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Tocar tu cabeza con tus pies podría no ser la cosa más natural del mundo, pero es posible si tienes suficiente flexibilidad. Si por cualquier motivo estás obligado a aprender a tocar tu cabeza con tus pies, los pasos que presentamos a continuación te ayudarán a lograrlo.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Estirarse

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  1. Calienta tus músculos con algunos ejercicios cardiovasculares breves como correr, saltar la cuerda o hacer saltos en tijera. [1]
    • Es importante calentar los músculos antes de estirarte para evitar tensar tus músculos y causar posibles lesiones.
  2. Antes de tratar de tocar tu cabeza con tus pies, estira los tendones de la corva para evitar tensarlos. [2]
    • Siéntate derecho en el suelo con las piernas estiradas delante de ti.
    • Inclínate lentamente hacia adelante al nivel de la cintura, manteniendo la espalda recta.
    • Extiende tus manos y trata de alcanzar los dedos de tus pies. Si no puedes alcanzarlos, trata de tocar tus tobillos o tal vez tus rodillas.
    • Mueve tus piernas extendidas de modo que se encuentren separadas al ancho de los hombros.
    • Una vez más, inclínate hacia adelante y trata de alcanzar los dedos de tus pies (o tus tobillos o rodillas). [3]
  3. Empieza sentándote en el suelo con las piernas extendidas delante de ti. [4]
    • Dobla tu rodilla derecha y trae tu pie derecho hacia adentro, en dirección a tu pelvis.
    • Inclínate lentamente hacia adelante al nivel de la cintura, manteniendo tu espalda recta.
    • Extiende tu mano izquierda hacia tu pie izquierdo y trata de tocar los dedos de tus pies. Si no puedes alcanzarlos, trata de tocar tu tobillo o rodilla.
    • Repite cada paso con el lado izquierdo.
  4. Calienta tu espalda con algunos estiramientos suaves de modo que no la tenses.
    • Empieza apoyándote sobre tus manos y rodillas, baja lentamente tu cabeza y jala tu espalda hasta formar un arco. Mantén dicha posición durante varios segundos.
    • Baja tu estómago, levanta la cabeza y jala tu espalda hacia abajo hasta formar un arco invertido. [5]
    • Para el siguiente estiramiento, acuéstate boca arriba con las rodillas dobladas y los pies sobre el suelo. Manteniendo tu espalda sobre el suelo y tus rodillas dobladas, baja lentamente tus rodillas hasta el suelo sobre tu lado derecho.
    • Regresa tus rodillas a una posición neutral.
    • Repite el estiramiento del lado izquierdo. [6]
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Tocar tu cabeza con tus pies estando acostado

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  1. Después de estirar tu espalda y piernas, puedes empezar el proceso de tocar tu cabeza con tus pies. [7]
    • Acuéstate derecho sobre tu estómago, con los brazos extendidos hacia adelante y las piernas extendidas detrás de ti.
  2. Hazlo lenta y suavemente, no te apresures.
    • Dobla lentamente las rodillas y levanta tus pies hasta que tus piernas estén dobladas hacia arriba detrás de ti.
  3. Nuevamente, realiza este movimiento lentamente. Si sientes dolor, detente de inmediato. [8]
    • Levanta tu pecho y sube tu cuerpo apoyándote sobre los codos.
    • Debes estar acostado sobre tu estómago, apoyándote en tus codos y con las piernas dobladas hacia arriba al nivel de la rodilla.
  4. En este punto, solo avanza hasta donde te sientas cómodo. Si empiezas a sentir dolor o tensión muscular, detente de inmediato y regresa suavemente a una posición de descanso neutral. [9]
    • Levanta tu pecho y sube tu cuerpo apoyándote sobre tus manos.
    • Arquea lentamente tu espalda e inclina tu cabeza hacia atrás lo más lejos que puedas.
  5. No fuerces tu cuerpo a ir más allá de su capacidad o comodidad, de lo contrario, podrías lesionarte.
    • Levanta tus pies hacia adelante y hacia arriba, en dirección a tu cabeza.
    • Arquea tu espalda y extiende tu cabeza detrás de ti hasta sentir que tus pies tocan tu cabeza.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Tocar tu cabeza con tus pies estando parado

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  1. Empieza en una posición de pie, luego dobla una pierna detrás de ti mientras te apoyas en la otra. [10]
    • Estírate hacia atrás y jala tu pie levantado.
  2. Mientras agarras tu pie levantado, arquea tu espalda y empieza a jalar lentamente tu pie hacia tu cabeza. [11]
    • Si sientes dolor o malestar en este punto, detente. Seguir adelante podría provocar tensión muscular u otra lesión.
  3. Mientras jalas tu pie hacia tu cabeza, sigue arqueando la espalda. Jala tu cabeza hacia atrás hasta que sientas que toca tu pie.
    • Esto requiere tener buen equilibrio para cumplirlo. Si tienes problemas para mantener el equilibrio, haz algunos ejercicios de equilibrio antes de volver a intentarlo.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Tocar tu cabeza con tus pies estando de cabeza

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  1. Desde dicha posición, coloca un antebrazo derecho sobre el suelo. Ajusta la posición de la otra mano moviéndola hacia atrás hasta que la base de tu mano esté justo en frente de donde el codo de tu brazo opuesto está descansando.
    • Tocar tu cabeza con tus pies estando de cabeza es una técnica muy avanzada que solo debes intentar si tienes niveles avanzados de resistencia, flexibilidad y equilibrio. [12]
    • Una estrategia menos exigente es empezar apoyado sobre tus manos y rodillas cerca y mirando a una pared. Luego baja tu cuerpo sobre ambos antebrazos. [13]
  2. Levanta tus pies por encima de tu cabeza hasta que encuentres tu equilibrio. [14]
    • Estarás en una posición cabeza abajo modificada, con los pies en el aire y tu peso descansando sobre tu antebrazo y apoyándote sobre tu otra mano.
    • Otra alternativa es hacerlo junto a una pared de modo que cuando levantes tus pies sobre tu cabeza tus pies topen la pared, lo cual te ayudará a mantener el equilibrio. Estarás parado de antebrazos con tus pies por encima de ti, descansando sobre la pared. [15]
  3. Una vez que hayas encontrado tu equilibrio en la posición cabeza abajo modificada, dobla tus piernas al nivel de la rodilla de modo que tus pies empiecen a moverse hacia adelante hasta alcanzar tu cabeza. [16]
    • Arquea tu espalda y baja poco a poco tus pies hasta que sientas que tocan tu cabeza. Puedes jalar ligeramente tu cabeza hacia atrás para acercarse a ellos.
    • Otra opción es usar una pared como un soporte mientras bajas lentamente tus pies hacia tu cabeza. [17]
    • Ten en cuenta que esta es una posición muy avanzada que requiere mucha práctica para completarla. [18]
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Advertencias

  • No lo intentes si eres inexperto, estás fuera de forma, tienes músculos rígidos o tienes poca flexibilidad, ya que podrías lesionarte con facilidad.
  • No lo intentes si tienes una lesión en la rodilla, espalda o cuello. [19]
  • Siempre muévete lenta y suavemente. Si sientes dolor o tensión muscular, detente de inmediato.
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