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Todos sabemos que la miel tiene un sabor delicioso y es considerada como un alimento perfecto de la naturaleza, pero ¿Sabías que tu piel también puede beneficiarse con la miel? Eso es correcto. La miel tiene un lugar no sólo en la cocina, sino también en tu baño. La miel es un humectante natural que favorece la retención de la humedad. Prueba las siguientes recetas para baño como un tratamiento especial para dejar tu piel suave y tersa.
Pasos
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Combina todos los ingredientes en un tazón pequeño, mézclalos bien.
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Añade la miel y/o aceite que sea necesario para lograr una consistencia cremosa.
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Para utilizarlo, toma un puñado de exfoliante y aplícalo en la cara húmeda, el cuello, las manos y/o el cuerpo entero. Deja mezcla sobre la piel durante 10 a 20 minutos.
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Enjuaga bien con agua tibia. Seca tu piel con un paño suave o una toalla.Anuncio
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Combina todos los ingredientes en un tazón pequeño, mézclalos bien.
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Añade la miel y/o aceite que sea necesario para lograr una consistencia cremosa.
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Para utilizarlo, toma un puñado de exfoliante y aplícalo en la cara húmeda, el cuello, las manos y/o el cuerpo entero. Deja mezcla sobre la piel durante 10 a 20 minutos.
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Enjuaga bien con agua tibia. Seca tu piel con un paño suave o una toalla.Anuncio
Consejos
- Toma tu baño de miel, y permanece en remojo durante 10 a 20 minutos. Toma una ducha rápida para lavar tu cuerpo.
- Evita remojar el cabello en la mezcla. La miel puede ser ideal para el cabello hidratado, pero la sal no suele ser buena para él. Agrega la miel a tu acondicionador si quieres usarlo en tu cabello.
- No se recomienda esta rutina si te vas a dar una ducha regular.
Para una piel suave y tersa, úntate abundante miel de buena calidad mientras que su piel está todavía húmeda y masajea. La miel está repleta de elementos que realmente nutren tu piel.
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