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Una hernia es producto de la presión de los órganos internos (como los intestinos o el estómago) sobre una apertura en los músculos o tejidos que mantienen a los órganos en su lugar. Las hernias son más comunes en el abdomen, pero también pueden presentarse en la parte superior del muslo, el ombligo o la ingle. No suelen ser dolorosas y son más perceptibles como una protuberancia suave debajo de la piel, pero a menudo pueden crecer y convertirse en un problema más grave. Si sientes dolor e incomodidad, es posible que necesites una cirugía para corregir el problema. Siempre puedes pedir una cita con tu médico para obtener un diagnóstico oficial si sospechas que tienes una hernia. Busca atención médica inmediata si tienes fiebre, aumento del dolor, estreñimiento o la hernia cambia de color. [1]

Método 1
Método 1 de 3:

Reducir y controlar el dolor

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  1. La aspirina y el ibuprofeno pueden ser útiles para aliviar parte del dolor y la inflamación. Respeta la dosis recomendada en el envase y no excedas el límite diario. Si observas que el dolor no mejora o sigues tomando más y más medicamentos, quizás sea hora de llamar a tu médico. [2]
    • Si tomas un anticoagulante, siempre debes consultar con tu médico antes de tomar medicamentos para el dolor. Es posible que el profesional te recomiende algo diferente para que no interfiera con el anticoagulante.

    Tipos de hernias: casi todas las hernias se deben tratar con cirugía a la larga, en especial si son protuberantes o causan mucho dolor. Estos son algunos de los tipos de hernias más comunes:

    Hernia inguinal: este tipo de hernia se presenta en la zona de la ingle. Suele afectar más a los hombres, aunque las mujeres también pueden experimentarla.

    Hernia femoral: esta hernia se encuentra alrededor del muslo superior, causado en parte por la presión de los intestinos a través de la ingle. Es más común entre las mujeres de edad avanzada.

    Hernia hiatal: este tipo de hernia se presenta en el abdomen cuando el estómago sobresale por la cavidad torácica.

    Hernia umbilical: esto ocurre cuando el tejido presiona a través del abdomen, cerca del ombligo. Puede afectar tanto a niños como a adultos. [3]

  2. Este es un tipo de hernia que a menudo no requiere cirugía, en especial si los síntomas se pueden controlar a través de la alimentación y antiácidos de venta libre. Sin embargo, si los síntomas empeoran con el paso del tiempo, la cirugía podría ser la mejor solución. [4]
    • Disfruta varias comidas pequeñas a lo largo del día, en vez de tres comidas grandes. De esta forma, reducirás la presión sobre el estómago para sentirte más cómodo durante todo el día.
    • Evita la cafeína, el chocolate, el ajo, el tomate y otras comidas grasas o fritas que puedan causar acidez.
    • Espera varias horas después de comer para acostarte.
  3. Un braguero es una prenda interior de soporte que ayuda a mantener la hernia en su lugar. Es una solución temporal que ayuda a aliviar el dolor hasta el momento de la cirugía. Puedes comprar uno en línea, pero es mejor acudir a tu médico para asegurarte de colocarlo de forma correcta. [5]
    • Por lo general, las hernias inguinales necesitan cirugía, pero si tu hernia es muy pequeña y no causa dolor, tu médico quizás esté de acuerdo con esperar y controlarla.
    • La cirugía puede parecer atemorizante, pero estos procedimientos generalmente toman menos de una hora y alivian rápido el dolor.
  4. La tensión en los músculos puede agravar la hernia, y el estreñimiento empeora las cosas. Incorpora muchas frutas y vegetales en tu dieta, y toma un suplemento de fibra para promover un movimiento intestinal más suave. [6]
    • La avena, las nueces, los frijoles, las palomitas de maíz, las semillas de chía y los cereales integrales son muy buenas fuentes de fibra.
  5. Esta medida puede ser útil para todos los tipos de hernias; a menor peso corporal, menos tensión sufrirán los músculos. Modifica tu dieta e incorpora proteínas más magras, y más frutas y vegetales. Además, haz ejercicios suaves todos los días para perder peso. [7]
    • Las hernias pueden ser muy molestas, por lo que quizás te resulte difícil imaginarte haciendo ejercicio. Procura dar caminatas breves de 15 minutos siempre que puedas, o ve a la piscina y haz largos suaves. De todas formas, tómate las cosas con calma para no empeorar la hernia.
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Método 2
Método 2 de 3:

Evitar mayores daños

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  1. Evita levantar objetos grandes o pesados que puedan tensar los músculos. En vez de inclinarte hasta la cintura para levantar objetos pesados, flexiona las rodillas para ponerte en cuclillas. Acerca el objeto hacia tu cuerpo y luego estira las piernas y ponte de pie. Mantén el objeto pesado al nivel del pecho y no gires el cuerpo ni te voltees demasiado. [8]
    • Si no puedes levantar objetos pesados, usa una plataforma rodante. Calza la parte inferior de la plataforma debajo del objeto, y usa el peso del cuerpo para empujar el agarre y levantar el objeto. Desde allí, podrás empujarlo y llevarlo hacia donde desees.
  2. Si bien puede parecer ilógico, no debes tensar el cuerpo al evacuar los intestinos. Tómate tu tiempo y no empujes fuerte. En cambio, permite que tu cuerpo se ocupe de expulsar las heces lentamente. Quizás tome más tiempo de lo normal, pero es más suave para el cuerpo y puede prevenir mayores daños. [9]
    • Una alimentación rica en fibra puede prevenir las hernias y ayudarte a controlar las molestias si ya tienes una.
    • Apoyar los pies en una banqueta baja también puede hacer que dichos músculos se relajen y puedas evacuar los intestinos con una mayor facilidad.
    • Incorpora una taza de café caliente en tu rutina matutina. El calor y la cafeína pueden promover los movimientos intestinales.
  3. Fortalece los músculos abdominales para evitar más hernias. Los músculos débiles pueden facilitar que los órganos internos atraviesen las paredes abdominales. La clave para fortalecer el torso es hacerlo suavemente; una hernia puede ser producto de una presión excesiva o un esfuerzo, así que comienza de a poco y detente si un ejercicio te causa dolor. [10]
    • Haz tres series de 10 abdominales cortos todos los días. Recuéstate sobre la espalda con las rodillas flexionadas, y pon las manos detrás de la cabeza. Usa los músculos abdominales para levantar los hombros 7,5 o 10 centímetros (3 a 4 pulgadas) del piso antes de llevar con cuidado el cuerpo hacia abajo. [11]
    • Entrena en una piscina como ejercicio de fortalecimiento de baja resistencia. El apoyo del agua hace que sea más sencillo ejercitar sin tensar mucho los abdominales. Comienza de a poco si eres nuevo en la natación o los ejercicios acuáticos, ¡y disfruta tu tiempo en el agua! [12]
    • Toma una clase de yoga para principiantes para estirar y tonificar suavemente el torso. [13]
  4. Deja de fumar para mejorar la salud de los pulmones y deshacerte de la tos excesiva. Existen muchos motivos para dejar de fumar, y hacerlo te ayudará a prevenir las hernias. La tos crónica fuerza los músculos abdominales e inguinales, así que reduce la cantidad de cigarrillos que fumas o abandona el hábito de una sola vez. [14]
    • Dejar de fumar puede ser realmente muy difícil. Habla con tu médico si tienes dificultades para dejar de fumar. Es posible que pueda proporcionarte cierta ayuda para que la transición sea menos dura.
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Método 3
Método 3 de 3:

Buscar atención médica

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  1. Es posible que seas capaz de reconocer las señales y los síntomas de una hernia por cuenta propia, en especial si es grande. Sin embargo, existe la posibilidad de que tu diagnóstico sea incorrecto. Por lo tanto, pide una cita con tu médico para asegurarte de que lo que tienes es una hernia. El profesional realizará un diagnóstico preciso para que obtengas el tratamiento correcto. [15]
    • El profesional te hará un examen físico para detectar la hernia. Observará la zona y podría presionarla contra sus manos.
    • En algunos casos, podría recomendar exámenes por imágenes para ver la hernia.
  2. En el caso de los bebés y niños menores de cinco años, siempre debes consultar con un pediatra para obtener recomendaciones. Muchas veces, la hernia de un bebé se cierra sola con el paso del tiempo. Sin embargo, si desaparece para cuando tenga cinco años, es posible que necesite un pequeño procedimiento para solucionar el problema. [16]
    • Las hernias umbilicales son comunes en los niños pequeños, y generalmente no causan dolor o molestias.
  3. Dado que el cuerpo siente una tensión adicional, las hernias son bastante comunes durante los embarazos. Si sospechas que tienes una hernia, habla con tu médico para que te revise. El profesional posiblemente quiera esperar hasta después del parto y la recuperación antes de tratar la hernia si necesitas cirugía, pero tú y tu bebé deben permanecer seguros mientras tanto. [17]
    • Tanto como puedas, no levantes objetos pesados y asegúrate de llevar una dieta rica en fibra para evitar el estreñimiento.
  4. Esta podría ser una señal de que la hernia está estrangulada. Cuando esto ocurre, la hernia corta el flujo sanguíneo hacia parte del intestino y requiere tratamiento médico. Visita a tu médico para asegurarte de que estés bien, dado que podrías necesitar un tratamiento de emergencia. [18]
    • Esfuérzate por no preocuparte ni entrar en pánico. El médico podrá resolver el problema.
  5. A menudo, una hernia puede bloquear parte de los intestinos. Esto significa que las heces pueden quedar atrapadas detrás de la hernia, lo que causa dolor, náuseas, vómitos e inflamación. Es muy probable que no puedas eliminar gases o evacuar los intestinos. Visita a tu médico o acércate a una sala de emergencias si esto ocurre, dado que podrías necesitar un tratamiento médico. [19]
    • Este es un problema tratable, aunque puede parecer muy atemorizante en el momento. Tan pronto como sospeches que hay un problema, obtén atención médica para regresar a la normalidad cuanto antes.
  6. Estos procedimientos generalmente son rápidos y puedes irte a casa el mismo día. El cirujano hará una pequeña incisión cerca de la hernia y la colocará en su lugar. Desde allí, coserá y reforzará el desgarro para reducir las posibilidades de que la hernia vuelva a sobresalir. [20]
    • Asegúrate de seguir todas las indicaciones de recuperación después de la cirugía. Tendrás que tomarte las cosas con calma y no levantar objetos pesados por un tiempo. También es probable que tengas que tomar medicamentos para controlar el dolor.
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Consejos

  • Ponte de pie para palpar la hernia. A menudo, es posible empujarla si masajeas el área suavemente. El médico también podría hacerlo por ti. [21]
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Advertencias

  • Sin una cirugía, algunas hernias se agrandan. Siempre debes ver a tu médico si sufres una hernia. [22]
  • Si experimentas náuseas, vómitos, fiebre, aumento del dolor, estreñimiento o decoloración de la hernia, llama a tu médico de inmediato. [23]
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