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La miastenia gravis es una enfermedad autoinmune que provoca debilidad muscular, en especial en los brazos y las piernas. También afecta el control de los ojos, las expresiones faciales y la capacidad de tragar o hablar. En casos leves, el tratamiento incluye medicamento y terapia intravenosa, aunque en casos más extremos es necesario realizar una cirugía. Para aliviar los síntomas, comienza un tratamiento médico junto con remedios caseros y cambios en el estilo de vida. Si bien esta enfermedad no tiene cura, es posible mantener una buena calidad de vida y una expectativa de vida normal a través del tratamiento correcto para cada caso en particular.

Método 1
Método 1 de 4:

Tratar la miastenia gravis con medicamentos

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  1. Los inhibidores de colinesterasa pueden mejorar la contracción y la fuerza muscular. Este medicamento se toma varias veces al día, según la dosis indicada por el médico. Nunca tomes una dosis mayor de la recomendada. [1]
    • Al tomar este medicamento, es posible experimentar algunos efectos secundarios como, por ejemplo, problemas gastrointestinales, náuseas y salivación y sudoración excesiva.
  2. Este medicamento ayuda a fortalecer el sistema inmunitario y a mejorar el control muscular. Posiblemente, el médico te recomiende una dosis baja al principio para que tu cuerpo comience a adaptarse a él y no generes una dependencia provocada por una dosis alta. Por lo general, este medicamento se toma cada dos días. [2]
    • Los corticosteroides no deben tomarse por mucho tiempo, ya que podría provocar efectos secundarios graves como aumento de peso, diabetes, adelgazamiento de los huesos y un mayor riesgo de contraer infecciones.
  3. Estos fármacos alterarán el sistema inmunitario para aliviar los síntomas de la miastenia gravis. El médico posiblemente te indique que los tomes una vez al día por un tiempo determinado, dado que su consumo a largo plazo puede provocar efectos secundarios graves. [3]
    • Algunos efectos secundarios de los inmunosupresores incluyen náuseas, vómitos, enfermedades hepáticas y renales, trastornos gastrointestinales y un mayor riesgo de contraer infecciones.
  4. Algunos medicamentos pueden empeorar los síntomas de la miastenia gravis. Entrégale al profesional una lista con todos los medicamentos que estés tomando. De esta forma, podrá realizar los cambios necesarios en tu régimen de medicamentos, en caso de ser necesario. Cada vez que tengas una cita con un médico nuevo, debes asegurarte de informarle tu diagnóstico de miastenia gravis para que pueda recetarte medicamentos para otras enfermedades de manera segura. Estos son algunos de los medicamentos que pueden empeorar la miastenia gravis: [4]
    • betabloqueantes
    • medicamentos que contengan quinina y sustancias relacionadas como, por ejemplo, gluconato de quinina, sulfato de quinina y Qualaquin
    • fenitoína (Dilantin)
    • algunos tipos de anestésicos
    • algunos antibióticos
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Método 2
Método 2 de 4:

Optar por la terapia intravenosa

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  1. Esta terapia consiste en introducir anticuerpos normales en el sistema de manera intravenosa. De esta forma, el sistema inmunitario responderá mejor a los síntomas de la enfermedad. Demora aproximadamente una semana en comenzar a actuar. Sus beneficios pueden durar de tres a seis semanas. [5]
    • Algunos efectos secundarios incluyen mareos, escalofríos, cefaleas y retención de líquidos.
  2. Este procedimiento consiste en filtrar la sangre a través de una máquina para eliminar los anticuerpos que bloquean las señales de los nervios hacia los músculos. Generalmente, los beneficios duran hasta unas pocas semanas antes de tener que realizarte otro tratamiento. [6]
    • Luego de realizar varios tratamientos, es posible que el médico tenga que insertar un tubo largo y flexible en el pecho para poder acceder a la vena con mayor facilidad.
    • Los efectos secundarios incluyen presión arterial baja, espasmos musculares, ritmo cardíaco anormal y hemorragia.
  3. Este medicamento ayuda a reducir determinados glóbulos blancos del cuerpo, lo cual estimula el sistema inmunitario y permite que la enfermedad sea más controlable. Para comenzar este tratamiento, tendrás que dirigirte a una sala u hospital de infusiones para que te apliquen el medicamento a lo largo de varias semanas. Tendrás que regresar en algunos meses para volver a realizar el procedimiento, en caso de ser necesario. [7]
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Método 3
Método 3 de 4:

Realizarte una timectomía

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  1. Este procedimiento, llamado timectomía, ayuda a aliviar los síntomas. Además, ya no será necesario que sigas tomando el medicamento. El médico puede realizar una cirugía abierta, que es bastante invasiva, o un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo. El profesional evaluará tu historial médico para determinar la mejor opción en tu caso. [8]
    • Ten en cuenta que los beneficios de la cirugía pueden observarse después de algunos años o incluso nunca.
  2. El médico te explicará cada uno de los pasos antes de realizar la cirugía. Para que no sientas ningún dolor, el cirujano te aplicará una anestesia general. [9]
    • Durante una cirugía abierta, el profesional dividirá el esternón para remover la glándula del timo. Esta es una buena opción en caso de que necesites una cirugía de emergencia para extirpar esta glándula.
    • Durante una cirugía mínimamente invasiva, el cirujano hará pequeñas incisiones en el pecho para extirpar la glándula del timo a través de dichas incisiones. En ocasiones, este procedimiento implica una menor pérdida de sangre y la recuperación es más rápida que en el caso de la cirugía abierta.
  3. Tendrás que hacer reposo en cama y controlar las incisiones de manera regular para asegurarte de que no se infecten. El médico te recetará analgésicos para lidiar con los dolores o las molestias. [10]
    • También tendrás que observar los síntomas o las complicaciones adversas como, por ejemplo, sangrados, dificultad para respirar o dolores agudos. Si experimentas alguno de estos síntomas, visita a tu médico de inmediato.
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Método 4
Método 4 de 4:

Usar remedios caseros y realizar cambios en el estilo de vida

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  1. Esta enfermedad puede dificultar la ingesta de alimentos. Intenta comer cuando los músculos estén relativamente fuertes. Haz pausas entre bocados. Evita los alimentos difíciles de masticar y escoge comidas blandas. Algunas personas prefieren realizar varias comidas al día, en lugar de comer dos o tres platos abundantes. [11]
  2. Los trabajos manuales repetitivos pueden agotar tu energía rápidamente. Consigue aparatos y dispositivos que faciliten las tareas. Por ejemplo, puedes utilizar un cepillo de dientes eléctrico en lugar de uno regular o un mezclador eléctrico en lugar de una cuchara o batidora manual. [12]
  3. El parche ayuda a reducir síntomas tales como la doble visión, además de minimizar la fatiga durante actividades que requieren un esfuerzo visual. Puedes usarlo mientras lees, escribes, usas el ordenador o miras televisión. [13]
    • Cambia ocasionalmente el parche de un ojo a otro para evitar sobrecargar un solo ojo.
  4. La miastenia gravis debilita los músculos, por lo cual estarás más propenso a caídas u otros accidentes en la casa. Pídeles a tus familiares, amigos o médicos a domicilio que te ayuden a instalar barandillas y barras de apoyo cerca de las escaleras o en el baño. Otras opciones incluyen: [14]
    • Quitar las alfombrillas sueltas y otros elementos que puedan ocasionar tropiezos.
    • Mantener los senderos, la acera y la entrada libres de hojas, nieve, hielo y suciedad.
    • Colocar alfombrillas o cintas antideslizantes en los pisos resbaladizos.
  5. El estrés puede empeorar los síntomas de la miastenia gravis. [15] Para sentirte mejor y despejarte, es importante que te tomes al menos unos pocos minutos al día para relajarte. Estas son algunas de las actividades o ejercicios que puedes practicar para aliviar el estrés:
    • Meditación consciente
    • Respiración abdominal
    • Tomar un baño o ducha con agua caliente.
    • Escuchar música relajante.
    • Leer tu libro favorito o escuchar un audiolibro.
  6. Intenta programar las actividades más exigentes durante los momentos en que más energía tienes. Utiliza estrategias para realizar las taras regulares de manera más sencilla y eficiente, para que no tengas que gastar mucha energía al mover o reunir los materiales. [16]
    • Por ejemplo, si tienes que ir al supermercado, planifica el viaje con anticipación. Haz una lista con las cosas que precisas y ten en cuenta su ubicación en la tienda para organizar una ruta y no tener que perder tiempo yendo de un lado a otro.
  7. Lidiar con esta enfermedad puede ser agotador, en especial si lo haces en soledad. Pregúntales a tus amigos, familiares o vecinos si pueden ayudarte con las tareas que te resulten más difíciles como, por ejemplo, hacer los mandados u ocuparte de los quehaceres de la casa. [17]
    • Si no cuentas con una red de apoyo, pídele una recomendación a tu médico para encontrar un grupo de apoyo en tu área.
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