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Tal vez sueñes con convertirte en el siguiente gran novelista. O tal vez simplemente quieras poder expresar con mayor claridad tus pensamientos e ideas. Ya sea que quieras mejorar tu escritura como escritor creativo o solo perfeccionar tus habilidades para los deberes escolares, puedes dar algunos pasos para aprender cómo ser un mejor escritor. Convertirte en un gran escritor (o incluso uno bueno) toma práctica y conocimiento; no obstante, con el esfuerzo necesario, quizás alguien algún día aspire a ser como “tú”.

Método 1
Método 1 de 4:

Mejora los fundamentos

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  1. Una de las manifestaciones más comunes de la mala escritura es el uso excesivo de la voz pasiva. En español, la estructura de oración más básica es S V O (sujeto, verbo, objeto). Un ejemplo de esta estructura es: “El zombi mordió al hombre”. La voz pasiva puede causar confusión al poner primero al objeto: “El hombre fue mordido por el zombi”. Por lo general, requiere más palabras y usa una forma del verbo “ser”, lo que puede quitarle la fuerza a tu escritura. Aprende a evitar estas construcciones tanto como puedas. [1]
    • Usar la voz pasiva no siempre está mal. Algunas veces no hay una manera clara de hacer una declaración activa o algunas veces deseas el toque más ligero que permite una construcción pasiva. Pero aprende a seguir estas reglas antes de empezar a hacer excepciones.
    • La excepción principal es la escritura científica, que convencionalmente usa la voz pasiva para poner énfasis en los resultados en vez de en los investigadores (aunque esto está cambiando, así que revisa las pautas antes de escribir). Por ejemplo: “Una mayor incidencia de malestar estomacal fue hallada en los cachorros que fueron alimentados con comida picante para perros”. La oración pone énfasis en el hallazgo en vez de en la persona que hace el hallazgo. [2]
  2. La buena escritura, ya sea en una novela o en un ensayo, es precisa, sugerente y condimentada con lo inesperado. Encontrar el verbo o el adjetivo correcto puede convertir una oración sin inspiración en una que las personas recordarán y citarán en los próximos años. Busca las palabras que sean lo más específicas posibles. Trata de no repetir la misma palabra una y otra vez a menos que trates de crear un ritmo al hacerlo.
    • Una excepción a esta regla son las palabras usadas para describir el diálogo. La mala escritura está llena de “él comentó” y “ella opinó”. Un “balbuceó” bien colocado puede hacer maravillas, pero la mayoría de las veces un simple “dijo” estará bien. Se puede sentir incómodo usar la palabra “dijo” una y otra vez, pero cambiarla innecesariamente hace difícil para el lector seguir el ritmo de la conversación. “Él dijo” o “ella dijo” se vuelve invisible para los lectores después de un tiempo y les permite mantenerse enfocados en las voces de los personajes”. [3]
    • Una palabra fuerte no quiere decir más oscura o más complicada. No digas “utilizar” cuando puedes decir “usar”. “Él se precipitó” no es necesariamente mejor que “él corrió”. Si tienes una buena oportunidad de usar “paliar”, hazlo; a menos que “aliviar” funcione igual.
    • Los diccionarios de sinónimos pueden ser útiles, pero úsalos con precaución. Considera el problema en el que se metió Joey de “Friends” cuando usó un diccionario de sinónimos sin consultar un diccionario: “Son personas cálidas y agradables con grandes corazones” se convirtió en “Son homo sapiens húmedos y atractivos con bombas aórticas de tamaño natural”. [4] Si vas a usar un diccionario de sinónimos para adornar tu vocabulario, busca las nuevas palabras en el diccionario para determinar sus significados precisos.
  3. La buena escritura es simple, clara y directa. No obtienes puntos por decir en 50 palabras lo que puedes decir en 20 o por usar palabras de varias sílabas cuando una corta funciona bien. La buena escritura consiste en usar las palabras correctas, no en llenar la página. Al principio, se puede sentir bien poner en una sola oración muchas ideas y detalles, pero lo más probable es que esa oración sea difícil de leer. Si una frase no añade ningún valor, simplemente no la añadas. [5]
    • El adverbio es la clásica muleta de la escritura mediocre y, a menudo, solo sirve para abarrotar una oración. Un adverbio bien colocado puede ser excelente; no obstante, la mayoría de las veces, los adverbios que usas ya están implícitos en el verbo o en el adjetivo (o, al menos, así debe ser si eliges una palabra más sugerente). No escribas “gritó temerosamente”, la palabra “gritó” ya sugiere el temor. Si notas que tu escritura está llena de palabras con “mente”, puede ser tiempo de que respires profundamente y de que prestes mayor atención a lo que escribes. [6]
    • Algunas veces, es mejor escribir lo esencial durante la etapa de la edición. No debes obsesionarte con encontrar la manera más concisa para expresar cada oración. Anota tus ideas en un papel de la manera que puedas y luego edita las cosas innecesarias.
    • Tu escritura no existe en un vacío, se experimente en conjunción con la imaginación del lector. No necesitas describir cada detalle si algunos buenos pueden estimular la mente del lector para deducir el resto. Coloca bien los puntos y permite que el lector los conecte.
  4. No le “digas” a tus lectores nada que pueda demostrarse. En vez de eso, haz que el lector se siente para una exposición larga que explique el trasfondo de un personaje o la importancia de los puntos del argumento, trata de permitirle al lector descubrir las mismas ideas a través de las palabras, los sentimientos y las acciones de tus personajes. Especialmente en la ficción, poner en práctica esta pieza clásica de consejo de escritura es una de las lecciones más poderosas que un escritor puede aprender. [7]
    • Por ejemplo, “Silvia estaba hambrienta después de leer la carta” le dice al lector que Silvia sintió hambre, pero no le permite de ninguna manera verlo por sí mismo. Es una oración floja y poco convincente. “Silvia arrugó la carta y la arrojó a la chimenea antes de salir de la habitación”, en cambio, “demuestra” que Silvia estaba molesta sin tener que decirlo de manera abierta. Esto es mucho más efectivo. Los lectores creen lo que ven, no lo que les dices.
  5. Los clichés son frases, ideas o situaciones que se han usado con tanta frecuencia que han perdido el impacto que tenían. [8] Además, por lo general, son muy generales para dejar una impresión duradera en el lector. Ya sea que escribas ficción o no ficción, evitar los clichés en tu obra la hará mejor. [9]
    • “Era una noche oscura y tempestuosa” es un ejemplo clásico de una frase cliché (incluso ahora un concepto cliché). Compara estas líneas de apertura similares relacionadas al clima: [10]
      • “Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece”, “1984” de George Orwell. No es ni oscuro ni tempestuoso ni de noche, pero te puedes dar cuenta desde el inicio de que hay algo que no está bien en 1984.
      • “El cielo sobre el puerto tenía el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto”, “Neuromante” de William Gibson (es el mismo libro que usó por primera vez la palabra “ciberespacio”). Esto no solo te da el informe del clima, sino que te lleva inmediatamente a su mundo distópico.
      • "“Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, era la edad de la sabiduría, era la época de la locura, era la época de la creencia, era la época de la incredulidad, era la luz, era la temporada de la oscuridad, era la primavera de la esperanza, era el invierno de la desesperanza, teníamos todo delante de nosotros, no teníamos nada delante de nosotros, todos íbamos directos al cielo, todos íbamos directo al otro lado. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, solo es aceptable la comparación en grado superlativo”, “Historia de dos ciudades” de Charles Dickens. El clima, la emoción, la condenación y la desesperación, Dickens cubrió todo en una línea de apertura que deja al lector listo para cualquier cosa.
    • Además, es importante evitar los clichés cuando escribes sobre ti. Decir que eres una “persona sociable” no dice nada definitivo de ti. Decir que eres capaz de comunicarte bien con una variedad de personas, debido a que creciste en una familia bilingüe y viviste en seis países, permite al lector saber que eres una “persona sociable” sin apoyarte en un lenguaje vago.
  6. Uno de los sellos distintivos de la escritura descuidada son las generalizaciones. Por ejemplo, un ensayo académico puede decir algo como “En los tiempos modernos, las personas son más progresistas que hace cien años”. Esta declaración hace una serie de suposiciones infundadas y no define las ideas importantes como "progresista". Sé preciso y específico. Ya sea que escribas un cuento o un ensayo académico, hacer a un lado las generalizaciones y las declaraciones universales mejorará tu escritura. [11]
    • Esto también se aplica a la escritura creativa. No te permitas asumir nada sin examinarlo. Por ejemplo, si escribes una historia acerca de un personaje femenino, no asumas automáticamente que será más emocional que un hombre o más proclive a ser dócil o amable. Este tipo de pensamiento precipitado te mantiene en un bache creativo e impide que explores la variedad de posibilidades que presenta la vida real.
  7. No especules sin aportar la evidencia de tus afirmaciones. En términos de escritura creativa, esto es similar al principio “demuestra, no lo digas”. No solo “digas” que sin una efectiva fuerza policial la sociedad, como la conocemos, se vendría abajo. ¿Por qué es cierto? ¿Qué evidencia tienes? Explicar el pensamiento detrás de tus declaraciones permitirá a los lectores saber que sabes de lo que hablas. También les ayudará a determinar si están de acuerdo contigo.
  8. Aunque una buena metáfora o símil puede darle a tu escritura fuerza y vigor, una mala puede hacer que tu escritura sea tan débil como un bebé (ese, a propósito, fue un símil débil). Usar demasiado las metáforas y los símiles también puede sugerir que no estás seguro de lo que dices y que te apoyas en figuras retóricas para explicar tus ideas. Además, esas figuras pueden convertirse rápidamente en clichés.
    • Una metáfora “mixta” mezcla dos metáforas que no tienen sentido. Por ejemplo: “Pobre barquilla mía entre peñascos rota” mezcla la metáfora “barquilla” (el alma) y “peñascos” (las dificultades). Si no estás seguro de cómo hacer una metáfora, busca un ejemplo u omítela por completo.
  9. Los mejores escritores no siguen las reglas, saben cuándo y cómo romperlas. Si sabes que la transgresión mejorará tu obra, puedes usar todo lo anterior (desde la gramática tradicional hasta los consejos de escritura). La clave es que escribas lo suficientemente bien el resto del tiempo para que quede claro que rompes las reglas a sabiendas y a propósito.
    • Como con todo, la moderación es la clave. Usar una pregunta retórica para crear una apertura poderosa puede ser muy efectivo. Usar una serie de seis preguntas retóricas reducirá rápidamente el efecto. Sé selectivo con respecto a cuándo y por qué rompes las reglas.
  10. Editar es una de las partes más esenciales de la escritura. Una vez que termines una pieza escrita, déjala por un día y luego vuelve a leerla con los ojos frescos para descubrir tramos confusos o desechar párrafos enteros (cualquier cosa que mejore tu obra). Luego, cuando termines, dale otra leída y otra más.
    • Algunas personas confunden “editar” con “revisar”. Ambos son importantes, pero “editar” se centra en la consideración del contenido y cómo funciona. Si descubres que tu idea es más clara o efectiva presentada de otra manera, no te apegues tanto a tu fraseología o a una idea en particular al punto de no estar dispuesto a cambiarla. La revisión es más técnica y busca errores de gramática, de ortografía, de puntuación y de formato.
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Método 2
Método 2 de 4:

Lee para escribir

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  1. Ya sea que escribas la siguiente gran novela o un artículo de revista científica, familiarizarte con ejemplos de excelente escritura de tu género te ayudará a mejorar tu propia escritura. Lee y entiende los trabajos de escritores renombrados e influyentes para aprender las posibilidades de la palabra escrita y a qué responden mejor los lectores. Al sumergirte en los trabajos de buenos escritores expandirás tu vocabulario, desarrollarás conocimiento y alimentarás tu imaginación. [12] [13]
    • Busca diferentes maneras de organizar una obra escrita o presentar una narración.
    • Trata de comparar cómo enfocan el mismo tema diferentes autores para saber cuánta afinidad tienen o cuánta discrepancia. Por ejemplo, “La muerte de Iván Ilich” de Tolstói y “Las nieves del Kilimanjaro” de Hemingway.
    • Recuerda que incluso si escribes un cuento de no ficción o un escrito académico, leer ejemplos de buena escritura mejorará la tuya. Mientras más te familiarices con las diferentes maneras en que es posible comunicar ideas, más variada y original se volverá tu escritura.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Grant Faulkner, MA

    Escritor profesional
    Grant Faulkner es el director ejecutivo de National Novel Writing Month (NoNoWriMo) y cofundador de 100 Word Story, una revista literaria. Grant ha publicado dos libros sobre escritura y ha sido mencionado en The New York Times y Writer’s Digest. Es coanfitrión de Write-minded, un podcast semanal sobre escritura y publicación, y tiene una maestría en Escritura Creativa de la Universidad Estatal de San Francisco.
    Grant Faulkner, MA
    Escritor profesional

    Nuestro experto señala: uno de los principales ejercicios para aprender a escribir bien es leer mucho. Lee con frecuencia una variedad de temas y estilos distintos para elegir diferentes técnicas y habilidades. También puedes aprender nuevos usos y normas gramaticales.

  2. Tal vez no te des cuenta, pero los libros, las películas y otros medios están llenos de referencias y homenajes a la gran literatura. Al leer algunos clásicos, desarrollarás un cuerpo de conocimiento cultural que te servirá para tener una mejor información para tu escritura.
  3. Es posible leer una novela como “El guardián entre el centeno” y no “entenderla” o no ver su valor inmediato. Si esto sucede, trata de leer uno o dos ensayos acerca de la obra para aprender por qué fue tan influyente y efectiva. Puedes descubrir capas de significado que no habías notado. Entender lo que hace a la escritura grandiosa es una de las mejores maneras de desarrollar tu propia destreza.
    • Esto también se aplica a los escritos académicos y de no ficción. Toma algunos ejemplos de obras de autores célebres en tu campo y sepáralas. ¿Qué tienen en común? ¿Cómo funcionan? ¿Qué hacen que podrías hacer tú?
  4. Las obras se escribieron para su actuación. Si descubres que simplemente no “entiendes” una obra literaria, busca la versión teatral. Si no puedes encontrarla, lee la obra en voz alta. Métete en la cabeza de los personajes. Escucha cómo suena el lenguaje mientras lo lees.
    • Más allá de lo que puede ser una película, una actuación teatral es como las palabras que cobran vida, tan solo con la interpretación del director y la presentación del actor como filtros entre la pluma del autor y tus oídos.
  5. La literatura no es el único lugar en el que puedes obtener ideas, el mundo real está lleno de gente, de lugares y de eventos fascinantes que inspirarán tu mente de escritor. Un gran escritor está en contacto con los asuntos importantes del día.
  6. Sucede todo el tiempo: acabas una novela asombrosa y terminas como loco por descifrar tu propio escrito. Pero cuando te sientas en tu escritorio, tus palabras empiezan a sonar poco originales, como una imitación del autor que leías. Puedes aprender mucho de los grandes escritores, pero debes ser capaz de desarrollar tu propia voz. Aprende a limpiar tu paladar de las influencias con un ejercicio libre de escritura, una revisión de tu trabajo pasado o incluso un trote meditativo.
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Método 3
Método 3 de 4:

Practica tus habilidades

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  1. No cualquier libreta, sino una recia que puedas llevar contigo a donde vayas. Las ideas se dan en cualquier parte y debes ser capaz de capturar esas ideas fugaces antes de que se te escapen, como el sueño que tuviste la otra noche de… mmm… era de… bueno, fue bueno en el momento.
  2. Escribe cualquier cosa que encienda tu imaginación posteriormente, cuando estés listo (los títulos, los subtítulos, los temas, los personajes, las situaciones, las frases, las metáforas, etc.).
    • Si no te sientes inspirado creativamente, practica tomar notas de las situaciones. Anota la manera en que las personas trabajan en las cafeterías. Observa cómo los rayos de sol tocan tu escritorio al final de la tarde. Prestar atención a detalles concretos te ayudarán a ser un mejor escritor, ya sea que escribas poesía o artículos periodísticos.
  3. Cuando termines la libreta, ponle una etiqueta con el intervalo de las fechas y cualquier nota general. De esta manera podrás recurrir a ella cuando necesites un impulso creativo.
  4. Una de las mejores formas de mejorar tu escritura y permanecer motivado es hablar con otros y recibir comentarios de tu trabajo. Busca un grupo de escritura local o en línea. Por lo general, en estos grupos, los miembros leen los escritos de cada uno y discuten lo que les gustó, lo que no les gustó y cómo se puede mejorar una obra. Tal vez ofrecer comentarios, así como recibirlos, te ayude a aprender lecciones valiosas para desarrollar tus habilidades.
    • Los talleres no son solo para los escritores creativos. También pueden mejorar los escritos académicos haciendo que los amigos o los colegas los revisen. Además, trabajar con gente te estimula a compartir tus ideas con otros y a escuchar las de ellos.
  5. Lleva un diario, escribe a un amigo por correspondencia o simplemente aparta una hora para hacer escritura libre. Solo escoge un tema y empieza a escribir. El tema en sí mismo no importa, la idea es escribir más y más. Escribir es una habilidad que toma práctica y es un músculo que puedes fortalecer y nutrir con el entrenamiento adecuado. [14]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Grant Faulkner, MA

    Escritor profesional
    Grant Faulkner es el director ejecutivo de National Novel Writing Month (NoNoWriMo) y cofundador de 100 Word Story, una revista literaria. Grant ha publicado dos libros sobre escritura y ha sido mencionado en The New York Times y Writer’s Digest. Es coanfitrión de Write-minded, un podcast semanal sobre escritura y publicación, y tiene una maestría en Escritura Creativa de la Universidad Estatal de San Francisco.
    Grant Faulkner, MA
    Escritor profesional

    Nuestro experto señala: escribir con frecuencia es una de las mejores formas de mejorar tu redacción. Practica con una rutina de escritura diaria; escribir un diario es una excelente práctica diaria. Aprenderás a sentir la textura de las palabras y escuchar tu voz. Mejorar consiste en practicar, así como tener curiosidad por tu escritura y mirar con ojo crítico tu redacción.

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Método 4
Método 4 de 4:

Elabora una historia

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  1. No tiene que ser complejo, solo es una manera de que tu cabeza se enfoque en el argumento. Por ejemplo, el argumento clásico de Hollywood: un chico conoce a una chica, un chico conquista a una chica, un chico pierde a una chica, un chico recupera a una chica (las escenas de persecución se añaden posteriormente).
  2. Puede ser tentador empezar simplemente a escribir y tratar de averiguar los giros y las vueltas del argumento a medida que avanzas. ¡No lo hagas! Hasta un esquema simple te ayudará a ver el panorama general y a ahorrarte horas de reescribir. Empieza con un arco básico y agrega las secciones una a una. Concreta tu historia, poblándola al menos con los personajes principales, las locaciones, el periodo de tiempo y la atmósfera.
    • Cuando no puedas describir en pocas palabras una parte del esquema, crea un esquema secundario para dividir esa sección en partes.
  3. Dedícale a cada uno una pequeña historia propia y aunque no incluyas esa información en la historia, te permitirá saber cómo debe actuar el personaje en una situación determinada.
  4. Si repentinamente tienes una idea brillante de cómo resolver una situación cerca del fin, pero aún estás en el capítulo 1, anótala. Nunca dejes pasar una idea.
  5. Ahora estás listo para empezar la “copia descuidada”, conocida también como el primer borrador. Usando el esquema, profundiza en los personajes y en la narración.
    • No te quedes atascado aquí. No es tan importante encontrar la palabra perfecta cuando haces el borrador. Es mucho más importante anotar todas tus ideas para que puedas jugar con ellas.
  6. Permite que la historia diga lo que tenga que decir y es probable que te dirijas hacia direcciones inesperadas, pero muy interesantes. Aún eres el director, pero permanece abierto a la inspiración.
    • Notarás que cuando hayas pensado lo suficiente en quiénes son tus personajes, qué quieren y por qué lo quieren, guiarán tu forma de escribir.
  7. No te preocupes aún por los detalles, solo deja que la historia se despliegue en el papel. Si te das cuenta casi al final de la historia que un personaje es realmente la embajadora de la India, toma nota y termina la historia con ella como embajadora. No vuelvas y empieces a escribir de nuevo su parte hasta que termines con el primer borrador.
  8. Lo anterior era el primer borrador, ¿recuerdas? Ahora debes escribir la historia desde el principio, esta vez sabiendo todos los detalles que harán a tus personajes más reales y creíbles. Ahora “sabes” por qué él está en ese avión y por qué “ella” está vestida como una punk .
  9. Cuando termines con el segundo borrador, tendrás definida toda la información de tu historia, de tus personajes, del argumento principal y de los argumentos secundarios.
  10. Ahora que has terminado el segundo borrador, es tiempo de leerlo (si es posible, imparcialmente, al menos tratando de ser objetivo). Compártelo con un par de amigos de confianza cuya opinión respetes.
  11. Armado con las notas de tu lectura de la historia, más las notas de tus amigos o de tus editores, repasa tu historia una vez más, finalizándola sobre la marcha. Ata los cabos sueltos, resuelve los conflictos, elimina cualquier personaje que no haga ningún aporte a la historia.
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Consejos

  • Escribir puede ser divertido o puede ser una tortura, depende de a quién le preguntes. Puede hacer que te sientas acelerado o agotado. No hay una manera correcta de escribir o de sentir con respecto a tu escritura. Encuentra tu propio estilo.
  • Si no te gusta una idea al principio, aun así pruébala. Te puede llevar a algún lado.
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Advertencias

  • Usa las palabras con cuidado. No hay una manera más rápida de sonar ignorante que al usar una palabra en una parte equivocada del discurso o en el contexto incorrecto. Si no estás seguro del uso de una palabra, búscala en el diccionario y asegúrate de entender su significado y sus connotaciones.
  • ¡No cometas plagio! Presentar las palabras o las ideas de otros como si fueran tuyas es un agravio serio en el mundo académico, periodístico y de la ficción. Si te descubren, te pueden expulsar, despedir, demandar o poner en la lista negra de publicaciones posteriores. Simplemente no lo hagas.
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