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No importa qué tan fuerte sea una amistad; es normal tener desacuerdos de vez en cuando. Por más estresante y frustrante que pueda ser una pelea con tu mejor amigo, esto no significa que la amistad se haya dañado para siempre. De hecho, la relación incluso puede volverse más fuerte. Haz un esfuerzo por conservar la calma y compórtate de manera civilizada para no empeorar las cosas. Luego, habla con tu amigo para arreglar las cosas. Tómate un tiempo para reflexionar y determinar cuáles son las medidas que pueden tomar para evitar futuras peleas.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Lidiar con la pelea en el momento

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  1. En el calor del momento, es fácil perder el control y decir lo primero que se te cruce por la mente. El problema es que las palabras pueden herir los sentimientos de los demás; no querrás decir algo que pueda empeorar las cosas o dañar la relación para siempre. Haz un esfuerzo consciente por calmarte y escoge las palabras con cuidado. [1]
    • Antes de decir algo, pregúntate si en verdad piensas eso, y si es muy necesario expresarlo. Por ejemplo, quizás quieras decir “¡Eres un pésimo amigo!”, pero ¿realmente crees que esto es verdad? ¿Decirlo te ayudará a resolver la pelea? Si la respuesta es “no”, ¡entonces no lo digas!
    • Parafrasea mentalmente lo que quieres decir antes de decirlo en voz alta para enfocarte en su comportamiento. Por ejemplo, en vez de decir “¡Eres un pésimo amigo!”, puedes decir “Siento una gran frustración con respecto a la forma en que has estado actuando últimamente”. De esta forma, tu amigo comprenderá que te preocupa su comportamiento, sin la necesidad de atacarlo.
  2. Procura mantener la calma . Es más fácil decir que hacer, pero es importante que puedas mantener la calma durante una discusión. Si lo logras, evitarás que la pelea siga empeorando cada vez más hasta salirse de control. [2] Si sientes que estás perdiendo la calma, respira profundo o cuenta hasta 10 en tu cabeza.
    • También puedes calmarte al enfocarte en los objetos que te rodean. Por ejemplo, tómate un momento para contar cinco cosas azules en la habitación, o enfócate en las sensaciones físicas internas y externas.
    • Si lo deseas, aléjate de la sala durante algunos minutos y regresa cuando te sientas más tranquilo. Incluso puedes decirle a tu amigo “Estoy muy molesto. Necesito tomarme un minuto a solas”.
  3. Si tu amigo siente que lo estás culpando o etiquetando, probablemente reaccione poniéndose a la defensiva. Utilizar un lenguaje enfocado en ti y en tus sentimientos te ayudará a tener un mayor control sobre tus reacciones y a ser menos hostil con tu amigo. Ten en cuenta el siguiente ejemplo: [3]
    • En vez de decir “¡Siempre me dejas plantado! ¡No eres una persona confiable!”, puedes decir “Me decepciona y molesta que hagamos planes y no aparezcas. Me está costando confiar en ti”.
  4. Tu mejor amigo probablemente sepa mejor que nadie cómo irritarte, y es posible que tú también sepas bien cómo devolvérsela. Resiste la tentación de menospreciar a tu amigo o insultarlo. [4] Por más que él no esté peleando justo, tomar el camino difícil y actuar con más madurez te ayudará a sentirte mejor, y tu amigo probablemente también logre calmarse.
    • Jamás insultes o amenaces a tu amigo durante una pelea.
    • Por más que estés muy enojado por algo en particular, no te enfoques en él como persona, sino en su comportamiento negativo.
    • Sé respetuoso y no interrumpas a tu amigo ni grites cuando esté intentando hablar.
    • Evita las exageraciones y las frases extremistas, como “¡Nunca me escuchas!”.
  5. No todas las peleas se resuelven con una sola conversación. Si las cosas se salen de control y no logran progresar, quizás sea hora de alejarse por un tiempo, aunque sea durante algunos días o semanas. Prueben conversar nuevamente cuando ambos estén más tranquilos. [5]
    • Por ejemplo, puedes decirle “Pelear de esta forma no nos sirve de nada. Tomémonos un respiro y hablemos más tarde”.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Hacer las paces con tu amigo

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  1. Antes de terminar una pelea con tu amigo, es importante que sepas qué es lo que está causando el problema. Con frecuencia, esto puede ser simplemente un malentendido, o quizás hayas dicho o hecho algo hiriente o insensible. Tómate un tiempo para reflexionar y descubrir la raíz del problema.
    • Piensa qué es lo que ha iniciado la pelea. ¿Algún conflicto por el que hayan discutido en otras oportunidades? ¿Un hecho o comportamiento que hayan desencadenado la discusión, o el conflicto es parte de un patrón mayor?
    • Por ejemplo, quizás tú y tu amigo no hayan logrado ponerse de acuerdo con respecto a qué película mirar y hayan terminado teniendo una gran discusión. ¿Es un patrón que se ha repetido a lo largo del tiempo que uno de los dos siempre decida qué hacer juntos? En este caso, es posible que exista un desequilibrio que genere cierta tensión en la relación.
  2. Todos los conflictos tienen dos partes, y es posible que al menos tengas algo de responsabilidad por lo sucedido. Quizás te resulte difícil admitir tus errores, pero esto es muy importante para poder lidiar con el conflicto con madurez y efectividad. [6]
    • Por más que no hayas sido tú quien ha iniciado la pelea, evalúa cómo te has comportado durante la discusión. ¿Hay algo que podrías haber hecho mejor?
  3. En el calor del momento, es posible que sientas que tu amigo es un idiota, pero, con frecuencia, la verdad es mucho más complicada de lo que crees. No te apresures en confrontarlo con una gran cantidad de expectativas y suposiciones acerca de sus pensamientos o sentimientos. En cambio, dale la posibilidad de explicar su visión de las cosas.
    • Por ejemplo, si tu amigo tiene la costumbre de hacer chistes groseros frente a tu novia, es posible que su comportamiento esté comenzando a molestarte. ¿Tu amigo siempre se comporta así frente a las personas? En este caso, quizás no sea consciente de lo que te hace sentir a ti y a tu pareja. De lo contrario, quizás se sienta inseguro con la amistad.
  4. Si han tenido una gran pelea, es posible que no estén preparados para tener una conversación tranquila y civilizada. Lo mejor es esperar para que ambos tengan algunos días para reflexionar y alejarse del problema. Querer conversar del asunto demasiado pronto puede propiciar una segunda discusión. [7]
    • Sin embargo, no esperes demasiado para retomar la conversación. Si no abordan el asunto a tiempo, podrían comenzar a acumular sentimientos negativos entre sí, lo cual podría terminar en una pelea más grave.
  5. Llámalo, envíale un mensaje de texto o un correo electrónico. No es necesario que digas demasiado; simplemente hazle saber que te sientes mal acerca de lo sucedido y que estás listo para hablar. [8]
    • Por ejemplo, puedes decir “Oye, me he sentido muy mal después de la discusión del otro día. Nuestra amistad es muy importante para mí, y quiero que podamos hablar para aclarar las cosas. ¿Podemos encontrarnos esta semana para conversar?”.
    • Ten en cuenta que quizás tu amigo no esté listo para hablar. Si se niega o te rechaza, respeta su necesidad de espacio. Si no te contacta primero, prueba nuevamente en algunas semanas. Si aún no está listo, permite que sea tu amigo quien dé el siguiente paso.
  6. Discúlpate por tus errores. Pedir perdón puede hacer una gran diferencia a la hora de demostrarle a tu amigo que realmente quieres arreglar las cosas. Una vez que estén listos para sentarse a hablar, comienza expresando tu arrepentimiento por lo sucedido. Es importante que tus disculpas sean sinceras y que no justifiques tu comportamiento. [9]
    • No le ofrezcas “disculpas falsas” que culpen a tu amigo como, por ejemplo, “Lamento que creas que he sido grosero, pero no deberías haberme plantado”. En cambio, puedes decirle “Lamento haberte hablado de esa forma. Me molesté mucho y he dicho cosas que no debería haber dicho”.
    • Por más que tú tengas razón, es posible expresar un arrepentimiento sincero por lo sucedido. Por ejemplo, puedes decirle “Me siento muy mal por haber discutido así. No quiero que nuestra amistad se vea perjudicada”.
    • Si eres el primero en disculparse, es posible que tu amigo también te pida perdón. Sin embargo, no te molestes si no lo hace de inmediato; quizás necesite más tiempo para tranquilizarse.
  7. Escucha con atención su versión de las cosas. Una vez que expreses tu arrepentimiento, dale la posibilidad de hablar y explicar su perspectiva. Evita interrumpirlo, por más que esté diciendo algo que realmente te moleste. Procura mantener una mentalidad abierta y haz un esfuerzo consciente por escuchar y comprender sus palabras. Esto no solo hará que tu amigo se sienta mejor, sino que podrán aclarar cualquier malentendido entre los dos. [10]
    • Demuéstrale atención a través de un lenguaje corporal receptivo (asiente con la cabeza o haz contacto visual) y señales verbales (por ejemplo, puedes decir “Correcto” o “comprendo”).
    • Una vez que termine de hablar, parafrasea sus palabras para asegurarte de haberlo comprendido. Por ejemplo, puedes decirle “Es decir que sientes que siempre trato de tomar el control de las situaciones que compartimos y no te permito escoger. ¿Es correcto?”.
    • Pídele aclaraciones si no logras comprenderlo. Por ejemplo, puedes decirle “Ayúdame a entender cómo es que mi decisión de invitar a María te ha hecho sentir mal”.
  8. Independientemente de lo que haya sucedido o de quién sea el culpable, es normal que te sientas molesto después de tener una pelea con tu mejor amigo. Tus sentimientos son válidos y tienes derecho a expresarlos. Dile cómo te sientes y explícale tus intenciones sin etiquetarlo ni acusarlo. [11]
    • Por ejemplo, puedes decir “Cuando nos encontramos la semana pasada, sentí que no estabas interesado en lo que quería decirte. Siento que eso sucede con frecuencia últimamente. He permitido que la frustración se apodere de mí, y es por eso que me he puesto tan furioso”.
  9. Una vez que tengan una mejor idea de cuál ha sido el problema, trabajen juntos para encontrar la forma de evitar que vuelva a suceder. Esto no significa que decidan quién de los dos tiene razón, ni que ambos estén de acuerdo. [12] Esto puede ser tan sencillo como definir reglas básicas de comportamiento o temas de conversación cuando estén juntos.
    • Por ejemplo, puedes decir “Está bien. Nunca estaremos de acuerdo con respecto al veganismo, pero no quiero que eso represente un conflicto entre nosotros. Simplemente acordemos respetar las elecciones del otro y no hablar acerca del tema cuando estemos juntos”.
    • Si el motivo de la discusión ha sido algo hiriente que has hecho o dicho, asume el compromiso de no volver a hacerlo. Por ejemplo, puedes decirle “Lamento haberme quejado tanto de tus padres. Sé que eso te molesta, por lo que evitaré hacerlo de ahora en adelante”.
    • Si el motivo de la discusión ha sido algo hiriente que tu amigo ha hecho o dicho, dile qué es lo que puede hacer para que las cosas mejoren entre los dos. Por ejemplo, puedes decirle “Por favor, no hagas chistes groseros frente a mi novia de ahora en adelante”.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Seguir adelante después de una pelea

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  1. Por más que hayan aclarado las cosas y se hayan reconciliado, ambos tendrán que esforzarse por evitar conflictos en el futuro. En primer lugar, reconoce los motivos que han llevado a la pelea, y no tengan miedo de recordarse mutuamente si alguno de los dos comete un desliz. [13]
    • Si el motivo de la discusión ha sido que tu amigo no deja de jugar con su celular cada vez que quieres hablar acerca de un tema importante, puedes recordarle que debe dejar su teléfono de lado de vez en cuando. Por ejemplo, puedes decirle “Oye, recuerda que hemos acordado guardar los celulares en la mochila durante el almuerzo”.
    • Asimismo, pídele que te ayude a responsabilizarte por tu comportamiento. Por ejemplo, puedes decirle “Por favor, pídeme que me detenga cuando comience a cotillear frente a ti nuevamente. Sé que eso te molesta, pero a veces no me doy cuenta que lo estoy haciendo”.
  2. Deja de lamentarte por lo sucedido. Si bien puede ser difícil dejar una discusión importante atrás, lo mejor es que te esfuerces por lograrlo. No hay nada que pueda cambiar el pasado, pero tú y tu amigo pueden aprender de la experiencia para que su amistad se vuelva más fuerte a medida que logren seguir adelante. [14]
    • Enfócate en las enseñanzas que dejan las peleas. Por ejemplo, recuerda que tú y tu amigo han aprendido cosas nuevas del otro, y siéntete orgulloso por el hecho de haber sido capaces de hablar y resolver los problemas para continuar la amistad.
  3. Después de una pelea, es importante que puedan reforzar la amistad y recordar los aspectos positivos de la relación. Planifiquen un encuentro para hacer algo que ambos disfruten. [15]
    • Por ejemplo, pueden ir al cine a ver el estreno que tanto han estado esperando, y luego cenar e intercambiar comentarios divertidos acerca de la película.
    • Recuérdale específicamente cuáles son las cosas que te agradan de él.
  4. Ser capaces de tener una buena comunicación es un aspecto clave a la hora de mantener una amistad saludable. No pretendas que tu amigo lea tu mente ni cometas el error de creer que tú puedes adivinar sus pensamientos. Si algo te molesta, díselo. [16]
    • La comunicación debe ser recíproca. Hablen clara y honestamente, y no tengas miedo de pedirle aclaraciones en el caso de que no comprendas sus palabras.
  5. Ambos tienen la responsabilidad de mantener una amistad saludable. Tu amigo también debe ser respetuoso y cumplir con su parte para evitar peleas y tensiones. Decide qué es lo que estás dispuesto a aceptar o no, y establece límites y consecuencias claras en el caso de que no las respete. [17]
    • Por ejemplo, puedes decirle “Ya no volveré a almorzar contigo si sigues insistiendo con que pague toda la cuenta. Si realmente no puedes colaborar, házmelo saber para que podamos hacer otros planes”.
    • No tengas miedo de decir “no”. No estás obligado a aceptar todos los deseos de tu amigo.
  6. Tú y tu amigo siempre tendrán algún desacuerdo, y posiblemente hagan cosas que molesten o frustren al otro. Sin embargo, te resultará mucho más sencillo llevarte bien con él si aceptas que no puedes cambiar sus pensamientos, sentimientos o comportamiento. Si bien puedes pedirle que cambie, esta es una decisión que depende únicamente de tu amigo. Piensa si podrás aceptarlo tal como es, y sigue desde allí.
    • Por ejemplo, quizás tu amigo nunca logre ser tan prolijo como tú. En este caso, tendrás que aceptar que su casa siempre estará desordenada. Si esto realmente te molesta, procuren encontrarse en tu casa.
    • Asimismo, tu amigo no debe sentir que puede controlarte. Si bien tiene derecho a pedirte cambios, tú tienes el poder de decidir si aceptas su pedido o no.
    • Esto no significa que tengas que soportar cualquier tipo de comportamiento. Si tu amigo hace algo que realmente no toleras y se niega a cambiarlo, quizás sea hora de terminar la amistad.
  7. Termina la amistad , en caso de ser necesario. Esta quizás sea una de las decisiones más difíciles de tu vida, en especial si se trata de tu mejor amigo. Desafortunadamente, a veces mantener una amistad puede ser más doloroso que beneficioso. Es posible que sea hora de terminar la amistad si: [18]
    • Estar con tu amigo es más estresante o tedioso que gratificante o agradable.
    • Tu amigo te menosprecia, se aprovecha de ti, no respeta tus límites o se niega a respetar tus deseos.
    • Sientes que ya no tienen muchas cosas en común.
    • Sientes que no puedes ser tú mismo cuando estás con él.
    • No confían entre sí.
    • Sientes que te esfuerzas mucho más por mantener la amistad que tu amigo.
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Consejos

  • No te quejes de tu amigo con otras personas ni hables acerca de la pelea en público. Está bien desahogarte de vez en cuando con alguien de confianza, pero cotillear acerca de tu amigo con todo su círculo social o hacer una publicación en Facebook relacionada con la pelea solo creará más resentimiento y desconfianza entre los dos. [19]
  • No intentes ajustar cuentas con tu amigo. No importa qué tan furioso estés, la venganza solo empeorará las cosas. Tómate un tiempo para calmarte antes de hacer algo de lo que podrías arrepentirte.
  • Después de una gran pelea, algunas personas se sienten mejor al escribir todos sus pensamientos y sentimientos en una carta. No es necesario que la envíes; de hecho, probablemente no sea una buena idea (al menos sin realizar ediciones importantes). El objetivo es que puedas descargar tus pensamientos en un papel para poder organizarlos y tener una mejor idea de cómo te sientes acerca de la situación.
  • Cuando te sientas listo para arreglar las cosas, reúnanse en un lugar privado donde tengan mucho tiempo para escucharse y hablar sin interrupciones. [20]
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