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La gangrena es una enfermedad grave, por lo que es esencial buscar un tratamiento médico cuanto antes. Cuanto más esperes, menores serán las posibilidades de recuperarte por completo. Generalmente, los médicos extraen el tejido dañado por esta enfermedad, administran antibióticos y utilizan otro tipo de terapias, como la oxigenoterapia o la terapia larval. Aprende más acerca de los tratamientos para prepararte y para tener una mejor idea de cómo tratar la gangrena.

Método 1
Método 1 de 2:

Buscar ayuda médica

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  1. En ocasiones, esta enfermedad ocurre como consecuencia de problemas o cambios cutáneos. En algunos casos, también puede ser producto de la isquemia de extremidades (bloqueo de las arterias en la parte inferior de las piernas y los pies). Todos los tipos de gangrena requieren atención médica. Si sospechas que tienes gangrena seca (por más leve que sea), asegúrate de pedir una cita con tu médico cuanto antes. Los síntomas de la gangrena incluyen: [1]
    • piel seca y arrugada que se descama fácilmente
    • piel azulada o negruzca
    • piel fría y adormecida
    • dolor (es posible, aunque no siempre se presenta)
  2. Si bien todos los tipos de gangrena requieren atención médica, la gangrena húmeda generalmente está acompañada por una infección que puede ser difícil de tratar si llega al torrente sanguíneo. Este tipo de gangrena puede ser consecuencia de lesiones. En este caso, también necesitarás atención médica inmediata. [2] Busca tratamiento médico de emergencia si observas algunos de los siguientes síntomas de la gangrena húmeda: [3]
    • inflamación y dolor en la zona afectada
    • alteraciones en el color de la piel (de rojo a marrón y a negro)
    • ampollas o llagas acompañadas por una secreción fétida (pus)
    • fiebre
    • sensación general de indisposición o enfermedad
    • sonido crepitante al apretar la zona afectada
  3. Si has confirmado que tienes gangrena, existen algunos síntomas que indican que la enfermedad ha infectado la sangre, lo cual requiere atención médica inmediata. Llama al 911 o al servicio de urgencias o dirígete de inmediato a una sala de emergencias si observas algunos de los siguientes síntomas: [4]
    • presión arterial baja
    • latido cardíaco rápido
    • dificultad para respirar o falta de aire
    • cambio repentino en la temperatura corporal
    • dolor corporal
    • una erupción
    • confusión y mareo
    • piel fría, pálida y húmeda
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Método 2
Método 2 de 2:

Evaluar las opciones de tratamiento

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  1. Como parte del tratamiento, el profesional te administrará un antibiótico de manera intravenosa o te indicará que lo tomes por vía oral. Es posible que tengas que tomar medicamentos para regular el azúcar en la sangre. La regulación de la glucemia y el control glucémico a corto plazo proporcionarán mejores resultados a largo plazo a la hora de curar y prevenir una infección. Sigue las indicaciones del médico para tomar los antibióticos y cualquier otro fármaco que te recete para tratar la enfermedad. [5]
    • Si experimentas efectos secundarios o sientes que ya no necesitas tomar medicamentos, habla con tu médico antes de suspender el tratamiento.
    • No interrumpas el tratamiento con antibióticos ya que no tendrán la misma efectividad. Además, será más difícil tratar una infección en el futuro.
  2. Antes de realizar cualquier otro tratamiento, es necesario hacer un desbridamiento de las lesiones con tejidos desvitalizados (necrosados), contaminados o de las suturas residuales. Por otro lado, la irrigación es muy importante ya que permite eliminar la carga bacteriana y extraer el material suelto. [6]
    • El desbridamiento quirúrgico consiste en extraer los residuos o el tejido necrosado con un bisturí o una tijera.
    • El desbridamiento enzimático consiste en aplicar varios agentes enzimáticos en la herida.
  3. En ocasiones, esta terapia sirve para promover la curación del tejido dañado. Durante este tratamiento, te colocarán en una cámara especial con un nivel de oxígeno superior al oxígeno presente en cualquier ambiente normal. Esto permite una curación más rápida y efectiva de las lesiones. [7]
    • La oxigenoterapia te ayudará a curar las lesiones y a reducir la cantidad de tejido a extraer. [8]
    • Además, este tratamiento es muy beneficioso para tratar infecciones de heridas quirúrgicas, incluyendo la especie de clostridio que causa la gangrena gaseosa. Este último tipo de gangrena se desarrolla en el interior del cuerpo. [9]
  4. La terapia biológica (como la terapia de larvas) sirve para tratar las úlceras, las úlceras crónicas venosas, las úlceras diabéticas y otros tipos de lesiones crónicas y agudas. Hoy en día, se está evaluando el factor de crecimiento humano recombinante como posible tratamiento para el control de las heridas. Estos factores incluyen el factor de crecimiento derivado de plaquetas, el factor de crecimiento de fibrobastos y el factor estimulante de colonias de granulocitos macrófagos. El médico te recomendará alguno de estos tratamientos para curar las heridas.
    • Intenta abrirte y considerar la terapia de larvas. En ocasiones, la gangrena se trata con larvas estériles y criadas en laboratorios. Dado que las larvas se alimentan del tejido muerto, es posible colocarlas en las zonas afectadas para eliminar el tejido necrosado. Esto también permitirá que tu cuerpo se cure, además de prevenir una posible infección. [10]
  5. En ocasiones, es necesario realizar una cirugía para extraer los tejidos dañados del cuerpo. Si no se extraen, la gangrena podría esparcirse y dañar al resto del cuerpo. Incluso puede causar la muerte. Por lo tanto, es posible que el médico tenga que amputar un dedo, pie o extremidad para tratar la gangrena. [11]
    • Ten en cuenta que incluso cuando las cirugías son exitosas a la hora de abrir una arteria y reestablecer el flujo sanguíneo a la zona afectada, será necesario realizar la extirpación quirúrgica del tejido muerto en la mayoría de los casos.
  6. Las causas de la gangrena incluyen la diabetes, la aterosclerosis de los miembros, la enfermedad arterial periférica, el tabaquismo, los traumas, la obesidad y la enfermedad de Raynaud. Quizás sea necesario tratar la enfermedad subyacente con medicamentos o cirugía para poder restaurar el flujo sanguíneo hacia los tejidos afectados y para mejorar la salud en el futuro. Evalúa las distintas opciones de tratamiento con tu médico. [12]
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Advertencias

  • No intentes tratar la gangrena por tu cuenta. Sin la asistencia médica profesional, la enfermedad solo empeorará. Si crees que padeces algún tipo de gangrena, busca ayuda médica de inmediato.
  • Asiste a todas las consultas de seguimiento con tu médico de cabecera o de emergencias para controlar las heridas y la gangrena isquémica de las extremidades.
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