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El síndrome de shock tóxico (TSS, por sus siglas en inglés) se identificó por primera vez en los años 70 y se convirtió en un problema de salud muy difundido durante los años 80. Siempre ha estado relacionado principalmente a las mujeres que usan tampones extraabsorbentes, pero cualquiera (incluyendo hombres y niños) puede contraer esta enfermedad. Los anticonceptivos femeninos que se introducen por vía vaginal, los cortes y los rasguños, las hemorragias nasales e incluso la varicela pueden permitir el ingreso de las bacterias estreptocócicas o estafilocócicas que liberan toxinas en el torrente sanguíneo. [1] El síndrome de shock tóxico puede ser difícil de reconocer porque sus síntomas imitan otras enfermedades como la gripe, pero un diagnóstico y tratamiento rápido puede ser la diferencia entre una recuperación completa y complicaciones graves (y en ocasiones raras, fatales). Utiliza una evaluación de tus factores de riesgo y síntomas para determinar si tienes esta enfermedad y necesitas tratamiento inmediato.

Método 1
Método 1 de 3:

Reconocer los síntomas del síndrome de shock tóxico

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  1. La mayoría de los casos de síndrome de shock tóxico causan síntomas que pueden confundirse fácilmente con la gripe o algunas otras enfermedades. Presta mucha atención a tu cuerpo para ayudar a garantizar que no se te escapen señales importantes del síndrome de shock tóxico. [2]
    • El síndrome de shock tóxico puede causar fiebre (generalmente por encima de 39 grados Celsius o 102 grados Fahrenheit), dolores y molestias musculares graves, dolores de cabeza, vómitos o diarrea, y otros síntomas parecidos a los de la gripe. Compara el riesgo de contraer esta enfermedad (por ejemplo, si tienes una herida quirúrgica que supura o eres una mujer joven que menstrúa y usa tampones) con la probabilidad de enfermarte de gripe. Si es razonablemente posible que puedas tener el síndrome de shock tóxico, vigila de cerca los otros síntomas.
  2. Si existe un signo “revelador” del síndrome de shock tóxico, es una erupción parecida a una quemadura de sol que aparece en las palmas de las manos o las plantas de los pies. Sin embargo, no todos los casos de síndrome de shock tóxico incluyen la erupción y esta puede presentarse en cualquier parte del cuerpo. [3]
    • Las personas con síndrome de shock tóxico también pueden notar un enrojecimiento importante en o alrededor de los ojos, la boca, la garganta y la vagina. Si tienes una herida abierta, busca señales de infección como enrojecimiento, inflamación, sensibilidad o secreción. [4]
  3. Los síntomas del síndrome de shock tóxico generalmente aparecen entre dos y tres días después de la infección y a menudo tienen un carácter leve al inicio. Sin embargo, progresarán rápidamente mientras la enfermedad empeora con rapidez, por lo que debes permanecer alerta y vigilarlos si tienes algún presentimiento de que puedes tener esta enfermedad. [5]
    • Permanece alerta frente a una disminución rápida de la presión arterial, que generalmente va acompañada de mareos, aturdimientos o desvanecimientos; confusión, desorientación o convulsiones; o signos de una falla renal o de otro órgano (como dolor en una zona importante o señales de un mal funcionamiento).
Método 2
Método 2 de 3:

Confirmar y tratar el síndrome de shock tóxico

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  1. Cuando se detecta a tiempo, esta enfermedad suele ser altamente tratable. Sin embargo, el síndrome de shock tóxico no detectado puede avanzar rápidamente y conllevar a estancias hospitalarias prolongadas, así como a (en casos raros) insuficiencias orgánicas irreversibles, amputaciones e incluso la muerte. [6]
    • Toma tus precauciones. Si tienes síntomas del síndrome de shock tóxico o si tienes síntomas posibles además de factores de riesgo para esta enfermedad (como hemorragias nasales constantes o uso prolongado de anticonceptivos femeninos), consigue asistencia médica de inmediato.
    • A menos que recibas indicaciones diferentes cuando contactes la asistencia médica, quítate inmediatamente el tampón que usas (si es pertinente en tu situación). [7]
  2. Aunque el síndrome de shock tóxico casi siempre puede tratarse exitosamente cuando se detecta a tiempo, las estancias hospitalarias de varios días (algunas veces en terapia intensiva) no son infrecuentes. En la mayoría de los casos, el tratamiento de vanguardia supone el uso de uno o más antibióticos. [8]
    • Los tratamientos basados en los síntomas también se darán con base en los detalles de tu caso. Esto puede incluir el suministro de oxígeno, fluidos intravenosos, medicamentos contra el dolor y de otro tipo, y algunas veces diálisis renal.
  3. Desafortunadamente, una vez que hayas tenido el síndrome de shock tóxico, tienes un treinta por ciento más de probabilidades de tenerlo de nuevo en el futuro. Por lo tanto, debes hacer algunos cambios en tu estilo de vida y vigilar atentamente los síntomas si quieres evitar una recurrencia grave. [9]
    • Por ejemplo, si alguna vez tuviste el síndrome de shock tóxico, no debes usar tampones (en su lugar, recurre a las toallas sanitarias). También debes encontrar medios alternativos de anticonceptivos femeninos distintos a los dispositivos como las esponjas o los diafragmas.
Método 3
Método 3 de 3:

Limitar el riesgo de contraer el síndrome de shock tóxico

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  1. Cuando se identificó por primera vez, el síndrome de shock tóxico parecía ocurrirles casi exclusivamente a las mujeres menstruantes que usaron tampones extraabsorbentes. El mayor conocimiento y los cambios en el producto redujeron considerablemente el número total de incidentes de síndrome de shock tóxico relacionados con el uso del tampón, pero aún representa la mitad de todos los casos. [10]
    • El síndrome de shock tóxico tiene su causa en las bacterias estafilocócicas (generalmente) o estreptocócicas que liberan toxinas en el torrente sanguíneo y que (en un porcentaje pequeño de personas) provocan una gran respuesta inmunitaria con efectos secundarios graves. Sin embargo, no se encuentra totalmente claro por qué el uso de tampones extraabsorbentes que permanecen insertados durante periodos largos de tiempo es el factor de riesgo más grande para el síndrome de shock tóxico. Algunos han planteado la teoría de que el periodo prolongado de inserción crea condiciones ideales para el crecimiento de bacterias, mientras otros creen que el tampón se seca con el tiempo, y al retirarlo causa rapaduras y cortes pequeños. [11] [12]
    • Independientemente de la causa, las mejores defensas contra el síndrome de shock tóxico como una mujer menstruante es usar toallas sanitarias en lugar de tampones siempre que sea posible; usar los tampones menos absorbentes cuando sea necesario y cambiarlos con frecuencia (cada cuatro a ocho horas); guardar los tampones en un lugar fresco y seco que no promueva el crecimiento de bacterias (por lo tanto, no en el baño); y lavar tus manos antes y después de manipular un tampón. [13]
  2. Aunque causan muchos menos casos de síndrome de shock tóxico que los tampones, los anticonceptivos femeninos insertados por vía vaginal de las variedades de esponja y de diafragma deben usarse con cuidado. Al igual que con los tampones, el periodo de tiempo durante el cual el dispositivo permanece insertado parece ser el factor clave en la posibilidad de desarrollar el síndrome de shock tóxico. [14]
    • Básicamente, mantén la esponja o los anticonceptivos tipo diafragma insertados solo mientras sea necesario y nunca durante más de veinticuatro horas. Además, guárdalos en algún lugar en que no se calienten ni humedezcan (y fomente el crecimiento de bacterias) y lávate las manos antes y después de manipularlos. [15]
  3. Las mujeres, y en especial las mujeres jóvenes, constituyen una mayoría significativa de todos los casos de síndrome de shock tóxico, pero puede afectar a hombres y mujeres, a jóvenes y mayores por igual. Si las bacterias estafilocócicas o estreptocócicas ingresan al cuerpo, se liberan las toxinas y el sistema inmunitario del cuerpo responde “a toda marcha”, entonces cualquier persona puede desarrollar un caso grave del síndrome de shock tóxico. [16]
    • El síndrome del shock tóxico también puede presentarse cuando las bacterias ingresan a heridas abiertas, después de que una mujer da a luz, durante un caso de varicela o cuando el apósito para una hemorragia nasal se usa durante periodos prolongados de tiempo.
    • Por lo tanto, limpia, venda y cambia el vendaje de las heridas minuciosamente y con frecuencia; cambia el apósito de la hemorragia nasal a menudo o busca otros métodos para reducir o detener las hemorragias nasales; y mantente alerta respecto a seguir las recomendaciones en materia de salud e higiene.
    • Las personas jóvenes tienen más probabilidades de tener el síndrome de shock tóxico y la mejor teoría actual respecto al por qué es que las personas mayores han desarrollado una inmunidad mayor. Si eres una mujer adolescente o joven adulta, entonces mantente particularmente atenta frente al síndrome de shock tóxico. [17]

Consejos

  • En 1998, en los Estados Unidos existieron 814 casos confirmados de síndrome de shock tóxico relacionados al uso del tampón, y solo tres en 1998. Sin embargo, aunque el Centro de Control de Enfermedades ya no lleva un registro, los casos relacionados al uso del tampón parecen haber aumentado desde entonces, probablemente debido a la autocomplacencia. No tomes el síndrome de shock tóxico a la ligera. Ocurre rara vez y, por lo general, puede tratarse eficazmente, pero también puede ser mortal. [18]

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