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La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune que hace que el sistema inmunitario corporal ataque por error las articulaciones. Como consecuencia, los tejidos alrededor de esas áreas se inflaman, ocasionando enrojecimiento, hinchazón, rigidez y dolor. [1] La AR es crónica (aparece constantemente) y puede crear efectos secundarios a largo plazo, tales como la deformidad de las articulaciones, y la destrucción de los huesos y cartílagos. Aunque todavía no existe una cura para la AR, hay muchos tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas y desacelerar el avance de la enfermedad. Es importante encontrar el tratamiento adecuado que funcione para ti.

Método 1
Método 1 de 3:

Tomar medicamentos

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  1. Los medicamentos desempeñan un papel fundamental en la desaceleración del avance de los síntomas de la AR, por lo que es importante que trabajes constantemente con un profesional de la salud de confianza para elaborar un tratamiento de terapia de medicamentos. Con su conocimiento de tu historial y caso específico, podrá determinar la mejor receta para ti. [2]
    • Es imprescindible que hables con honestidad. Debes sentirte cómodo con decirle lo que sucede, en especial en cuanto a tus medicamentos y a cómo te afectan.
    • Si estás buscando conseguir un profesional de la salud al que acudas de manera habitual, es mejor que encuentres uno con experiencia en la AR.
  2. Puedes acudir a este especialista de manera independiente o preguntar si trabajará junto con el doctor que te atiende de forma habitual. [3] No debe tener problemas en compartir tu caso. Si no es así, tal vez quieras comparar precios. Las universidades, los hospitales universitarios y las páginas web que califican a los doctores son buenas fuentes para encontrar especialistas en tu localidad.
    • Busca un reumatólogo que anime a sus pacientes a aprender todo lo posible de la AR. [4]
    • Un buen especialista en AR es alguien que te considera un compañero para elaborar tu plan de tratamiento personal.
  3. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB) y el naproxeno (Aleve) se usan con frecuencia en la AR para ayudar a controlar el dolor, la hinchazón y la inflamación. Puedes obtenerlos como productos de venta libre o en mayores dosis con receta médica.
    • Las versiones de venta libre más suaves presentan menos efectos secundarios y suponen menores riesgos en comparación con las recetas de mayores dosis, pero solo pueden ayudar a controlar los síntomas, no a desacelerar la enfermedad. [5]
    • Los síntomas ocasionados por las altas dosis pueden ser malestar estomacal, presión arterial alta, anemia, mayor riesgo de un ataque al corazón y embolia. [6]
  4. Los FARME, tales como el Trexall, Arava o Plaquenil, pueden alterar o desacelerar el avance de la AR y son para un uso prolongado. Podrían presentar efectos secundarios, pero esto es diferente en cada persona. [7]
    • Pueden tomarse con otros tipos de analgésicos.
    • Los posibles efectos secundarios más graves son un daño hepático y un mayor riesgo de infección.
    • Los FARME son el pilar del tratamiento para la artritis reumatoide. Estos medicamentos son los siguientes: metotrexato, hidroxicloroquina, sulfasalazina, leflunomida y otros agentes con un rol más limitado.
  5. El doctor te ayudará a determinar si son adecuados para tu plan de tratamiento. Estos medicamentos desaceleran el daño articular mientras que alivian el dolor y la inflamación. Sin embargo, son fuertes y podrían ser peligrosos, por lo que son más útiles contra los casos agudos. [8]
    • Los glucocorticoides son útiles y eficaces para suprimir los síntomas de la AR. También han estado implicados en el impacto del avance de la enfermedad. No obstante, por su toxicidad, no son ideales para un tratamiento a largo plazo.
    • Se pueden tomar en forma de píldoras, en forma líquida o como inyecciones.
    • Pueden causar varios efectos secundarios, como hipertensión, diabetes, aumento de las enzimas hepáticas, llagas en la boca, náuseas, vómitos, heces sueltas, hallazgos en el SNC, alopecia, fiebre, anomalías hematológicas y huesos débiles. [9]
  6. Si quieres tener mayores probabilidades de controlar los síntomas de la AR y ralentizar o alterar su avance, es importante que te ciñas al tratamiento de medicamentos establecido con la ayuda de tu doctor. El éxito o fracaso de esta terapia depende directamente del hecho de que te ciñas a él. [10]
    • De 30 a 80 % de los pacientes con AR solo toman los medicamentos la mitad del tiempo recetado, afectando negativamente su tratamiento. [11]
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Método 2
Método 2 de 3:

Explorar terapias sin medicamentos

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  1. El objetivo general de la terapia física es mantenerte en movimiento y desarrollar tu fuerza, flexibilidad y estado físico general con el fin de aliviar los síntomas y mejorar tu salud. [12]
    • Un buen terapeuta elaborará un programa de ejercicios específicamente creado según tus necesidades y capacidad.
    • Con su conocimiento sobre cómo tus huesos, articulaciones y músculos funcionan juntos, tu terapeuta puede guiarte y prevenir lesiones innecesarias.
  2. Una terapia ocupacional se concentra en ayudarte a completar tareas diarias básicas. Esta terapia funciona bien para mejorar tu calidad de vida, lo cual te ayuda mucho a mejorar no solo tu salud física, sino también tu salud emocional y mental. [13]
    • Un terapeuta puede mostrarte cómo realizar actividades sin tensar tus articulaciones.
    • Puede introducir aparatos de asistencia para que ciertas actividades te sean más fáciles de realizar.
    • Puede elaborar un programa de ejercicios en casa para aumentar tu rango de movimientos.
  3. En general, las terapias de mente y cuerpo son prácticas que le permiten a tu mente ayudarle a tu cuerpo a superar las molestias, enfermedades y lesiones. El dolor de la AR y los efectos secundarios de los medicamentos pueden estresarte y deprimirte, lo cual desencadena los síntomas de la AR. Las terapias de mente y cuerpo pueden disminuir el estrés y mejorar el estado de ánimo, convirtiéndose en un gran elemento adicional en el plan de tratamiento de la AR. [14]
    • Algunos ejemplos son el taichí, el yoga, la meditación, la hipnosis, la biorretroalimentación y varias técnicas de relajación. [15]
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Método 3
Método 3 de 3:

Añadir tratamientos complementarios

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  1. Aunque no tengas un terapeuta físico, es fácil usar el cuidado personal para aliviar el dolor y la hinchazón causados por la AR con la aplicación de las terapias de calor y frío. El calor es excelente para las articulaciones rígidas, mientras que el frío entumece el dolor y reduce la inflamación. [16]
    • Usa el calor en las articulaciones por unos 15 minutos aplicándote una compresa fría, bañándote o duchándote. El calor relaja los músculos y alivia el dolor.
    • Usa tratamientos fríos como masajear las articulaciones con hielo, aplicar compresas frías o remojar las articulaciones en agua fría para aliviar el dolor.
    • Puedes alternar entre las aplicaciones de calor y frío. Por ejemplo, puedes usar agua tibia de 3 a 4 minutos y después usar agua fría por 1 minuto.
  2. Así de doloroso como puede sonar, el ejercicio dirigido a las necesidades y capacidades del individuo es el pilar del tratamiento de la AR. Incluso sin la ayuda y el conocimiento de un terapeuta físico, los aeróbicos y ejercicios de bajo impacto que desarrollan la fuerza y flexibilidad pueden ser sumamente favorables. [17]
    • Las actividades suaves como caminar y nadar funcionan muy bien.
    • Un terapeuta físico puede ayudarte bastante a crear un plan de ejercicios personalizado. [18]
  3. Aunque en la actualidad la evidencia científica es inconsistente, existen muchos estudios y testimonios que indican que comer ciertos alimentos y evitar otros podrían ayudar con los síntomas de la AR. [19] En general, una dieta equilibrada (que según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos debe concentrarse en alimentos vegetales) parece la mejor manera, pero también puedes agregar o sacar alimentos que promuevan o combatan la inflamación. [20]
    • Estos son los alimentos que debes agregar en tu dieta: pescado de agua fría; fibras de frutas, verduras y alimentos integrales; y aceite de oliva extra virgen.
    • Estos son los alimentos que debes evitar: carnes asadas o fritas a alta temperatura y ácidos grasos omega 6 que se encuentran en los bocadillos procesados y en la mayoría de los aceites de cocina.
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Consejos

  • Si las cubren tu seguro, busca terapias biológicas más nuevas para la AR como inhibidores del TNF-alfa. Esto incluye Humira, que es un medicamento que normalmente recetan los doctores.
  • La cirugía es considerada una opción de tratamiento radical que se emplea solo cuando los síntomas de la AR como el dolor y la inflamación son insoportables o cuando las articulaciones ya no funcionan bien. Si los medicamentos no son una opción viable para corregir el daño, la cirugía podría ser una opción. [21]
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Advertencias

  • No sigas tratamientos fríos si tienes AR y problemas de mala circulación.
  • Consulta con tu doctor antes de empezar cualquier programa de ejercicios. Asimismo, no realices ejercicios cuando tus articulaciones estén inflamadas o adoloridas.
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