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Si eres un jardinero doméstico que quiere incrementar el rendimiento de su jardín, los materiales orgánicos no son siempre efectivos, así que saber cómo utilizar fertilizantes comerciales (también conocidos como sintéticos o químicos) de manera adecuada y con cuidado puede ser tu mejor opción. Aquí encontrarás algunos consejos sobre cómo utilizar estos poderosos químicos sabiamente.

  1. Al comprar un fertilizante granulado, la bolsa debe tener una lista de contenidos, incluyendo los porcentajes de tres químicos básicos fundamentales para el crecimiento de las plantas. Estos tres químicos están representados por la etiqueta "NPK" en la mayoría de los empaques de fertilizantes, y son los siguientes:
    • Nitrógeno. Este químico es esencial para el crecimiento de las hojas, y se usa en grandes proporciones cuando se quiere una planta grande con mucho follaje. Algunas plantas extraen el nitrógeno de la atmósfera. Un ejemplo son las "plantas leguminosas" las cuales incluyen a los guisantes y frijoles. Estas tienen nódulos en las raíces, los cuales absorben el nitrógeno directamente del ambiente, y requieren poco nitrógeno químico en sus fertilizantes. Por otro lado, los granos de maíz y otros cultivos de hojas estrechas, requieren más nitrógeno para crecer. Este es representado por la "N" en las etiquetas de fertilizantes estándar.
    • Fosfato. Este es otro químico que requieren las plantas para tener buena salud. Es un producto de las minas de fosfato o de desechos industriales, y las plantas utilizan el fósforo químico en procesos celulares. El fosfato es más común en los suelos con alto contenido de arcilla y es rápidamente lixiviado de suelos franco-arenosos y suelos básicos arenosos. Se representa con la letra "P" en las etiquetas de fertilizantes estándar.
    • Potasio. Este es el tercer químico en la descripción de fertilizantes. También es utilizado por la planta en procesos celulares y es necesario para un buen florecimiento y la producción saludable de frutos. Es representado por la "K" en la etiqueta de fertilizantes estándar.
  2. Los céspedes y las plantas paisajísticas pueden beneficiarse más de una mezcla de fertilizante con una gran proporción de nitrógeno y cantidades moderadas de potasio y fosfato, mientras que las plantas de jardín suelen beneficiarse más de fertilizantes especializados que combinan una mayor cantidad de un elemento y menos de otro. Si no estás seguro de las necesidades de tu planta, consulta con tu proveedor de jardinería local, o si vives en los Estados Unidos, contacta a un funcionario del gobierno especializado en agricultura, como la USDA (Departamente de agricultura de los Estados Unidos) o la oficina de extensión local en tu área.
  3. Los centros de jardinería, proveedores agrícolas y las agencias de agricultura locales en el caso de Estados Unidos, usualmente analizan muestras de suelo de forma gratuita o por un costo muy bajo. Este tipo de análisis puede hacerse para cultivos específicos y puede usarse para calcular los requerimientos exactos para una óptima fertilización . Si no se hace un análisis puede que uses mucho o muy poco fertilizante.
  4. Las proporciones de aplicación pueden determinarse midiendo el área en la que planeas cultivar, y luego multiplicar la cantidad de fertilizante (en kilos o libras) por unidad de área (por ejemplo X miles de metros cuadrados o hectáreas) según lo que tu análisis de suelo recomienda, pero si decides omitir este método, puedes aplicar el fertilizante utilizando tu mejor juicio.
  5. Los fertilizantes se venden en bolsas de diferentes tamaños, y usualmente en las más grandes vienen más kilos a menor precio, así que querrás escoger la que mejor se acomode a tus necesidades. Un fertilizante balanceado como 8-8-8 (10-10-10, o 13-13-13) puede ser la mejor opción para tu jardín. También ten en cuenta estos factores:
    • Los nutrientes secundarios se necesitan en menos proporciones que los tres químicos básicos listados arriba, estos ayudan a mantener la calidad del suelo y contribuyen a que tus plantas sean saludables. Los nutrientes secundarios incluyen:
      • Calcio
      • Azufre
      • Magnesio
    • Micro-nutrientes. Estos también son esenciales para la buena salud de tu planta, y pueden o no estar incluidos en el fertilizante que hayas escogido. Busca en particular los siguientes:
      • Hierro, en forma soluble, ayuda al florecimiento y mantiene el verdor
      • Cobre, en forma soluble, también ayuda a mantener el verdor del follaje y mejora la resistencia a ciertas enfermedades
      • Zinc
      • Manganeso.
    • Decide si quieres combinar otros productos con tu fertilizante antes de la compra. Los fertilizantes con fórmulas especiales que incluyen herbicidas e insecticidas están disponibles, y pueden usarse para ahorrar tiempo y trabajo. Sin embargo, si planeas utilizar uno como este, tendrás que limitarte a áreas donde los aditivos químicos no vayan a tener un efecto adverso. Esto incluye a los fertilizantes que contienen pesticidas y contaminarán las plantas, y los herbicidas que dañarán las plantas que quieres cultivar. En general, usar insecticidas y herbicidas cuando se tiene un problema específico te permite disminuir la cantidad requerida y lograr resultados más efectivos.
  6. Hay muchos métodos diferentes para aplicar los fertilizantes, incluyendo la aplicación directa a mano, aplicación al voleo, aplicación por dilución y la utilización de equipos mecánicos para aplicar el fertilizante a los lados del área de cultivo. El método que decidas usar dependerá de la cantidad de fertilizante que necesitas aplicar, el tamaño del área de cultivo y el tamaño de las plantas por fertilizar.
    • La aplicación previa al cultivo en un área pequeña puede hacerse esparciendo el fertilizante sobre toda el área y labrándolo en el suelo. Aplícalo en una proporción de 500 g a 1 kilo por cada 9.30 metros cuadrados como máximo para evitar sobre-fertilizar el área.
    • La aplicación al voleo previa al cultivo es idónea para áreas más grandes, siendo la proporción típica de aplicación de 90 kg a 180 kg por hectárea, usa un fertilizante calibrado y espárcelo a mano o con un tractor agrícola o para céspedes. Después de la aplicación, labra el suelo para incorporar el fertilizante y disminuir las probabilidades de que se pierda si es que llueve.
    • Para evitar envenenar a las plantas, especialmente a las más jóvenes, diluye el fertilizante en un balde con agua. Usa esta solución para regar tus plantas. Este método también ayuda a que las plantas absorban el fertilizante más fácil. Después de regar las plantas con el fertilizante, riégalas nuevamente con agua regular. Esta segunda regada se hace para eliminar rastros de fertilizante en las hojas o tallos. El fertilizante en las hojas puede dañarlas o causar corrosión.
    • La aplicación directa en plantas individuales o plantas en filas puede hacerse vertiendo el fertilizante en un balde limpio y seco, para luego caminar alrededor de la fila rociando el fertilizante el lado de las plantas. Evita rociar a las plantas directamente con el fertilizante, ya que los químicos pueden quemarlas. Usa una cantidad pequeña, alrededor de una cucharada por cada planta pequeña.
    • La aplicación directa para cultivos en fila puede hacerse con un equipo de cultivo que incluya un aparato para aplicar el fertilizante a los lados. Este aparato consiste en una tolva con una rueda que conduce un mecanismo de dispensación y canaletas para fertilizar la fila de cultivos de manera directa.
  7. Cultiva o labra el fertilizante en el suelo alrededor de las plantas para hacerlo disponible a las raíces, acelerar la absorción y prevenir que se diluya en caso de lluvia. Esto puede hacerse usando una sembradora o máquina de labrado, o simplemente usando una manguera para mezclar el fertilizante con el suelo.
  8. La sobreproducción de follaje sin frutos es una señal de sobre-fertilización, y las plantas débiles y de tamaño pequeño usualmente indican sub-fertilización. Otros factores, incluyendo enfermedades, falta de agua o luz solar, y daño por insectos pueden confundirse con señales de sub-fertilización, así que la observación cercana y la familiarización con las plantas que estás cultivando son claves para el éxito.
    • Repite la aplicación del fertilizante según sea necesario para mantener el buen crecimiento y producción de tu cultivo. Usar cantidades pequeñas de fertilizante en intervalos frecuentes puede ser más beneficioso que aplicaciones individuales en grandes proporciones, debido a que el fertilizante puede perderse por lixiviación o diluirse en caso de lluvia luego de aplicarse.
  9. Los químicos en los fertilizantes son corrosivos, y las partes de metal pueden dañarse si los restos de fertilizante no se eliminan por completo.
    • Guarda tus aspersores de fertilizante y otras herramientas en un lugar seco cuando no los estés usando y asegúrate de que estén bien lubricados y mantenidos.
  10. Las bolsas abiertas deben cerrarse con cinta adhesiva o amarrarse para evitar que la humedad disuelva o endurezca el fertilizante en una masa dura.
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Consejos

  • Compra solo la cantidad de fertilizante que necesitas, ya que algunos químicos se descomponen con el tiempo, especialmente al contacto con la humedad, volviéndose menos efectivos.
  • Usa el fertilizante sabiamente. Dejar que los fertilizantes químicos se diluyan es una fuente de polución y una pérdida de dinero.
  • No fertilices tus plantas si se esperan lluvias fuertes, ya que el fertilizante se perderá o lixiviará.
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Advertencias

  • Los fertilizantes de nitrógeno como el nitrato de amonio son materiales peligrosos y hasta pueden ser explosivos bajo ciertas condiciones.
  • Evita respirar el polvo del fertilizante al momento de aplicarlo, y lava tu piel y ropa cuando hayas terminado.
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Cosas que necesitarás

  • Fertilizante apropiado para tus necesidades
  • Equipo para aplicar el fertilizante
  • Equipo para cultivo luego de la aplicación

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