Descargar el PDF
Descargar el PDF
Te casaste y te convertiste en un hombre de votos. Ahora, todas esas promesas que le hiciste a tu esposa significan algo, así que es tiempo de comenzar a cumplir con lo que dijiste. Afortunadamente, ser un buen esposo no es imposible. Todo se trata de seguir tu corazón y tu consciencia, y de actuar a partir de tu amor por tu esposa. Estos pasos sencillos, si se toman en serio, pueden guiar a ti y a tu esposa hacia un futuro más brillante.
Pasos
-
Sé un caballero, si ella te deja. La mayoría de las mujeres, no todas, encuentran la idea de un caballero dulce y adorable. Si tu esposa es de este tipo de dama, prepárate para desarrollar tu yo más caballeroso. Piensa en los modales de los alrededores del siglo XVII:
- Bésala al llegar y despedirte.
- Carga sus bolsas pesadas de las compras.
- Ábrele las puertas.
- Juega a las citas.
- Por supuesto, siempre existe la posibilidad de que ella no quiera que la trates de una manera caballerosa. De ser así, no lo tomes de manera personal. Sigue siendo dulce con ella, aun si no le das un trato especial.
-
Sé respetuoso. El respeto es un acto de comprensión. Entiende que tu esposa es una persona independiente y diferente, y que podría no querer hacer exactamente lo mismo que tú, aun cuando sus intereses por lo general estén alineados. Los siguientes son cuatro ejemplos de maneras en las que puedes ser respetuoso de tu esposa:
- Cumple tus promesas. Haz lo que dices que harás. Si le dices que vas a lavar los platos, no te quejes e inventes excusas mientras ella se hace cargo de tu responsabilidad.
- Sé puntual. Si van a salir a alguna parte a cierta hora -digamos, a buscar al niño a la guardería- preséntate a la hora. El tiempo de tu esposa es tan valioso como el tuyo, respétalo.
- Deja de asumir. No sólo asumas que ella hará algo porque es tu esposa o es mujer; en su lugar, establece buenas líneas de comunicación. Aprende a pedir un favor.
- Escucha lo que ella dice. No finjas escuchar, escucha realmente. En ocasiones, lo único que queremos es alguien que nos escuche o un hombro sobre el cual recostarnos. Déjala hablar y concéntrate en lo que está diciendo.
-
No mientas nunca. Hazte el hábito de decir la verdad. Pregúntate cómo te sentirías si descubrieras que tu esposa te está ocultando algo que no sea un secreto de cumpleaños. Dile siempre adónde vas a ir si ella quiere saber. Cuéntale con quién estás y cuáles son tus motivos, aunque pienses que éstos son egoístas. Ser abierto y nunca mentir establece una gran comunicación verbal, algo que está en el núcleo de todas las buenas relaciones.
-
Nunca la engañes. Esto es obvio, pero debe ser mencionado. El engaño es una forma de mentir. No aceptarías de buena gana que tu esposa tenga una aventura romántica, ¿entonces por qué lo haces tú? Si estás teniendo una aventura, examina bien y detenidamente tu vida y pregúntate por qué estás casado con la persona con la que estás casado.
- Si amas a tu esposa, pero deseas a otra persona, considera lo injusta que es la situación. Quieres la comodidad de tu vida, pero no estás dispuesto a serle fiel y a ser honesto con ella. Esta es una conducta básicamente egoísta. No puedes tenerlo todo.
- Si ya no amas a tu esposa, entonces ¿por qué sigues casado con ella? Probablemente, los dos estarían mucho mejor si tuvieran la oportunidad de encontrar a alguien que realmente amaran, o alguien que los amase a ustedes. Piensa en ello.
- La pornografía es otro tipo de engaño. Debes enfocar tu energía sexual en tu esposa, no en ti mismo.
-
Minimiza la pereza. La pereza es un disuasivo mayor para las mujeres, y un mal hábito que practicar. La pereza no necesariamente es ver el fútbol el domingo, o hacer algo que sabes que deberías o quieres hacer, pero para lo que no tienes fuerzas. Así que saca la basura, sorpréndela una vez a la semana limpiando la casa, o haz ejercicio para demostrarle que tienes autoestima. Eso marca una gran diferencia.
-
Trata de no ser egoísta. Podrías discutir por horas cuán egoístas son los seres humanos, pero una cosa parece estar clara: aunque somos egoístas tenemos la capacidad de ser generosos. El amor debería inspirar esa generosidad. En lugar de preguntar siempre que puedes hacer por ti mismo, comienza a preguntar qué puedes hacer por tu esposa, o qué puedes hacer por el beneficio de tu matrimonio.
- Minimiza los celos. Puedes sentirte un poco celoso de vez en vez, y eso está bien, siempre y cuando trates de no permitir que afecte la felicidad de tu esposa. (Probablemente, que sientas celos es una buena señal.) Eso se debe a que los celos pueden ser muy egoístas. Nunca evites que tu esposa haga algo sólo porque estás celoso.
- Comprométete. Aprende cómo llegar a un punto medio. A menudo, lo que tú quieras y lo que quiera ella serán cosas totalmente distintas. En estos casos, ajusta tus expectativas. No esperes obtener siempre exactamente tu parte o ganar la discusión.
-
Nunca levantes la voz, grites, o abuses físicamente de tu esposa. Ella confía en que tú cuidarás de su comodidad y seguridad. No des un mal ejemplo y permitas que tus emociones se adueñen de ti.
- Controla tu tono, de ser posible, en una discusión:
- ”Me preocupa que no nos estemos apegando a nuestro presupuesto. No te estoy acusando de nada, sólo estoy intentando cuidar de nuestra felicidad a largo plazo, y quería tener una conversación contigo sobre maneras en las que ambos podamos cambiar nuestros hábitos de gastos”.
- Resiste los ataques ad hominem o personales. El siguiente no es una manera sana de discutir:
- ”¿Ah sí? Realmente quieres asegurarte de que nuestros hijos vayan a una buena escuela? Bueno, ¿y por qué no hablas con tu ex novio, el director? Pareces estar teniendo una relación fantástica con él.”
- Nunca le pegues, detengas o amenaces a tu esposa con violencia. No intentes usar tu tamaño físico como una ventaja sobre ella. Tu esposa podría denunciarte.
Anuncio - Controla tu tono, de ser posible, en una discusión:
-
Encuentra maneras de hacerla sentir bien. Es raro, porque a menudo, las cosas más pequeñas encuentran una manera de nutrir una relación. Pregúntate “¿Qué puedo hacer para que mi esposa sea todavía más feliz?” No tiene que sacudir la tierra para ser efectivo, es el pensamiento tras el hecho, y el sentimiento en él, lo que es el regalo real:
- Trabaja en tener una mejor relación con tus suegros. Hay pocas cosas que son más importantes para ella que el hecho de que tengas una relación con sus padres. Probablemente no ves a tus suegros todos los días, pero eso minimiza la importancia de la meta: en última instancia, ella quiere que los ames como amas a tus padres.
- ¿Está tu esposa realmente interesada en la caridad? Invierte en un micropréstamo a su nombre y regálaselo. Ahora, ella es la orgullosa beneficiaria de la oportunidad de otra persona.
- Haz cosas en la casa que ella normalmente no disfruta hacer. Si tu esposa odia lavar los platos, por ejemplo, hazle una pequeña tarjeta de “líbrate de los platos”, válida por una semana sin tener que hacerlo.
-
Mantente abierto. Podría parecer extraño, pero ser abierto con tu cónyuge es, ciertamente, una señal de afecto: le muestra a tu pareja que confías en ella y, más importante, que disfrutas la intimidad emocional con ella. Las mujeres están especialmente sintonizadas con sus emociones, a menudo los hombres no. Estar abierto le asegurará que están dando ese paso por ella.
-
Muéstrale que la amas. ¿Por qué te casaste con ella en primer lugar? Dile por qué la amas y cómo te hace sentir todos los días. Hazlo a menudo, llevará a buenos hábitos, promueve más amor y afecto en tu matrimonio y reduce el estrés.
- Escríbele una carta corta a mano. Ponla bajo su almohada mientras le das un beso de despedida en la mañana, dile que revise debajo de la almohada. La nota podría decir algo así como: “Cada día que estoy contigo me doy cuenta de lo increíblemente afortunado que soy. Te amo.”
- Acércate por detrás cuando ella sepa que estás en la misma habitación y dale un beso amoroso en el cuello mientras pones tus brazos a su alrededor. Hará que su corazón se derrita.
- Haz tu propia galleta de la fortuna romántica. Encuentra una manera de deslizar una tirita de la fortuna personalizada en una galleta que vaya a abrir tu esposa. Haz que diga algo como: “Sólo tú puedes deshacer mi corazón...”
-
Apóyala. Dale apoyo en sus empresas honestas. Ya sea que se trate de apoyarla cuando quiere tomar clases de danza latina o cuando quiere salir con sus amigas, tu apoyo la hace sentir segura y le permite correr riesgos calculados. Cuando no tiene nada en qué apoyarse, sabe que puede contar con que serás su roca, su musa y su faro.
- Cuando tu esposa se siente deprimida, encuentra una manera de alegrarla. Llévale el desayuno a la cama, hazle masaje en los pies, o renta su película favorita. Nuevamente, las cosas pequeñas pueden tener un gran significado.
-
Pon al hombre de nuevo en el romance. Podría no ser lo primero en lo que piensas cuando te despiertas en las mañanas, pero el romance es esencial para un matrimonio saludable. No asumas que porque están casados, ya no tienes que intentar ser romántico con tu esposa. No sólo que ese pensamiento está equivocado -¿qué tal si tu esposa decide que ya no tiene que cuidar su peso después del casamiento?- sino que también elimina la diversión del matrimonio. Así que sé un hombre y haz lo que corresponde, sé romántico.
- Organicen noches de citas al menos una vez al mes. Algunas parejas se las arreglan para tener una cita cada semana, pero con una vez al mes es suficiente. Planea una cita que evoque otra salida grandiosa que haya tenido lugar durante tu noviazgo, o planea otra que les acelere el pulso: un salto en paracaídas, ir a ver las ballenas, o una película, para nombrar algunas cosas.
- Celebren su aniversario. El aniversario es realmente importante para tu esposa, y debería serlo para ti también. Tiene un significado simbólico además de que es una oportunidad de renovar su amor. Olvidar tu aniversario es un gran no-no. Por lo menos, planeen una cena y una botella fría de vino.
- Mantén fortalecidas las relaciones íntimas en la cama. No dejes que las cosas se sequen en la cama, ni des las cosas por sentadas. Busca complacer a tu esposa tanto como ella te complace a ti, y continúa explorándola, como así también a tu propia sexualidad, uno a través del otro.
Anuncio
-
Confía en ella totalmente. Muchas de las cosas mencionadas en esta guía gira alrededor de la confianza. Si no confías en tu pareja, lo más probable es que estés viviendo en un lugar bastante miserable. Aprende a confiar en tu esposa de la misma manera en la que quieres que ella confíe en ti.
-
Revela tu personalidad. El matrimonio es una oportunidad duradera de llegar a conocer mejor a alguien durante el curso de muchos años. Si escondes un aspecto de tu personalidad, o simplemente te cierras, probablemente no obtendrás todo lo que quieres de tu matrimonio. Realmente cumple la regla: obtienes lo que das.
- Tengan largas conversaciones; hazla reír, compartan intereses, pasatiempos y ocupaciones; llévala a alguna parte que tenga un significado especial para ti; aliéntala a conocer al resto de tu familia (y haz lo mismo con la de ella); involúcrense en un debate; compartan temores, dudas y vulnerabilidades; sé quien eres, no quien piensas que ella quiere que seas.
-
Recuerda la regla de oro. La regla de oro no sólo es importante para nuestra idea de moral, también nos ayuda a navegar las a veces tormentosas aguas del matrimonio. La regla de oro es tratar a los demás como quieres que te traten a ti. Todo esto significa que te pongas en sus zapatos antes de actuar.
- Por supuesto, tienes que tener el tipo correcto de perspectiva si es que vas a usar la regla de oro, y no puedes mentirte a ti mismo sobre lo que quiere otra gente. Si no estás seguro de algo, pregúntate: “¿Qué querría que sucediese si estuviera en el lugar de mi esposa?” Por lo general, este es un buen ejercicio que puedes realizar.
-
Si eres religioso, comparte tu religión con tu esposa. Recurre a tu fe cuando necesites fortaleza y junto a tu pareja busca activamente el sentido del viaje de sus vidas. Entrégate a tu esposa tanto como le das a tu dios. Mantén tus valores todo el tiempo.
-
Enorgullécete de tu apariencia. Por supuesto, lo más importante para el final: practica una buena higiene, luce tan compuesto como un figurín -dentro y fuera de la casa- y asegúrate de mantener el mismo nivel general de limpieza que mantiene tu esposa. Si te importa cómo se viste tu esposa y cuán a menudo se cepilla los dientes, ella seguramente se interesa en las mismas cosas. Y esa es la manera en la que debería ser entre dos personas que se aman, ¿no lo crees?Anuncio
Consejos
- Muéstrale cuán afectuoso eres delante de sus amigas, por ejemplo dile lo bella que se ve.
- Dedícale tiempo y esfuerzo.
- Ayuda a su familia con algo, las compras, reparaciones en la casa, etc.
- Sé romántico , cómprale un regalo cuando sientas que se lo merece, de tiempo en tiempo, pero no muy a menudo, no quieres malcriarla.
- ¡Confía en ella!
- Escucha lo que dice y usa sus palabras de manera constructiva, no como un sermón.
Anuncio
Advertencias
- No persigas a las mujeres. Esto le mostrará que no piensas que es atractiva, en su lugar halágala y mírala más.
Anuncio
Anuncio