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Si recientemente te diagnosticaron VIH o sida, es perfectamente normal que te sientas como si el mundo te cayese encima. Sin embargo, debes saber que, en estos días, un diagnóstico de VIH o de sida no es una sentencia de muerte. Si tomas tu medicación correctamente y si cuidas de tu salud física y mental, entonces podrás vivir una vida normal y feliz. Aunque, indudablemente, deberás lidiar con el dolor físico y con el costo mental de tener que contarle a la gente sobre tu condición, todavía podrás tener una vida larga y significativa por delante si asumes la actitud correcta. Actualmente, más de 1,1 millones de norteamericanos viven con el VIH; por ello, una de las cosas más importantes que debes saber es que, sin importar que tan asustado te sientas, no estás solo. [1] Revisa el paso 1 para aprender cómo vivir con VIH o sida.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Mantenerse mentalmente fuerte

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  1. Aunque será prácticamente imposible que te sientas positivo al escuchar que tienes VIH o sida, debes recordar que no has recibido una sentencia de muerte. En efecto, una investigación reciente ha demostrado que la diferencia entre la expectativa de vida de las personas con VIH o con sida y la de quienes no tienen la enfermedad es más pequeña que nunca. Esto significa que, aunque tendrás que hacer algunos cambios, tu vida “no” estará acabada. Probablemente estas serán las peores noticias que podrías recibir pero, si trabajas en ajustar tu actitud, podrás superarlo. [2]
    • Según el estudio, en Norteamérica la persona promedio con VIH vive hasta los 63 años, en tanto que el hombre homosexual seropositivo promedio vive hasta los 77 años. Desde luego, esto dependerá de ciertos factores como las condiciones prexistentes, la fuerza del virus, la transición de VIH a sida y la diligencia en la toma de los medicamentos así como las reacciones a estos. [3]
    • En 1991, cuando Magic Johnson descubrió que era seropositivo, mucha gente creyó que su vida estaba prácticamente acabada. Bueno, veinte años después, él aún tiene una vida saludable, normal e increíblemente inspiradora.
  2. Durante las siguientes semanas no esperes cobrar un nuevo impulso en la vida al darte cuenta de que has estado viviendo de una manera equivocada y que necesitas cambiarlo todo para encontrar la felicidad verdadera. No serás un rayo de sol. No impresionarás a tus amigos ni a tu familia por tu capacidad de mantenerte positivo durante este momento difícil. Pero, después de que te tomes un tiempo para darte cuenta de que tu vida no está acabada y para asimilar el hecho de que eres seropositivo, te sentirás mejor. Desafortunadamente, no hay un número mágico (¡tres semanas!, ¡tres meses!) que te indique cuándo empezarás a sentirte “normal” nuevamente pero, si eres paciente contigo mismo, te sentirás mejor.
    • Eso no quiere decir que una vez que descubras que eres seropositivo, no debas buscar tratamiento inmediatamente. Solo significa que deberás ser mentalmente paciente contigo mismo.
  3. Hay muchas maneras de contraer VIH; las más comunes son el sexo, compartir agujas, ser hijo de una madre seropositiva o tener contacto con la sangre de una persona infectada con VIH, lo cual puede suceder con más frecuencia en la profesión médica. Si contrajiste el sida debido a una conducta imprudente y ahora te culpas, tienes que dejar eso atrás. Quizá tuviste sexo con alguien con quien no debías, quizá compartiste unas agujas que no debiste haber compartido; lo que sea que hayas hecho, ya pasó y lo único que puedes hacer es seguir adelante.
    • Si contrajiste el sida debido a una conducta imprudente, es importante que asumas lo que sea que hayas hecho; pero, una vez que lo hagas, tienes que seguir adelante. No tiene sentido repetirse “podría, debería, habría…” porque eso no te ayudará en el presente.
  4. Otra manera de sentirte mentalmente fuerte es contándoselo a la gente que se preocupa por ti y por tu estado, a tus amigos cercanos y a los miembros de tu familia (además es de importancia vital decírselo a tus parejas sexuales, previas o actuales: información adicional más adelante). Prepárate porque las personas podrían sentirse enojadas, asustadas o confundidas, tal como te sentiste tú cuando descubriste tu enfermedad. Al principio, no será fácil contarlo pero, si ellos realmente se preocupan por ti, estarán a tu lado. Contar con personas con quienes puedas hablar respecto a tu condición te hará sentir mucho mejor a largo plazo. [4]
    • Si piensas contárselo a algún amigo cercano o a un miembro de tu familia, debes tener una estrategia para ello en vez de sorprenderlos con la información. Elige un momento y un lugar en el que tengan oportunidad de hablar realmente, y prepárate con todas respuestas y con toda la información sanitaria que puedas dar ya que, posiblemente, tendrás que enfrentar muchas preguntas.
    • Aunque te sientas demasiado enojado como para compartir tu situación con alguien, es importante que se lo cuentes a un amigo o a un familiar tan pronto como sea posible; así, por lo menos, tendrás a alguien que podría avalarte en caso de una emergencia médica.
    • Debes saber que la ley no te obliga a contarle a tu jefe o a tus colegas sobre tu condición de seropositivo, a menos que esta interfiera con tu capacidad de trabajar. Desafortunadamente, si estás en las fuerzas armadas, no podrás desplegarte en ciertos países en caso tengas VIH o sida. En ese caso, deberás informárselo a tus superiores.
  5. Aunque contar con el apoyo de tus seres queridos podría ayudarte mucho a encontrar fortaleza mental, algunas veces podrías necesitar el apoyo de otras personas que estén pasando por lo mismo que tú o que estén bien informadas acerca de tu enfermedad. Estos son algunos otros lugares en los que podrías encontrar apoyo: [5]
    • En los Estados Unidos, llama a la Línea directa nacional del SIDA (800-CDC-INFO). Esta línea directa funciona las 24 horas del día y puede contactarte con alguien que te ayude a sentirte más fuerte y que te brinde información.
    • Encuentra un grupo de apoyo en tu área. Por ejemplo, el Proyecto de Alianza Sanitaria de la Universidad de San Francisco California ofrece varios grupos de apoyo para personas seropositivas; estos grupos se ajustan al grado de experiencia con la enfermedad, ya sea que te hayan diagnosticado como seropositivo recientemente o si convives varios años con el sida. [6]
    • Además, puedes revisar este sitio útil de la Administración de Recursos y Servicios de Salud (en inglés) que podría ayudarte a encontrar clínicas, hospitales y otros servicios para personas con VIH y sida dentro de tu área (en los Estados Unidos).
    • Si aún no estás listo para hablar abiertamente sobre tu enfermedad, en Internet puedes encontrar a otras personas como tú. Encuentra un sitio útil, como los fórums de POZ (en inglés) y conversa en línea con otras personas seropositivas. [7]
  6. Si ya tienes una relación fuerte con tu fe, volcarte a ella en este momento difícil será positivo. Si ya tienes una formación religiosa, podrías tratar de asistir con más frecuencia a los servicios, de ser más activo en tu congregación y de encontrar consuelo en la idea de un poder superior o en un significado más trascendente que la suma de los acontecimientos de tu propia vida. Si no eres religioso, podría ser un buen momento para empezar a asistir a la iglesia (aunque cualquier otra opción podría ayudarte).
  7. Desafortunadamente, muchas personas tienen nociones preconcebidas de lo que significa tener sida o VIH. Podrían juzgarte si creen que te contagiaste de VIH o sida por haber hecho algo malo. También sentirán miedo de acercarse a ti si creen que podrían contagiarse con solo respirar tu mismo aire. Si quieres mantenerte fuerte no, puedes dejar que lo que estas personas crean te afecte. Procura informarte tanto como puedas acerca del sida y del VIH, así podrás poner las cosas en claro con ellos. Si solo son hostiles y no quieren oírte, entonces procura alejarte de la situación.
    • Estás demasiado ocupado preocupándote de tu propio bienestar como para preocuparte por lo que otros piensan, ¿verdad?
  8. Es perfectamente normal que te sientas muy deprimido después de recibir el diagnóstico. Es obvio que una noticia así puede alterar tu vida de forma tal que hasta la persona más insensible tendría problemas en lidiar con ella; por eso, necesitarás más ayuda que la que te podrían brindar tus amigos, tus seres queridos o incluso los grupos de apoyo. Contar con alguien con quien hablar sobre lo que te está pasando, que no sea un allegado, podría ofrecerte una perspectiva diferente y hacerte sentir más en contacto con tu situación.
Parte 2
Parte 2 de 3:

Obtener tratamiento

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  1. Si descubres que tienes sida o VIH, entonces será de importancia vital que se lo digas a tu doctor tan pronto sea posible (si él no fue la persona que te lo informó, por supuesto) y que empieces el tratamiento. Cuanto más pronto inicies el tratamiento, mejor te sentirás; asimismo, tu cuerpo estará más fuerte y menos susceptible a la enfermedad. Una vez que se lo digas al doctor, es muy importante que consultes con un especialista en VIH o sida . Si tu doctor no es especialista en VIH o sida, podrá recomendarte con alguno para que inicies el tratamiento.
  2. El doctor no solo te dará un cóctel de medicinas y te enviará a casa sino que te hará una serie de pruebas para ver lo que tu cuerpo necesita exactamente antes de que recibas el tratamiento correcto. Estas pruebas incluirán: [8]
    • Tu conteo de CD4. El VIH destruye estas células que son un tipo de glóbulos blancos. En una persona saludable el conteo de CD4 fluctúa entre 500 y 1,000 cédulas. Si tienes menos de 200 cédulas CD4, entonces el VIH ha evolucionado a sida.
    • Tu carga viral. En general, cuanta más alta sea la carga viral en la sangre, peor será tu estado.
    • Tu resistencia a las drogas. Existen diferentes cepas del virus y es importante averiguar si las que posees son resistentes a algunos medicamentos contra el VIH. Esto te ayudará a encontrar la medicación que funcione mejor en tu caso.
    • Exámenes para detectar complicaciones o infecciones. Además, el doctor podría solicitarte algunos exámenes para detectar otras dolencias como enfermedades de transmisión sexual, hepatitis, daño renal o hepático, u otras condiciones que dificulten tu tratamiento.
  3. Debes seguir las indicaciones del doctor y tomar tus medicinas en caso presentes síntomas severos, tu conteo de CD4 sea menor a 500, estés embarazada, o si tuvieses una enfermedad renal. Aunque ni el VIH ni el sida se pueden curar, el uso de medicamentos combinados podría contribuir a bloquear el virus; la combinación garantizará que no seas inmune a ninguno de los medicamentos que te receten. Una vez que encuentren la mejor combinación para ti, lo más probable es que debas tomar varias píldoras, diariamente y a diferentes horas, por el resto de tu vida. [9]
    • Bajo ninguna circunstancia abandones la medicación por tu cuenta . Si tienes reacciones nefastas a los medicamentos, discútelo de inmediato con el doctor para definir cuál sería el mejor camino a seguir. Si detienes el tratamiento por tu cuenta, las consecuencias podrías ser graves (mucho peores que tus síntomas actuales). [10]
    • Tu medicación podría incluir inhibidores no nucleosídicos de la transcriptasa inversa (INNTI), que inhiben la proteína con la cual el VIH se replica; inhibidores nucleosídicos de la transcriptasa inversa (INTI), que son versiones defectuosas de los componentes fundamentales que usa el VIH para replicarse; inhibidores de la proteasa (IP), otra proteína que usa el VIH para replicarse; inhibidores de entrada o de fusión, que bloquean el ingreso del VIH a las células CD4; e inhibidores de la integrasa, que son proteínas de las cuales se vale el VIH para insertar material genético en las células CD4.
  4. Desafortunadamente, los efectos secundarios de la medicación podrían ser desagradables. Pero, si resultara que una combinación “realmente” no funciona en ti, podrías pedirle a tu doctor que haga algunos ajustes. Es mejor que estés mentalmente preparado para algunos de los síntomas físicos que podrías experimentar. Sin embargo, debes saber que esto varía de persona a persona; algunos pueden tener síntomas severos mientras que otros casi no sentirán dolor durante muchos años. Estos son algunos de los síntomas que podrías experimentar: [11]
    • Nauseas
    • Vómitos
    • Diarrea
    • Latidos anormales
    • Falta de aire
    • Sarpullido
    • Huesos débiles
    • Pesadillas
    • Pérdida de memoria
  5. Debes medir tu carga viral al inicio del tratamiento y, posteriormente, cada tres o cuatro meses. Además, debes revisar el conteo de CD4 en la sangre cada 3 o 6 meses. En efecto, si haces los cálculos, esto significará muchas visitas al doctor durante el año, pero tendrás que hacerlo si quieres estar seguro de que el tratamiento está funcionando y si quieres convivir con el VIH o con el sida de la mejor manera posible. [12]
    • Si el medicamento funciona correctamente, tu carga viral se volverá indetectable. Esto no significa que te has curado del VIH o que ya no puedes transmitirles el virus a otras personas. Solo significa que tu cuerpo se encuentra mejor.
Parte 3
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Mantenerse saludable

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  1. Si tienes VIH o sida, debes tomar precauciones adicionales cuando te encuentres alrededor de otras personas. Sí, aún podrás abrazar a las personas que amas, tocar casualmente a la gente y vivir una existencia relativamente normal; pero deberás tomar precauciones adicionales como siempre usar condones durante el sexo, no compartir agujas o cualquier objeto que haya estado en contacto con tu sangre, como una rasuradora o un cepillo de dientes y, en general, ser más consciente cuando estés alrededor de otras personas. [13]
    • Si sabes que tienes sida o VIH y duermes con una persona sin advertírselo, estarás violando la ley.
  2. Es importante contárselo a cualquier persona con la que hayas dormido y también a cualquier prospecto romántico futuro. [14] Esto será desagradable pero, si quieres proteger la seguridad de cualquiera con quien hayas estado, es absolutamente necesario que tomes esta precaución. Incluso, hay páginas web que te pueden ayudar a informarle a la persona, de forma anónima, en caso hayan tenido sexo casual o si tan solo no quieres hablar con ella. [15] Es importante difundir esta información ya que muchas personas ignoran su condición de seropositivos.
  3. Una dieta saludable puede ayudar en casi cualquier situación, lo cual incluye tu condición de seropositivo. Las comidas saludables te proporcionarán más energía para enfrentar las tareas diarias y ayudarán a que tu cuerpo y tu sistema inmune se mantengan fuertes. Por ello, asegúrate de hacer tres comidas sanas al día que incluyan carbohidratos saludables, proteínas, frutas y vegetales. Come un bocadillo siempre que tengas hambre y no te saltes las comidas, especialmente el desayuno. Además, una dieta correcta te ayudará a procesar los medicamentos y a obtener los nutrientes que tu cuerpo necesita. [16]
    • Algunas comidas excelentes incluyen proteínas magras, granos enteros y legumbres.
    • Además, hay ciertas comidas que debes evitar porque podrían causar enfermedades que serían más severas debido a tu condición de seropositivo. Estas comidas incluyen el sushi, el sashimi, las ostras, los productos lácteos sin pasteurizar, los huevos crudos y la carne cruda.
  4. Vacunarte regularmente contra la neumonía o la gripe podría ayudarte a mantenerte saludable. Tu cuerpo estará más propenso a estas enfermedades, por eso es importante que tomes precauciones. Solo asegúrate de que las vacunas no contengan virus vivos porque podrían hacerte más susceptible a las enfermedades. [17]
  5. Trata de mantener un estilo de vida saludable que te ayude a estar fuerte y que te haga menos susceptible a las enfermedades, lo cual podría generarte complicaciones debido a tu condición de seropositivo. Por ello, asegúrate de hacer, por lo menos, 30 minutos de ejercicio al día, ya sea que trotes, hagas yoga, montes bicicleta o camines vigorosamente con tus amigos. Esto podría parecer irrelevante ante un diagnóstico de sida pero te ayudará a sentirte mejor, tanto física como mentalmente. [18]
    • Si realmente quieres que tu cuerpo esté tan saludable como sea posible, entonces puedes dejar de fumar y minimizar tu consumo de alcohol (o incluso podrías dejar ambos a la vez ya que están contraindicados con varios medicamentos). Si tienes VIH, fumar podría hacerte más propenso a las enfermedades que normalmente se asocian a este hábito.
    • Es perfectamente normal sentirte deprimido después de un diagnóstico de VIH o sida. El ejercicio no te curará de la depresión pero, sin duda, te ayudará a sentirte más feliz.
  6. Si debido a la severidad de los síntomas del VIH o del SIDA, desafortunadamente ya no pudieras seguir trabajando, entonces deberás consultar si calificas para el pago de incapacidad con cargo al empleador o para un pago de discapacidad por cuenta del gobierno, como el del seguro social (en los Estados Unidos), o las prestaciones reglamentarias de apoyo por enfermedad y empleo o las prestaciones por incapacidad (si vives en el Reino Unido).
    • Si calificas para el pago por incapacidad, debes probar que tienes VIH o sida y que estás demasiado enfermo como para trabajar.
    • Para más información sobre los beneficios que podría ofrecerte el gobierno, contacta a los servicios legales de tu país, llama a la línea directa para casos de SIDA o visita las páginas gubernamentales sobre seguros de incapacidad. [19] [20]


Consejos

  • Debes aprender a mantenerte positivo, independientemente de que tengas sida.
  • Ejercítate regularmente para mantener tu cuerpo fuerte y saludable. Haz actividad física por 30 minutos tres veces a la semana. Recuerda que un poco de ejercicio es mejor que nada.
  • Sigue una dieta saludable que incluya bastante fruta, vegetales, granos enteros, proteína magra, grasas saludables y mucha agua.
  • Encuentra una manera de lidiar con el estrés como la meditación, oír música o solo ir a caminar. Aclara tu mente de preocupaciones sobre el VIH y eso te ayudará a mejorar pronto.

Advertencias

  • De acuerdo a los centros de prevención y control de la enfermedad, alrededor del 20% de la población está infectada con VIH y ni siquiera lo sabe. Por eso, no debes tener sexo con extraños antes de estar absolutamente seguro de que no están infectados. Además, fíjate que las agujas y los instrumentos para piercing que se vayan a utilizar estén bien esterilizados, así no te infectarás con ellos.

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