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Al vacunar a tu perro en casa, puedes ahorrar mucho tiempo, dinero y energía. Siempre y cuando conozcas el procedimiento correcto y sigas las instrucciones básicas, aplicarle la vacuna en casa puede ser algo simple y seguro. Sin embargo, primero tienes que asegurarte de que un veterinario revise a tu perro y verifique que esté sano. Además, las vacunas se deben almacenar y manipular de manera adecuada para evitar que tu mascota tenga problemas de salud.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Preparación para vacunar a un perro

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  1. Tienes que llevar al perro para que le realicen un examen general. El veterinario determinará si el perro está lo suficientemente sano como para que lo vacunen en casa. Si el perro tiene un sistema inmunológico comprometido o si está enfermo, colocarle una vacuna solo hará que se enferme más u ocasionará que la vacuna no tenga efecto.
    • Si bien es cierto que puedes vacunar por ti mismo a un perro contra una variedad de enfermedades, no puedes hacerlo con la antirrábica. Siempre debe ser un veterinario el que administre esta vacuna. [1]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Pippa Elliott, MRCVS

    Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
    La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década.
    Pippa Elliott, MRCVS
    Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios

    Pippa Elliott, veterinario licenciado, explica: "La importancia de un chequeo anual (como mínimo" no debe subestimarse. Eso le permitirá al veterinario establecer un peso normal para la mascota y detectar tendencias como la pérdida o el aumento de peso. También es una oportunidad para buscar cambios que puedan indicar un problema de salud o establecer lo que es normal cuando el perro está bien.

  2. Aunque es raro que un perro presente una reacción a una vacuna, es importante reconocer las posibles reacciones. Es posible que tu perro presente inflamación en el lugar de la inyección, fiebre leve, disminución de la energía o del apetito, estornudos o un poco de tos. [2] Una de las peores reacciones es la anafiláctica, que es una reacción mortal y necesita tratamiento médico inmediato. Si notas que tu perro tiene problemas para respirar, ritmo cardiaco lento o presión sanguínea baja, acude al veterinario de inmediato. [3] Si tu perro tiene un ritmo cardiaco lento o presión sanguínea baja, es posible que se vuelva extrañamente somnoliento, parezca débil o borracho y luego colapse, todo esto antes de que pasen 20 a 30 minutos.
    • La mayoría de las vacunas para los animales se administran por debajo de la piel (de manera subcutánea) para reducir el dolor y posibles reacciones.
    • Si tu mascota ha presentado alguna vez una reacción a una vacuna, sin importar que tan pequeña, no intentes colocarle ninguna vacuna de ningún tipo en casa para prevenir una reacción severa.
  3. Una vacuna funciona por medio de imitar una infección viral o bacteriana. Para hacerlo, estimula el sistema inmunológico del cuerpo para que produzca células que combatan al virus o a las bacteria. [4] Esto prepara al sistema inmunológico para encuentros futuros con el virus o la bacteria. De manera que, si el perro vacunado entra en contacto con el virus o la batería, su sistema inmunológico recordará cómo combatir la infección y producirá las células para combatir el virus o la bacteria. [5]
    • La vacuna no infecta realmente al perro, solo imita el virus o la bacteria, aunque es posible que este presente una ligera reacción (como fiebre o erupción leve).
  4. Muchas vacunas necesitan una serie inicial de dos vacunas administradas con 3 a 4 semanas de separación. Esto garantiza que el sistema inmunológico se encuentre en función. Después de esto, el perro necesitará una inyección de refuerzo de la vacuna anual o cada 2 a 3 años para mantener actualizado el estado de la vacuna.
    • Cada vacunación posee su línea de tiempo propia, así que conversa con el veterinario para determinar el cronograma de vacunaciones para tu mascota. [6]
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Administración de una vacuna a un perro

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  1. Revisa las vacunas para asegurarte de que se hayan transportado de manera adecuada y almacenado a la temperatura indicada en la etiqueta. Es posible que tengas que mezclar vacunas. De ser así, habrá dos viales que tendrás que combinar de acuerdo a las instrucciones de la etiqueta. Una vez mezclados, coloca toda la solución en una jeringa y golpetea un lado para eliminar las burbujas de aire excedentes. La aguja debe apuntar hacia arriba. [7]
    • La mayorías de las vacunas se tendrán que almacenar a temperaturas de refrigeración normales.
  2. Asegúrate de que el perro esté limpio de manera que no haya ninguna suciedad visible alrededor de la piel suelta en el cuello. Su pelaje debe estar seco antes de colocar la vacuna. Levanta la parte trasera de la piel de perro que está cerca al cuello para formar una carpa. Esto te da espacio debajo de la piel para poder inyectar la vacuna. [8]
    • A diferencia de con los humanos, no necesitas preparar la zona con alcohol.
  3. Sostén la jeringa alineada con la espalda del perro y coloca la aguja con el bisel (parte plana de la aguja) a lo largo de la piel estirada. Perfora cuidadosamente la piel con la aguja y retrocede la jeringa. Presiona lentamente el émbolo de la jeringa para administrar la vacuna. [9]
    • Si ves sangre en la aguja, tienes que encontrar otro lugar donde aplicar la inyección. La sangre en la aguja significa que has tocado un vaso sanguíneo y no puedes colocar una vacuna en uno.
  4. Una vez que hayas retirado la aguja, aplica presión en la zona durante aproximadamente 30 segundos. Esto evitará que sangre. Coloca la aguja y la jeringa en un contenedor para basura adecuado o en un frasco de vidrio para desecharlo en una clínica veterinaria. [10]
    • Nunca coloques una aguja suelta en la basura porque las personas que trabajan en los vertederos se pueden lastimar.
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Consejos

  • Mantén la calma y compostura. Esto hará que el perro se mantenga relajado.
  • Si sientes que necesitas practicar antes de colocar la vacuna, coloca una media sobre una botella vacía de agua y practica jalar la media como lo harías con la piel del perro para formar “una tienda”. Practica manipular la jeringa hasta que te sientas cómodo al utilizar la jeringa con una mano. Practica con la jeringa y estira la media al mismo tiempo. Hazlo hasta que te sientas cómodo al hacer ambos antes de intentar vacunar a tu perro.
  • Si no sientes que puedas administrar la vacuna de manera correcta, es mejor que lleves a tu perro al veterinario.
  • Dale a tu perro un premio a modo de recompensa por ser bueno, ya que eso evitará que se sienta nervioso por las inyecciones.
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Advertencias

  • Solo administra las vacunas que te recomiende el veterinario.
  • No administres vacunas por vía intravenosa.
  • No administres una vacuna si hay posibilidad de que tu perro esté enfermo o tenga un sistema inmune comprometido. Si tu perro ha tenido diarrea o ha vomitado, no administres la vacuna.
  • Asegúrate de que todos los materiales utilizados sean estériles y sigan los procedimientos de esterilidad. Nunca utilices materiales que no han sido esterilizados.
  • Compra las vacunas en un vendedor registrado para que tengas garantías de que se han almacenado de manera adecuada.
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