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Ya eres todo un experto en el arte del tucking (u ocultar los genitales con cinta), pero ahora es momento de quitar la cinta y dejar descansar los testículos. Aprender a deshacer el tucking como un profesional es fácil y una vez que lo domines, tendrás aún más confianza al expresar tu género en el escenario o en la vida diaria. Por eso, te ofrecemos una guía completa para soltar los testículos de forma segura y sin dolor.

Método 1
Método 1 de 3:

Retirar la cinta

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  1. Humedece la cinta con una toallita húmeda o siéntate en un baño de agua tibia por unos minutos. Toda la cinta debe quedar empapada por completo para que sea más fácil y menos doloroso despegarla.
    • Si estás en público, no siempre es posible remojar la cinta antes de retirarla. ¡Tranquilo! La mayoría de las cintas se despegan muy fácilmente sin remojarlas.
  2. Toma un extremo de la cinta y empieza a tirar de ella con suavidad. Mantenla sujetada con firmeza y tira ligeramente hacia abajo, lejos de la piel. Aquí no aplica eso de arrancarla de un solo tirón.
    • Algunas cintas se desprenden con más facilidad que otras. La cinta médica o la cinta especializada para tucking son las mejores opciones. Nunca utilices cinta aisladora. [1]
    • Para un despegue más suave, aféitate la piel 1 o 2 días antes de aplicar la cinta. Retirar la cinta del vello corporal es doloroso y puede provocar irritación o bultos rojos. [2]
  3. Los quita adhesivos son económicos y están disponibles en muchas farmacias, tiendas de productos generales o en Internet. Aplica el producto según las instrucciones para retirar la cinta y cualquier residuo de ella.
    • El aceite de cocina, el detergente para lavar platos o el quitaesmalte de uñas también sirven para ablandar o quitar los residuos de cinta de la piel. Utilízalos con moderación ya que pueden ser agresivos y luego lávate bien.
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Método 2
Método 2 de 3:

Soltar los testículos

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  1. Si no tienes experiencia en esto, acuéstate boca arriba o haz un ejercicio de respiración profunda para relajar los músculos que rodean los canales inguinales. Los testículos podrían bajar solos una vez que la tensión haya desaparecido. [3]
    • Toma una ducha o baño de agua caliente para relajarte. El calor soltará los testículos y hará que bajen por sí solos.
  2. A veces, los testículos solo necesitan un poco de ayuda para regresar a su lugar habitual. Si el adhesivo restante o la tensión muscular los mantienen en su posición metida, primero tira con suavidad del pene hasta dejarlo en su posición inicial. Luego, utiliza con cuidado dos o tres dedos para acceder al interior de los canales inguinales y empuja los testículos de vuelta hacia el escroto.
    • No te apresures con este paso. Dado que es una zona sensible, los movimientos apresurados o bruscos pueden causar dolor. Escucha y confía en tu cuerpo.
  3. El tucking provoca un exceso de humedad en la entrepierna, lo que puede generar mal olor, infección o irritación. Frota bien los genitales para evitar esos efectos secundarios y quita cualquier residuo de adhesivo y humedad. Sécalos bien antes de volver a ponerte la ropa. [4]
    • Aplica un polvo antifúngico en los genitales mientras llevas puesta la cinta para evitar la acumulación excesiva de humedad.
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Método 3
Método 3 de 3:

Consejos de seguridad

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  1. No te apresures ni intentes deshacer el tucking “al paso” y asegúrate de tener todos los materiales necesarios para hacerlo de forma segura y sin dolor, como el quita adhesivos o acceso al agua tibia. En el caso de los testículos, lo mejor es hacer el proceso con lentitud y constancia. [5]
  2. Puede sentirse increíble y reafirmante, pero el tucking no está hecho para durar todo el tiempo. Escucha a tu cuerpo y deshaz el tucking cuando sientas alguna molestia, estés realizando una actividad que provoque dolor o hayas terminado un espectáculo de drag (si haces el tucking para actuar). El exceso de tucking aumenta el riesgo de enfermedades como torsión testicular, epididimitis u orquitis. [6]
    • También es importante soltar los testículos para orinar. Tomar menos líquidos o retener la orina por periodos prolongados puede provocar deshidratación o infecciones urinarias.
  3. Es normal algo de incomodidad, pero el tucking no debería provocarte dolor. Suelta los testículos de inmediato si sientes dolor en los testículos o el abdomen, náuseas o mareos. Tómate un descanso y espera hasta que el dolor mejore antes de volver a hacer el tucking. Si esto duele de forma constante, prueba con otro método o consulta con un médico especialista en afirmación de género para acceder a más soluciones. [7]
  4. El tucking frecuente puede provocar sarpullido, llagas, manchas rojas, bultos o piel sensible. Si la piel se irrita de forma constante después de hacerte el tucking con cinta, prueba con otro método (como las bragas para ocultar el pene o la ropa interior ajustada) la próxima vez o consulta con un médico especialista en afirmación de género para contar con otras opciones. [8]
    • Deja que la piel se recupere al máximo antes de aplicar cinta o volver a realizar el tucking.
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