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La Biblia dice: “Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos de modo que si algunos de ellos no creen en la palabra puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras al observar su conducta íntegra y respetuosa. Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos. Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Esta sí que tiene mucho valor delante de Dios” [1] (1 Pedro 3:1-4) .

¿Te pones a veces a pensar en qué se necesita para tener una relación maravillosa de casados siendo una buena esposa cristiana ? En realidad, ser una buena esposa en un matrimonio tradicional, que consiste de un hombre y una mujer depende de ti y de tu esposo. Como cristianos tradicionales, deben ocuparse de su relación en Cristo y hacer lo posible para satisfacer los deseos y necesidades del otro.

Puedes ser una esposa excelente y glorificar a Dios en tu propia familia, la familia que han formado juntos. Estas son algunas sugerencias que debes revisar.

  1. Confía en ti misma manteniendo el espíritu de Cristo en tu matrimonio. Haz planes para hacer adoración familiar, cantar cantos espirituales y tener un tiempo a solas con Cristo juntos, adorando a Dios y desarrollando su caminar en Cristo. Asegúrate de estudiar la Biblia y de dar gracias a Dios por las oportunidades y por la vida. Ten una relación personal con Jesús. Cuando algo vaya mal, ora y confía en el Señor de todo corazón y no en tu propia inteligencia (Proverbios 3:5).
  2. el gozo se basa en amar a Jesús, a los demás y por último, pero no menos, a ti misma, ya que la Biblia dice que debes “amar al prójimo como a ti mismo”. Así que, ámate a ti misma tanto como amas a los demás y entonces tendrás el concepto victorioso ¡directamente de Cristo! Esto también significa no tratar de controlar directamente a tu esposo o a otras personas (prueba la persuasión moderada). El gozo también significa que no debes juzgar erróneamente ni con dureza, sino perdonarte a ti y a los demás.
  3. Aprende a orar con fervor y eficacia . La Biblia dice: “No pierdas el hábito de asistir a la iglesia regularmente” con tu esposo o sola (o con amigas) si es necesario. “Oren unos por otros”. Oren juntos, “oren sin cesar” y “honren a Cristo en todo lo que hagan y digan”. Nuestra vida física está en Cristo y espiritualmente “su vida en esta tierra está en nosotros y nosotros estamos en Él”. Él está “a la derecha de Dios e intercede por nosotros” (Romanos 8:34).
  4. Puedes tener una relación larga y feliz siendo alegre, positiva y segura de ti misma. Si criticas y menosprecias a tu esposo en público, estarás insultando su gusto por las mujeres. Date cuenta de que, si está contigo es porque te ha elegido a ti, quiere estar contigo y piensa que eres lo suficientemente sexy, aunque no te sientas así, así que deberás estar allí para él. Recuerda que la actitud y la disposición son partes importantes de sentirte y ser sexy . La autoestima baja deja un hueco en la vida que es terrible para el matrimonio. Asegúrate de seguir teniendo diversión ocasional y una vida interesante juntos. No te dediques solo a tratar de controlar o a burlarte de la diversión. Bromea agradablemente y no trates solo de tomarle el pelo. Ten sentido del humor.
  5. ¿qué pasaría si tu marido muriera mañana? ¿No tendrías todavía las amigas que ves al menos una vez al mes, el grupo especial de la iglesia al que vas o días completos y noches agitadas? Si no estuvieras completa, tu esposo habría estado siempre trabajando para llenar un hueco en tu vida. Bueno, en realidad, es un hueco que él nunca llenará y puede ser que ambos se sientan incapaces e infelices si no pueden mantenerse en contacto con amigos y familiares, así como ocupados y alegres sirviendo a Cristo.
  6. A menos que tu esposo lea la mente, no esperes que sepa lo que quieres. Si quieres o necesitas algo, pídelo y discútanlo juntos. No te limites a lanzar pistas y calcules que con eso lo entenderá y “entrará en razón”, sin una comunicación con calma, clara y directa . Si algo no está bien para ti, dilo. Las amistades y relaciones cristianas funcionan mejor cuando cada persona expresa con calma las emociones que siente en ese momento, sin insistir en lo que hizo el otro. Generalmente, decir “me siento confundida” o “me siento triste” es todo lo que necesitas para que él dé un paso atrás y te pregunte: “¿Por qué?”. Después, simplemente dile: “Cuando cerraste la puerta de golpe, me sentí ignorada (o insultada)”. “Me siento” debe ser tu palabra clave. Evita decir “tú”, como “tú me hiciste sentir triste”. Dile “eso me entristeció”. Asume la responsabilidad de tus propios sentimientos.
  7. Ambos tienen que seguir tratando de hacer las cosas bien, pero ninguno de los dos será perfecto. Las expectativas no satisfechas frustran a todos. Sin embargo, si ambos siguen trabajando en su matrimonio, siempre estarán involucrados en la vida del otro, incluso cuando uno de los dos sobresalga poco. Si tus expectativas son realmente muy altas, muy idealistas y poco realistas, deberás establecer unas que se puedan lograr. Por ejemplo, es injusto esperar que te colme con posesiones . Mantén al amor de tu vida en casa. Quedándote en casa, trata de cocinar varias comidas a la semana en lugar de salir a comer comida rápida.
  8. Además, si quieren más tiempo juntos, prepárense para cumplir ese deseo con un poco de esfuerzo y relajándose juntos.
  9. El fastidio y la quisquillosidad pueden destruir una relación. Siempre y cuando los platos estén limpios y enteros, no des la lata con que cargue de “forma correcta” el lavavajillas. Déjalo hacer las cosas a su manera. No te preocupes por pequeñeces. Concéntrate en lo que es más importante y no te quejes demasiado. Tal vez puedes explicarle la teoría, mostrándole cómo crees que hay que hacerlo una vez y luego déjalo solo.

    “Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor” (Efesios 5:22), pero siempre y cuando no esté cometiendo delitos, no sea cruel y no sea realmente abusivo (no el juego de echarse la culpa) contigo, con tus hijos o con otras personas.
  10. “Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella” (Efesios 5:25). Si tu esposo no te muestra amor no exijas atención o afecto. Simplemente pídele alegremente un poco de ayuda y elige un momento para darle un abrazo juguetón o un abrazo y un beso sexy. Si no está enojado, podría responder bien, a menos que no sea el lugar y el momento adecuado.
  11. Comienza en público, con elogios de cortesía y amabilidad, mostrando que estás emocionada por esa atención. Sonríe, ríete un poco con una risita y di algo como “los halagos te llevarán a todos lados” y trata de “jugar a perseguir” a veces o jugar a “alejarlo”. Diviértete, sé atractiva y un poco tímida cuando no haya oportunidad de ir demasiado lejos, por ejemplo, cuando estés con su familia o en la tienda, etc. El afecto y la diversión se llevarán a cabo cuando tengan la oportunidad y un tiempo en privado.
  12. Mantén una vida sexual interesante , pero si sientes que algo es degradante, no dejes de explicarle cómo te hizo sentir. Deberás estar dispuesta a probar algunas cosas nuevas inocentes (o incluso sugerirlas o abordarlas cariñosamente sin preguntar) y discutirlas; no rechaces simplemente un juego divertido e inofensivo cuando él sugiere algo que no se sientes que sea atractivo de inmediato. Esto puede hacer que se sienta rechazado o que sienta que no te diviertes. Al menos, deberás estar dispuesta a hablarlo y tal vez a probarlo, pero nunca hagas algo con lo que no te sientas cómoda después de discutirlo con él. Además, no tengas miedo de hablar sobre cualquier cosa que te pueda interesar. La intimidad física es tan importante para un matrimonio como “la intimidad emocional”, así que fomenta ambas.

    “No se nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y solo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse nuevamente; de lo contrario, pueden caer en tentación de Satanás por falta de dominio propio” (1 Corintios 7:5).
  13. Acéptalo, especialmente sus gestos y hábitos pequeños . Acéptalo tal como es para que tengas un respeto profundo y gratitud por él y por lo que nunca quieres que cambie por ti. Él tiene mucho que ofrecerte si le das espacio para que sea él mismo. Él es un individuo en crecimiento, al igual que tú. Ayúdalo a crecer en la dirección que él quiera y dale la oportunidad de ayudarte.
  14. “En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decorosamente, con modestia y recato, sin peinados ostentosos, ni oro, ni perlas ni vestidos costosos” (1 Timoteo 2:9). Anima a tu esposo para que espere que seas modesta en público y erótica en privado con él. Hay mucha tentación proveniente de las mujeres que creen que tienen que excitar a otros hombres y mostrar su lado más sensual en público. Una cosa puede llevar a la otra, así que evita la inmodestia.
  15. No te concentres simplemente en lo malo de tu esposo, sino velo de la misma forma como Dios lo ve. Concéntrate en los atributos que te gustan de él, cree siempre y halágalo con frase como “Amor, Dios está obrando en tu corazón y por eso cada vez más te pareces a Cristo todos los días”. El truco consiste en creerlo, ¡aunque no lo parezca! Esa es verdadera fe en acción: creer aun cuando no veas.
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Consejos

  • Sé comprensiva, alentadora y halágalo lo más que puedas. Esto no significa que no debas expresar tus preocupaciones, pero hay una diferencia entre expresar tus necesidades y criticar su capacidad para enfrentarlas.
  • No critiques a tu esposo, ni en su presencia, ni en su ausencia, ni cuando estés delante de la gente, ni cuando estén a solas.
  • El desarrollo de un matrimonio excelente depende de ti y de tu esposo a medida que crezcan en su vida alegre en Cristo, pero ambos pueden aprender a ser compañeros maravillosos entre sí poniendo en práctica lo que saben. Sé fuerte y animada en tus búsquedas como una cristiana amorosa y cariñosa.

    “15 Porque esta es la voluntad de Dios: que practicando el bien hagan callar la ignorancia de los insensatos. 16 Eso es actuar como personas libres que no se valen de su libertad para disimular la maldad, sino que viven como siervos de Dios. 17 Den a todos el debido respeto: amen a los hermanos, teman a Dios, respeten al rey” [2] (1 Pedro 2:15-17) .
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Advertencias

  • Si te obliga a hacer cosas, si te golpea de cualquier forma, si trata de controlar a tu familia o te degrada, definitivamente no es una buena relación. Un verdadero hombre consigue lo que quiere sin obligar. Habla detenidamente de la situación o consúltalo con un consejero.
  • No seas controladora o una esposa agresiva cuando te enojes. Sé justa y honesta con lo que pase, pero no una controladora tramposa y egocéntrica.
  • Si se pone violento , incluso una sola vez, asegúrate de estar a salvo. Dependiendo de la situación, esto podría significar mudarte, llamar a la policía o decirle a alguien lo que sucede. Sea lo que sea que hagas, no sigas sufriendo en silencio y no aceptes el abuso (físico o de cualquier forma) en tu relación.
  • Recuerda: si alguna vez lo hace de nuevo, incluso si regresa pareciendo tan amoroso como siempre y se disculpa una y otra y otra vez, la violencia continúa y se intensifica cada vez. Lee nuestro artículo Cómo reconocer una relación manipuladora o controladora .
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Referencias

  1. [ http://biblebrowser.com/1_peter/3-1.htm “...puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes...”: 1 Pedro 3:1-4.]
  2. “...practicando el bien hagan callar la ignorancia de los insensatos...”: 1 Pedro 2:15-17.

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