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Un proyecto muy especial que puedes emprender es el de escribir una historia familiar, ya que te esclarecerá el misterio de las vidas de tus antepasados y también te permitirá elaborar un documento que podrá servirles a las generaciones venideras de los miembros de tu familia. Sin embargo, este podría llegar a ser un proyecto demasiado grande como para poder manejarlo, por lo que, para poder redactar un texto que sea accesible para toda tu familia, debes desarrollar un plan claro en cuanto al alcance del proyecto y tus fuentes de investigación.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Investigar sobre la historia de tu familia

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  1. Las historias familiares no tienen que consistir de un registro enorme de diversas generaciones. También es posible escribir una historia familiar solo de tu familia nuclear (es decir, tus padres y tus hermanos o tu cónyuge y tus hijos). [1]
    • Hazte una idea aproximada de hasta dónde quieres que llegue tu investigación en el pasado para así poder determinar los tipos de recursos que necesitarás.
    • No solo debes determinar la cantidad de ancestros que incluirás en la historia sino también el área geográfica a la que quieras ceñirte, de ser el caso. Por ejemplo, si tus ancestros fueron inmigrantes, ¿te gustaría investigar sobre sus vidas en otro país o preferirías ceñirte a un lugar específico?
  2. Una pregunta clara te servirá como una guía para tu investigación de la misma forma como es importante establecer el alcance que esta tendrá. ¿Quieres enfocarte en alguna figura ancestral en particular? [2]
    • Por ejemplo ¿te gustaría conocer las razones por las cuales una rama de tu familia se mudó a otra parte del país? ¿Quieres saber cómo se originó una antigua contienda que tu familia tiene con otra familia? Si haces una pregunta específica, podrás reducir tu alcance para luego expandirte y enfocarte en otra información. [3]
    • Determina qué es lo que ya sabes. ¿Cuánta información ya posees sobre tu familia? ¿Hay alguna información que falte? ¿Cómo planeas compensar por estas faltas?
  3. La era digital permite que accedas fácilmente por Internet a recursos con los que podrás averiguar más información sobre tu familia. Para la elaboración de una historia familiar, estas son algunas clases de registros que podrían serte útiles: [4]
    • Las escrituras y registros de tierras (podrías conseguirlos en el sitio web de los archivos nacionales de tu país o la entidad equivalente o en una división local de registros).
    • La información sobre los censos (podrías conseguirla en el sitio web de la oficina que los lleve a cabo en tu país).
    • Los registros militares (podrías conseguirlos en los archivos nacionales o la entidad equivalente en tu país).
    • Los registros de llegadas de pasajeros en barco y de entradas en las fronteras terrestres (podrías conseguirlos en el sitio web de los archivos nacionales o la entidad equivalente en tu país o en el sitio web de la entidad que se ocupe de la inmigración).
    • Los obituarios o los anuncios de bodas, compromisos y nacimientos (suelen encontrarse en los periódicos locales o en los boletines informativos de las iglesias).
    • Los anuarios o expedientes escolares antiguos (podrías conseguirlos en el alma máter de una persona en particular).
    • Los documentos legales, como las últimas voluntades y testamentos (podrías conseguirlos en el juzgado correspondiente).
    • Los registros de las iglesias (si sabes que tu familia tiene antecedentes en alguna iglesia en particular, podrías consultar directamente con ella).
    • Las cartas y los diarios antiguos de tus ancestros (podrías preguntarles a tus parientes mayores si los tienen).
    • Las recetas o los libros de cocina de tu familia.
  4. Podrás encontrar datos importantes en los registros y otros documentos escritos, pero, para que la lectura de tu historia sea más interesante, debes emplear fuentes visuales. Para ello, trata de conseguir fotografías antiguas de tu familia, mapas de tierras, afiches, postales y recortes de periódicos que puedas incluir en la historia. La mejor forma de hacer que esta cobre vida es mediante las representaciones reales de tus ancestros. [5]
    • También puedes incluir en tu historia familiar artículos físicos de otro tipo, como los juguetes de la infancia, la ropa, las joyas, los utensilios de cocina y los recuerdos o suvenires que aún conserven tus parientes mayores. Con ellos, podrás hacerte una idea de lo que les gustaba y les interesaba a tus parientes más allá de un registro genealógico básico.
  5. Este tipo de bibliotecas se especializa en recursos que te permitan encontrar tu historia familiar. En ellas, se suelen poder conseguir colecciones amplias en microfilm mediante las cuales podrás acceder a diversas fuentes útiles en el mismo lugar.
    • Busca en línea para encontrar las bibliotecas de genealogía más conocidas de tu país. [6]
    • Si realmente te tomas un tiempo para ir a estas bibliotecas, la riqueza de los recursos que podrás encontrar en ellas en un mismo lugar en realidad podría ahorrarte mucho tiempo a largo plazo.
    • También puedes consultar en el sistema de tu biblioteca local para averiguar cuáles son los recursos disponibles en cuanto a la genealogía.
  6. Puedes probar este tipo de recursos si te es difícil desplazarte físicamente a una biblioteca. Existe una serie de sitios web en línea en los cuales podrás encontrar una gran variedad de consejos en cuanto a emprender la elaboración de tu historia familiar. [7]
    • Con frecuencia, aquí podrás encontrar líneas de tiempo y listas de verificación que te permitirán organizar toda la información que recolectes de una manera más adecuada y también guardarla digitalmente.
    • En caso de que no vayas a enviar copias físicas de tu historia familiar a muchas personas, los recursos en línea también te serán convenientes para compartir los registros y otros materiales con los demás miembros de tu familia. [8]
  7. Hay ocasiones en las que tus parientes actuales serán tus mejores fuentes históricas. Conforme vayas recolectando información, estructura la entrevista de una forma que se enfoque en lo que quieras averiguar. Por ejemplo, ¿quieres saber más sobre una época o periodo de tiempo determinado en la vida de esa persona o prefieres un resumen general de su historia familiar? [9]
    • Programa la entrevista para el momento y el lugar que más le convengan al sujeto. Podrías llevarla a cabo en su propia casa o en un lugar público.
    • Documenta la entrevista. Durante esa conversación, debes estar preparado para tomar notas en lugar de asumir que podrás recordarlo todo más adelante. Si prefieres no tomar notas, también puedes emplear una grabadora o una cámara de video para grabar la entrevista. [10]
    • Haz preguntas importantes. Las preguntas que hagas deben permitirte averiguar datos (como los nombres de tus parientes o las fechas de eventos importantes), aunque también puedes hacer preguntas significativas sobre las tradiciones o costumbres familiares, los viajes en familia y la relación entre el sujeto y su comunidad local.
    • Respeta los temas delicados. Una persona podría pasar por momentos muy dolorosos en el transcurso de su vida, así como también tener experiencias que no quiera repasar. Si la persona a la que entrevistes te dice que no quiere hablar sobre algo, debes respetarlo sin insistir ni hacerla sentir incómoda. [11]
    • En caso de que no conozcas bien a la persona a la que vayas a entrevistar, podrías pedirle a un amigo cercano o pariente de esta persona que te acompañe a entrevistarla. De esta forma, la persona a la que entrevistes podrá sentirse más cómoda hablando contigo en caso de que seas un desconocido. [12]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Redactar tu historia familiar

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  1. Algunas historias familiares consisten tan solo de listas de nombres, fechas de nacimiento y de fallecimiento, matrimonios e hijos. Podría ser una buena idea empezar por aquí, pero lo más probable es que no logres brindar una perspectiva demasiado profunda en cuanto a las personalidades de los miembros de tu familia. [13]
    • En lugar de hacer solo una lista en un árbol familiar, enfócate en la narración de tu historia familiar. Con base en la investigación que hayas realizado, proporciona detalles sobre tus ancestros. ¿En algún momento tu familia cayó en la ruina, financieramente? ¿Estuvo involucrada en algún litigio judicial? ¿Algún miembro de tu familia cometió un crimen significativo? Los detalles importantes de este tipo harán que leer tu historia sea más interesante.
    • Determina si quieres dividir la historia en épocas o en áreas geográficas. Por ejemplo, si una rama de tu familia es oriunda de un estado o provincia del país mientras que otra aún vive en otro país, podrías dividir tu historia familiar en secciones geográficas o regionales en lugar de contarla siguiendo una línea de tiempo histórica.
  2. En caso de que optes por que tu historia tenga el formato de un libro, debes emplear determinadas herramientas de forma que sea accesible para los lectores. Entre estas herramientas, la más útil es un índice que permita que el lector sepa cuál es la estructura de la historia, así como también una relación de nombres en la parte final.
    • La relación de nombres será útil sobre todo en caso de que un lector quiera saber más sobre alguno de los miembros de la familia en particular. [14]
  3. No es necesario que la historia siga la vida de cada uno de los miembros de la familia desde su nacimiento hasta su muerte. De hecho, el lector podría aburrirse si es que un capítulo empieza con la oración "Bernardo Fuentes nació el 9 de octubre de 1875", ya que podrá hacerse una idea de hacia dónde va esa historia. [15]
    • En cambio, puedes empezar la historia contando alguna anécdota cautivadora sobre el sujeto. Por ejemplo, podrías haber encontrado una carta de amor de Bernardo a su esposa que había estado perdida durante mucho tiempo o evidencia de que estuvo involucrado en una acérrima disputa con un vecino por unas tierras. Es más interesante empezar la historia de esta persona con estas anécdotas, ya que lograrán enganchar al lector desde el principio.
  4. Puedes usar diversos manuales de estilo para citar correctamente las fuentes (por ejemplo, el manual de estilo Chicago o el de la Asociación de Lenguas Modernas de América o MLA, por sus siglas en inglés). Opta por alguno de ellos y aplica ese estilo a todas las fuentes que cites en tu proyecto. [16]
    • Por lo general, cada vez que incluyas una cita directa de una fuente o cuando aludas a ella (por ejemplo, al parafrasearla o resumir alguna sección), debes incluir también una referencia.
    • En la mayoría de las referencias, se debe incluir el nombre del autor de la fuente, su fecha de publicación y el título de la obra (por ejemplo, El diario de Bernardo Fuentes, 1888-89 ).
    • También debes hacer referencia a las fuentes que provengan de registros, como los censos y otros documentos similares. Para contar con instrucciones específicas en cuanto a la forma correcta de hacer estas referencias, debes consultar el manual de estilo.
  5. Recibir retroalimentación por parte de otros lectores constituye la mejor forma de hacer que tu escritura mejore. Para ello, podrías unirte a un grupo local de escritura, los cuales suelen llevarse a cabo en bibliotecas locales o centros comunitarios. [17]
    • También podrías tomar una clase de escritura de no ficción en una universidad local (si puedes costearlo) para mejorar tus habilidades en cuanto a la escritura.
    • Los grupos de escritura también podrían brindarte diversos plazos a los cuales debas ceñirte durante la redacción del proyecto.
  6. En caso de que quieras tener más tiempo para enfocarte en el contenido de la historia, podrías contratar a un corrector que pueda ayudarte con esta tarea. Para ello, puedes buscar escritores autónomos locales o consultar con los estudiantes de algún programa de escritura local de posgrado para ver si aceptarían un proyecto adicional. [18]
  7. En el caso de tu historia familiar, es probable que tu mejor opción sea autopublicarla, ya que las editoriales grandes en su mayoría no la aceptarán debido a que el público más amplio al que llegarás será tu propia familia (y los miembros futuros). Sin embargo, hoy en día, aquellos que quieran autopublicarse tienen varias opciones a su disposición: [19]
    • Para imprimir una cantidad limitada de copias, busca una imprenta local que trabaje con impresoras Xerox DocuTech, ya que esta opción suele tener un menor plazo de entrega a la vez que es menos costosa. [20]
    • También podrías publicar tu historia mediante un sistema de impresión por encargo. Los sitios web como Lulu te permiten imprimir un libro a la vez directamente de un archivo de computadora a una tarifa inicial de $13 por 24 páginas. Si consideras que solo necesitarás un par de copias de la historia familiar, esta podría ser una buena opción. [21]
    • En sitios web como Scribd, también puedes convertir tu historia en un libro electrónico de manera gratuita. [22]
  8. Podrías pensar que es necesario publicar tu historia familiar en la forma de un libro, pero también puedes considerar la posibilidad de hacerlo en diversos otros formatos.
    • En el sitio web PlaceStories, puedes seleccionar direcciones destacadas en un mapa digital y vincular cada una a una historia. Si quieres que tu historia esté basada geográficamente, podrías emplear este sitio web. [23]
    • Publica tu investigación en la forma de un video blog. Si prefieres contar la historia de tu familia de una forma oral, también puedes discutir tu investigación en una serie de videos que luego puedas subir a sitios web como YouTube o Vimeo.
    • Considera un boletín informativo digital que puedas enviar por correo electrónico a tus amigos y familiares. En cada uno de estos boletines, puedes incluir una historia sobre un pariente diferente, así como también presentar la información en trozos que sean fáciles de asimilar en lugar de publicarla en la forma de un solo libro largo. Para crear boletines informativos de este tipo y listas de contactos, puedes emplear sitios web como MailChimp o ConstantContact.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Comprender los beneficios de escribir una historia familiar

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  1. El sitio web Ancestry.com llevó a cabo una encuesta según la cual el 67 % de sus usuarios afirmaban que haber aprendido sobre sus historias familiares los había hecho sentir más sabios. Asimismo, la mayoría de los usuarios afirmaron que esto también les permitió adquirir una mayor cercanía con sus parientes mayores. [24]
    • Si hace tiempo que quieres acercarte un poco más a los parientes a quienes no conozcas o con quienes ya no estés en contacto, una excelente forma de hacerlo es mediante la investigación de tu historia familiar.
  2. En caso de que tu familia forme parte de un grupo maginado u oprimido, podrías escribir una historia familiar para desmantelar las historias racistas o estereotípicas que existan respecto al trasfondo religioso o étnico de tu familia. El mismo acto de escribir podría convertirse en algo que les dé poder tanto a tu familia como a tu comunidad más amplia. [25]
  3. La escritura puede beneficiar significativamente a tu salud mental y física. Según ciertos estudios, escribir puede ayudar a reducir los síntomas de depresión y ansiedad. [26] Asimismo, se ha demostrado que la escritura ayuda a reducir los síntomas en los pacientes con cáncer. [27]
    • Tampoco es sorprendente que se haya demostrado que el trabajo mental que la escritura conlleva ayuda a mejorar la memoria. [28]
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Consejos

  • Si te encuentras con bloqueo mental, puedes establecerte objetivos manejables. Por ejemplo, establécete una cantidad de tiempo manejable para escribir, como entre 30 y 45 minutos, en lugar de sentarte a escribir durante varias horas seguidas. Esto último podría abrumarte y contribuir a que te sientas bloqueado. De hecho, escribir tan solo un par de párrafos podría ayudarte a superar los bloqueos mentales.
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