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Si regresas de una desafortunada lesión en la rodilla, una rodillera de apoyo puede ser justo lo que necesitas. Una buena rodillera limita tu rango de movimiento, lo que te ayudará a reducir el dolor y acelerar el proceso de curación. Sin embargo, para poder tener estos beneficios, es vital que la uses de la manera correcta. Opta por una rodillera diseñada para brindar apoyo para tu nivel específico de lesión y úsala como se recomienda para mantenerte protegido hasta que te hayas recuperado por completo.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Colocarte la rodillera

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  1. El tipo de rodillera que uses dependerá de qué tan grave sea tu lesión. Si solo tienes un esguince leve, es posible que puedas usar una prenda de compresión simple. Para las roturas o fracturas más serias, probablemente necesites una rodillera con bisagra reforzada con plástico o metal. [1]
    • Por lo general, tu proveedor de atención médica te proporcionará una rodillera que se adaptará mejor a tu lesión.
    • También será importante encontrar una rodillera en un tamaño que te quede bien. Por lo general, los tamaños se muestran en la parte posterior del empaque, y los modelos comerciales pueden estar disponibles en tamaños estándar.
  2. Empieza al enrollar la pernera del pantalón para que no estorbe. Desliza el pie en la parte superior de la rodillera (el área donde se ensancha para acomodar el muslo) y hacia afuera por la parte inferior. Desliza la rodillera hacia arriba por la pierna hasta que descanse sobre la rodilla lesionada.
    • Si la rodillera que usas es del estilo de envoltura en lugar del estilo de pernera, coloca el interior de la almohadilla contra la rodilla, y luego enrolla las correas alrededor. [2]
  3. La mayoría de las rodilleras tienen un pequeño orificio en la parte delantera para indicar en qué dirección deben estar. Si se usan correctamente, la punta de la rótula debe ser visible a través de este orificio. Esto ofrecerá una mayor comodidad y mantendrá la piel debajo de la rodillera ventilada. [3]
    • Alinea la rodillera para que el orificio no pellizque ni agarre la piel.
    • Asegúrate de que la rodillera no se deslice hacia arriba o hacia abajo antes de asegurarla.
  4. Para las perneras del pantalón, habrás terminado una vez que tengas la rodillera correctamente situada. Si hay correas adicionales, colócalas alrededor de la parte posterior de la rodillera y asegúralas al frente usando las tiras de velcro. La rodillera debe estar ajustada, pero no demasiado apretada. [4]
    • Asegúrate de poder colocar uno o dos dedos en el espacio entre la rodillera y la pierna. Si no puedes, probablemente debes aflojarla un poco.
    • Fijar la correa inferior primero estabilizará la rodillera y te ayudará a lograr un ajuste más estable. [5]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Llevar la rodillera cómodamente

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  1. Cuando hace frío afuera o estás en un lugar que tiene un código de vestimenta estricto, como la escuela o el trabajo, es posible que tengas que mantener la rodillera cubierta. Opta por prendas sueltas, como jeans o pantalones de chándal, en las cuales la rodillera pueda caber fácilmente debajo. Esto también evitará que el contorno sea muy visible. [6]
    • Siempre ata la rodillera primero, y luego ponte la ropa. Funcionará mejor cuanto más cerca esté de la extremidad.
    • La ropa de estilo deportivo tiende a ser holgada y brinda un poco de flexibilidad, lo cual puede ser más fácil de manejar que los pantalones ajustados.
  2. La mayoría de las personas considera que es más fácil colocar y quitar la rodillera si no hay material adicional que lo impida. Los pantalones cortos proporcionarán acceso inmediato a la pierna lesionada mientras promueven el flujo de aire para que no te calientes ni te sofoques.
    • Los pantalones cortos son perfectos para acomodar los tipos de rodilleras más largas (como rodilleras funcionales con bisagras) que se colocan más arriba en la pierna.
  3. Esto aliviará la presión alrededor de la rodilla y le dará a la piel la oportunidad de respirar. Ten cuidado de no poner demasiado peso en la pierna lesionada mientras no uses la rodillera. Probablemente sea mejor permanecer sentado o acostado.
    • Debes quitarte la rodillera antes de ducharte o nada para evitar que se moje. [7]
    • Asegúrate de hablar con un médico acerca de si es correcto estar sin apoyo y por cuánto tiempo.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Protegerte de una lesión mayor

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  1. Siempre escucha y confía en el médico cuando se trata de lesiones debilitantes. Él te dirá todos los detalles importantes que necesitas saber, como la mejor manera de usar la rodillera, cuánto tiempo la necesitarás y qué tipos de movimiento evitar. [8]
    • Es posible que solo tengas que usar la rodillera durante parte del día o durante ciertos tipos de actividades. Las lesiones más graves pueden requerir que uses la rodillera todo el tiempo. [9]
    • No dudes en hacerle al médico cualquier pregunta que tengas sobre la lesión o sobre el proceso de rehabilitación.
  2. Pisa ligeramente cuando camines para evitar tensiones innecesarias en la articulación. Cuando estés de pie, trata de no inclinarte o cambiar tu peso sobre la pierna lesionada. Hasta que la rodilla esté lo suficientemente fuerte como para soportar todo tu peso, será inestable y vulnerable a los cambios en la presión. [10]
    • Si la lesión es lo suficientemente grave, es posible que también necesites muletas para caminar durante los primeros días o semanas.
    • Cojear es normal e incluso útil, ya que limita la cantidad de tiempo que pasas apoyado en una pierna.
  3. La función de las rodilleras es evitar que la pierna lesiona se flexione mucho. Incluso si tu pierna se flexiona, ten cuidado con respecto al movimiento que realizas con la rodilla mientras usas la rodillera. Flexionar o girar la articulación demasiado puede empeorar la lesión. [11]
    • En su mayor parte, querrás mantener la rodilla recta, relajada y elevada mientras tratas de sanarte.
    • Evita cualquier movimiento que ponga a la articulación en una posición dolorosa.
  4. Suponiendo que el médico te haya dicho que está bien, es posible que puedas reanudar el ejercicio o practicar deportes una vez que la rodilla haya empezado a sanar. Todavía será importante usar la rodillera correctamente mientras realices tus actividades. Mantén las acciones intensas al mínimo y evita los ejercicios de carga como el levantamiento de pesas, a menos que se te indique lo contrario. [12]
    • No te esfuerces demasiado. Si experimentas algún dolor o molesta inusual, detén lo que estás haciendo de inmediato. [13]
    • Una rodillera también puede ser útil para evitar lesiones en deportes que frecuentemente colocan a la rodilla en posiciones vulnerables o inestables, como el fútbol, el fútbol americano, el hockey o la gimnasia. [14]
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Consejos

  • Si decides usar una rodillera sin la recomendación de un médico, elige una que se adapte a la gravedad de tu lesión.
  • Toma antiinflamatorios no esteroideos (AINE) según sea necesario para reducir la hinchazón y la sensibilidad.
  • Cuando puedas, empieza a estirar ligeramente la pierna lesionada para recuperar el rango de movimiento.
  • Coloca la rodillera en una maleta o guárdala en un casillero para asegurarte de tenerla siempre a la mano
  • A menos que te hayan dicho lo contrario, probablemente sea correcto quitarte la rodillera cuando vayas a dormir.
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Advertencias

  • Las instrucciones del médico no son solo consejos. Si no las sigues, es posible que tu recuperación sea más difícil.
  • Ten cuidado al ponerte de pie o caminar sobre superficies resbaladizas, cambiantes o inestables, como el piso de la ducha o la arena.
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