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Un hematoma auricular es cuando la sangre se acumula entre la piel y el cartílago de la oreja del perro. Esencialmente es como una ampolla de sangre, lo cual puede ser antiestético e incómodo para el perro. Por lo general, los hematomas no son peligrosos ni dolorosos, pero tratarlos suele ser mejor para el perro y puede evitar la formación de la oreja de coliflor. Los hematomas generalmente se tratan quirúrgicamente haciendo que el veterinario perfore la bolsa de sangre y que luego suture la oreja. En algunos casos, el tratamiento no quirúrgico (como drenar la bolsa con una aguja y una jeringa) puede ser beneficioso, sobre todo si no se le puede poner anestesia al perro.

Método 1
Método 1 de 3:

Tratar un hematoma con cirugía

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  1. La corrección quirúrgica para los hematomas es la forma más común de corrección. Por lo general, requiere anestesia general para mantener al perro tranquilo y cómodo. Una vez que el perro esté bajo su efecto, el veterinario hará una incisión en la parte inferior de la oreja para drenar toda la sangre de la bolsa. Luego, lavará la bolsa y colocará varios puntos en la oreja. [1]
    • Los puntos mantendrán la piel de la bolsa pegada al cartílago de la oreja. Esta medida hará que la piel se adhiera nuevamente al cartílago e impedirá que se acumule más sangre.
    • Es normal que tanto tú como el perro estén nerviosos con respecto a la cirugía. Habla con el veterinario tanto como sea necesario de antemano para que responda a tus preguntas y para que escojas la opción correcta para tu mascota.
  2. La cirugía con drenaje es similar a la cirugía con puntos. El veterinario le pondrá anestesia general al perro, perforará los hematomas y lavará la bolsa. Sin embargo, en vez de suturar la piel, el veterinario puede colocar un drenaje pasivo o activo en la oreja, lo cual impedirá que se acumule más sangre.
    • Si se coloca un drenaje, tendrás que ver al veterinario en 1 o 2 semanas para que lo quite. La extracción será mucho menos intensa e invasiva que la cirugía inicial.
  3. La corrección quirúrgica tiene una probabilidad mayor de producir un resultado exitoso, pero tiene sus inconvenientes. Estos incluyen el costo alto de la intervención quirúrgica y el hecho de que el perro necesitará anestesia general. Un tratamiento no quirúrgico suele ser menos invasivo y más asequible, pero también implica una mayor probabilidad de que el hematoma se vuelva a llenar. [2]
    • No es peligroso que el hematoma se vuelva a llenar. Puede hacer que el perro tenga un poco de incomodidad o sensibilidad alrededor de la oreja, pero no es una emergencia.
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Método 2
Método 2 de 3:

Recurrir a métodos no quirúrgicos

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  1. En algunos casos, el veterinario puede drenar los hematomas usando solo una aguja y una jeringa. Si el perro tiene un trastorno médico que impida que se le ponga anestesia, esta puede ser una buena alternativa a la cirugía. Después de extraer la sangre, el veterinario lavará la bolsa con una solución salina estéril. Luego inyectará a la bolsa una dosis pequeña de un corticosteroide, como acetato de metilprednisolona. [3]
    • Como con otros métodos no quirúrgicos, hay una mayor probabilidad de que el hematoma se vuelva a llenar con el drenaje con aguja. El perro tendrá que volver al veterinario después de una semana para que este examine si hay sangre.
    • Si el veterinario encuentra sangre en la bolsa, puede decidir drenarla nuevamente o hablar contigo sobre las opciones quirúrgicas.
  2. Si bien los tubos de drenaje son técnicamente una opción quirúrgica, hay maneras de insertarlos que no requieran anestesia general o estancias nocturnas. En vez de eso, el veterinario extraerá la sangre del hematoma succionándola con una aguja y una jeringa. Luego lavará la cavidad con una solución salina estéril y colocará un tubo de drenaje de retención autónoma en el hematoma, que debe permanecer en su lugar de 5 a 7 días. [4]
    • Por lo general, este tipo de drenaje se recomienda para hematomas pequeños que hayan estado presentes durante 24 horas o menos. También es una buena opción si el perro no tolera la anestesia general para la cirugía, aunque de todas formas necesitará anestesia local.
    • Hay una probabilidad mayor de que el hematoma vuelva con el drenaje, pues se deja que la cavidad del hematoma se cure naturalmente.
  3. Aunque a veces son molestos, los hematomas no suelen ser dolorosos para los perros. Eso significa que si el perro no puede someterse a un tratamiento médico quirúrgico o no quirúrgico, puedes dejar que el hematoma se cure por sí solo. Este es un proceso lento (que generalmente toma varias semanas o unos cuantos meses); sin embargo, finalmente, el cuerpo del perro reabsorberá la sangre y curará la bolsa. [5]
    • Este tipo de tratamiento se recomienda mayormente para perros que tengan otros trastornos médicos que impidan la intervención médica.
    • Aunque la oreja se curará por completo, si un hematoma se cura naturalmente, puede haber algún daño cosmético en el cartílago. No lastimará al perro, pero producirá el efecto de la oreja de coliflor en el área curada.
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Método 3
Método 3 de 3:

Cuidar al perro después del tratamiento

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  1. Los hematomas en las orejas suelen aparecer cuando el perro sacude la cabeza o se rasca las orejas excesivamente. Estas conductas suelen ser síntomas de una complicación mayor, como infección o ácaros del oído. Puede ser difícil diagnosticar los problemas subyacentes por tu cuenta, así que pídele al veterinario que verifique si el perro tiene alguna cosa, como parásitos e infecciones. [6]
    • Un diagnóstico apropiado y un plan de tratamiento para el problema subyacente puede ayudar a reducir la frecuencia con que el perro sacude la cabeza o se rasca las orejas. Esto hace que sea mucho menos probable la aparición de hematomas futuros.
  2. Tanto el tratamiento quirúrgico como el no quirúrgico pueden causar algunas molestias al perro mientras la oreja se cura. El veterinario puede recomendar un buen programa de control del dolor, el cual puede incluir medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE). En casos raros de malestar extremo, también puede prescribir un opiáceo.
    • La dosis que el perro necesite dependerá del medicamento específico, así como del tamaño y de la salud general del perro. Si no estás seguro, pídele al veterinario la información de la dosis apropiada.
    • Los AINE pueden no ser recomendables si al perro le han puesto una inyección de esteroides en el hematoma. El veterinario puede aconsejarte lo que sea conveniente para tu mascota.
  3. Sin importar cómo se haya drenado el hematoma, debes vendar la oreja del perro pegándola a su cabeza. El veterinario puede darte una venda para toda la cabeza. De lo contrario, te mostrará cómo envolver una venda para que cubra la oreja dejando la abertura del canal auditivo expuesta. [7]
    • Debes mantener la venda limpia y seca en todo momento.
    • Vendarle la oreja pegándola a su cabeza ayudará a prevenir el daño adicional a causa de las sacudidas y los rasguños. También ayudará a mantener cualquier drenaje en su lugar y a proteger los puntos.
    • Tendrás que revisar la venda y cambiarla cada vez que se ensucie, o cada 3 días, lo que ocurra primero.
  4. Un collar de protección es un cono grande de plástico que se sujeta alrededor de la cabeza. Impide que el perro se muerda o se rasque los puntos o la bolsa recién drenada. El perro puede tener que usar el collar hasta que le quiten los puntos o el veterinario determine que la bolsa está curada. [8]
    • Estos collares, también conocidos popularmente como collares isabelinos, están disponibles en la mayoría de los consultorios veterinarios, así como en muchas tiendas de mascotas.
  5. Sin importar cómo se haya tratado el hematoma del perro, tendrás que llevarlo al veterinario nuevamente de 7 a 10 días después del procedimiento. El veterinario lo examinará para asegurarse de que su oreja se haya curado bien. También puede sacar el drenaje en este punto, si se le ha puesto alguno. [9]
    • Si optaste por un tratamiento no quirúrgico, el veterinario puede tener que drenar la oreja nuevamente si se ha acumulado de nuevo la sangre.
  6. Si el veterinario le ha puesto puntos al perro, tendrá que sacarlos de 2 a 3 semanas después del procedimiento. Este suele ser un procedimiento indoloro que se puede realizar en la clínica veterinaria. Habla con el veterinario acerca de cuánto tiempo exactamente debe tener los puntos antes de programar la extracción. [10]
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