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Quizás creas que las hernias son enfermedades que solo afectan a los adultos, pero en realidad estas también suelen presentarse en los niños y abarcan una parte considerable de la cantidad total de procedimientos quirúrgicos realizados en niños pequeños. En términos básicos, una hernia surge cuando una parte de un órgano sobresale por un espacio o agujero en el tejido que lo rodea. Las hernias pueden surgir en muchas áreas del cuerpo, incluido el cerebro y el diafragma; sin embargo, las hernias más comunes en los niños son las inguinales y las umbilicales. La mayoría de las hernias no causan problemas de salud considerables, pero pueden volverse graves o incluso mortales sin brindar muchas señales de alerta. Por lo tanto, será importante que solicites atención médica si crees que un niño podría tener una hernia, y será de mucha utilidad para identificar los signos de este problema.

Método 1
Método 1 de 3:

Identificar las hernias inguinales

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  1. La señal de alerta de toda hernia es un bulto o una protuberancia que sobresale del cuerpo. Las hernias inguinales en los niños suelen surgir en el pliegue que hay entre la parte baja del abdomen y el área interior del muslo, y la protuberancia podría extenderse hacia el área genital (pero no en todos los casos).
    • Algunas hernias inguinales sobresalen en todo momento, mientras que otras no siempre están a la vista. Por lo general, las hernias que reducen su tamaño por sí solas solo podrán verse cuando el niño tosa, ría, llore o haga algo que cause esfuerzo en el área abdominal. Estas también suelen ser más visibles cuando el niño está parado. [1]
  2. Las tres cuartas partes de las hernias diagnosticadas en toda la población surgen en el área de la ingle (y se conocen como hernias inguinales). Este es un punto muy común para las hernias en las niñas y, en especial, los niños pequeños, ya que un canal inguinal cerrado de forma inapropiada (a través del cual descienden los testículos del niño justo antes del nacimiento) puede proporcionar una vía por la que los intestinos puedan sobresalir con facilidad. [2]
    • La identificación de las hernias inguinales y de cualquier otro tipo deberá formar parte de todos los exámenes físicos frecuentes para bebés y niños.
    • Prácticamente, toda hernia inguinal requerirá (o al menos debería requerir) una intervención quirúrgica. Incluso si la hernia se cura por sí sola, es casi seguro que volverá a brotar si no se cierra la abertura del canal inguinal.
    • Todas las hernias inguinales deberán someterse a un examen realizado por un doctor o una enfermera pediátrica certificada y capacitada. Si la hernia no se introduce por sí sola o el doctor no puede “reducirla” (introducirla), lo más probable es que se deba realizar una cirugía inmediata; de lo contrario, se recomienda realizar un procedimiento quirúrgico sencillo en un plazo breve.
  3. Las hernias reducibles que aparezcan y desaparezcan por sí solas no causarán daños inmediatos en la mayoría de los casos; sin embargo, aun así, el doctor deberá revisarlas en un plazo breve. Por otro lado, las hernias “incarceradas” (las cuales permanecen atrapadas y sobresalen de forma continua) se deberán evaluar de inmediato. [3]
    • Las hernias incarceradas no causarán daños inmediatos, pero pueden volverse hernias “estranguladas” con rapidez, las cuales deberán solucionarse de manera quirúrgica tan pronto como sea posible.
  4. Tal como su nombre lo indica, una hernia estrangulada corta el flujo de sangre enviada a la parte sobresalida del intestino (o cualquier otro órgano). Esto puede provocar daños irremediables en el órgano en un plazo breve y también puede provocar muchas otras consecuencias graves. [4]
    • Si tu hijo tiene una hernia sobresalida y un dolor considerable en el área general, vómitos o náuseas, irritabilidad evidente o fiebre; o si el bulto se endurece, se enrojece o se decolora, deberás asumir que tiene una hernia estrangulada. En este caso, tendrás que llevarlo de inmediato a la sala de emergencias más cercana, o llamar al 911 o a un número similar en tu región. No esperes; actúa de inmediato, ya que más vale prevenir que lamentar.
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Método 2
Método 2 de 3:

Descubrir las hernias umbilicales

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  1. Las hernias umbilicales surgen en la abertura del tejido muscular por la cual pasa el cordón umbilical antes del nacimiento. Por lo tanto, el abultamiento propio de este tipo de hernia aparecerá justo en el ombligo o muy cerca de él. [5]
    • Por naturaleza, la mayoría de las hernias umbilicales podrán reducirse; es decir, aparecerán y se contraerán por sí solas. Estas serán visibles mayormente cuando el niño llore y también podrían aparecer al hacer esfuerzo en los músculos abdominales (p. ej., al toser, reír con fuerza, etc.).
    • Por lo tanto, si detectas una posible hernia umbilical y esta desaparece, no asumas de inmediato que ha desaparecido para siempre. Sigue revisando el área de vez en cuando, en especial cuando el niño tenga un ataque de llanto.
  2. En la mayoría de los casos, las hernias umbilicales solo surgen en los bebés y los niños pequeños, y suelen desaparecer por sí solas antes de que el niño afectado alcance la edad escolar (o incluso a los 2 años). Estas provocan problemas de salud considerables con muy poca frecuencia, pero siempre deberás informar al doctor si crees que padece este mal. Al igual que con la salud de los niños pequeños, lo mejor es prevenir. [6]
    • Es probable que el doctor tan solo te pida que supervises la hernia umbilical y le informes sobre todo cambio o síntoma nuevo. No tienes que llevar al niño con prisa a la sala de emergencias si crees que tiene una hernia umbilical, salvo que presente síntomas adicionales considerables (como vómitos, dolor intenso, enrojecimiento o rigidez, fiebre, etc.) que indiquen la presencia de un problema grave. En este caso, tendrás que buscar una sala de emergencias pediátricas con personal capacitado lo más pronto posible.
    • En muchas culturas, los padres seguirán la tradición de reducir las hernias umbilicales pegando monedas viejas en el ombligo con cinta adhesiva. Lamentablemente, esto deberá evitarse, ya que aumentaría el riesgo de que el ombligo se infecte con gérmenes comunes o, incluso peor, con gérmenes peligrosos como los del botulismo.
  3. La mayoría de las hernias umbilicales desaparecerán para siempre por sí solas en los primeros años de vida del niño, y no provocarán otros problemas de salud durante este tiempo. Si al crecer, el niño siente incomodidad o vergüenza a causa de la hernia, podrá someterse a un procedimiento quirúrgico opcional muy simple. No obstante, la cirugía no suele ser necesaria incluso en estos casos. [7]
    • Es probable que la hernia deba extraerse con una cirugía si esta vuelve a aparecer luego de los 4 o 5 años, si tiene un diámetro mayor a los 5 cm (2 pulgadas) o aumenta de tamaño, o si provoca dolor.
    • Se deberá solicitar atención médica inmediata en el caso poco común de que la hernia umbilical vaya acompañada de otros síntomas relacionados con hernias que podrían ser peligrosas (como las náuseas o los vómitos constantes, el dolor considerable, el enrojecimiento, la decoloración o la hinchazón).
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Método 3
Método 3 de 3:

Aprender más sobre las hernias en la infancia

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  1. Todos los niños pueden desarrollar una hernia, pero hay algunos factores genéticos y ambientales que pueden elevar mucho más esa probabilidad en algunos. Si sabes que tu hijo corre un mayor riesgo de desarrollar hernias, podrás y tendrás que prestarles más atención y tratarlas si estas aparecen.
    • Estos son los factores de riesgo comunes para las hernias en la infancia: historial familiar (lo que aumentará la probabilidad en un 10 %), un nacimiento prematuro (lo que aumentará la probabilidad en un 30 %), el sexo masculino (las hernias son mucho más comunes en los hombres de cualquier edad), la fibrosis quística o enfermedades similares, la tos y el estreñimiento crónicos, el exceso de peso corporal, y las hernias anteriores. [8] [9]
    • Las hernias umbilicales son más comunes en los niños con ascendencia africana. [10]
  2. Pueden surgir diversos tipos de hernias, principalmente en el área abdominal más grande, entre el pecho y las caderas. No obstante, tal como se ha indicado en otra sección de este artículo, las hernias inguinales (en el área de la ingle) y las umbilicales (en el ombligo) son las más comunes en los niños. [11]
    • Por ejemplo, el niño podría tener una hernia hiatal (en la cual, el estómago atravesará el diafragma, en dirección al pecho) debido a un defecto congénito, pero este tipo solo suele ocurrir en los adultos de más de 50 años de edad. Podrás obtener más ejemplos de los tipos de hernias en el artículo “ Cómo saber si tienes una hernia ”.
  3. Si crees que tu hijo tiene una hernia, deberás indicárselo al doctor de inmediato. Él te recomendará que supervises la hernia, que lleves al niño para realizarle un examen o, en los casos menos comunes, que solicites atención médica de inmediato. [12]
    • Ve de inmediato a la sala de emergencias más cercana si crees que el niño tiene una hernia estrangulada, la cual cortará el flujo de sangre enviada a dicha parte del órgano sobresalido. Observa si el niño tiene un dolor considerable, náuseas o vómitos, enrojecimiento, decoloración, fiebre o hinchazón continua.
    • Las hernias umbilicales suelen desaparecer por sí solas y no vuelven a brotar. Por otro lado, las hernias inguinales podrían desaparecer, pero casi siempre volverán a surgir si no se realiza una intervención quirúrgica posterior. De cualquier modo, sé precavido y comunícate con el doctor.
    • Estas son otras hernias graves: hernias diafragmáticas (un defecto congénito poco común que hace que los órganos en el abdomen atraviesen una abertura anormal en el diafragma y entren a la cavidad del pecho), [13] hernias cerebrales (cuando el tejido cerebral adopta una posición anormal en el cráneo, lo que suele deberse a las lesiones en la cabeza, los tumores u otros traumatismos que generan la hinchazón del cerebro) [14] y gastrosquisis u onfalocele (un defecto congénito que hace que el bebé nazca con los intestinos fuera de su cuerpo). [15] [16]
  4. Conversa con el pediatra sobre los signos y los síntomas a los que debas prestar atención y los procedimientos a seguir, en especial si tu hijo corre un riesgo elevado de desarrollar hernias. Por lo general, la detección temprana de cualquier tipo de hernia puede prevenir las consecuencias negativas duraderas en la salud.
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Consejos

  • Ten en cuenta que las hernias reducibles aparecerán y desaparecerán por sí solas, y que el doctor deberá revisarlas a pesar de que no suelan causar problemas inmediatos. Las hernias incarceradas sobresalen en todo momento y deberán revisarse tan pronto como sea posible. Las hernias estranguladas pueden provocar daños irremediables con rapidez y tendrán que curarse de inmediato. [17]
  • Las hernias inguinales podrían aparecer y desaparecer (o quizás no), y casi siempre requerirán una intervención quirúrgica para curar las que estén presentes o prevenir que vuelvan a surgir en el futuro. Siempre deberás acudir a un doctor si crees que el niño podría tener una hernia inguinal.
  • A diferencia de las hernias inguinales, las umbilicales suelen curarse de forma permanente por sí solas en los primeros años de vida del niño. Si tu hijo tiene una hernia umbilical, no deberás preocuparte, pero tendrás que supervisarla a fin de identificar los cambios y mantener una comunicación constante con el doctor del niño para informarle su estado.
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