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Para quienes tienen un rostro sensible, lograr una piel suave y sin manchas puede parecer imposible, pero en este artículo presentamos una solución sencilla. ¡Tu búsqueda de la perfección y de una piel de porcelana se ha acabado! Solo sigue los pasos a continuación.

Método 1
Método 1 de 5:

Evitar el daño por el sol

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  1. Aun si el cielo está nublado, los rayos ultravioletas A y B (UVA y UVB) pasan directamente a través de las nubes. Los rayos UV del sol son nocivos y pueden dañar tu cutis de porcelana, causar marcas y pecas oscuras, así como los primeros signos de envejecimiento, además de aumentar el riesgo de desarrollo de un cáncer de piel. [1]
    • Utiliza protector solar. Busca uno de “amplio espectro"; es decir, que proteja la piel de los rayos UVA y UVB. También asegúrate de que tenga un factor de protección solar (FPS) de por lo menos 30. [1]
    • Vuelve a aplicar protector solar cada pocas horas si planeas permanecer bajo el sol por largos periodos.
    • Si vas a nadar, procura aplicar protector solar por lo menos media hora antes de entrar al agua para que pueda impregnarse en la piel y así evitar que se disuelva en el agua. Al salir, asegúrate de volver a aplicarlo.
  2. El protector solar previene la mayor parte del daño, pero la forma más segura de evitar que tu piel se dañe por el sol es permanecer alejado de él. Esto puede ser imposible en ocasiones (si te encuentras afuera) pero existen muchas maneras de protegerte.
    • Ubícate bajo la sombra. Busca un toldo, una sombrilla, un banco bajo un árbol o permanece en el interior hasta que el sol disminuya. El sol es más fuerte entre las 10 a.m. y las 2 p.m. [1]
    • Es posible que no encuentres mucha sombra durante los días soleados. En este caso, utiliza un sombrero o lleva una sombrilla.
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Método 2
Método 2 de 5:

Mantener la piel limpia

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  1. Cada cutis viene con sus propios problemas. Algunos son grasosos o secos, propensos a los puntos negros o a los granos. Tu rutina de limpieza dependerá de los síntomas particulares de tu piel.
    • Los limpiadores faciales se encuentran en cualquier farmacia o tienda de belleza. Estos suelen combatir los síntomas específicos. Busca uno que se adecúe a las necesidades de tu piel o algunos que actúen en conjunto. Los limpiadores faciales pueden venir como exfoliantes, tóneres, astringentes o toallitas.
    • Si tu piel es sensible, utiliza limpiadores faciales suaves. No la frotes. Al restregar la piel irritada, la debilitarás aún más y evitarás la cicatrización.
    • Es posible que desees acudir a un dermatólogo si tu piel es sensible a ciertos limpiadores faciales o tu acné es grave. El especialista podría prescribirte algún medicamento o sugerirte algunos productos que se adecúen a tus síntomas.
    • El bicarbonato de sodio es otra opción a considerar. Disuelve el bicarbonato de sodio en agua, aplícalo sobre la piel mediante masajes suaves y enjuaga. Esto ayudará a limpiar profundamente tus poros y es mucho más asequible que la mayoría de los limpiadores faciales.
  2. Lava tu rostro dos veces al día, por la mañana y por la noche. Si descuidas tu rutina, aumentarás la suciedad en tus poros.
    • Lavar el rostro con demasiada frecuencia puede secarlo. Asegúrate de agregar un hidratante a tu rutina.
    • Utiliza siempre el mismo limpiador facial. Cada producto intenta alcanzar distintos objetivos, por lo que alternar entre muchos diferentes puede intensificar los síntomas.
    • Intenta agregar un cepillo eléctrico de limpieza a tu rutina de exfoliación intensiva. Estos son los más adecuados para las pieles más resistentes. Si tu piel es sensible, utiliza un ajuste suave para no irritarla aún más.
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Método 3
Método 3 de 5:

Mascarillas faciales y tratamientos

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  1. Puedes adquirirlas en cualquier tienda de belleza o en el spa.
    • Por lo general, debes dejarte puesta la mascarilla durante quince minutos, a menos que se especifique lo contrario.
    • Para retirarla, simplemente enjuaga tu rostro con un paño (¡no con tus dedos!) y agua tibia, y termina aplicando un poco de agua fría.
  2. También puedes hacer tus propias mascarillas en casa utilizando los siguientes ingredientes [2] . Las mascarillas hechas en casa no solo son más asequibles, sino que también son más eficaces. Contienen ingredientes naturales y frescos que son menos propensos a entrar en conflicto con los limpiadores faciales. Las principales mascarillas son:
    • Tomates: retira las semillas y machácalo hasta que obtenga la textura de puré. Aplícalo sobre el rostro y deja que repose durante quince minutos para que la piel absorba sus antioxidantes, vitaminas y nutrientes. Es excelente para hidratar la piel seca y combatir el acné. Añade limón y azúcar para exfoliar y acabar con los puntos negros.
    • Aguacate: se puede utilizar solo o combinado con miel y limón. El aguacate es rico en vitaminas A y E, así como en antioxidantes y aceites que ayudan a la piel a retener su elasticidad y suavidad.
    • Papaya: su consistencia es similar a la del aguacate. Puedes mezclarla con crema o yogur.
    • Calabaza: al igual que la papaya, la calabaza cumple la función de un humectante poderoso. Intenta mezclarla con crema y miel.
    • Piña: mezcla la piña con miel hasta lograr una contextura suave y aplica. La mezcla iluminará y suavizará tu piel.
    • Fresa: mezcla la pulpa de fresa ya sea con miel, crema o yogur para lograr la consistencia adecuada. Las fresas no solo hidratan la piel, sino que también ayudan a prevenir y aliviar las quemaduras solares.
    • Plátano: alisa y suaviza la piel. Contiene potasio que ayuda a combatir las manchas oscuras. Se combina mejor con miel y limón. Es mejor que uses un plátano muy maduro, ya que son mucho más fáciles de triturar.
    • Limón: el limón se agrega a menudo gracias a sus propiedades de limpieza. Funciona como tóner o astringente.
    • Chocolate: el cacao en polvo se puede mezclar ya sea con yogur, miel, leche o incluso arcilla. Sus nutrientes y antioxidantes ayudan a combatir los efectos del envejecimiento.
    • Claras de huevo: las mascarillas de claras de huevo, mezcladas con un poco de leche y miel, son muy eficaces contra el acné. Deja un espacio alrededor de los ojos y la boca, ya que, al secarse, esta mascarilla se tensa.
    • Leche: la leche se puede utilizar en combinación con otros ingredientes para hacer una mascarilla o sola simplemente para limpiar el rostro. Remoja un algodón en leche y pásalo suavemente por tu rostro. Esto no solo hidratará y nutrirá tu piel, sino que también la limpiará. La leche también ayudará a equilibrar el tono de la piel y lograr el acabado de porcelana que estás buscando. La reina Isabel de Inglaterra y Cleopatra tomaban baños de leche para lograr esa tez blanca y radiante. La leche contiene vitaminas A y D que trabajan para suavizar la piel. [3]
    • La miel, el yogur y la harina de avena se utilizan comúnmente en combinación con otros ingredientes.
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Método 4
Método 4 de 5:

Mantener una piel saludable

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  1. Necesitamos que el agua circule por nuestro cuerpo en todo momento. La piel, como cualquier órgano, depende del agua para eliminar las toxinas dañinas. [4] Tomar agua también ayuda a prevenir la resequedad de la piel.
  2. El té blanco es rico en antioxidantes y se puede añadir a cualquier otro tipo de té sin afectar el sabor. Procura integrar el té blanco a tu rutina diaria.
  3. Asegúrate de que tu dieta satisfaga todas las necesidades de tu piel y de consumir todas las vitaminas y nutrientes necesarios. Evita los alimentos grasosos, especialmente si tu piel ya es grasa.
    • Si usas flequillo o tu cabello te cubre los ojos, tal vez debas cortarlo. Ten cuidado de no dejar que tus dedos toquen tu rostro. Si tocas tu frente, la volverás aceitosa y quebradiza.
    • Ten cuidado si usas anteojos. Los espacios de piel que rozan con los anteojos podrían quebrarse. Sécate el sudor, ya que este se acumula en los poros. Al tocarte el rostro para ajustar tus anteojos, estás añadiéndole aceite. Si los utilizas, tal vez necesites lavarte el rostro con más frecuencia.
    • Evita rascarte o quitarte las costras. Esto dejará cicatriz o manchas oscuras.
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Método 5
Método 5 de 5:

Aplicar maquillaje

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  1. Luego haz lo mismo en el mentón, la frente y la nariz.
  2. Toma una brocha más pequeña (de preferencia una brocha sesgada, donde las cerdas en un lado sean más cortas que las del otro lado) y une las áreas a las que aplicaste polvo empleando el mismo.
  3. Asegúrate de que se vea natural y tenue.
  4. No lo recargues.
  5. Esto hará que tu rostro se vea más delgado y elegante.
  6. Cubre cuánto puedas las áreas rojas con el polvo. Es probable que no puedas cubrir todas las áreas y que tus mejillas se queden de un color de rubor natural.
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Consejos

  • ¡Bebe una gran cantidad de agua! Mantener la hidratación es la clave para tener un cutis suave.
  • Mantén tu maquillaje suave y natural. No querrás que el polvo sea notorio. Mezcla bien en las raíces del cabello.
  • ¡Bebe té blanco! ¡El té blanco es rico en antioxidantes, así como también limpia y rejuvenece tu piel!
  • Si se te daña la piel por usar flequillo o debido a la frotación de los anteojos contra ella, busca unas toallitas de limpieza que puedas tener a la mano todo el día para evitar la acumulación de grasa.
  • Asegúrate de que todos tus humectantes sean no comedogénicos, es decir, que no obstruyan los poros.
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Advertencias

  • La base y el maquillaje dejan residuos en los poros. Si usas maquillaje, asegúrate de limpiarte bien el rostro por la noche. ¡Nunca duermas con el maquillaje puesto! Te arrepentirás por la mañana.
  • Si tienes la piel sensible, evita restregar y utiliza limpiadores faciales suaves para no empeorar la irritación.
  • Las comidas grasosas hacen que el rostro se vuelva grasoso.
  • Evita reventar las espinillas, las manchas o tocarte la cara.
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