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La costocondritis (que también se conoce como dolor de la pared torácica, síndrome costoesternal o condrodinia costoesternal) se produce cuando se inflama el cartílago entre una costilla y el esternón. Los síntomas pueden parecerse a los de un ataque al corazón, por lo que siempre debes acudir al médico ante el primer indicio de dolor en el pecho para descartar esta probabilidad. Además, el médico puede recomendarte los mejores medios para combatir el dolor mientras esperas a que la afección se alivie. [1]

Parte 1
Parte 1 de 3:

Buscar atención médica

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  1. Un profesional médico tiene la capacidad de determinar si sufres de un ataque al corazón o algo menos grave como una costocondritis.
    • Ten en cuenta lo que debes esperar en la oficina del médico. Es probable que el médico palpe (examine con los dedos) a lo largo del esternón para determinar dónde se localiza el dolor y la extensión de la inflamación. Si el dolor se reproduce mientras te palpa, es probable que se trate de una costocondritis y no de un ataque al corazón. Además, es probable que el médico te pregunte acerca de determinados acontecimientos en tu vida (como lesiones recientes) que podrían ser la causa de esta afección.
    • Es probable que el médico te recomiende someterte a algunas pruebas para descartar otras afecciones que con frecuencia se asocian con el dolor en el pecho. Entre estas se encuentran la osteoartritis, la neumopatía, ciertas afecciones gastrointestinales y la artritis séptica. El médico puede solicitar radiografías, tomografías computarizadas, una resonancia magnética o un electrocardiograma. [2]
    • Si tienes alguna afección al corazón, al hígado o al riñón, debes informárselo al médico. Además, debes decirle si sufres de presión arterial alta, úlceras o si has tenido hemorragias internas en el pasado. De esta manera, el médico adaptará el plan para controlar el dolor a lo que sea más adecuado para tu caso. [3]
  2. Si tu caso de costocondritis es causado por una artritis séptica, es probable que el médico te recete antibióticos que pueden tomarse por vía oral o aplicarse por vía intravenosa. [4]
    • Este procedimiento no suele ser necesario, ya que rara vez las infecciones producen costocondritis.
  3. Si el dolor no desaparece luego de unas semanas y los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos de venta libre no surten efecto, el médico puede sugerirte algo más fuerte para ayudarte a contrarrestar el dolor. Entre los medicamentos alternativos que el médico puede recetarte se encuentran los siguientes: [5]
    • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos con una concentración de venta bajo receta médica similares al ibuprofeno (como Advil y Motrin). Si tomas este tipo de medicamentos durante un largo período, el médico debe examinarte, ya que pueden dañarte el estómago y los riñones.
    • Medicamentos que contienen codeína (por ejemplo, Vicodin, Percocet, etc.). Estos medicamentos pueden resultar adictivos.
    • Ciertos medicamentos antidepresivos o anticonvulsivos también pueden resultar eficaces para el manejo del dolor crónico.
  4. La mayoría de los casos de costocondritis se curan por sí solos con el tiempo. Sin embargo, si el dolor que experimentas es insoportable, el médico puede sugerirte lo siguiente: [6]
    • Aplicar una inyección de corticosteroides y un medicamento anestésico directamente sobre la articulación afectada.
    • Una terapia con estimulación eléctrica nerviosa transcutánea (TENS, por sus siglas en inglés). En esta técnica, se generan señales eléctricas débiles con el fin de inhibir las señales de dolor y evitar que se registren en el cerebro.
  5. A veces, es necesario realizar este procedimiento, en especial si el cartílago se daña gravemente debido a una infección. [7]
    • Cuando este procedimiento se acompaña con antibióticos, el resultado suele ser muy bueno.
    • Una vez que te recuperes, debes acudir a tus chequeos anuales para asegurarte de que la articulación se conserve sana.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Controlar el dolor en casa

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  1. Los antiinflamatorios no esteroideos tienen más probabilidades de ser efectivos. Consulta con tu médico si te recomienda tomar analgésicos sin receta. Estos medicamentos pueden brindarte algún tipo de alivio. [8]
    • Si tomas medicamentos con receta para esta o alguna otra condición, consulta con tu médico antes de probar alguno de venta libre. Él podrá aconsejarte acerca de alguna interacción potencial entre el medicamento de venta libre y el otro que tomas.
    • Sigue las indicaciones del fabricante y consulta con tu médico en caso de que las vayas a tomar por más de unos pocos días. No tomas más de lo que esté indicado en las instrucciones.
    • Habla con tu médico antes de tomar estos medicamentos, incluso los de venta libre, en caso de que padezcas una enfermedad cardiaca, presión arterial alta, enfermedad renal o hepática, o una propensión a úlceras estomacales o sangrado interno.
  2. Esto puede significar abstenerte de realizar deportes bruscos durante varias semanas. [9] Por lo general, la costocondritis se origina al realizar actividades que estiran el cartílago y los músculos alrededor de la pared torácica. El tratamiento predilecto que recomiendan los médicos es evitar por completo la actividad que te ocasionó esta afección. Por lo general, el dolor desaparece después de unos días o semanas, pero también podría tardar hasta unos meses en desaparecer por completo. [10]
    • Descansa hasta que ya no sientas dolor.
    • Retoma las actividades físicas en tu vida de manera gradual para que le des tiempo al músculo perdido de reconstruirse y fortalecerse.
    • Debes tener mucho cuidado al realizar actividades que requieren movimientos súbitos y bruscos, que ejercen mucha presión sobre los músculos del tórax o que aumentan el riesgo de recibir golpes sobre el pecho. Entre estos se encuentran el tenis, el béisbol, el golf, el baloncesto y el karate.
  3. Este procedimiento ayuda a incrementar el flujo sanguíneo y a aliviar la tensión muscular. [11]
    • Utiliza una botella con agua caliente o una manta eléctrica.
    • Nunca apliques la fuente de calor directamente sobre tu piel. Si utilizas una botella con agua caliente, debes envolverla en una toalla para evitar quemarte.
    • Debes aplicar la fuente de calor durante varios minutos y luego retirarla para que tu piel tenga la posibilidad de enfriarse.
  4. La articulación es el área lesionada en la que se conectan el esternón y las costillas. El hielo ayuda a reducir y aliviar la inflamación. [12]
    • Puedes envolver una bolsa llena de guisantes o granos de maíz congelados en una toalla para hacer una compresa de hielo de manera rápida y práctica.
    • Nunca apliques la compresa directamente sobre tu piel.
    • Luego de 15 o 20 minutos, debes retirar la compresa de hielo para que tu piel tenga la posibilidad de calentarse. Repite este procedimiento de tres a cuatro veces al día.
  5. Es indispensable que cuentes con la aprobación del médico para realizar este procedimiento. Además, debes poner especial cuidado en realizarlo muy despacio y con suavidad. Es probable que el médico te derive a un especialista para conocer el tipo de ejercicios que es mejor realizar cuando tienes una lesión como esta. [13]
    • Puedes comenzar de manera sencilla respirando profunda y lentamente.
    • En cuanto te sientas preparado, debes realizar estiramientos con los músculos del tórax. Una manera sencilla de llevar a cabo este procedimiento es apoyar tu antebrazo contra una puerta y luego inclinarte lentamente hacia adelante hasta que sientas estirarse los músculos debajo y alrededor de los hombros. [14]
    • Puedes combinar las posturas de yoga con respiraciones profundas para lograr una técnica excelente de relajación y estiramiento. Prueba con la postura de la esfinge. Acuéstate sobre tu estómago mientras te apoyas sobre los codos. Luego, abre el pecho para estirarte hacia arriba y hacia atrás.
    • Si estos ejercicios te producen dolor, debes detenerte de inmediato para evitar lastimarte.
  6. Trata de evitar las posiciones que ejercen presión sobre la articulación afectada.
    • Probablemente te resulte incómodo dormir sobre tu estómago.
  7. Si sueles pararte o sentarte con una postura encorvada, es probable que agraves la costocondritis y aumentes el malestar. [15]
    • Practica sentarte, pararte y caminar con un libro sobre la cabeza.
    • Concéntrate en abrir el pecho y dejar que los hombros se vuelvan hacia atrás.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Comprender los síntomas y las causas

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  1. La costocondritis puede causar molestias extremas. Los afectados suelen describir el malestar de la siguiente manera: [16]
    • Una sensación de presión y dolor agudo que se localiza en la parte del esternón. Las ubicaciones más comunes de esta afección son la cuarta, quinta y sexta costilla. [17]
    • El dolor también puede extenderse hacia el estómago o la espalda. [18]
    • El dolor puede abarcar más de una articulación de las costillas y agravarse cuando toses o respiras profundamente.
  2. Ten presente que puede resultar difícil distinguir la costocondritis del inicio de un ataque al corazón debido a que el síntoma principal es el dolor en el pecho. La diferencia clave es que durante la costocondritis el área afectada es generalmente sensible al tacto y el dolor se reproduce cuando el médico te examina y palpa esta área. [19] No obstante, en todos los casos en los que se produzca dolor en el pecho, lo mejor es acudir al médico de inmediato para descartar un ataque al corazón.
    • Al igual que al inicio de un ataque al corazón, el dolor se produce a menudo en el lado izquierdo. El dolor puede volverse agudo y empeorar cuando respiras profundamente, giras el cuerpo o mueves el brazo.
    • Un ataque al corazón suele presentar un dolor sordo y se asocia con el entumecimiento del brazo y la mandíbula.
  3. Esta afección presenta diferentes causas. Algunas de las más frecuentes son las siguientes: [20]
    • Una lesión que compromete el cartílago que une la costilla y el esternón. Esto puede incluir un golpe o realizar un esfuerzo prolongado durante el transporte de objetos pesados o una tos intensa. Una infección en las vías respiratorias superiores puede provocar una tos intensa que a su vez desencadena la costocondritis. [21]
    • Artritis en la articulación. La osteoartritis, la artritis reumatoide y la espondilitis anquilosante pueden ocasionar dolor en el pecho.
    • Una infección en la articulación (por ejemplo, tuberculosis, sífilis o aspergilosis). A veces la costocondritis es causada por una infección bacteriana en la articulación que se produce luego de una cirugía. [22]
    • Un tumor que infecta la articulación.
    • En otros casos, es probable que no exista una causa clara.
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