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El gouda es un queso duro y dulce que combina bien con una gran variedad de alimentos y bebidas. Cómelo con frutas y pan en una tabla de quesos o disfrútalo con una copa de vino blanco o tinto. El queso gouda también queda excelente en sándwiches, platos de verduras y otras recetas cocidas. Antes de comerlo, tómate el tiempo de cortarlo en tajadas y quitarle la envoltura que tuviera.

Es popular en muchos países fuera de los Países Bajos, particularmente en Venezuela se le conoce como "queso Torondoy" o simplemente como "queso amarillo".

Método 1
Método 1 de 3:

Cortar el queso gouda

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  1. Rompe el plástico con los dedos o la punta de un cuchillo. Después, tira del plástico para quitar la envoltura exterior del queso por completo. Luego deséchala. [1]
  2. Coloca la punta del cuchillo en el centro de la rueda de queso. Haz un corte recto desde el centro hacia el borde externo de la rueda. Después, coloca la punta del cuchillo nuevamente en el centro y mueve la hoja de modo que quede en un ángulo de unos 45 grados con respecto al primer corte que hiciste. Inserta el cuchillo hasta abajo de la rueda y haz otro corte. Al final, sácale la tajada de queso. [2]
    • Envuelve el resto del gouda con film plástico o papel aluminio, y guárdalo en el refrigerador hasta por unas 3 semanas. [3]
  3. Algunas ruedas de queso gouda vienen con una capa de cera de color rojo o negro que debe sacarse antes de que se pueda comer. Si tu rueda tuviera una, pela la cera de cada tajada con los dedos o un cuchillo. Descarta los pedazos de cera después de quitarlos. [4]
  4. Divide cada tajada en 4 a 5 rebanadas horizontales. Toma el pedazo por el extremo cerca de la corteza (la parte externa del queso que es dura) y córtalo por la mitad de forma transversal para tener 2 piezas. La corteza es comestible, así que déjala cuando cortes el queso. Si no quieres comerla, consume lo que está alrededor y descártala cuando hayas terminado. [5]
  5. Coloca un rallador sobre un plato o un recipiente. Sostén la tajada de gouda en la mano y pásala suavemente hacia abajo sobre el lado perforado del rallador. Una vez que llegues abajo, regresa la tajada nuevamente arriba y vuélvela a bajar. Repite este movimiento hasta que la hayas terminado de rallar. [6]
    • Mantén los dedos alejados del rallador mientras ralles el queso.
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Método 2
Método 2 de 3:

Maridar el queso gouda

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  1. Si prefieres los vinos blancos, escoge un Chardonnay o uno blanco de Borgoña para disfrutar junto con el queso gouda. Si te gusta beber vino tinto, marídalo con un Cabernet Sauvignon, Shiraz, Merlot o Zinfandel para resaltar su sabor. [7]
  2. Este sabor en la cerveza complementa el gusto dulce del queso. Las de tipo ale de color ámbar y marrón, y porter marrón combinan bien con el gouda. En el caso de que este fuera añejado, una cerveza dulce de tipo stout también será una buena elección. [8]
  3. Prepara una tabla de queso con pedazos de gouda y duraznos. Este queso también queda bien con las peras de Anjou debido a su sabor dulce y cítrico. [9]
  4. Haz un sándwich de queso a la parrilla con pan integral y cortes de gouda, o agrégalos a un sándwich frío. También puedes servir pan integral en una tabla de quesos con rebanadas de gouda. La textura contundente de este tipo de pan combina bien con este tipo de queso. [10]
  5. Sostén un rallador de queso sobre un recipiente grande y ralla un poco de gouda. Después, cuando termines tu plato de vegetales, rocíale un poco de queso gouda encima. [11]
    • Incorpora el gouda rallado revolviéndolo en platos calientes de vegetales para que se derrita.
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Método 3
Método 3 de 3:

Hacer macarrones con queso gouda

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  1. Engrásala rociándole aceite de cocina en espray al interior. Si no tienes este ingrediente, frota aceite vegetal o mantequilla sobre la parte interna de la fuente con la ayuda de un poco de papel toalla. [12]
  2. Añade una pizca de sal al agua hirviente antes de echarle la pasta. Mientras los macarrones hierven, empieza a preparar la salsa de queso. [13]
    • Si no tienes macarrones, usa caracolas o algún otro tipo de fideo pequeño.
  3. Combina 2 ½ cucharadas (40 ml) de mantequilla derretida, 2 cucharadas (30 ml) de harina, 2 ½ tazas (600 ml) de leche y 1/2 cucharadita (3 ml) tanto de sal como de pimienta en la olla. Revuelve la salsa hasta que quede uniforme. [14]
  4. Revuelve el queso en la salsa hasta que se derrita. [15]

    De esta forma obtendrás una salsa Mornay (bechamel con queso).

  5. Después de este tiempo, saca la pasta y revisa si está completamente caliente. Si es así, los macarrones con queso estarán listos. De lo contrario, vuélvelos a meter en el horno por unos cuantos minutos o hasta que estén completamente calientes. [16]
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