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Ir al veterinario para un examen de rutina o por algún problema de salud de tu mascota puede ser un momento difícil debido a la constante preocupación por lo que podría suceder. Para que sea lo más útil y positiva posible, asegúrate de prepararte con anticipación, aprovechar el tiempo en el consultorio de manera efectiva y hacer un seguimiento posterior. Siempre puedes ocuparte de tu preparación y la de tu mascota para que la visita sea lo menos estresante y más útil posible.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Prepararte para la visita

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  1. De esta forma, el veterinario sabrá que necesitas verlo y programará una consulta en su agenda. Asegúrate de tener un motivo para solicitar un turno antes de llamar. No es necesario que sea un problema con tu mascota; un examen de rutina es un motivo suficiente. No te acerques a la veterinaria sin una cita, dado que posiblemente haya otras personas que necesitan atender a sus mascotas y el veterinario no podrá ver a tu amigo peludo (o con plumas o escamas).
    • Sin importar el motivo, asegúrate de establecerlo claramente al hablar con el recepcionista. Si hay algún tema que quieras consultar con el veterinario junto con las inyecciones regulares y otras examinaciones, infórmaselo al recepcionista para que reserve la cantidad de tiempo necesaria. [1]
    • También puede ser buena idea preguntarle al recepcionista si hay algo que tengas que hacer antes de la cita. Proporciónale una breve explicación del problema y pregúntale si tienes que llevar una muestra de orina o heces, tu perro debe estar en ayunas o cualquier otra indicación en particular.
    • No todos los veterinarios tratan a todos los tipos de animales. Si tienes una mascota exótica, como un ave, un reptil o un roedor, asegúrate de que el profesional escogido trate este tipo de animal. De lo contrario, el recepcionista posiblemente pueda derivarte a alguien que sí se ocupe de la especie en cuestión. [2]
  2. Esto incluye a cepillar su pelaje o dientes y cortar sus uñas, zarpas y garras cuando sea necesario. Esto te permitirá mantener a tu mascota limpia y saludable para reducir las visitas al veterinario. Además de los cuidados regulares, asegúrate de tocar a tu mascota frecuentemente, no para acariciarla, sino para comprobar su rostro, patas, cola y otra parte del cuerpo que no sueles tocar. El hecho de que tu mascota se acostumbre a las revisiones eliminará gran parte de la tensión para que tú y el veterinario puedan observar los problemas de salud y administrar los medicamentos correspondientes. [3]
  3. Si hay algo que te preocupa de tu mascota, es muy útil tomar notas de los comportamientos que observes, como falta de apetito, morder cierta parte del cuerpo, dar vueltas, emitir sonidos extraños o vomitar. También tendrás que proporcionar información relacionada con la duración del problema, los síntomas precisos y cualquier reacción que hayas observado en tu mascota.
  4. Es importante que la consulta sea lo más llevadera y rápida posible. Por lo tanto, prepara una lista de preguntas para que el veterinario pueda responderlas. No existe una lista específica de preguntas preestablecidas, dado que las mismas dependerán del estado de salud de tu mascota. Una buena idea es escribirlas para llevar la información y no olvidar nada al conversar con el veterinario. [4]
    • Algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de elaborar las preguntas incluyen al peso, la dieta y las vacunas. Siempre es bueno consultar acerca de estos temas durante todas las visitas, dado que las respuestas podrían variar de acuerdo a la edad del animal. [5]
  5. Dado que tendrás que llevar a tu mascota en un transportín, es importante que no asocie el elemento con una experiencia dolorosa, como ir al veterinario. Antes de la cita, lleva el transportín afuera con algunas golosinas o juguetes para que tu mascota se sienta cómoda con la idea de entrar en el mismo. Si lo hace, elógialo con cariño para reforzar su buen comportamiento. [6]
  6. Evita alimentar a tu mascota la noche anterior a la visita. De esta forma, si el veterinario le ofrece una recompensa de comida para animar un buen comportamiento, tu mascota estará más hambrienta y dispuesta a responder. Por supuesto, no apliques este paso si tu mascota tiene alguna enfermedad por la que no puede ayunar. [7]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Ayudar en la consulta

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  1. Esto es muy importante en la primera visita, dado que el veterinario necesitará toda la información posible de tu mascota. Además, los registros te ayudarán a no tener que recordar cada detalle de su historial clínico, dado que figurará en los documentos. Esto incluye al historial médico y cualquier vacuna que tu mascota haya recibido. [8]
  2. Los veterinarios son profesionales muy ocupados que tienen que atender a muchos pacientes, por lo que es importante que estés listo y preparado para entrar al consultorio. Llegar tarde posiblemente implique que el veterinario tenga menos tiempo para dedicarle a tu mascota. Lo mejor es llegar un poco antes para estar listo cuando el veterinario te llame y para proporcionarte cierto margen de tiempo, en caso de que experimentes algún retraso al trasladarte al consultorio. [9]
  3. A menos que tengas un perro grande u otro animal que no puedas cargar, es importante que tu mascota permanezca dentro de su transportín. Por más que sostengas a tu mascota con una correa, podría ser una oportunidad para que se escape o meta en problemas. Una vez que estés en la veterinaria, no permitas que tu mascota se mueva libremente. Recuerda que en la sala habrá otras personas con sus mascotas, y la interacción entre ellas podría hacer que la situación se salga de control. La mayoría de los veterinarios esperan que los dueños mantengan a sus mascotas en sus transportines o con sus correas puestas. [10]
  4. Para ello, es probable que tengas que pedirle permiso al recepcionista, dado que querrá tener todo bajo control y saber dónde está cada persona. De esta forma, evitarás los tiempos de espera que podrían hacer que tu mascota se sienta nerviosa. En cambio, llévala a la sala para que se sienta cómoda en el entorno nuevo. [11]
  5. Este no es momento para revisar tu celular o leer un libro. Observa lo que el veterinario hace y presta atención si dice algo importante con respecto al estado de salud de tu mascota. Si tienes alguna pregunta acerca del procedimiento, siéntete libre de consultarle. [12]
    • No tengas miedo de preguntarle cómo debes administrarle los medicamentos recetados a tu mascota. Un veterinario estará encantado de enseñarte y se asegurará de que comprendas todo lo que debes hacer.
  6. La mayoría de los animales pueden percibir tu miedo o ansiedad. Mantén un tono de voz calmo y suave, y actúa con normalidad. Esto hará que tu mascota no se sienta nerviosa o agitada. [13]
  7. Úsalas para felicitar a tu mascota por un buen comportamiento, no para calmarla. Es importante que asocie la visita al veterinario con una experiencia lo más positiva posible. [14]
  8. Ocuparse de una mascota puede ser costoso, en especial si necesita algún tratamiento médico. Si el veterinario te brinda alguna sugerencia, consulta acerca de las posibles opciones. Esto puede incluir a procedimientos más económicos o pagar los tratamientos más costosos en cuotas. El profesional seguramente conoce los distintos tratamientos disponibles y pueda ayudarte si eres sincero con respecto a tu capacidad de pago. [15]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Hacer un seguimiento después de la visita

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  1. Antes de irte del consultorio, asegúrate de pedir la próxima cita que se establecerá de acuerdo al tipo de animal que tengas, su edad y cualquier enfermedad que esté padeciendo. Solicita el turno mientras estés en el consultorio para no olvidarte. Si te preocupa que la visita coincida con otra obligación importante en tu agenda, pide el turno y vuelve a llamar más tarde para posponerlo o modificarlo, en caso de ser necesario.
  2. Las visitas al veterinario pueden ser estresantes tanto para ti como para tu mascota, por lo que es importante que te tomes las cosas con calma durante el resto del día. Considera la posibilidad de darle una golosina a tu mascota o hacer algo divertido con ella. [16]
  3. En ocasiones, es posible que no recuerdes todo lo que el profesional te ha dicho o te haya surgido alguna duda después de la visita. No te preocupes, es normal. Solo asegúrate de llamar y hablar con el veterinario para resolver tus inquietudes cuanto antes. Escribe las preguntas a medida que surjan para recordarlas durante la conversación. [17]
    • Durante la consulta, puedes programar un momento para llamar al veterinario. De esta forma, tendrás tiempo para procesar la información (en especial si son malas noticias) y sabrás que ambos estarán disponibles para hablar acerca de tu mascota. [18]
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Consejos

  • Asegurarte de que tu mascota comprenda las órdenes básicas será muy útil durante el examen. Las mascotas que responden a los comandos (como los perros) suelen necesitar un recordatorio adicional en situaciones estresantes.
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