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Si un gato está lastimado, si se recupera de una cirugía o si tiene una discapacidad física crónica, es una buena idea hacer que se someta a fisioterapia como parte de su tratamiento veterinario. La fisioterapia incluye una variedad de técnicas que pueden contribuir a que el gato se recupere más rápidamente y a prevenir las complicaciones a largo plazo. [1] En general, la fisioterapia puede ayudar al gato a recuperar el movimiento y la flexibilidad con mayor rapidez y por completo. La clave es identificar los problemas con los que puede ayudar la fisioterapia y completar un régimen bajo la dirección de un veterinario.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Concluir la fisioterapia

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  1. Lleva al gato a ver un fisioterapeuta veterinario. El terapeuta mirará el historial veterinario del gato y evaluará su salud. Una vez que tenga toda la información, el terapeuta decidirá qué tipo de fisioterapia ayudará más al gato, si es que necesita alguna. [2]
    • En la mayoría de los casos, el veterinario primario te derivará a un fisioterapeuta veterinario.
  2. Uno de los tipos de fisioterapia más eficaces y sencillos que pueden aplicarse a los gatos son los tratamientos de frío o calor. Al aplicar calor o frío a una lesión, puede aliviarse el dolor y la hinchazón. [3] El fisioterapeuta veterinario te indicará si debes aplicar calor o frío en la lesión. Normalmente, eso depende de si esta está hinchada. En la mayoría de los casos, se aplicará frío a las lesiones que presenten hinchazón.
    • Al aplicar un tratamiento de frío, usa una toalla delgada como protección entre el gato y la bolsa de hielo o la compresa fría. Poner el hielo directamente sobre la piel o el pelaje de tu mascota puede causarle quemaduras por frío.
    • Por lo general, el calor o el frío se aplican solo durante unos 20 minutos varias veces al día.
    • Una botella de agua caliente puede ser ideal para aplicar calor a una lesión.
  3. El fisioterapeuta puede recomendar tipos de movimiento específicos que ayudarán al gato a curarse y a recuperar su rango completo de movimiento. Si el gato no se ha movido recientemente, el fisioterapeuta puede recomendar una rehabilitación pasiva. Con esta, las articulaciones se moverán manualmente sin ejercer presión sobre las mismas. [4]
    • Este tipo de rehabilitación mejora la función de las articulaciones del gato y puede aumentar su masa muscular.
    • Puede ser útil hacer que otra persona mantenga quieto al gato mientras mueves sus extremidades haciendo las poses del rango de movimiento.
  4. Si el gato tiene una lesión o una discapacidad, y tiene dificultades para caminar, el fisioterapeuta veterinario puede recomendarte una rehabilitación activa. Con esta, el terapeuta ayudará al gato a recuperar la capacidad de moverse por sí mismo mediante una serie de ejercicios en los que se emplea el propio peso corporal del animal. Los siguientes son algunos de los ejercicios que forman parte de la rehabilitación activa: [5]
    • ejercicios con pelotas
    • tablas de equilibrio
    • caminadoras
    • natación estática o simplemente nadar
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Usar tratamientos alternativos

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  1. Aunque es sabido que la mayoría de los gatos prefieren no entrar en contacto con el agua, la hidroterapia puede emplearse con estos animales para aumentar su movilidad. La hidroterapia en felinos suele requerir que el gato camine sobre una caminadora sumergida unos centímetros bajo el agua. Esto le permitirá empezar a caminar con más facilidad si tiene una pata o la cadera lesionada. [6]
    • Hay un cierto debate con respecto a si la hidroterapia causa demasiado estrés a los gatos. Si el gato se resiste demasiado a mojarse, entonces puede tener dificultades para adaptarse a este tipo de terapia.
    • Habla con el veterinario para determinar si el gato es un buen candidato para la hidroterapia.
  2. La acupuntura puede ser una buena opción de tratamiento para los gatos con problemas de movilidad o para aquellos que se recuperan de un trauma. La acupuntura refuerza el sistema inmunitario estimulando áreas del cuerpo que contienen muchos vasos y nervios, lo cual puede ayudar a acelerar la recuperación y a minimizar el dolor y el malestar.
    • Este proceso requiere de un conocimiento muy específico sobre los puntos de acupuntura en los animales. Por lo tanto, solo debe realizarlo un acupuntor de animales certificado.
    • Es posible que el veterinario pueda recomendarte un acupuntor de animales certificado si conoce uno en el área en la que vives. Si no es así, busca uno en las páginas web de las asociaciones profesionales de acupuntura en animales, como la Academia Americana de Acupuntura Veterinaria .
  3. Pregúntale al veterinario si la estimulación eléctrica neuromuscular puede ayudar al gato. El uso de la electroterapia puede contribuir al control del dolor y al movimiento muscular, pues los pulsos eléctricos utilizados aumentan el movimiento al contraer los músculos y también estimulan la actividad celular que puede minimizar el dolor. [7]
    • Hay tres tipos de estimulación eléctrica que se usan en los gatos. Un tipo, la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, se usa para controlar el dolor. Otro tipo, la estimulación eléctrica neuromuscular, es útil solo para la rehabilitación muscular. El último tipo, la terapia de campo electromagnético pulsado, puede ayudar tanto al dolor como a la rehabilitación muscular.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Evaluar la necesidad de la fisioterapia

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  1. Hay una amplia variedad de lesiones y discapacidades que se pueden aliviar con la fisioterapia. Si el gato tiene una lesión antigua o una discapacidad física con la que nació, considera la posibilidad de someterlo a un tratamiento para minimizar cualquier dolor o malestar que tenga. Los siguientes son algunos de los trastornos que se pueden aliviar con la fisioterapia: [8]
    • recuperación quirúrgica
    • obesidad
    • artritis
    • trastornos ortopédicos (como luxación medial de rótula, rotura parcial y prematura del ligamento cruzado craneal, displasia de cadera y displasia de codo)
    • trastornos neurológicos no operables (como embolia fibrocartilaginosa)
    • recuperación de una amputación
    • heridas que no cicatrizan
    • pérdida de masa muscular (debido a la enfermedad de Cushing o a la quimioterapia, por ejemplo)
    • movimiento limitado debido a la edad
  2. El veterinario puede tener varias recomendaciones para el tratamiento de una lesión o una enfermedad. Entre estas puede estar la fisioterapia, pues puede ayudar a acelerar la recuperación y eliminar el dolor y el malestar. [9]
    • Pregúntale al veterinario sobre el tipo de terapia específica que recomienda y hazle todas las preguntas que tengas sobre las posibilidades de recuperación del gato.
    • En la mayoría de los casos, el veterinario habitual no podrá aplicar una terapia física intensiva al gato. Sin embargo, puede recomendarte que hagas algunas cosas sencillas para minimizar el malestar del gato, como aplicar hielo o calor en una lesión. [10]
  3. El veterinario puede recomendarte un fisioterapeuta calificado que trabaje con gatos. Haz una cita y lleva al gato a la consulta.
    • Si no hay ningún fisioterapeuta veterinario en el área en la que vives, es posible que debas viajar para que el gato reciba este tipo de atención.
    • Si no tienes ninguna recomendación, haz una búsqueda en Internet de fisioterapeutas veterinarios en el área en la que vives. Asegúrate de que los que tomes en cuenta tengan un título de medicina veterinaria de una institución acreditada y que tengan experiencia tratando a gatos.
    • Evita hacerle la fisioterapia al gato tú mismo. Puedes empeorar la lesión o el trastorno si no tienes los conocimientos adecuados en materia de anatomía felina.
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