este producto. [16]
    • Asegúrate de usar solo la cantidad adecuada. Si usas mucho corrector y no lo frotas bien, solo atraerás la atención a las manchas. Por otro lado, si usas muy poco, no podrás cubrir de forma adecuada las manchas o zonas problemáticas.
  3. Elige un polvo bronceador que sea uno o dos tonos más oscuros que el tono de tu piel y con la ayuda de una brocha kabuki, aplica el polvo en tu rostro y luego en el cuello y el pecho. Mete la brocha en el polvo bronceador, dale golpecitos para eliminar el exceso y aplícalo con movimientos circulares. [17]
    • La brocha kabuki está disponible en la mayoría de las farmacias en la sección de cosméticos. Tiene una cabeza en forma de domo para una cubierta amplia y homogénea con cerdas cortas y densas. [18]
  4. Para darle brillo a tus mejillas, elige un rubor de color rosa claro o durazno y aplícalo con una brocha a lo largo de los pómulos. Sonríe en el espejo, aplica el rubor en los pómulos y difumínalo hacia las sienes, usando solo lo suficiente para crear un brillo pequeño. El rubor ayuda a evitar que el rostro sea vea muy plano. [19]
  5. Este paso es opcional, pero ayuda a iluminar el contorno del rostro y crea un brillo perlado. Aplica la crema iluminadora en los pómulos, la punta de la nariz, el arco de Cupido (la “V” del centro del labio superior) y el párpado inferior. Luego, difumínala con las yemas de los dedos para que las iluminaciones parezcan naturales. [20]
  6. Una vez que hayas terminado de maquillarte, mírate en el espejo y admira tu brillo natural. Este estilo de maquillaje debe verse muy natural, como si no usaras nada de maquillaje. Así que si el maquillaje es notorio, considera ser un poco más ligera con la aplicación.
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Consejos

  • Si decides exfoliarte, hazlo solo una o dos veces por semana, ya que el exceso puede irritar la piel.
  • Si tu acné es muy severo, acude a un dermatólogo que pueda brindarte otras sugerencias o prescribirte medicamentos específicos.
  • Los cambios difícilmente ocurren de la noche a la mañana, así que ten paciencia en este proceso y sigue adoptando buenos hábitos. Sé persistente y constante. Crear buenos hábitos como estos requieren tiempo y constancia, así que si te salteas una semana completa, será difícil volver a retomar la constancia.
  • A veces una simple barra de jabón es suficiente para limpiar la piel, sobre todo si reaccionas de forma negativa a otros productos.
  • Lava la ropa de cama regularmente para que no se acumule mucho aceite en las fundas de las almohadas.
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Advertencias

  • Nunca te revientes las espinillas porque puede dejarte cicatrices. Además, al tocar tu rostro, le estás agregando más aceite al existente.
  • Si usas productos de limpieza facial, pero sigues teniendo brotes, los productos podrían contener químicos fuertes que irritan el rostro. Cámbiate a otro producto y lávate el rostro con el limpiador solo una vez al día.
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