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Si bien el virus del herpes no tiene cura, hoy día existen muchas más opciones de tratamiento disponibles que antes. Muchas personas que tienen herpes no volverán a tener un brote nunca más, mientras que otras experimentarán brotes leves y es posible que ni siquiera noten que estos síntomas han sido provocados por el herpes. [1] Sin embargo, para aquellas personas que sufren brotes, practicar el autocuidado y tomar antivirales recetados puede ayudar a que estos episodios sean menos incómodos y más controlables.

Método 1
Método 1 de 3:

Reconocer el herpes genital

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  1. Existen muchos virus en la familia de los herpes, pero dos cepas causan el herpes oral VHS 1 o el genital VHS 2. Ambos se contagian a través del contacto de la piel con la zona infectada. Por lo general, el herpes genital se contagia a través del contacto sexual con alguien que tiene VHS 2. Sin embargo, el VHS 1 se puede contagiar a los genitales a través del sexo oral. Piensa si has tenido algún tipo de contacto íntimo con otra persona que pueda haberte transmitido este virus. [2]
    • El herpes se puede contagiar aunque haya sido una relación sexual sin penetración, ya que se propaga a través de cualquier contacto íntimo como, por ejemplo, al frotar o friccionar la zona genital.
  2. Muchas personas no experimentan síntomas ni brotes. Sin embargo, los más comunes son la formación de ampollas alrededor de los genitales o el recto, las cuales luego se rompen y crean heridas dolorosas que pueden tardar hasta una semana en curar. Otros síntomas incluyen: [3]
    • fiebre
    • dolor corporal
    • glándulas inflamadas
    • hormigueo, ardor o picazón
    • flujo vaginal inusual
  3. Si crees que podrías tener herpes genital, pide una cita con tu médico lo antes posible. El profesional te ayudará a determinar si estos síntomas se deben al herpes o a otra complicación. [4]
    • Además de estar más equipado para poder realizar un buen diagnóstico, el profesional podrá elaborar un tratamiento médico exhaustivo.
    • El médico tomará una muestra de cualquier herida y, en algunos casos, es posible que te pida un análisis de sangre para detectar anticuerpos contra el herpes. Si bien este análisis determina si has estado expuesto al herpes anteriormente, no permite saber ni cuándo ni quién te infectó. [5]
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Método 2
Método 2 de 3:

Tratar un brote

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  1. Estos son los comprimidos más comunes y efectivos a la hora de controlar los brotes. Pide una cita con tu médico ni bien observes síntomas potenciales y menciónale que crees que estás atravesando un brote y que quieres una receta para antivirales. [6]
    • Los fármacos más comunes para el herpes son el aciclovir, el famciclovir y el valaciclovir. [7]
    • Si no quieres pedirle ayuda a un médico de cabecera o no puedes pagar la consulta, considera ir a una clínica de bienestar sexual. Estos establecimientos se especializan en problemas de salud sexual y, ocasionalmente, tienen escalas móviles.
  2. El aciclovir viene en forma de crema tópica para colocar en las heridas durante las primeras etapas del brote. Si bien no ayuda a controlar el brote en su totalidad de la misma manera que los comprimidos antivirales, puede ayudar a aliviar el ardor y la molestia. [8]
    • Lávate las manos al higienizar las heridas y antes y después de aplicar cualquier medicamento tópico en el área.
  3. Para aliviar el dolor, toma medicamentos como el acetaminofén, el ibuprofeno y la aspirina. Lee las etiquetas de tu analgésico predilecto para saber cuál es la dosis correcta y sigue las instrucciones del envase. [9]
    • En el caso de adolescentes menores de 16 años, es recomendable consultar a un médico antes de tomar aspirinas ya que aumenta el riesgo del síndrome de Reye.
  4. Colócalo en las heridas en el intervalo de algunas horas para aliviar temporalmente el dolor y la comezón. Puedes comprar estos apósitos en la mayoría de las farmacias o droguerías o prueba hacer una compresa tú mismo. [10]
    • Para hacer una compresa, llena una bolsa plástica con hielo. Envuélvela en una toalla de papel o en un trozo de paño fino y colócalo en tu piel.
    • Aplica la compresa por no más de 20 minutos a la vez y espera al menos dos o tres horas para volver a hacerlo para asegurarte de no congelar la zona.
  5. Lávalas cuidadosamente con jabón y agua tibia durante la ducha diaria y usa una toalla limpia para secarla dándole golpecitos. No apliques vendas sobre las heridas y evita tocarlas. Usa prendas sueltas de algodón que permitan que las heridas respiren a medida que se curan. [11]
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Método 3
Método 3 de 3:

Controlar el herpes inactivo

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  1. Mientras que algunas personas tratan el herpes cuando suceden los brotes, otras prefieren realizar una terapia para inhibir el virus mediante la toma diaria de los mismos medicamentos utilizados durante los episodios. Consúltale a tu médico. [12]
    • Esta medicación se recomienda en pacientes con seis o más brotes anuales.
    • En la mayoría de los casos, esta terapia no elimina los brotes por completo. Sin embargo, ayuda a reducir la cantidad total y la gravedad de estos episodios.
  2. Al igual que con otras enfermedades, un sistema inmunológico fuerte ayudará a reducir el riesgo de desarrollar brotes. Por lo tanto, come de manera saludable y realiza ejercicio . [13]
    • Consume una dieta con carbohidratos, grasas y proteínas. Asegúrate de incorporar frutas y verduras y de consumir proteínas magras y completas, de ser posible.
    • Realiza al menos 20 o 30 minutos de actividad física moderada al día, cuatro o cinco veces a la semana. Si puedes realizar entre 45 a 60 minutos cinco días de la semana, será incluso mejor.
  3. Esto te ayudará a sentirte feliz y saludable, lo que a la vez reducirá el riesgo de un futuro brote al desarrollar un sistema inmunológico fuerte . Practica el autocuidado al:
    • dormir de siete a nueve horas por noche; [14]
    • meditar o emplear técnicas de manejo del estrés;
    • hacer algo que disfrutes todos los días.
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Consejos

  • Habla con tu pareja sexual y cuéntale que tienes herpes genital. El uso de condones y la terapia inhibidora pueden reducir significativamente el riesgo de transmisión pero no por completo.
  • No tengas sexo durante estos episodios ya que las heridas incrementarán el riesgo de contagio.
  • Habla con tu médico si tienes dudas en relación a tu vida sexual o al diagnóstico en sí.


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